Nos vamos de nuevo hacia Irlanda en Diario de un emigrado. Turno de mirar a un español que destacó de forma abrupta en la Segunda División de Irlanda tras llamar mucho la atención en Liga EBA el curso pasado. Hablamos de un Carlos Hortelano (Valencia, 1996) que, tras toda una vida perteneciendo al CB Aldaia, decidió pegar un salto geográfico tras finalizar la pasada temporada.

Inicios y salto al profesionalismo

Mi afición al baloncesto no empezó hasta los 10 años. Anteriormente siempre había sido bastante aficionado al fútbol y de hecho les insistía constantemente a mis padres que me apuntaran porque me tiraba horas y horas jugando en el patio del recreo. Fue a raíz de jugar un 3×3 en la calle organizado por el Club Bàsquet Aldaia cuando me empecé a interesar por el baloncesto. Participé simplemente por hacer deporte junto a dos amigos un sábado por la mañana. A pesar de no tener mucho conocimiento del deporte que estaba practicando, no lo hice del todo mal. Mi padre estuvo allí, y por el ambiente que presenció y el tipo de deporte que era, percibió que yo podría tener más futuro en el baloncesto y lo disfrutaría más que el fútbol. Entonces al acabar el torneo me dijo algo así como “este año te apuntaré al Club Bàsquet Aldaia, sino te gusta la experiencia, tranquilo, que te apuntaré al club de futbol que tú quieras”. Entonces, al jugar mi primer año, me encantó. Por ello seguí jugando allí hasta ser sénior de quinto año.

Mi etapa en el club ha sido increíble, ya que he podido jugar en las máximas categorías a nivel autonómico en Cadete y Júnior con mis mejores amigos de toda la vida, y siendo entrenado por dos grandes entrenadores como Kike Mozo y Paco Pardo. Una vez en Sénior, nuestro equipo se encontraba en categoría Autonómica recién descendido de Nacional. La directiva decidió apostar por los jugadores de la cantera, siendo Paco Pardo el entrenador del equipo. De esta manera conseguimos dos ascensos en tres años. Aún a día de hoy pienso que es lo mejor que he vivido hasta la fecha jugando a este deporte.

Debido al esfuerzo de todos, conseguimos jugar en EBA a un buen nivel, manteniendo el bloque de canteranos por los cuales el club apostó en los inicios. Esta vez entrenados por Guillem González, quien había sido compañero de equipo y segundo entrenador todos estos años. Personalmente, mi primera temporada en EBA fue bastante irregular. No fue hasta la segunda fase cuando jugué el baloncesto que me hacía disfrutar, pero todo cambió en la segunda temporada, cuando, gracias al equipo y especialmente a Guillem, pude mejorar mi confianza y mi juego hasta alcanzar el nivel que yo quería para poder ayudar al equipo tanto en defensa como en ataque.

Oportunidad de jugar en el extranjero

La razón por la cual me empezó a interesar jugar en el extranjero fue cuando en mis años de jugador en EBA finalicé mis estudios universitarios y varias agencias de representantes me empezaron a contactar diciéndome que tenía nivel para jugar en el extranjero. En ese momento yo no era consciente de que era un jugador lo suficientemente bueno para jugar fuera de España, pero me interesaba la idea de jugar en otros países, pues en el futuro quería acceder a un máster en el cual me exigían un B1 de inglés y mi nivel era nulo.

Tras estar con una agencia que no me consiguió lo que había pedido, me pongo en contacto con el entrenador de Limerick Celtics a través de un entrenador del club de Aldaia. La oferta que me hizo fue convincente y eso hizo posible disfrutar mi primera y única experiencia en el extranjero hasta el momento.

La vida en Irlanda

Equipo
Limerick Celtics. Los partidos como locales los jugábamos en St Munchin’s College. En cuanto a la afición y los compañeros, diría que Limerick Celtics es un club formado por gente muy cercana, el trato por parte de la gente del club ha sido muy bueno (cada vez que necesitaba ayuda, cualquier compañero o integrante del club me la ofrecía).

Esa misma gente que hacía tantos favores desinteresadamente era la que venía a apoyarnos todos los partidos, nos sentíamos muy apoyados cuando jugábamos en casa. A veces incluso se desplazaban cuando jugábamos fuera. De las mejores experiencias que me llevo de la afición fueron los partidos contra UL Eagles, el equipo de la Universidad de Limerick con el cual existe una gran rivalidad. Este año, los dos encuentros contra Eagles han estado completamente llenos de público y la experiencia de vivir esos dos partidos ha sido increíble.

Liga
Men’s Division One (segunda división de Irlanda). El nivel de la liga no se podría comparar exactamente a una liga española, ya que el baloncesto que se practica es totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados aquí. El juego se basa en el 1vs1 con balón y en acciones muy rápidas que acaban en tiro. La táctica es prácticamente inexistente y la defensa siempre pasa a un segundo plano. Dicho todo esto, lo más similar que podríamos encontrar, sería la Primera División Nacional. En Irlanda, todos los equipos tienen un jugador americano que hace que suba el nivel del equipo, y por lo tanto de la liga en sí. Entonces, a pesar de las carencias a nivel de juego de la liga, los jugadores extranjeros hacen que el nivel se incremente. Algunos americanos de esta liga incluso podrían jugar en LEB Plata en equipos punteros.

