La temporada pasada la LEB Oro pareció resurgir de sus cenizas. Vivimos una liga competitiva donde cualquier equipo podía ganar a cualquiera; con emoción, muchos jugadores destacados y un nivel alto de juego que hizo que empezaran a acaparar focos. Para completar el ciclo, la bajada de las leoninas condiciones para subir a ACB hizo que al fin hubiera ascensos y descensos, poniendo una guinda perfecta.

Dejando de lado por una parte los líos de despachos, en los que un Betis con varios fichajes confirmados, en teoría para LEB, tiene toda la pinta de que será ACB, y por otra, que de nuevo en la composición de las ligas los resultados deportivos no priman, lo que se puede ir haciendo es echar un vistazo al capítulo de altas y bajas.

Partimos para nuestro análisis de una situación actual con un número parecido de jugadores que llegan nuevos a la liga y de jugadores que la abandonan. En este escenario, la comparación es odiosa, y el nivel de la LEB Oro se resiente. Pese a ello, hay quien argumenta que hay ya auténticos equipazos que parecen pensados para aprovechar que la posibilidad de subir a ACB se hace realidad, pero vamos a poner nombre a los jugadores que se van y a los que vienen.

Ya han confirmado su salto a ACB (ya sea con el club con el que ascienden o bien fichados por otro):

  • Bases: Mo Soluade (Unicaja), Dani Pérez (GBC), Xabi Oroz (GBC) y Mikel Úriz y Josep Franch (Betis)
  • Escoltas y Aleros: Joan Pardina y Miquel Salvó (GBC), Àlex Barrera y Álex López (Burgos) y Dago Peña (Estudiantes).
  • Interiores: Goran Huskic y Javi Vega (Miraflores), Mike Carlson (GBC), Simon Birgander (Penya) e Iván Cruz (Betis).

Hablamos, por tanto, de 15 jugadores confirmados, 9 top50 en valoración de la liga y 14 de los 15 (todos menos Oroz) top100.

Pero también se escapa talento con dirección a categorías menores. El gran proyecto de Covirán Granada se ha llevado a Manu Rodríguez, Devin Wright y Eloy Almazán. No están solos, pues otros equipos se han llevado dos buenos bases como José Antonio Marco (Aceitunas Fragata Morón) y Pedro Rivero (HLA Lucentum). Por dentro, destacar que Héctor Manzano jugará en EBA (CAM Enrique Soler) e Iván García jugará en Torrons Vicens L’Hospitalet (Plata).

En el extranjero, el expolio ha continuado por parte de los franceses, que se han llevado jugadores españoles de revelancia como son los casos de Marcos Suka, Xavi Forcada, Pep Ortega y Asier Zengotitabengoa. Además, los equipos del país galo se han hecho con los servicios de Lamont Barnes y Thomas Bropleh, que dejó muestras de poder ser importante en Oro.

No acaba aquí el capítulo de bajas. Los equipos italianos saben que rendir en Oro es una apuesta segura, y verdaderas estrellas de la liga como Zaid Hearst, Garrett Nevels, Sandi Marcius e incluso ‘Lobito’ Fernández se han ido al país transalpino. Otros jugadores destacados han acabado por Europa, como Johnny Berhanesmekel (BBL alemana) o el base espectáculo Zach Monaghan (Bélgica). No están solos, ya que jugadores de la clase obrera como Maodo Nguirane (TAU Castelló – Bulgaria), Alex Herrera (TAU Castelló – Alemania), Ziggy Riauka (CáceresDinamarca) o Seger Bonifant (Clavijo – Alemania) también han buscado otros destinos. La noticia triste llegaba hace unas semanas con el anuncio de la retirada de Gabas Maldūnas, que buscará asentarse en el sector financiero.

Puede agravarse la situación si la lista se amplía, a falta de ver que sucede con Edu Martínez, con ofertas de Oro, pero con posibilidad de renovar en Burgos para ser ACB, o con jóvenes U20 como Xabi López-Arostegui (seguirá en la Penya o se le buscará cesión) o Felipe dos Anjos, al cual ya se le relacionó con Burgos para Acb. Desde Gigantes del Basket afirman que Aíto se llevará al prometedor Stefan Peno al Alba Berlín; además, aunque la ACB no lo ponga en su tabla de plantillas, Rodions Kurucs debería dar ese paso al primer equipo. Otro caso es el de Tim Derksen, que está tramitando su pasaporte italiano, con toda la impresión de acabar en esa liga.

