Cambio de registro en Palmer Alma Mediterránea Palma sin modificar su proyecto de equipo joven que crezca a base del trabajo y oportunidades. Su buena temporada 2020/2021 hizo que el club no haya podido mantener sus piezas claves, siendo renovados tan solo un vital Pol Figueras en el ‘uno’, Milan Šuškavčević (que lamentablemente se perderá la temporada tras su lesión de rodilla en pretemporada) y Olle Lundqvist, inédito prácticamente la temporada pasada por las lesiones. Pero el proyecto que dirige la dupla Tomàs-Pérez, con Pepe Laso detrás, no para la maquinaria, y así han llegado a sus filas varios jóvenes procedentes de ligas como LEB Plata y EBA, como son Moreno, Peñarroya, Feliu, Kostadinov y Kayinda.
Con la apuesta que ya analizamos de Ikpeze al cinco, el acuerdo de colaboración del club con determinada agencia deportiva ha hecho posible la llegada de tres promesas argentinas a LEB Oro. Ojo, porque estamos hablando de tres jugadores de peso, con presencia en la selección argentina absoluta en determinados momentos y con un enorme futuro. La llegada de Máximo Fjellerup, todo un subcampeón mundial en 2019, es una declaración de intenciones, un jugador que puede marcar diferencias. Desde Andorra llega cedido Fausto Ruesga, un joven combo forward que llegó el tramo final de la pasada temporada y tendrá en la Oro un buen banco de pruebas para demostrar donde está su nivel. Cierra el trío Bautista Lugarini, un jugador de excelente proyección y que puede ser una sorpresa si su progresión individual durante este curso es la que se intuye.
A pesar de ser jugadores conocidos, con bastante información en las redes sobre ellos, hemos preferido buscar a alguien que los conozca en primera persona para que ejerza de voz autorizada. Nadie mejor que Raúl Ruscitti, alma mater de Prospects Argentina, para analizar al tridente argentino del conjunto palmesano.
Máximo Fjellerup
Escolta-Alero / 1997 / 196 cm
Estadísticas 20/21 (32 PJ, 28 PT): 26 mi, 10.3 pt (27% T3), 6.0 re, 1.8 as
Definitivamente el más consumado de los tres jóvenes argentinos que llegan esta temporada al Palmer Alma Mediterránea Palma, también el de mayor edad por amplia diferencia. Maxi llega de ser pieza fundamental en el campeón de la Liga Nacional con San Lorenzo, un equipo de absoluta élite en el continente. Además, es vigente subcampeón del mundo con Argentina en 2019 siendo el jugador más joven del plantel y ganándose un lugar en la rotación de Sergio Hernández incluso en los partidos decisivos frente a Serbia, Francia y España. No me extrañaría si consigue una plaza en la Liga Endesa más temprano que tarde.
Desde pequeño siempre fue el jugador más destacado de su generación, lo que le permitió disputar dos mundiales junior, con destacada participación en ambos. Eso le valió el reclutamiento de Bahía Basket, el prestigioso programa dirigido por Pepe Sánchez que ha tenido en sus filas a, entre otros, Juan Pablo Vaulet y Leandro Bolmaro. Fue campeón y MVP de la Liga de Desarrollo y disputó cinco Ligas Nacionales con el equipo superior del 2013 (con 16 años) al 2018.
San Lorenzo, uno de los equipos con mayor presupuesto de la Liga Nacional, vino por él para la temporada 2018-19 como una de las fichas U23 más valiosas del mercado y para suplir la partida de Gabriel Deck al Real Madrid. Allí disputó tres ediciones de la Liga Nacional, dos copas intercontinentales y tres BCL Américas. Los primeros años su rol fue secundario en un plantel plagado de veteranos y estrellas de la región. Pero en la pasada temporada, su rol se expandió junto con el de José Vildoza y a pesar de no haber sido el mismo equipo dominante de antaño, San Lorenzo volvió a quedarse con el título, el quinto consecutivo.
