Hablar de Marcos Santos Alija (Santa María de la Isla, 1985) es hacerlo de otro joven entrenador sin miedo a salir de su zona de confort. En constante formación, con una inquietud que le ha llevado a buscar oportunidades en baloncesto masculino y femenino, en diferentes categorías y regiones e incluso con experiencias internacionales como ahora le ocupan, siendo entrenador asistente en el Karhu Kauhajoki, brillante subcampeón de la liga finesa recientemente. Aprovechamos la reciente conclusión de su temporada para charlar con el técnico leonés, repasando tanto esta experiencia como el resto de su trayectoria.
Zona de Básquet – A tus 35 años se puede decir que a clases de geografía pocos te pueden ganar, ¿pero cuándo empieza el germen del Marcos entrenador?
Marcos Santos – Todo comienza en La Bañeza (León) de la mano de José Ignacio Salgado (mi padre deportivo). Yo empecé en el básquet tarde, mi hermana jugaba en el senior del club y yo iba a ver sus partidos. Un día José Ignacio vino a mi instituto y nos animó a probar con el equipo de la Bañeza. Desde ese día poco hemos salido de un pabellón [risas]. El senior femenino entrenaba hasta tarde… y yo tenía que esperar que mi hermana terminara de entrenar para volver a casa, por lo que empecé a “ayudar” a José con el equipo …hay comenzó todo.
ZdB – Digamos que tu primera experiencia fuera es en Zamora (ayudante en el Zamarat de LF2). De allí saltas a Valencia (Ros Casares) durante dos años para llevar categorías inferiores, volviendo a Zamora para ayudar en el equipo de LF y llevar el cadete. En la 13/14 pasas a la disciplina del UVA Ponce, junto a David Barrio. ¿Cómo son esos primeros años?
MS – Estoy muy agradecido a todos los entrenadores con los que he podido compartir momentos, así como a los jugadores que he podido entrenar durante todos estos años. Veinte años entrenando, casi nada. Agradecer de manera especial a Juan A. De Mena (D.E.P.) por darme esa primera oportunidad (sin duda la oportunidad más difícil) y dejarme ayudarle y aprender a su lado. Zamora y el Zamarat siempre tendrán un hueco muy grande en mi corazón. Después tuvimos la suerte de saltar a la otra parte de España, a Valencia, donde he vivido grandes momentos en mi carrera profesional y personal. Allí tuve la suerte de coincidir con grandes jugadoras y entrenadores (Xavi Albert, actual entrenador del júnior de VBC, entre otros muchos). De allí volvemos a Zamora, esta vez a LF1 de la mano de los hermanos De Mena, para continuar el año próximo a la ciudad de Valladolid, donde tengo la suerte de entrenar en uno de los mejores clubes de formación de España (Ponce UVA). Allí tengo la suerte de coincidir con David Barrio (actual entrenador del Ciudad de Ponferrada), con Chuchi Fernández y Tato Martínez, entre otros muchos entrenadores de un nivel brutal. Normal que Ponce esté donde está con esos profesionales. Gracias a los contactos de David Barrio y de José Carlos Rojo me sale la oportunidad de irme a Suecia al año siguiente, de la mano de Paco Galindo, un agente vallisoletano.
ZdB – Llega la 14/15 y vives tu primera experiencia internacional, yéndote al Solna de Suecia, un equipo femenino con pedigrí, para ser entrenador asistente del primer equipo, que entrenaba Manuel A. Rodríguez, llevando también el segundo equipo (además de entrenamientos específicos con las jugadoras). ¿Cómo recuerdas esa experiencia?
MS – Al principio, la verdad… Miedo. Fuera de casa, el nivel de inglés (no el que nos gustaría, soy muy exigente conmigo mismo)… Pero la experiencia una autentica pasada. Conocer una nueva forma de vida, una nueva cultura, un nuevo baloncesto… Todo nuevo, pero muy muy satisfactorio. Llegamos a un club grande en Suecia, con numerosos títulos y mucha historia, pero la verdad con problemas económicos en esos momentos. El primer equipo era muy joven y sin americanas hasta enero, con lo que todo se hacía un poco más difícil a nivel deportivo. El aprendizaje y la disposición de las jugadoras por mejorar, impecable, los resultados deportivos tardaban en llegar, pero estuvimos a punto de conseguir la permanencia (en la fase de permanencia). Con el segundo equipo, en el que era primer entrenador, lo hicimos muy bien, entrando a la segunda fase, que daba acceso a lucha por el ascenso (aunque no pudiésemos ascender por ser un equipo filial). También disputamos la liga U19 (tanto regional como nacional), puesto que todas las jugadoras del segundo equipo eran jóvenes. Estuvimos a un punto de meternos en la Final 4 Nacional y fuimos el único equipo que derroto al campeón (BG Luleå) en todo el torneo. Muy orgulloso de todas las jugadoras.
