Turno para otra conferencia, la Big West, que siempre tenía buenos nombres pero que este año tiene mucha clase media-baja, aunque con algún nombre que merece la pena conocer. Mi apuesta es por tres jugadores a seguir. McLaughlin ha empezado la temporada on fire mientras que los interiores siguen a su ritmo estable.
Entregas anteriores
America East / Atlantic Sun
Big Sky / Big South
JaQuori McLaughlin
1998 / 193 cm
UC Santa Barbara
19/20: 34 mi, 13.4 pt, 4.2 as
Debutó con mucha fuerza como Freshman nada menos que en Oregon State, pero en su segundo año perdió protagonismo, por lo que a los pocos partidos decidió salir (Redshirt) y llegó a una UCSB donde ha sido estrella desde el primer día. Combo guard con habilidades de jugón e IQ, buena visión de juego, cómodo sin balón, jugando el P&R o anotando desde lejos. Habrá que ver en qué posición se siente más cómodo en Pros, su trabajo atrás y cómo se adapta a un rol con menor protagonismo, pero está predestinado a pasar a profesionales en buenas ligas seguramente.
Arinze Chidom
206 cm
UC Riverside
19/20: 24 mi, 11.8 pt, 6.6 re
Con pocas opciones en Washington St, acabó recalando en UC Riverside, donde enseguida tuvo rol de titular. Jugador muy interesante y por pulir aún, le hará bien experimentar qué es el profesionalismo para mejorar detalles de lectura y errores innecesarios. Me recuerda en su juego al Oro Norélia, menos gesticulante pero igual de efectivo, liviano y fibroso en su constitución. Sabe moverse sin balón o con él, es capaz de jugar el P&R y de espaldas al aro ante rivales similares, encontrándose cómodo en el tiro de tres a pies quietos (aunque debe ir a más en la velocidad de su lanzamiento). Sus raíces nigerianas le hacen ser más interesante.
Brad Greene
1998 / 211 cm
UC Irvine
19/20: 21 mi, 9 pt, 7.7 re, 1.4 ta
Tal vez podíamos optar por un nombre más conocido como Taze Moore, algún inesperado que ha surgido como Lance Coleman o algunos jugadores llegados como son los “dos dieciséis” Jock Perry e Isaiah Washington pero vamos a lo seguro. Se trata de un ‘cinco’ que recuerda a épocas de antaño, de espaldas anchas y con aspecto de leñador. Tal vez sus 211 centímetros sean al alza, pero sus más de 120 kilos son realidad. Sabe ganar muy bien la posición en el poste para recibir y soltar el ganchito; además, va bien al rebote en su zona de acción, puede anotar sin balón y, una virtud que se va perdiendo de los hombres altos, sabe sacar el balón para fuera una vez que lo recibe. Claramente no es un jugador explosivo y sufre en el desplazamiento lateral y en el aspecto de faltas personales, pero sus características le harán hueco en el profesionalismo.