Maxi fue una de las piezas centrales de la ofensiva finalizando con el mejor promedio de anotación en su carrera. Siendo un jugador dotado físicamente, atleta de elite, es una constante amenaza en campo abierto. Su velocidad, explosión y control del cuerpo le permiten apilar rivales con el dribbling y finalizar en el otro costado. Es sumamente fuerte, el contacto no le altera la definición y suele aprovecharlo para rectificar en el aire y finalizar con acciones de notoria elegancia.
Su costado como playmaker está infravalorado. Posee la capacidad de generar ventaja y administrarla, teniendo a sus compañeros siempre en el radar. Si a nivel ofensivo su principal fortaleza es la facilidad para llegar a la pintura con o sin pelota, entonces su punto más débil sigue siendo el lanzamiento. Sobre todo el externo. Si bien lo ha mejorado en los últimos años, sintiéndose más cómodo en situaciones de pull-up en media distancia, el tiro de 3p representa una deuda en su juego. Aunque no por eso ha dejado de intentarlo, con tres intentos por juego de promedio en la pasada campaña. Su técnica sigue necesitando demasiados movimientos y fuerza antes de sacar el tiro.
Defensivamente su impacto será inmediato. Se ganó un lugar en la rotación de la Selección Mayor como especialista defensivo en los minutos de descanso para Pato Garino, y se convirtió en uno de los mejores defensores perimetrales de la Liga Nacional. La combinación de agilidad, fuerza y longitud, sumado a su motor y predisposición, lo hacen muy sólido en el 1vs1. Se lo ve disfrutar en el costado defensivo. Además, y no es cosa menor, su predisposición rebotera es fantástica para un guardia. De los mejores guardias reboteros defensivos que existen, sin dudas el mejor de la Liga. Incluso alerta para barrer la canasta y evitar una conversión. En ese rubro, no tiene comparación. Además, le permite tomar el rebote y salir en transición como portador de balón, donde representa una gran amenaza, quizás su mejor versión.
Fausto Ruesga
Alero / 2000 / 201 cm
Estadísticas 20/21 (35 PJ, 34 PT): 30 mi, 12.7 pt (32.8% T3), 8.1 re
El alero llega cedido desde el MoraBanc Andorra, donde llegó a finales de la pasada temporada tras haber tenido el mejor año de su carrera. Su explosión se encuadra en una versión de Bahía Basket que lo tenía como titular indiscutido, pieza importante de la ofensiva de un equipo que ganó tan solo cuatro partidos (4-36 su registro) y acabó descendido.
Miembro de una generación del ’00 plagada de talento en Argentina, los primeros años de Ruesga no se asemejan a los de Fjellerup. No fue un jugador de alto perfil a nivel formativo, pero su crecimiento año a año ha sido brutal. Consiguió su primera convocatoria en Selecciones Juveniles para el Sudamericano U17 como un jugador de rol secundario y acabó el Mundial U19 siendo titular de un equipo que incluía a Juan Ignacio Marcos (Barcelona), Francisco Farabello (TCU), Leandro Bolmaro (Minnesota Timberwolves) y Francisco Cáffaro (Virginia).
Disputó tres ediciones de la Liga Nacional con Bahía Basket donde su rol ha crecido considerablemente. Su carta de presentación son los intangibles. El poderío atlético de Fausto es absolutamente inusual para jugadores nacidos en Argentina. Su potencia y capacidad de salto lo hacen un finalizador contundente sobre el aro incluso en el próximo nivel. De hecho, ha sido doble medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud ganando el torneo de volcadas y el certamen de 3×3, donde hizo alarde de su potencia y versatilidad.