ZdB – La 15/16 cambias de tercio y te pasas al básquet masculino, recalando en el BVM2012 de Arturo Álvarez (actual entrenador de Palencia). Llegaste a un equipo con aspiraciones en EBA pero al que marcó las lesiones. Además no olvidaste el baloncesto femenino, porque la FBPA contó contigo para llevar a las cadetes asturianas. ¿Cómo fue la temporada?
MS – Trabajar al lado de Arturo Álvarez es un lujo. Este año en Mieres fue muy especial, no solo por volver a entrenar en masculino, sino por tener la suerte de entrenar a grandes jugadores que teníamos en el equipo. Además, vivíamos todos en la residencia del club, tanto los jugadores del primer equipo como los jugadores del programa júnior, con lo que se formó un ambiente especial. Guardo mucho cariño a la ciudad y a la gente de Mieres, todos los veranos me escapo a ver a mis amigos asturianos. También fue muy especial trabajar con la FBPA y tener el privilegio de entrenar a una gran generación cadete femenina, con la que nos quedamos a las puertas de ascender a categoría especial. Un gran año del que guardo mucho cariño.
ZdB – La 16/17 vuelves a casa para unirte al Basket León y formar tándem con Julio González. ¿Cómo fue volver a casa y estar una temporada en León?
MS – Fue una temporada muy buena. Los resultados y la actitud del equipo fueron de 10. Conseguimos algo que no estaba en las previsiones iniciales, como fue jugar la Fase de Ascenso a LEB Plata, el mejor resultado del club hasta la época. Ojalá que el club esté pronto, como mínimo, en LEB Plata.
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Al habla con Julio González y Marcos Santos (Fundación C.B. León) – Zona de Básquet (zonadebasquet.com)
ZdB – La 17/18 parecía que la ibas a afrontar entrenando al Virgen Concha, pero finalmente vuelves a otra ciudad conocida como Valencia para ser entrenador ayudante del Valencia de LF2, el cual comandaba Rubén Burgos. ¿Algún motivo para ese giro o era una oportunidad que no podías dejar escapar?
MS – Fueron momentos difíciles para mí a nivel personal, pues Nacho Teruelo y Tomás Fernández me llamaron para liderar este proyecto. Estuve trabajando en la búsqueda de jugadores para el club y, de hecho, algunos de los jugadores con los que estuve en conversaciones finalmente jugaron ese año para el club, realizando una gran temporada. La llamaba de VBC era la llamada un proyecto profesional, de un club que estaba apostando muy fuerte por un proyecto y que apostaba por mí por mi experiencia en la liga. No podía decir que no. Todo fue muy bien, en lo personal y en lo deportivo, con el ascenso a LF Endesa (en ese momento LF DIA). Una pasada conseguir el ascenso con una Fonteta llena. Una experiencia inolvidable.
ZdB – Valencia y Picken Claret firmaban un convenio la 18/19 y tú te ibas al conjunto amarillo para ayudar una vez más de asistente, junto a un reciente entrevistado nuestro como Pedro García (ahora en Islandia) y Quintero. ¿Qué tal fue ese curso?
MS – Fue un año distinto, pues yo seguía perteneciendo a VBC. Trabajaba por las mañanas con Valencia y por las tardes con Claret. A nivel deportivo empezamos dubitativos, el club decide cambiar el puesto de primer entrenador, momento en el que Pedro García es cesado y Antonio Quintero ocupa su puesto. Nunca había vivido esa experiencia desde dentro, con lo que fue otra experiencia a sumar (la vida es una suma de experiencias). Este cambio provoca en el equipo una reacción, cambiando mentalmente y haciendo una liga muy buena, quedándonos a las puertas de la Fase de Ascenso. Mi recuerdo tanto del club, jugadoras, directivos y afición fue muy bueno.
ZdB – La 19/20 “sales de la rueda” y no la inicias en ningún equipo. Sin embargo, el entrenador valenciano Ángel Fernández recala en Quesos El Pastor y vuelves con él a Zamora. ¿Cómo es de nuevo el regreso a un lugar que ya conoces y cómo fue la temporada desde finales de noviembre hasta que el coronavirus lo detuvo todo?
