Aquí volvemos con la segunda parte de la trilogía, esta vez enfocada a CÓMO encaja el trabajo de un profesional de la Psicología Deportiva en un club, jugador y/o equipo concreto. En la primera parte diseccionamos el QUÉ, que junto con el CÓMO y el PARA QUÉ intentaré que conformen una explicación REALISTA sobre lo que significa contar con esta disciplina en el ejercicio físico y en el deporte. Si no lo habéis hecho ya, os animo a que antes os paséis por ese primer apartado para poder completar la información que hoy vamos a tratar.

¿CÓMO desempeña el Psicólogo Deportivo su labor en una ESTRUCTURA DEPORTIVA?

Lo primero que debemos aclarar aquí es que, normalmente, TODO DEPENDE. El otro día hablábamos de que una de las principales capacidades del psicólogo deportivo, sino la que más, es la ADAPTACIÓN. Esto ocurre debido al contexto cambiante en el que se desenvuelve el deporte en general. No solo entre distintos clubes o deportistas, sino incluso dentro del mismo equipo dependiendo del momento de la temporada. Por eso, la actuación del profesional o profesionales en cuestión siempre debe depender de 3 factores:

  • Contexto
  • Momento
  • Necesidades

Es por esto que quizás un psicólogo no te de una frase mágica con la que consigas cientos de retuits, pero sí te proporcionará herramientas específicas para acercarte a la consecución de los objetivos planteados previamente. Metas que dependerán (otra vez) de los 3 puntos que acabamos de nombrar un poco más arriba. El AMBIENTE donde se desenvuelva la actuación, CUÁNDO se aplicarán esos procedimientos y, según el consenso con los agentes principales de ese cambio (entrenadores, jugadores…), la FUNCIÓN que ejercerá el plan de acción para intervenir en el RENDIMIENTO.

Igual que un entrenador se adapta a las características de sus jugadores para conseguir el máximo beneficio colectivo, el psicólogo hará lo propio para influir positivamente en la casuística dada. Ni más ni menos que eso.

DEPENDER de ADAPTARSE

La razón de que todo dependa viene dada en gran parte por una de las características más obviadas y olvidadas de la Psicología Deportiva: LA EVIDENCIA CIENTÍFICA. Razón por la cual cualquier proceso psicológico desplegado en un contexto deportivo debería estar sustentado por todo ese campo de conocimiento previamente demostrado. El cómo siempre estará basado en CIENCIA. ¿Qué implicaciones tiene esto?

Un profesional de la psicología deportiva deberá ser responsable de apoyarse en la investigación pertinente a la hora de ejecutar las herramientas concretas. En el caso de que se presente una situación desconocida o complicada de abordar, estará igualmente obligado a revisar los estudios que le permitan intervenir en esa situación. De la misma manera que hará un preparador físico o un fisioterapeuta a la hora de trabajar la rehabilitación de un ligamento cruzado.

La actuación pertinente vendrá determinada desde la planificación deportiva concreta, nunca al revés. Si un psicólogo o cualquier otro pseudo profesional empieza diciéndote lo que tienes que hacer… ¡¡¡HUYE!!!

¿PARA QUÉ nos va a servir basarnos en CIENCIA?

Lo que finalmente buscamos es, en función de esa investigación y trabajo previos, EXPLICAR, PREDECIR y MODIFICAR el comportamiento. Por ejemplo, saber por qué con un jugador debemos utilizar el refuerzo positivo si queremos que mantenga y aumente la aparición de cierta conducta, mientras con otro necesitamos extinguir o castigar cierta respuesta para que ese comportamiento desadaptativo disminuya o desaparezca. Los ejemplos pueden ser miles y profundizaremos más en ello en el tercer y último fascículo.

En el traslado y la aplicación de esa base científica entran en juego las TÉCNICAS que ya nombrábamos de pasada en la primera parte. Estas herramientas serán la paleta de la que el psicólogo en cuestión se servirá para poder afrontar con garantías las situaciones concretas. Interviniendo con miras de resolverla y hacer al entrenador, jugador y/o equipo AUTÓNOMOS y CAPACES en su realización.

Algunos EJEMPLOS

Un posible trabajo con ENTRENADORES podría ser el crecimiento en ASPECTOS COMUNICATIVOS. Por ejemplo, buscar COHERENCIA entre lo que se quiere potenciar y la manera en la que el comportamiento actual nos está acercando o frenando. Alinear tanto el lenguaje corporal como el verbal para que transmitan correctamente lo que se quiere trabajar. Este proceso puede estar basado en un aprendizaje de las TÉCNICAS de REFUERZO, en el caso de que quiera adquirir, mantener o aumentar la aparición de una conducta concreta.

Un JUGADOR que sufra ANSIEDAD a la hora de afrontar un tiro libre en un partido. En estos casos se buscará ‘traer’ las sensaciones de esa situación al contexto terapéutico (sesión con el psicólogo en este caso), para de esta manera trabajar esa ansiedad con las técnicas pertinentes (relajación, control de la respiración, conocimiento de sensaciones corporales, foco atencional…).

Un ejemplo de TRABAJO a nivel de EQUIPO podría el incremento en la motivación colectiva. Con un correcto ESTABLECIMIENTO de OBJETIVOS (corto-medio-largo plazo) así como la creación de una IDENTIDAD GRUPAL que ayude en ese desempeño, así como en el aumento del sentimiento de pertenencia a un grupo.

Recordad que, si bien se pueden aplicar en el corto plazo ante necesidades inmediatas (pretemporada por ejemplo) será conveniente ESTABLECER ciertos HÁBITOS que aunque puedan ser moldeables según ciertos aspectos (partidos clave por ejemplo) impliquen una presencia medianamente constante de éstas, para su manejo y realización fuera del contexto terapéutico (uso de la visualización como rutina prepartido, p.ej.).

TRANSFERENCIA a la REALIDAD

El OBJETIVO del psicólogo será TRASLADAR este trabajo a la PRÁCTICA DEPORTIVA, tanto en entrenamientos como en partidos.

Por lo tanto, cabe decir que los psicólogos no buscamos una dependencia constante hacia nuestra labor. Al contrario, queremos adaptar esas herramientas en pos de que sean los propios protagonistas los que las acaben aplicando de ser necesario, o beneficiándose de sus efectos en los contextos adecuados para ello. De la misma manera que un psicólogo al trabajar con un paciente con depresión buscará que esa persona acabe resolviendo su problemática, aunque al principio dependa totalmente del trabajo en terapia. De todas maneras, el entorno deportivo es tan amplio y fluctuante que nunca faltará camino para mejorar ni trabajo que realizar junto con la Psicología.

Si has llegado hasta aquí espero que te vayas con la siguiente idea: si la Psicología a primera vista crea más dudas de las que resuelve, no es por falta de capacidad, sino porque basará su desempeño en ese conocimiento científico para una futura adaptación. No damos consejos ni se nos contrata para hablar. Basamos tu MEJORA aplicando las herramientas que la CIENCIA nos proporciona, para finalmente enfocarlas a tu RENDIMIENTO.

¿No dicen que las cosas de palacio van despacio? Pues eso, que DEPENDE.


Autor: @JaviHdz_