A nivel ofensivo, su impacto en el juego es abrumador, en parte, gracias a su trabajo sin pelota. No necesita el balón para ser productivo. Contragolpes, cortes al canasto y rebotes ofensivos son su principal foco, sobre todo estos últimos. A eso hay que sumarle una drástica mejora en su lanzamiento de tres puntos a pie firme desde la recepción. Aporta muchísimo y casi no toca el balón. En ataque, es poco probable que encaje en el rol de generador. Más bien, será el encargado de recibir ese juego para definir. Puede comportarse como un jugador interior, la pintura es un ecosistema donde se siente por demás cómodo, pero su amenaza con el lanzamiento le permitirá abrir espacio a sus compañeros.
Toda esa versatilidad ofensiva también se traslada al costado defensivo. Puede defender múltiples posiciones. Encaja de manera sensacional en el famoso rol de 3&D. Como defensor de 1vs1 puede contener tanto el perímetro como la pintura, defenderá a la principal amenaza ofensiva del rival en las posiciones de alero y colaborará en grande con el rebote defensivo, aunque no es un protector de la pintura por instinto.
Bautista Lugarini
Alero / 2001 / 203 cm
Estadísticas 20/21 (40 PJ, 28 PT): 26 mi, 9.6 pt (28% T3), 5.1 re, 2.4 as, 1.0 ro
Lejos del panorama atlético de sus dos compatriotas, el perfil de Lugarini es bien distinto. Ha sido desde siempre el jugador más destacado de su generación, lo que le valió el reclutamiento temprano con Bahía Basket, el mismo año que Bolmaro. Podría haber sido el principal referente de Argentina en el Mundial U17 disputado en su ciudad natal, pero sufrió una lesión y apenas pudo jugar unos minutos.
Al año siguiente fue parte del Mundial U19 con la generación 2000, dando un año de ventaja. Allí se ganó un lugar como titular en los puestos de alero junto con Ruesga. Misma pareja que hicieron la temporada pasada en Bahía Basket, donde tuvieron un rol central. Y la realidad es que se complementan de maravilla. Si Ruesga es potencia e instinto, Lugarini es cerebro y habilidad. Ambos pueden jugar tanto en el tres como en el cuatro, siempre abiertos, pero con la posibilidad de llevar al poste bajo a un pareo favorable.
Lugarini puede y quiere tener el balón en sus manos. Comprende el juego en un alto nivel y sabe administrar la ventaja cuando la consigue. No es un jugador deslumbrante en el plano atlético, tampoco desde lo explosivo y en el desplazamiento lateral, pero sí desde los fundamentos. Maneja ambos perfiles, tiene un avanzado juego de pies y sabe usar su cuerpo. Además, en el último tiempo ha ganado peso lo que le permite salir favorecido en situaciones de contacto cercanas al aro, un aspecto en el que solía perder en forma permanente.
Si bien sus números en el lanzamiento exterior no destacan, Lugarini siempre ha sido reconocido como un jugador con habilidad para encestar el triple. Su mecánica es rápida y fluida, no tiene problemas en armar el tiro desde un rango más profundo a la línea de tres puntos. Ha intentado cinco triples por partido, casi 1.2 más que Ruesga en la misma dinámica ofensiva, a pesar de que Ruesga lanzó mejores porcentajes. Quizás se explica porque con Ruesga, las defensas están más pendientes de su penetración y le liberan el lanzamiento, algo que claramente no pasa con Lugarini. De todas maneras, él lo seguirá intentando. La confianza no debería ser un problema.
En el costado defensivo es donde quizás más le cuesta. Su conocimiento del juego le permite estar bien ubicado y adaptarse a las reglas del equipo, pero los desplazamientos y su velocidad lateral no son los fuertes de su juego, lo que suele pagar en la defensa de jugadores más ágiles. Las lesiones han tenido un papel preponderante en su carrera, se ha perdido tiempo valioso de su desarrollo por problemas físicos en sus tres temporadas previas en la Liga Nacional, pero finalmente ha logrado tener un último curso sano, donde disputó todos los juegos de su equipo.
En definitiva, la conexión Argentina-Palma está más viva que nunca, con un futuro esplendoroso, con la LEB Oro como excelente banco de pruebas.