Después de un largo y atípico verano, era necesario que la última parte de este tridente estuviera bien cocinada. Ya nos enseñaron en la escuela que en un buen hilo narrativo el cierre es igual o más importante que el resto del texto. Así que vamos allá.

Si has llegado aquí de rebote o es el primer texto que lees acerca de esta temática, te recomiendo que te pases por los fascículos I y II de este compendio. Mi objetivo, como algunos ya sabéis, era y es acercar razones tanto teóricas como aplicadas sobre POR QUÉ es importante contar hoy día con la disciplina PSICOLÓGICA en el DEPORTE. Era complicado el plasmarlo todo en un solo texto, así sin calentar. Por eso ya habéis visto en primer lugar QUÉ puede hacer un PSICÓLOGO DEPORTIVO en una dinámica de trabajo tipo, para posteriormente detenernos en el ecuador a desgranar CÓMO desempeña (o debería) su labor cualquier profesional de esta nuestra CIENCIA.

Pues bien, es hora de poner el broche:

¿PARA QUÉ se puede utilizar la PSICOLOGÍA DEPORTIVA?

El deporte actual se encuentra en un estado de constante afán por describir, explicar y encontrar respuestas sencillas a problemas complejos. Independientemente de cuál sea la acción o el fin. Botellas de champán son descorchadas una y otra vez generando percepción de control, fiabilidad y conocimiento que en muchas ocasiones no son tal, ya que cuando la espuma se disipa quedan al descubierto todas las costuras. Ahí es cuando llegan los problemas. En este artículo que escribí hace poco reflexiono sobre ello.

Pero hoy no hemos venido, en un principio, a reflexionar. Quiero cerrar estos textos de la manera más correcta, concreta y clara posible, con el objetivo último de que se entienda la cuestión que en el título de esta trilogía es planteada. La reflexión llegará como consecuencia de lo que aquí os vengo escribiendo.

Un buen PLAN DE ACCIÓN es aquel que, partiendo de un estudio exhausto de nuestras HABILIDADES (físicas, psicológicas y técnico-tácticas en este caso) nos acerque a los OBJETIVOS planteados de la manera más efectiva y eficaz posible. Aprendiendo, en consecuencia, a mantener y perfeccionar este plasmado de las competencias para el futuro, tanto a corto como a medio y largo plazo. Ya hice hincapié en la capacidad de ADAPTACIÓN que tiene la labor psicológica a la hora de adherirnos a ese plan de acción. Esa sería una de las habilidades de la Psicología Deportiva, pero…

¿CUÁL es el OBJETIVO (objeto) de la misma?

  • Observar y estudiar la CONDUCTA HUMANA
  • Adaptarla a su CONTEXTO DEPORTIVO
  • Describirla y explicarla
  • PREDECIRLA
  • MODIFICARLA (APRENDIZAJE – RENDIMIENTO)

El deporte consta de muchísimos agentes que influyen en mayor o menor medida sobre el RENDIMIENTO de un deportista, entrenador o equipo. Por eso es importante tener claro que, si bien hay variables que son complicadas o imposibles de controlar, hay otras muchas que podemos trabajar para tener aspectos más claros a la hora de conocer su influencia sobre el RENDIMIENTO. Un proceso que conlleva esfuerzo y horas pero que se supone básico en cualquier entorno deportivo.

Estos 5 pasos que aquí os menciono podrían ser una buena hoja de ruta para empezar a estudiar el COMPORTAMIENTO en un contexto de actividad física/deporte.

  • Observar, adaptar y explicar – Contexto
  • Operativizar
  • Predicción
  • Modificación
  • Técnicas

Las 5 partes de la ESTRUCTURA

EL PRIMER PASO es una piedra fundamental para casi todo. Si como jugadores o entrenadores no nos tomamos el tiempo NECESARIO para realizar una correcta observación, se nos van a escapar decenas de detalles (y en el baloncesto no hay precisamente pocos). Esto nos va a permitir un posterior acercamiento al problema, solución o foco de mejora mediante su correspondiente explicación.

Ahora bien, no podemos (debemos) describir de cualquier manera. Mencionaba hace un rato que estamos habituados por historial de aprendizaje a la necesidad de simplificar respuestas y justificar absolutamente todo de manera simplista. En este post hablo un poco sobre uno de los problemas que conllevan este tipo de automatismos en el deporte. Aquí entra nuestra gran amiga la OPERATIVIZACIÓN: traer a conductas diarias, perceptibles y evaluables cualquier constructo que queramos medir y, en consecuencia, modificar.

Constructos como esfuerzo, motivación, resiliencia, competitividad… son complicados de tratar sin caer en generalizaciones. Hay que tener en cuenta, primero al individuo y luego el contexto en el que se está desempeñando ese aspecto, ya que no va a significar lo mismo el concepto MOTIVACIÓN para un deportista que para un psicólogo. Esto nos va a facilitar no caer en las famosas EXPLICACIONES CIRCULARES, que ya os sonarán:

  • ‘¿Por qué Pedro no juega mejor?’
  • ‘Porque no está motivado’
  • ‘¿Por qué Pedro no está motivado?’
  • ‘Porque no juega mejor.’