MS – Que salgo de la rueda profesional puede ser cierto, pero sigo entrenando a alto nivel. Este año lo empiezo en El Pilar (Valencia), un club con mucha tradición de básquet en la Comunidad Valenciana. Me encontraba entrenando al Júnior A femenino y a varios equipos de cantera. Con la salida de Fran García, desde el CD Zamarat (club al que tengo mucho cariño) se ponen en contacto conmigo para que me una a ellos. Ya lo habían hecho anteriormente, pero esta vez llegamos a un acuerdo. Situación atípica, cambio de cuerpo técnico a media temporada, el equipo en puestos de descenso y no buenas vibraciones. Las jugadoras demostraron que tenían básquet, pero sobre todo muchas ganas para revertir la situación. De no ser por el COVID-19, que obligó a cancelar la competición (todo esto es hipótesis, pues nunca se sabrá), yo creo que el ambiente y sobre todo la dinámica del equipo eran de conseguir una más que merecida salvación deportiva.
ZdB – Con la pandemia cambiándolo todo y cuando parece que la gente mayoritariamente busca estar cerca de casa, o al menos en España, surge una oportunidad fuera de nuestras fronteras y te vas a Finlandia para entrenar al júnior del Karhu, equipo potente que ganó los dos últimos campeonatos fineses en 2018 y 2019 (además, ejerces de entrenador asistente del primer equipo). ¿Cómo se gesta el fichaje, qué te atrae y por qué das el paso?
MS – De mi paso por Suecia surge la amistad con el entrenador jefe del equipo, Janne Koskimies (en ese momento él era entrenador ayudante del equipo masculino). Hablando surge la opción de que le acompañe en el cuerpo técnico del primer equipo y de poder profesionalizar la cantera. Y como aventureros que somos, para aquí que nos hemos venido.
ZdB – El equipo no defrauda y ha vuelto a estar en la élite, llegando a la final. ¿Cómo ha sido la temporada, los playoffs y esa final donde no pudisteis derrotar al Salon Vilpas?
MS – La temporada, rara. El maldito COVID nos ha privado de disfrutar de nuestra afición, una de las más ruidosas del país. La liga comenzó con un pequeño número de aficionados en las gradas, pero hemos terminado jugando sin público. Una pena. En la final nos faltó energía, pues llegamos con varias bajas importantes y con bastantes jugadores tocados. Los playoffs en Finlandia son muy exigentes, pues juegas cada dos-tres días y los partidos son uno casa/fuera, uno fuera/casa… hasta conseguir cuatros victorias en todas las rondas (cuartos-semis-final). Durillo físicamente y encima sin el apoyo de tus fans.
ZdB – ¿Cuáles eran las funciones básicas que realizabas con el primer equipo?
MS – Todos los días nos reuníamos por las mañanas, unas veces después del entrenamiento de la mañana y otras antes del mismo, para preparar los entrenamientos y ver en vídeo las sesiones/partidos del día anterior. Ahí cada uno daba su punto de vista y veíamos qué trabajar y cómo hacerlo. También hacía las tablas de tiro de los partidos, es decir, el nivel de nuestros y sus tiros (si eran tiros liberados o forzados) para tener una idea de cómo había sido el partido. Nuestra idea en ataque era conseguir tiros liberados, no forzar las acciones. También cortaba los entrenamientos para analizar las situaciones que habíamos trabajado, entre otras cosas.
ZdB – No podemos dejar pasar esta entrevista sin preguntarte por la Korisliiga. Con cuatro americanos por equipo, y generalizando, es una competición muy marcada por ellos, con mucho ritmo y muchos tiros y más “run to gun” que ataques lentos y tácticos, con americanos explosivos y pocos hombres altos ente los extranjeros. ¿Qué impresión te ha dado a ti? ¿Ves mucha diferencia con lo que ves en Ligas FEB?
MS – Es bastante distinto. Por ejemplo, el único equipo que jugaba distinto es el que ha ganado la liga. Tenían un base veterano, Teemu Rannikko (ex ACB con el extinto CB Granada) y un interior veterano, Jeremiah Wood (a la postre MVP de la final, que ha dominado el poste bajo). El resto de equipos jugaban a posesiones altísimas y sin un control del partido. Nosotros teníamos a Bojan Šarčević en la posición de ‘uno’, que es un seguro, pues he visto pocos jugadores con esa visión de juego, una pasada. Con un mejor físico para defender creo que hubiera sido un jugador para estar mucho más arriba. Nosotros teníamos en plantilla a cinco americanos, pero solo podías alinear a cuatro en cada partido, pudiendo hacer los cambios que quisieras durante la temporada. Hemos tenido muchos problemas de lesiones durante la temporada y nos surgió la posibilidad durante la temporada de incorporar a un quinto americano que ya se encontraba en Finlandia. El porcentaje de acciones que se juegan los americanos es muy alto, no sé exactamente el dato, pero muy alto, y eso les hace tener esos números muchas veces.
