Hoy en Zona de Básquet hablamos con el entrenador español Ramiro Pozuelo (Manzanares, 1987), que durante el verano nos ha ido descubriendo varias promesas argentinas (Zurbriggen, Pacheco, Baralle y Chiarini, por ejemplo). Una de esas personas valientes que no han temido salir fuera y que además tiene un buen currículo, pues además de tener el título de entrenador superior cuenta con la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
ZdB – ¿Cómo y dónde empezó tu relación con el baloncesto?
RP – Fue en el club de mi pueblo, en Manzanares y en la Federación de Castilla-La Mancha donde empecé a relacionarme con el baloncesto. Aunque en realidad, mi primer contacto dedicándome plenamente al baloncesto fue en Valencia, en Jovens Almàssera, un club de mucha tradición allí, pero sí es cierto que fue en Pozuelo donde fui más consciente de que mi futuro estaría en el baloncesto. Recuerdo que esos años fueron muy buenos, tuve la suerte de hacer de todo allí, desde entrenar benjamines a Sénior, preparación física, equipos masculinos y femeninos, vi todas las ramas del baloncesto, creo que eso me ha servido para poder desenvolverme en cualquier situación. Aparte allí empecé a valorar que pudiera dedicarme plenamente al baloncesto.
ZdB – En el verano de 2018 cambias de equipo y das el salto a LEB Plata (Azuqueca) de la mano de un buen amigo de esta casa como es Sergio Vicente, que nos atendía recientemente desde Noruega. ¿Cómo lo viviste?
RP – De nuevo gracias al CB Pozuelo, ya que Sergio y yo nos conocimos allí, surgió esa posibilidad, donde tanto él, como Tommy Wilson y yo hicimos un muy buen grupo (tanto humano como de trabajo), donde yo me encargaba de la parte de preparación física y de entrenador asistente. Además, el año fue increíble, ya que el grupo de jugadores era bastante bueno, haciéndonos el día a día muy fácil. Creo que eso fue lo que nos hizo poder competir casi todos los partidos lo que nos valió para salvarnos en la primera fase, que era el objetivo que buscábamos.
ZdB – Tras esa buena temporada llega un cambio total en tu carrera. Fichas por un buen equipo de Argentina como es Regatas Corrientes. ¿Qué nos cuentas sobre esa experiencia?
RP – Fue increíble, posiblemente la mejor experiencia hasta el momento, por diferentes motivos. Es un club muy seguido allí, lo que hacía que en la ciudad nos trataran excelentemente, aparte de que la cultura argentina ya es de por sí acogedora. Además, el staff técnico tenía creado un muy buen ambiente de trabajo, encabezado por Lucas Victoriano (otro conocido del CB Pozuelo). La experiencia fue muy buena porque era la primera vez que estaba en un equipo profesional, en una liga de mucho nivel, como se está viendo ahora, que cada vez llegan más argentinos a las ligas españolas. Como os digo, se dieron varios factores que me hicieron sentirme como en casa y replantearme muchas cosas tanto a nivel personal como baloncestístico.
ZdB – Además de ser asistente del primer equipo eras entrenador principal del equipo de la Liga de Desarrollo. ¿Realizabas alguna tarea más en el equipo?
RP – Como os decía, todas las experiencias fueron muy buenas. Yo estaba dentro del primer equipo como asistente, encargándome del scouting de los jugadores rivales y del desarrollo de nuestros jugadores con proyección. Dentro de esta labor estaba la de dirigir el equipo de Liga de Desarrollo del club (es un liga que se juega el día de antes de los partidos del primer equipo, contra el mismo rival que este) y de hacer tecnificaciones con esos jugadores, generalmente antes de las sesiones del primer equipo. Teníamos unos 8 jugadores desde U15 hasta U19 a los que les dábamos ese estímulo extra de mejora individual. Estos jugadores también participaban con el primer equipo, aparte de competir en la Liga de Desarrollo y con el equipo U19.
ZdB – ¿Cómo era vivir en Ciudad de Corrientes, una ciudad no excesivamente grande (cerca de 350.000 habitantes) situada al noroeste de Argentina?