Hemos de ser capaces de romper ese bucle operativizando las CONDUCTAS que entendemos por ‘estar motivado’, ya que será más fácil identificar si realmente el grado de esfuerzo, confianza, motivación o cualquier otra variable aumenta, es estable o disminuye. Por ejemplo, controlo el nivel de COMPETITIVIDAD de mi equipo en función de las veces que:

  • Paran un contraataque con falta
  • Se tiran a por los balones divididos
  • El equipo contrario no anota puntos tras pérdida
  • Entramos al rebote ofensivo mínimo con 3 de los jugadores en pista

Esos 4 ejemplos son comportamientos que como entrenadores y jugadores podemos evaluar diariamente. De cara a valorar su mejora y el rendimiento aplicado a los mismos.

Operativizar nos va a ayudar a pasar al siguiente nivel. PREDECIR CONDUCTAS. Es decir, en qué situaciones o según qué variables van a aparecer los comportamientos que yo quiero y necesito como deportista, entrenador o equipo. No tiras un tiro igual cuando vas 20 arriba en el marcador que con el partido empatado a falta de 1 minuto. Los jugadores no reaccionamos de la misma manera ante un refuerzo o un castigo por parte del entrenador. El equipo no funciona igual si sabemos que van a presionar al base a toda la pista y vamos a empezar la jugada con 16 segundos de posesión en vez de con 20. Estos serían algunos ejemplos.

Una buena observación con su posterior descripción mediante conductas operativizables nos va a allanar mucho el camino a la hora de conocer en qué situaciones funcionamos de una manera y en cuáles de otra, aunque a priori parezcan similares o incluso haya diferencias individuales en ambientes idénticos.

Condicionamiento Operante y Análisis Funcional de la Conducta: LA JOYA DE LA CORONA

Por esto debemos conocer qué ANTECEDE y cuál es la CONSECUENCIA de la RESPUESTA que estamos observando, evaluando, modificando…

Ya que lo que ocurre justo antes nos va a señalar la aparición de la CONDUCTA (PREDICCIÓN) y lo que la sigue provocará su aparición, aumento, disminución o eliminación. Esto último irá en función de los MECANISMOS DE APRENDIZAJE que pongamos en marcha una vez identifiquemos correctamente los COMPORTAMIENTOS que serán objeto de cambio.

Siendo básico e indispensable conocer los principios y mecanismos que forman parte del CONDICIONAMIENTO OPERANTE. El cual básicamente nos dice que las probabilidades de aparición de una CONDUCTA aumentan o disminuyen en función de las CONSECUENCIAS que la sigan. Es decir, asociamos RESPUESTAS a sus ANTECEDENTES y CONSECUENTES, generando a partir de ahí lo que se conoce como APRENDIZAJE ASOCIATIVO.

Realizar ese estudio de ANTECEDENTE – RESPUESTA – CONSECUENTE es lo que se conoce en PSICOLOGÍA como ANÁLISIS FUNCIONAL de la CONDUCTA. Es el punto sobre el cuál pivotamos a la hora de aplicar las TÉCNICAS que hemos mencionado en los dos textos anteriores (visualización, establecimiento de objetivos, relajación…) y que nos servirán para ADAPTAR el trabajo y el enfoque al 100%.

Al ser un tema extenso en desarrollo, comprensión y aplicación, os recomiendo que para conocer los procesos derivados de esta teoría visitéis este hilo así como la bibliografía que os dejaré al final de este texto.

Psicología: JUGAR sobre seguro

Y es que el sustento teórico que hay detrás de la PSICOLOGÍA DEPORTIVA no deja de crecer de manera exponencial. Así como lo hacen los casos en medios y redes sociales donde vemos su validez, tanto a la hora de atajar y solucionar problemas, como de potenciar y maximizar los límites de nuestro RENDIMIENTO. Por eso ya no puede ser un tema de creencia ni de confianza, es más grande la RESPONSABILIDAD que hay detrás de todo aquel que trabaja por y para el DEPORTE.S simplemente queda romper con la barrera, muchas veces autoimpuesta de lo desconocido, habituándonos así a trabajar al lado de una CIENCIA que aún tiene mucho que decir acerca de su protagonismo en el DEPORTE.

Espero que esta trilogía os haya aportado algo en cualquiera de sus 3 apartados, mi objetivo no era otro que seguir acercando este tipo de contenidos de la manera más asequible y cercana posible. Estaré, como siempre, encantado de leeros cuando esta pieza salga a la luz y recordad que:

CONTAR CON LA PSICOLOGÍA DEPORTIVA SIEMPRE SIGNIFICA SUMAR


Bibliografía:

  • Psicología del deporte: guía práctica del análisis conductual. Martin, G.L (2008)
  • El papel de la carga mental en la planificación del entrenamiento deportivo. Cárdenas, D. Conde-González, J. & Perales J.C. (2015) Revista de Psicología del deporte. Vol 24. núm 1, pp. 91-100.
  • Ciencia y Conducta Humana. Skinner, B.F (1959)
  • Intervención Psicológica en el entrenamiento deportivo: estrategias para optimizar el funcionamiento de jugadores de baloncesto en sesiones de ensayo repetitivo. Buceta, J.M. (1999) Revista de Psicología del deporte, Vol 8. núm 1, pp 39-52
  • El análisis funcional de la conducta explicado en 5 claves.

Autor: @JaviHdz_