La pérdida de talento es considerable, y tanto hueco parece difícil de tapar. Si analizamos las incorporaciones los brotes verdes no existen, y solamente llega algún oasis a la espera de que los fichajes se vayan produciendo en una liga, la LEB Oro, que va con bastante retraso respecto a otras europeas.

A la hora de encontrar nuevos talentos para Oro, dos son las ligas donde más están buscando los equipos: la LEB Plata (como es natural) y la NCAA (otro caladero muy habitual). Los nombres que llegan ilusionan a cuentagotas. Un referente puede ser Trevor Cooney, con pedigrí universitario, quien puede ser una de las sensaciones del perímetro coruñés del Leyma. Otro jugador que puede destacar por su potencial es el internacional danés Gabriel Lundberg (Manresa).

En la lista de regresos hay varios jugadores que vuelven a la LEB: Álvaro Muñoz vuelve tras dos años en Alemania, y debería ser una de las estrellas de la liga con Manresa. Rolandas Jakstas retorna a Cáceres, donde más brilló tras una temporada irregular, y JJ García llega a TAU Castelló para volver a recuperar sensaciones de juego tras una temporada sin minutos y complicada por las lesiones.

De la ACB, además de JJ García, llega algún jugador más como un Fran Cárdenas que, tras tres años sin muchas oportunidades en el Obradoiro, quiere volver a ser el mejor base de la LEB con el OCB; o un Miki Servera que llega a Melilla con muchas ganas. Falta por ver si Manresa confirma que Lluís Costa (en teoría con contrato) es el timón y de nuevo una de las estrellas de Oro.

El ascenso desde la LEB Plata de CBC Valladolid (que trae consigo a Wade-Chatman, Astilleros, Graham-Bell, de la Fuente y los fichajes Reyes, Hopfgartner y Uta) y Sammic ISB (Guridi) ayuda a ser la liga que más aporta. Otros jugadores que también llegan desde Plata son Carles Marzo (Levitec Huesca), Érik Quintela (Clavijo), Mike Torres (Leyma Coruña), Dani Martínez (Cáceres), Charles Nkaloulou (TAU Castelló) o Mike Karena (Actel Força Lleida). Un dato es claro, del top30 de jugadores de LEB Plata en valoración, solo cuatro de ellos jugarán, en este momento, en Oro (de la Fuente, Karena, Nkaloulou, Graham-Bell) lo que da una idea de que los jugadores que llegan desde Plata, más que ser jugadores consolidados son apuestas.

Esa misma condición de apuestas se puede predicar de los jugadores que llegan desde la NCAA. Jugadores fuera de los rankings principales, sin participar en torneos como en el PIT y de un perfil, para ser sinceros, medio-bajo; cuya mejor virtud es el hambre de hacerse un hueco y un nombre en el profesionalismo. Noah Allen puede ser el más relevante, O’Leary levanta esperanza en Huesca, y hay que ver el rendimiento de Kaminski, Adekoya, Grossenbacher, Olivier o Agada (este último llega del CIS, la NCAA canadiense).

Dos jugadores llegan con ganas de ser estrellas inesperadas de la liga como antes fueron otros: son los bases cotonou Jarred Ogungbemi-Jackson (Actel Força Lleida) y Kevin Olekaibe (Clavijo). Mientras, permanecemos atentos a ver el nivel de Alex Campbell (Prat) o Felix Balamou (Clavijo) en la competición.

Las pocas notas positivas son haber mantenido en LEB Oro jugadores como Matt Stainbrook (Breogán), Gediminas Zyle (cambia Coruña por Palma), Bryce Pressley (cambia Clavijo por Palencia), Johan Löfberg (cambia Oviedo por Breo) y Volodymyr Gerun (a la espera de que se confirme su continuidad en el filial del Barcelona). La otra espera es ver si los nacionales sin equipo siguen en Oro. Casos como Arévalo, Otegi, Miso, Galarreta o jugadores con experiencia aquí como Fakuade, Rakočević, FlisKapelan, entre otros.

No dejéis que nadie os dé gato por liebre, que hablen de recuperaciones o de una nueva era dorada con una mejora de plantillas, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver; y el camino es muy largo y empedrado aún, con muchos aspectos de la propia competición a mejorar (seguimos sin patrocinador, hay líos de despachos como todos los años, los jugadores de calidad no llegan, Canal FEB tiene todos los visos de ser lo mismo,…) de lo que por cierto no hay señales, y donde la fuga de talento es ahora mismo la noticia principal.