Vuelve a sorprender Sáenz Horeca Araberri con apuestas arriesgadas, aunque en el cuadro vitorianos a veces vemos este tipo de opciones. Tras los buenos fichajes de los rookies Junior Robinson o Kingsley Okoroh, vimos como se reforzaban con jugadores del baloncesto vasco como David Soto y Riky Mendizábal; ahora llega otro rookie, esta vez desde la NCAA-DIII: Sam Light (EEUU / 1996 / 183 cm).
Formado en Northern Lebanon (High School), su primera experiencia universitaria fue en la 14/15, en Millersville (NCAA-DII), con buenos registros para ser Freshman (22 mi, 11.1 pt, 1.5 as). Pero prefería estar más cerca de casa y se fue a los Dutchmen de Lebanon Valley, donde ha sido la estrella los últimos tres años (15-18), convirtiéndose en el segundo máximo anotador histórico de la Universidad, con medias en torno a los 20 puntos y siempre en el primer equipo de su conferencia. En su año Sénior, su nombre sonó cuando fue incluido entre los 100 candidatos al premio Bevo Francis Award en el primer corte. Finalmente, ganó el título de su conferencia con su equipo, aunque cayeron en el Torneo NCAA-DIII, fue el MVP de su conferencia y nominado All-American DIII, todo ello con unas medias de 23.0 pt, 4.9 re y 1.8 as. Pensando en el futuro profesional, se puso en manos de un viejo conocido en España como Andy Panko, que se graduó en 1999 en la misma universidad que el ya nuevo jugador de Araberri y que lo ha tutelado para que mejorase en su programa de entrenamiento pankoperformance.com.
En la nota de prensa de su nuevo es definido como “un jugador avalado/apadrinado por Andy Panko y un base americano con gran capacidad de generar juego, inteligente y con liderazgo siendo una de las extensiones del entrenador en la cancha. Un jugador capaz de generar sus propias ventajas desde el bote, con potencia física, además de disponer de un magnífico tiro exterior”.
Para nosotros, hasta que ayer saltó la noticia cuando Panko confirmaba su firma en Oro, era prácticamente un desconocido, salvo por su inclusión en el Bevo Francis Award; tampoco analistas NCAA lo conocían. Tras varias pesquisas, nos llega que era un tirador certero que sabía anotar, pero con el condicionante del nivel de la DIII, que es de los más bajos de la NCAA. Tras verle en acción, observamos que es un jugador que puede jugar en las dos posiciones del backcourt. Sin embargo, como base es un jugador que sube el balón, por su buen manejo, pero que lo acapara para buscar sus opciones, no siendo ni mucho menos un generador para sus compañeros, que son su segunda opción tras buscar su forma de anotar, lo que le lleva a perder balones y tomar malas decisiones, como indica su ratio de asistencias/pérdidas (0.67 // 1.8/2.7). Donde más cómodo está es en el ‘dos’, donde es un excelso tirador con altos porcentajes a pesar de las defensas rivales (45% T2, 47% T3), siendo un jugador al que no se le puede dejar ni un metro. Especialista en catch and shoot desde cualquier lugar de la línea de tres, se siente cómodo tirando en salto desde la media distancia; le falta fuerza para llegar al aro y tiene un buen cambio de ritmo, pero su falta de físico le perjudica a la hora de sacar ventajas, aunque cuando saca personales es un seguro desde el tiro libre (89%). En defensa, sufre ante jugadores físicos de forma notable, y aporta poco en el resto de intangibles.
A primera vista, el fichaje de Sam Light por un equipo de LEB Oro nos resulta entre extraño y dudoso, pero claro está que esta opinión puede variar al verlo jugar más de cerca. Habrá que ver su rendimiento en profesionales como base, debido a su nivel actual de dirigir el juego, o si en cambio se orienta hacia un ‘dos’ bajo, como era Johnny Dee (salvando las diferencias, ya que este último era un jugador de reconocido prestigio en NCAA), donde podría tener un hueco por su certera puntería. Su físico y su defensa parecen ser debes insalvables en el momento actual, y tal vez la idea preconcebida que tenemos de lo que debe significar un jugador que ocupa ficha extracomunitaria nos lleve a confundirnos. Lo que está claro es que Sam Light ya está aquí, en la LEB Oro, y nadie mejor que el cuerpo técnico de Araberri para saber lo que puede aportar y cómo hacerlo.