Hace unas semanas analizábamos a los bases de la competición y veíamos que el puesto de ‘uno’ era poco dado a lo desconocido. Sin embargo, en el otro puesto clave en el baloncesto «antiguo», el de pívot, la cosa se abre más y vemos diferentes apuestas, llegando incluso jugadores desde otras ligas, como es el caso de nuestros dos protagonistas de hoy: Michael Buchanan (Força Lleida) y Domagoj Bubalo (Almansa):
Michael Buchanan
EEUU / 1994 / 211 cm
ICG Força Lleida
Gustavo Aranzana es un entrenador con un largo recorrido y ha conformado una plantilla a su gusto. Con buenas renovaciones, el toque de Kaspars Vecvagars para ser líder o la continuidad del experto Miki Feliu, por dentro el equipo toma un cariz físico con la movilidad de Antonio Hester y Mirza Bulic, mientras que el pívot rookie neerlandés Lucas N’Guessan puede aportar intimidación.
Para completar el ‘cinco’, el cuadro ilerdense ha depositado muchas esperanzas en Michael Buchanan. El orondo pívot estadounidense llega a la LEB Oro en su mejor momento tras su salida de la NCAA. Formado en USC Upstate (12-17), tuvo una trayectoria muy universitaria, con crecimiento cada temporada cogiendo importancia ya en su año júnior (15/16: 11.6 pt, 6.0 re), que se acrecentó en su último año (Sr, 16/17: 16.4 pt, 9.4 re) para terminar siendo nominado para el primer equipo de su conferencia (Atlantic Sun).
Con un estilo de juego tal vez arriesgado para Europa, debutó como profesional en Japón (JBL2, 17/18), donde jugó 14 partidos (12.4 pt, 6.8 re) hasta que una lesión en el pie le dejó en el dique seco. Luego, mientras se recuperaba, tardó casi un año en encontrar equipo y, casualidades de la vida, llegó a Estonia la 18/19 para sustituir a Bamba Fall (problemas de visado) en el TLÜ/Kalev, donde dejó destellos que le hicieron ganarse la renovación el curso siguiente. Así, la 19/20 fue un hombre clave en un equipo de mitad de tabla de la EstLatBL, una referencia por dentro cuando estaba en la pista (23 mi, 15.5 pt, 9.0 re -4.0 RO-, 1.4 as, 0.8 ta). Un estilo de juego que ha llamado la atención del equipo del Segrià.
Acostumbrado a Cleare, que dominaba el poste bajo con su fornido cuerpo, Buchanan es un estilo similar. Sus 213 centímetros y más de 125 kilos se imponen en la zona, siendo un jugador más pesado y grande que el bahameño. Se trata de un jugador de poste que cuando gana la posición y recibe es casi imposible de detener, con un buen juego de pies. Sorprende, para su tamaño, su movilidad en transición, siempre teniendo en cuenta su tamaño, su buen tacto en las finalizaciones o su tiro de 2-3 metros. En defensa, se hace grande cerca del aro, pero no es explosivo y sufre en los desplazamientos laterales (cargándose de faltas en ocasiones). Tiene unos registros bajos en el rebote defensivo, porque no tiene un gran salto y se le escapan los rebotes largos, pero compensa ese dato con su registro en los ofensivos.
Habrá que ver si Força Lleida instaura un ritmo de juego en el que Buchanan sea útil y tape sus carencias de desplazamiento atrás. Una vez que reciba, pocos jugadores podrán pararle y, por ello, el tiempo que esté en pista, al igual que hacían en Estonia, le buscarán casi de forma continuada. En LEB Oro se encontrará con rivales iguales de grandes y virtuosos en ataque, por lo que será una buena prueba de fuego para mostrar su valía y su verdadero nivel.
Domagoj Bubalo
Bosnia y Herzegovina – Croacia / 1991 / 212 cm
CB Almansa con Afanion
Tras varios años en el radar de la liga, el trotamundos croata al fin llega a LEB Oro. Ha apostado Rubén Perelló por mantener la fórmula de ‘cincos’ del año pasado: un jugador con centímetros (Rowley – Bubalo) y un complemento explosivo de dos metros pelados (Maxwell – Koné).
Internacional por Croacia en categorías inferiores y con paso por varios equipos del país, Bubalo ha pasado por diferentes fases, con temporadas con rol importante y otras de secundario. La 14/15 fue su primera temporada en el exterior, destacando en Estonia en las filas del TYCO Rapla (16.0 pt, 6.9 re). Al destacar ahí, la 15/16 se fue a la BBL alemana, pero solo estuvo unos partidos y regresó a Estonia antes de acabar en la LKL lituana (6.0 pt, 2.8 re).
Su buen final de año hizo que renovase en el Šiauliai lituano, pero su poco protagonismo le llevó a volver a Estonia esa 16/17 (Pärnu: 16.5 pt, 8.0 re). La campaña siguiente (17/18), nueva aventura en la segunda división griega, en un club mítico como Iraklis, aunque una vez más la termina en Estonia (Rapla: 9.5 pt, 6.5 re).
La 18/19 fue su mejor temporada, ganó en estabilidad y fue uno de los mejores en la liga de Georgia (Dinamo Tbilisi: 18.3 pt, 10.4 re). Su buen rendimiento hizo que encontrara un buen contrato en Asia (Formosa Dreamers, Asean League) pero al poco salió y encontró sitio de nuevo en Europa, recalando en el Inter Bratislava eslovaco, con el que juega competición europea y tiene un rol secundario en la competición doméstica (10 mi, 5.3 pt, 2.0 re).
Bastante diferente a Rowley, a pesar de ser el ‘cinco’ con talla, Bubalo deberá ser el jugador que intimide atrás y se haga fuerte en ataque. Una apuesta de riesgo por un jugador intermitente y trotamundos… pero, por qué no, puede sorprender. Cuenta con experiencia, aunque su evolución no ha sido como la que se esperaba, es un ‘cinco’ grande, móvil para su tamaño, habilidoso en el P&R para jugar el bloqueo y continuación; además, es capaz de recibir en el poste para finalizar y se atreve desde la media-larga distancia (sin ser su fuerte). En defensa, puede intimidar y su capacidad para desplazarse le hace ganar enteros. Sin embargo, es un pívot falto de contundencia e irregular, costándole dominar en ligas top. A veces con manos blandas, habrá que ver cómo se desenvuelve atrás contra rivales de su misma talla.
Una apuesta diferente que cuenta con amplia experiencia en diferentes países, aunque habrá que ver cómo se adapta en su estreno en nuestra liga. Un tipo de apuesta que equipos como Almansa se ven obligados a hacer; si le sale bien, puede ser un jugador al que le saque mucho jugo con los buenos jugadores en el backcourt para el juego de bloqueo directo y un estilo de juego a buen ritmo.