ZdB – ¿Cómo es tener en el equipo a un capitán general como Bojan Šarčević, con todo lo que aporta y tantos años en la disciplina del equipo ya?
MS – Bojan es capitán general en la liga, un jugador descomunal y una persona entrañable en lo humano. Se le nota su carácter bosnio, sobre todo en su relación con los árbitros. En Kauhajoki es una persona muy querida por todo el mundo. Llegó muy joven a Finlandia y se ha adaptado perfectamente al país, domina a la perfección el idioma, que es complicadísimo. Lleva ocho años en el club, pero, por desgracia, la próxima temporada no seguirá en el club. Una gran pérdida para la entidad, que tendrá que trabajar en conseguir un muy buen base para tratar de ocupar ese hueco.
ZdB – Un nombre que tenemos apuntado bien en rojo y que este curso ha dado un salto de nivel es Okko Järvi. ¿Qué nos puedes contar de él y dónde le ves por proyección?
MS – Okko es otro de los jugadores que la próxima temporada no estará en la disciplina del equipo. Un jugador con un talento ofensivo brutal y que ha dado un salto muy grande en su rendimiento en las tres temporadas que ha jugado en el club, siendo el máximo anotador nacional. Creo que la liga finesa se le queda pequeña y que intentará demostrar su valía en una gran liga. Este año anotó 47 puntos contra Helsinki Seaguls, líder invicto de la liga en ese momento, un acto que no está al alcance de muchos. Okko es un jugador muy entrenable, joven y con margen todavía de mejora. ¿Su techo? Solo él lo sabe.
ZdB – La columna vertebral de los americanos del equipo sufrió alguna modificación con las salidas de Utomi y Spearman, pero sin embargo llegaron jugadores de nivel, como un experimentado Hilliard y un “rookie” de pedigrí como Osaghae, un verdadero protector del aro que hizo pareja en el poste con otro “rookie” como TJ Holyfield. ¿Cómo los viste?
MS – En el caso de Utomi, él decidió cambiar de aires en diciembre (actualmente juega en Francia). Es jugador joven con un gran físico y con capacidad para atacar y defender tanto interior como exterior, lo que nos daba muchas posibilidades. En el caso de Spearman fue distinto, no se adaptó a lo que el equipo le pedía y tanto club como jugador llegaron a un acuerdo para resolver el contrato. Un jugador con un talento ofensivo brutal y capacidad para generarse tiros con una facilidad asombrosa. Mucho talento. Osasu Osaghae es un jugador en formación (22 años), pero con unas condiciones de intimidación brutales que le llevan a cambiar un montón de tiros (es muy grande). Le queda mucho margen de mejora y será un gran jugador (condiciones las tiene todas) si consigue mejorar su físico. TJ Holyfield es un americano atípico en estas ligas, un jugador de equipo. Una pena para nosotros no poder contar con sus servicios en la final. Es un interior capaz de abrir el campo, con muy buena mano y buen defensor en el poste bajo. Por último, Anthony Hilliard es un veterano, con lo que ello conlleva; nos ha dado mucho, un jugador muy completo que nos ha dado sobriedad tanto en ataque como en defensa.
ZdB – Nos ha gustado mucho la apuesta por dos jugadores semidesconocidos que habían brillado con calidad en ligas menores. Uno de los puntos fuertes de Karhu es su ojo con jugadores “semidesconocidos” ¿Qué nos cuentas de Collin Malcolm (desde Georgia) y Jeff Garrett (Luxemburgo)?
MS – Eso tendríais que preguntárselo directamente a Janne koskimies, el entrenador jefe, que se pasa viendo vídeos y jugadores mucho tiempo, así como hablando con innumerables agentes. Collin Malcolm (23 años) es un jugador que estoy seguro que veremos en grandes ligas si sigue con esta progresión; jugador capaz de aportar en la posición de 4, con muy buena mano, pero también desde el exterior con un gran 1c1 (hay que destacar también su capacidad defensiva, siendo capaz de defender incluso el puesto de base). El caso de Jeff es distinto, pues nosotros estábamos buscando un jugador que nos ayudara a entrenar y poder jugar en caso de lesiones. Y vaya si nos ayudó. De hecho, ya conocía la liga, pues había empezado la temporada en el BC Nokia. Con una gran fortaleza física y un gran talento ofensivo, nos dio mucha solidez y energía saliendo desde el banquillo.