Situación en liga
Quedamos en sexto lugar, cumpliendo con el objetivo de clasificarnos para los playoffs. Empezamos la temporada bastante mal, nos costó bastante adaptarnos al estilo de juego de la liga, ya que es totalmente diferente al que solíamos jugar los dos extranjeros del equipo. Una vez pasada la Navidad, fuimos el tercer mejor equipo de la segunda fase (perdimos solamente dos partidos) y gracias a ello conseguimos clasificarnos para los playoffs de la Men’s Division One. Como es evidente, no pudimos jugarlos por el COVID 19. Las sensaciones al acabar la temporada han sido buenas, ya que a nivel colectivo cumplimos el objetivo y a nivel personal he sido elegido en el segundo mejor quinteto de la liga, siendo el segundo máximo anotador de la liga por detrás de mi compañero americano.

Localidad
Limerick. Es la tercera ciudad más poblada de Irlanda y tiene aproximadamente unos 58.000 habitantes.

Acogida de la gente
La acogida ha sido muy buena por parte de los irlandeses, es una ciudad que está acostumbrada a convivir con inmigrantes que van a aprender inglés, por lo que para cualquier cosa están dispuestos a ayudar a los extranjeros.

Residencia y adaptación
La adaptación al principio fue bastante difícil por el tema del idioma, no lograba entender a las personas al hablar y eso repercutía en que no me comunicase mucho con la gente. A medida que pasaba el tiempo mi inglés iba mejorando, por lo que lograba integrarme mejor y pude comunicarme con todo el mundo.

Vivía con mi pareja (que se animó a acompañarme en esta aventura), con mi compañero de equipo americano y con otra compañera americana que jugaba para el equipo femenino del club.

Por lo tanto, con la persona que más me he relacionado después de mi novia ha sido con Kevin, mi compañero de casa y de equipo. Ha sido un placer jugar y entrenar con él, es el mejor jugador con diferencia al que he podido enfrentarme.

Morriña
Lo que más echo de menos es la relación con mi familia y mis amigos, me considero una persona bastante cercana a la gente. Pero también el clima es un factor importante que echo en falta, puesto que en Valencia estoy acostumbrado a tener sol casi todos los días del año y en Limerick es totalmente adverso.

Lo mejor de Irlanda
Si me tuviera que quedar con alguna cosa sería con la hospitalidad de los irlandeses con todo el mundo. He vivido situaciones que serían imposibles de vivir en España; a pesar de que en España hay personas amables dispuestas a ayudar en todo, allí lo llevan a otro nivel.

Opciones de ocio
Las opciones de ocio son mucho más limitadas que las que tenía en Valencia, ya que Limerick es una ciudad mucho más pequeña. La cultura del ocio es diferente en Irlanda que en Valencia principalmente por el clima. La opción que más gustaba era la de ir a algún pub irlandés o a casa de alguien a tomar algo con los compañeros de equipo y mi pareja.

Seguimiento de ligas españolas
Sigo la ACB (soy aficionado del Valencia Basket) y principalmente sigo la Conferencia E de EBA, donde juega CB Aldaia y los equipos a los que me enfrentaba cuando jugaba en España. Es interesante ver los jugadores que están mejorando día a día en esa liga, qué equipo está dando la sorpresa, la decepción… Todas esas cosas que nos gustan a los aficionados.

Es bastante difícil ver un partido de la ACB  en Irlanda, no lo televisan en ningún lado. En cuanto a las competiciones FEB es prácticamente imposible ver un partido en directo. Siempre tiene que ser todo a partir de YouTube o el Canal FEB. Una de las cosas en las que nos supera el baloncesto irlandés es que la mayoría de equipos retransmiten los partidos en directo a través de sus respectivas páginas de Facebook. Me parece una buena manera para poder hacer más visibles los partidos cara al espectador.

Futuro

La temporada que viene me gustaría volver a repetir la aventura ya que me gustaría jugar en una liga con más nivel, a la vez que sigo perfeccionando mi inglés y ganando dinero. Y ya dentro de unos años me gustaría volver para centrarme en finalizar del todo mis estudios.

Dicho esto, mi futuro ahora mismo es una incógnita ya que, a pesar que tengo equipos interesados en que juegue para ellos, no sé si podré ir por la situación que nos encontramos con el COVID 19.

Mi objetivo en la vida es trabajar de geógrafo (me gradué hace dos años en la Universidad de Valencia). La geografía es, junto con el baloncesto, una de las cosas que más me apasionan en la vida; me encantaría ejercer de docente en el futuro y compaginarlo con el baloncesto.