Tras hablar de dos enormes talentos como Fer Zurbriggen y Caio Pacheco, toca ahora mirar al backcourt U22 más anotador de toda la pasada liga argentina: estamos hablando de la dupla de Atenas que formaban Franco Baralle (1999 / 178 cm) y Mateo Chiarini (1998 / 188 cm), a la que, siendo justos, debemos añadir por proyección a Leo Lema. Además, Atenas de Córdoba es un club mítico, un peso pesado donde la pasional hinchada recuerda la época en la jugaban Milanesio, Campana o un joven Oberto, con varios campeonatos ganados a finales de los 90, llegando a jugar el extinto Open McDonald’s. Un dúo (Baralle-Chiarini) que durante siete años ha convivido y cuya amistad se ha extendido fuera de la pista, aunque esta 20/21 separará sus caminos ante el anuncio de Chiarini de dejar el equipo (jugará en Instituto Atlético de Córdoba) y con Franco Baralle rumbo a Quimsa.
Franco Baralle
Argentina / 1999 / 185 cm
Base
Base y capitán de Atenas, lleva, además, el peso del apellido en el nombre de su camiseta, ya que su abuelo fue presidente del club y su padre jugó varias temporadas con los verdes. Se trata de un joven ‘uno’ que ha ido creciendo en protagonismo a medida que han transcurrido los años. Con minutos pero en rol residual la temporada 15/16 y 16/17, la 17/18 solo disputó cinco partidos y se fue a Tomás de Rocamora (TNA, 2ª división) como cedido para coger responsabilidades (10.7 pt, 2.1 as) y salir de la zona de confort.
Fue a su vuelta cuando dio ese paso adelante, coincidiendo con una temporada complicada para Atenas (18/19) que peligró con el descenso de categoría. Pero Baralle se apoyó en un Maxi Stanic que, como él mismo relata, le ayudó muchísimo (a pesar de estar lesionado el veterano base). Al final esa temporada, en la que también jugaron Liga Américas, sus medias fueron de 8.3 puntos y 2.7 asistencias en 22 minutos en pista. Así, afrontaba una 19/20, ya de capitán, en la que se consagró como base titular jugando muchos minutos (27 mi, 12.1 pt, 2.8 as), rindiendo a buen nivel. A pesar de su juventud, ha sabido demostrar madurez y ser ese jugador capaz de dar orden al equipo. Esta próxima campaña, en la que La Liga parece que vivirá un época de transición tras la marcha de jugadores importantes, Baralle será uno de los nombres a seguir.
Para saber más de este director de juego, nos ponemos en contacto de nuevo con Ramiro Pozuelo, entrenador español afincado en Argentina:
«A diferencia de los jugadores de las anteriores entregas, Baralle es un jugador que domina solo una posición, que es la de base. Aunque debido a su rol en este equipo ha tenido que anotar y lanzar mucho, es un jugador con capacidad de dirección que no necesita tanto de esto para participar en el equipo.
Su principal virtud es el bloqueo directo, desde donde el jugador zurdo es capaz de hacer jugar al equipo. En este caso sí es el máximo tirador de tres puntos de su equipo, por delante de Chiarini y, a diferencia de este, no tiene problemas para lanzar tras bote o desde posiciones muy lejanas, debido sobre todo a que al ser un jugador más pequeño físicamente haya necesitado mejorar estos recursos.
Como bien hemos dicho, tácticamente es un base puro que, para la edad que tiene, entiende el juego, pudiendo también defender con cierta solvencia a jugadores de su tamaño».
Mateo Chiarini
Argentina / 1998 / 190 cm
Escolta
Un año mayor que el base zurdo Baralle, debutó con algún minuto en la 15/16 y fue en la 16/17 cuando, a pesar de su corta edad, tuvo buenos minutos (16 mi, 7.0 pt, 1.5 as) y fue considerado el jugador revelación de La Liga por la prensa, siendo incluido por Daniel Mérida (Cancha Latina) entre las 15 mejores promesas del baloncesto argentino. Volvió a tener minutos a 17/18, pero sería en la 18/19 (temporada en la que Atenas sufrió tanto), cuando dispuso de minutos como referencia (21 mi, 7.8 pt, 1.9 as), siendo la pasada 19/20 cuando se consagró (28 mi, 11.1 pt, 2.6 as). Definido como un jugador rápido, especialista defensivo y tirador, su último año ha llamado la atención por su buen rendimiento y el propio jugador ha decidido salir de Atenas e irse a Instituto.
Ramiro Pozuelo nos acerca su análisis sobre el exterior cordobés:
«Otro jugador entre los puestos de 1 y 2. En este caso quizás mas 2 que 1, debido a que es un finalizador más que un distribuidor de juego. Seguramente por este motivo muchas veces era usado como sexto hombre, siendo el revulsivo de su equipo.
La mayoría de sus acciones vienen del bloqueo directo, siendo muy vertical al aro, ya sea para anotar o asistir. Fue el segundo máximo tirador de tres puntos de su equipo, la mayoría de ellos a pies quietos (se encuentra más cómodo que sobre bote).
Independientemente de esto, es un jugador de gran intensidad, siendo buen defensor del balón, debido a su gran actividad, y haciendo que el ritmo de su equipo fuera alto. Para terminar, decir que es un jugador inteligente, que como ya hemos dicho puede aportar tanto con balón como sin él».
El joven backcourt fue de lo más destacado de un club histórico como Atenas. Tras muchos años juntos, esta 20/21 se separan con rumbos diferentes, pero eso no resta ni un ápice a que ambos son dos jugadores a seguir y a no perder de vista a corto-medio plazo.