RP – Pues muy fácil todo. La gente fue muy agradable conmigo, en menos de un mes me sentía como en casa allí. La vida allí sobre todo era en el club, porque allí es diferente a aquí. El club es un sitio de reunión social: había gimnasio, piscina, playa, parrillas, restaurante… Entonces al final al comer allí también por lo general iba a hacer algo de deporte y ya aprovechaba para hacer algo de vídeo, aparte de los entrenamientos, claro, que raro era el día que no hubiera sesión doble, ya fuera con el primer equipo o con los jugadores tecnificados. Aparte se juega muy seguido y luego los viajes son muy largos (allí un viaje de 4 horas es algo que está cerca y se puede hacer en el día). El tiempo libre sobre todo lo pasé conociendo la cultura y la gente de allí, en los famosos asados, paseando por la costa del rio Paraná, algún día de pesca y alguna fiesta tradicional como el Carnaval de la ciudad, que es conocido en todo el país. En cuanto a poder viajar conocí bastante bien la zona que rodea a Corrientes, hay muchas lagunas y pequeños pueblos con playas fluviales que merecen la pena, muy diferentes a las zonas costeras españolas. Con el equipo también pude conocer algunas ciudades, por ejemplo, Buenos Aires, que me sorprendió por su gran parecido a Madrid.
ZdB – La liga argentina es una liga muy dura, de muchos partidos y con muchos equipos. ¿Cómo es el juego en Argentina con respecto a España?
RP – El principal problema de ese tipo de competición con tantos partidos en poco tiempo es que apenas tienes tiempo para entrenar, por lo que es una liga menos táctica colectivamente. Los entrenadores no pueden dar a los equipos muchas variantes porque no da tiempo a poder dominarlas, por lo que es un juego más sencillo donde quizás el talento del jugador tiene más que decir. Físicamente también es exigente, se juega muy seguido y encima el jugador argentino es más de jugar con contactos. Luego además me gustó mucho que tienen cabida todo tipo de jugadores, desde veteranos como Paolo Quinteros o Leo Mainoldi hasta jugadores muy jóvenes de 18-19 años, pasando por extranjeros de muy buen nivel. Creo que es una liga no muy conocida en España y que es interesante para jugadores españoles, de hecho ahora ha ido para allá Toni Vicens y ya estuvo David Doblas. Ojalá veamos a mas por allí.
ZdB – Como en casi todas las competiciones del mundo, la pandemia detuvo la liga y los primeros meses los pasaste allí. ¿Cómo fueron esos meses en Argentina? ¿No pudiste regresar?
RP – No me volví porque la liga de allí estaba intentando regresar, viendo posibilidades que al final no se pudieron dar, y mi prioridad era seguir allí, así que decidí quedarme. Una vez que la liga se suspendió hablé con el club y entendimos que lo mejor era volver para acá. En cuanto al tiempo allí hubo confinamiento como aquí, pero algo más corto (sería sobre un mes). El problema es que fue a la vez que en España y allí apenas había casos, pero me sorprendió que la gente fue bastante consciente y respetó el confinamiento, lo cual era difícil porque es una cultura donde se pasa mucho tiempo juntos y se comparten muchas cosas, pero por suerte fueron sensatos.
ZdB – Al final, volviste a España hace unos meses. Imaginamos que la situación en Argentina no es la mejor en cuanto a términos económicos, con la devaluación de la moneda local, y ya vimos cómo muchos jugadores han emigrado y los americanos que llegan son de bajo postín. ¿Fue ese el motivo principal para que no siguieras allí?
RP – No creáis. Yo allí estaba muy contento y si se da la oportunidad volvería encantado, al final lo importante es la calidad de vida que tengas en donde vives más que el valor que tenga la moneda fuera. En cuanto a la liga, parecía que iba a ver un pequeño bajón, con muchos jugadores saliendo a México, Uruguay, incluso a España, pero es cierto que es una liga con mucho nombre y aunque las condiciones no sean tan buenas como en otras ligas el nivel deportivo es mayor. En eso me recuerda un poco a España con el resto de Europa, puede que en las Ligas FEB las condiciones sean peores que en otros países, pero te dan mucha visibilidad y te abren puertas, por eso yo creo que allí siempre habrá buen nivel.

ZdB – ¿Cuáles son tus objetivos en este momento? ¿Te gustaría quedarte en España? ¿Repetirías en el extranjero?
