Nadie puede negar que el equipo palentino ya es un clásico de la competición, un club que ha crecido en estructura poco a poco y que ha llegado a obtener un ascenso a ACB, finalmente frustrado en aquel 2016 en el que seguían vigentes las condiciones leoninas y vejatorias que se imponían a los clubes de LEB Oro, en forma de canon y demás trabas. Con una masa social consolidada y un pabellón remozado, es un equipo que, más allá de perdernos en la lucha de presupuestos, siempre se mueve en la zona noble-alta con buenos proyectos.
La llegada de Pedro Rivero al banquillo el verano pasado impuso nuevos bríos en forma de ilusión y trabajo certero en los despachos, con la base del equipo (Speight, Ortega, Allen, Rubio, Fall) que se vio complementada posteriormente por aciertos como Ali y Blumbergs. La temporada, sin duda, podía tildarse de notable alto o sobresaliente con la llegada hasta la F4, donde poco pudieron hacer ante un serio Movistar Estudiantes. Un equipo que basaba su fuerza en el plantel, que llevó bien los cambios en la plantilla y que supo sobreponerse a la irregularidad para llegar a la F4. Para saber más de todo esto es recomendable la lectura de la valoración hecha por los compañeros de Masquebasketpal, tanto a nivel individual, como de forma global del equipo.
Sin embargo, tantos focos apuntando hacia un sitio a veces llaman mucho la atención y revalorizan a los jugadores como, por ejemplo, le ha pasado a Força Lleida, que también jugó la F4 y que ha conseguido renovar a Carrera, pero ya ha visto como Rosa ha saltado a la ACB, en la que los rumores sitúan a Marcos, González y Badji, por ejemplo. ¿Podría aguantar el envite Zunder Palencia y retener su columna vertebral? Con varios transatlánticos en la liga, como Andorra, Burgos y Estudiantes, podría costar, pero la primera piedra era la continuidad de Pedro Rivero en el banquillo, que había sonado incluso en quinielas de banquillos ACB y que sin duda es un entrenador en franca progresión. Con varios frentes abiertos, en este inicio de verano el club palentino ha visto como Andorra, el único transatlántico que ha despegado del muelle de verdad, y con buenas intenciones en forma de fichajes, se llevaba a dos jugadores clave como el pequeño base americano Micah Speight y el combo forward triplista lleno de garra Juan Rubio. No venían solas las bajas, porque dos de sus “revelaciones” se iban fuera de España: Blumbergs sorprendía yéndose a Rumanía (al Sibiu de Miguel Ángel Hoyo) y Prince Ali aceptaba un buen paso en su carrera al fichar por la BBL alemana, donde seguramente irá para arriba. Para completar las salidas, Mus Barro, que había realizado tan buen final de temporada, decidía ejecutar su cláusula de salida y se iba a jugar a Venezuela el verano, sabedor de que a su regreso seguro que no le van a “faltar novias”, mientras que el destino de Noah Allen está en la LNBP mexicana (recordemos que había abandonado unilateralmente la disciplina morada justo antes de viajar a la F4).
La nota positiva fue la importante renovación de Chumi Ortega; el exterior murciano volvía a ser otro año más uno de nuestros candidatos para dar el salto a la ACB, pero se ha sentido muy a gusto en Palencia, donde lo han convencido para que siguiese. Se juntaba así a Bamba Fall que, en teoría, estaba bajo contrato y que en un mercado con pocos ‘cincos’ parece una buena opción aunque sea de segunda unidad. El ritmo no cesa y el Zunder Palencia, sabedor de que no va poder renovar su columna vertebral, sigue reforzándose con la llegada desde Oviedo del físico de Mathieu Kamba y con la cesión desde Granada del combo guard triplista Germán Martínez; dos buenas señas de que volverán a construir otro buen equipo. Quién sabe a dónde llegarán o si darán la sorpresa. Este inicio de verano no ha podido ser el animador que fue el año pasado, un papel que, en la “liga de los mortales”, ha viajado hacia Donostia, Castelló y Alicante, mientras que en la parte alta destaca MoraBanc Andorra. Pero los palentinos y su afición seguro que no renuncian a soñar un año más.