ZdB – La liga finlandesa es una competición con buenos jugadores. ¿Alguno que te haya llamado la atención?
MS – Un jugador que para mí resulto determinante en la victoria de Vilpas en la final fue Myles Stephens, un gran defensor y con muy buenos números en ataque (62% T2 y 31% T3 en playoffs). Sin tener los focos puestos en él (Koivisto, Rannikko, Wood…) en su equipo era esencial.
ZdB – El Karhu es el equipo de una pequeña localidad de apenas 14.000 habitantes como es Kauhajoki. ¿Cómo consigue el equipo los apoyos para estar en la zona “top” de la liga a pesar de ser una localidad tan pequeña?
MS – Tiene un gran apoyo de mucha gente y el apoyo de la población es una pasada. En breve van a construir un nuevo pabellón, que tiene pinta de ser una pasada, con unos 2.300 asientos y restaurantes en el interior del mismo.

ZdB – ¿Cómo ha sido la temporada con las categorías inferiores?
MS – No sé puede valorar, pues solo hemos podido jugar parte de la temporada con normalidad covid. Empezamos jugado la liga U15 Nacional con normalidad, pero en diciembre se paralizó todo. Nos pasó lo mismo con los equipos U14-U12-U10 que jugaban la liga Regional. Después de navidad todo parecía que volvía a la normalidad con la vuelta a la competición del primer equipo (sin público, eso sí), pero no fue lo mismo en cantera, pues las ligas nacionales se terminaron cancelando, con lo que solo hemos podido jugar las ligas regionales. El nivel de implicación de los jugadores es muy bueno, pero se necesitarían más equipos y jugadores para poder desarrollar más las ligas. En nuestra región el problema es que las distancias son muy largas: Oulu a unas cinco horas en bus (380 km), Äänekoski a tres horas (210 km), Jyväskylä también a tres (217 km)… Por lo que la federación monta torneos de un día para que los equipos jueguen dos partidos. En general la experiencia ha sido muy buena.
ZdB – ¿Cómo está la situación sanitaria en Finlandia? ¿Hay muchas restricciones por el coronavirus? ¿Tuviste que pasar una cuarentena a tu llegada?
MS – La situación está bastante controlada, pero yo vivo en la burbuja de Kauhajoki y no me entero mucho. Al llegar al país en agosto tuve que estar trabajando desde casa y sin poder relacionarme con nadie durante 15 días. El club me facilitaba lo que necesitara.
ZdB – A la hora de la competición habéis sufrido parones por el virus. ¿Cómo eran los protocolos? ¿Pasabais PCR antes de los partidos?
MS – No, aquí el distanciamiento social es natural. Si algún jugador tenía algún síntoma o contacto con algún afectado por covid tenía que pasar una PCR y estar aislado del grupo 10 días, pero los equipos no tenían que pasar ningún tipo de test semanal. En nuestro club, cuando los jugadores volvieron del parón de selecciones, se les hizo una PCR, pero fue decisión del club por precaución.
ZdB – Ya hemos dicho que Kauhajoki era una ciudad pequeña y tranquila. ¿Cómo ha sido la vida ahí fuera del baloncesto?
MS – Aquí la gente hace mucha vida en el exterior (y eso que hace bastante frío). También nos hemos introducido en la cultura de la sauna, que me encanta (casi todo el mundo tiene una en su casa). Kauhajoki tiene muchos montes, senderos por los que caminar y lugares que ve. En ello hemos empleado el tiempo. Un lugar con mucho encanto.
ZdB – A pesar de tu juventud tienes mucha experiencia en diferentes sitios y tanto en baloncesto masculino como femenino. ¿Tienes ganas de probar como entrenador principal?
MS – Uno siempre está dispuesto para afrontar nuevos retos. Hace falta que los directivos apuesten por gente joven, que no siempre suele ser así. Por el momento seguimos formándonos e intentando ser el mejor entrenador posible para ayudar a los jugadores.
ZdB – A lo mejor es pronto para pensar en el próximo curso, pero nos gustaría saber qué tienes en mente.
MS – Estamos hablando de cara a la próxima temporada, desde el club me han mostrado su intención de continuar, están contentos con mi forma de trabajar. Ahora falta llegar a un acuerdo, pero uno nunca se cierra puertas. La opción de España siempre está ahí. Como en casa en ningún sitio.
ZdB – Muchas gracias por tu tiempo, Marcos.
MS – Muchas gracias por acordaros de mí. Un fuerte abrazo.