RP – Yo creo que una vez que sales ya es más fácil volver a salir. Ese miedo inicial que puedes tener ya ha pasado, al menos en mi caso que la experiencia fue buena. En este momento más que querer salir o quedarme a toda costa, mis objetivos están marcados en poder seguir creciendo como he tenido la suerte de hacer cada año, y eso nunca se sabe dónde te puede llevar, de hecho este año en un equipo de menor categoría también he tenido la suerte de dar con un entrenador, Mariano Arasa, que me va a servir para seguir creciendo. En definitiva, nunca sabes qué oportunidades pueden surgir, solo hay que estar preparado.
ZdB – No podemos pasar sin preguntarte cómo es trabajar como preparador físico en las selecciones formativas de España. ¿Algún jugador que te llamase la atención con fuerza por su proyección?
RP – Pues otra gran experiencia, la verdad. Además, fue la primera a nivel de elite. Lo recuerdo como un salto muy grande, es de esos momentos que cuando miro hacia atrás la recuerdo como algo que me marcó a la hora de elegir el camino del baloncesto en mi vida profesional.
En cuanto a jugadores, he de decir que me impactó mucho Juan Núñez, y eso que ahora están llegando a ACB jugadores que pasaron por las selecciones en esos años (por ejemplo, Jaime Pradilla, Carlos Alocén y Usman Garuba, y otros que están por llegar como Santi Aldama o Michael Caicedo).
ZdB – Además, has trabajado en sesiones individuales con jugadores e incluso dentro de programas de clubes (Estudiantes). ¿Cómo orientas actualmente esas sesiones?
RP – Pues lo mejor de estas sesiones es el vínculo que creas con el jugador, mucho más fuerte que dentro de un equipo, ya que pasas mucho tiempo con ellos, siendo además esta confianza fundamental, pues es importante saber qué demandan ellos para su juego más allá de lo que los entrenadores queramos que mejoren. Ellos deben ser partícipes de estos objetivos, ya que son los que lo van a poner en juego. Una vez conseguido esto, trato de darle un contexto lo más real posible al objetivo a lograr, al final en el baloncesto hay tantos estímulos que entrenar un gesto de forma aislada no es todo lo productivo que parece.
ZdB – La formación individual no para y es algo decisivo en el baloncesto profesional. ¿Qué tal cursando ese Máster relacionado con la preparación física organizado por una entidad como el FC Barcelona?
RP – Después de tanto tiempo como entrenador quería refrescar mis conocimientos de preparación física y la verdad que este curso te daba muchas facilidades al ser online. De hecho, actualmente están creciendo estas plataformas online, sobre todo para cursos para entrenadores de baloncesto, que creo que es un mundo por explotar.
ZdB – Cada vez se tiende más a la subespecialización en cualquier oficio. ¿Crees que es un problema compaginar ser entrenador y preparador físico, o al revés, que el control de ambos es un aporte sinérgico?
RP – Pues si os soy sincero tengo mis dudas. Por un lado, puede ser que te pongan una etiqueta como entrenador o preparador físico, obviando una de las dos partes; pero en realidad yo creo que es bastante útil, ya que una hace mejorar a la otra y viceversa. Espero que vayamos hacia la no especialización y que nos dejemos de etiquetas y valoremos más a la persona en su conjunto.
ZdB – ¿Desde tu punto de vista de profesional de la preparación física, crees que los parones de 10-15 días por el COVID afectan de forma importante a un equipo o crees que es recuperable ese trabajo de forma posterior a corto plazo o con el trabajo que realizan los jugadores durante su confinamiento?
RP – Aquí la situación es muy diferente dependiendo de la situación de cada jugador, es decir, un jugador de ACB tiene muchos medios para que estos parones se noten poco, mientras que un equipo de menor categoría seguramente tenga muchos problemas para simular en su casa situaciones óptimas de entrenamiento. Aunque por suerte no estamos viendo grandes lesiones ni muchos problemas físicos, y por lo que yo estoy viendo en liga EBA no parece que se haya parado tanto tiempo, quizás se notó al principio más a nivel mental, la falta de competición, de entrenar sin ningún fin que a nivel físico.
Para mí la clave es la vuelta a los entrenamientos tras esos 10 días, no volvernos locos e ir poco a poco, teniendo paciencia para recuperar el nivel habitual poco a poco, no merece la pena hipotecar el físico de un jugador por ganar unos minutos de entrenamiento.
ZdB – Muchas gracias por tu tiempo y por tu colaboración con nosotros, Ramiro. ¡Suerte en tus futuros proyectos!
RP – Igualmente, muchas gracias a vosotros y espero que alguno de esos proyectos sea conjunto.