En nuestro artículo de ayer hacíamos un repaso rápido a los movimientos de las plantillas de la LEB Oro, en el que plasmábamos nuestra visión sobre tres de los recién llegados (Vaidas Čepukaitis, Fahrudin Manjgafić y Maj Kovačevič), dejando en stand by la correspondiente a Lysander Bracey y Bryce Nze, a quienes les toca pasar hoy por nuestro radar.
Bryce Nze
ICG Força Lleida
Le está costando mucho a la escuadra ilerdense completar su plantilla. La mala adaptación de CJ Gettys, que apenas duró un mes a pesar de su “teórica” calidad de baloncesto, y la frustrada incorporación del exACB Devin Thomas han supuesto un importante varapalo. Con Carrera en modo MVP y Vučetić a gran nivel, su único relevo natural son los centímetros del temporero Tew, en plena fase de adaptación. Ante esta situación, en Lleida han apostado por para sumar uno más a la causa, siendo el elegido un rookie americano con pasaporte nigeriano, Bryce Nze (1998, 201 cm).
Empezó su carrera universitaria la 2016/2017 en Wisconsin-Milwaukee y tras dos campañas con buenas medias pidió el transfer, por lo que pasó un año en blanco para jugar en la prestigiosa Butler. Allí estuvo tres años a buen nivel, como en su última temporada (21/22: 8.7 pt, 6.5 re, 1.5 as), produciendo siempre.
Por su juego es un 4×4 que debe llegar a los 2 metros pelados pero que hace de todo. Puede jugar de cara al aro, va fuerte al rebote, tira de tres a pies quietos y, sin ser un generador nato, le gusta producir, aunque a veces en sus penetraciones se mete en la boca del lobo. En defensa no teme el contacto y en NCAA ha tenido un rendimiento constante.
Falta por ver cómo encaja en el plantel de Gerard Encuentra, donde se encontrará con un 4 titular como Michael Carrera, al que le gusta estar mucho tiempo en pista, teniendo además el peaje de ser rookie. Desconocemos si Lleida seguirá con Tew o querrán otro ‘cinco’, pero Nze puede dar relevos de cierta calidad a Carrera, quien en varios partidos ha llegado cansado al final, e incluso pueden estar ambos con en pista, en modo small ball, algo que no variaría mucho el juego de los ilerdenses, ya que el cinco titular Vučetić suele jugar bastante abierto.
Lysander Bracey
Cáceres Patrimonio de la Humanidad
Han sorprendido desde Cáceres con la incorporación de Lysander Bracey (1996, 193 cm), pero es que el inicio irregular, donde han sumado, eso sí, tres victorias, les ha hecho buscar savia nueva, porque su primera unidad báltica, compuesta por Vecvagars y Jarumbauskas, aún no ha ofrecido su mejor versión.
No voy a engañar, el fichaje de Bracey como ‘dos’ americano me ha sorprendido, y estaba totalmente fuera de mi radar. Destacó en su primer año universitario en el mundo JUCO, siendo reclutado como sophomore por Hampton la 2016/2017, sin embargo en sus tres años allí no tuvo un rol importante en una Uni de nivel medio-bajo, promediando 4.4 pt su último año. Su temporada rookie, 2019/2020, fue en el Barsy de Kazajistan como destino exótico. Después estuvo una temporada sin jugar, aunque destacó en una liga amateur americana como la ECBL. Desde ahí firma en Colombia (Sabios), donde destacó como anotador en 2021. Su buen rendimiento hizo que en 2022 varios equipos latinos se interesaran en sus servicios. Firma por Corsarios, de nuevo en Colombia, y luego en Venezuela con Cangrejeros, para acabar volviendo a Colombia a jugar con Cimarrones, con los que disputó el último tramo (17.8 pt, 2.9 as).
Es un jugador que viene en forma, porque ha disputado un alto número de partidos en los últimos meses. He estado estos días observando su rendimiento en Colombia, tratándose de un ‘dos’ liviano, veloz, habilidoso en el P&R o a campo abierto, y capaz sacar faltas, así como de anotar desde el triple sin problemas. A pesar de esta tarjeta de presentación, su fichaje lo veo como una apuesta de riesgo más allá de su condición de extracomunitario. Está claro que viene a cubrir un hueco y generar juego, algo que hacían Pope desde el uno o Lafuente jugando en el 2-1. Va a dar tiro y esos toques de killer, pero tengo dudas respecto al plano físico, juego táctico, rendimiento atrás (a pesar de sus manos rápidas) y, sobre todo, como será su rendimiento ante unas defensas y scoutings que nada tienen que ver a las que está acostumbrado. En definitiva, un arma más para Roberto Blanco que habrá que comprobar si es revelación o fiasco.