Tras destacar en Europeos de formación, siendo el referente de su selección, y sin llegar a consolidarse o llegar a una verdadera reconversión, puede extrañar ver en Radar ZdB a Ben Kovac (2000 / 196 cm), eterno niño maravilla del baloncesto de Luxemburgo, un país de escasa potencia baloncestística. Pero no nos engañemos. La temporada pasada decidió salir de su zona de confort y recaló en los Países Bajos, donde ha adquirido una buena progresión que puede llevar a Ligas de Europa a este jugador que, recordemos, es aún U22.

Ben Kovac tuvo desde muy pequeño un balón de baloncesto entre sus manos. Su madre, jugadora del Basket Esch, que falleció cuando él tenía 12 años, siempre fue su influjo. Apoyado por su padre, empezó a destacar, ya fuera en las categorías de formación, y teniendo ya incluso presencia en el primer equipo de Basket Esch a pesar de su juventud. Compañero del exBetis Lou Demuth (de vuelta en Luxemburgo), Kovac jugó su primer Europeo Cadete siendo infantil en 2014, saliéndose en el verano de 2016 en el Europeo U16 de División B (23.3 pt, 13.3 re). En júnior volvía a repetir y además jugaba en la primera división de su país. De tal forma, la 17/18 promediaba 6.8 puntos y 3.9 rebotes con Esch, siendo 18.9 puntos y 10.4 rebotes con la selección Júnior. Sin embargo, su tamaño y su escasa consistencia en el tiro levantaban dudas. Parecía que sería carne de NCAA, pero al final no lo fue y siguió en el equipo de siempre. La 18/19 seguía su línea ascendente sin llegar a romperla (10.3 pt), registrando buenos promedios (16.3 pt, 7.3 re) en el Europeo U20 de 2019, en el que fue protagonista el NBA Queta; sin embargo, su toma de decisiones levantaba dudas.

La 19/20 (inicio pandemia) fue de paso y la 20/21 tomaba la decisión de ser baloncestista profesional tras rechazar la oferta del Inter Bratislava (tiene raíces eslovacas), siendo su apuesta por un club neerlandés formador de jugadores como Den Helder Suns. Allí hizo una buena temporada y fue de menos a más (12.6 pt, 3.6 re), acabando el curso ayudando a su equipo de siempre, Basket Esch (7 pa, 12.1 pt, 4.7 re). Esta temporada empezó como un tiro, sigue progresando y empieza a llamar la atención de otras ligas y equipos (32 mi, 16.8 pt, 4.7 re, 2.2 as, 1.9 ro). Otro aspecto importante es que en los últimos años al fin ha conseguido instaurarse en la selección absoluta con un rol importante (medias de 11.5 puntos, 5.5 rebotes y 4.5 asistencias en noviembre, aportando 12 puntos y 6 rebotes ante Albania en la reciente ventana de febrero).

Son muchos años los que lleva viendo a Kovac el que suscribe estas líneas, tanto cuando era líder estadístico en Europeos de formación como cuando competía en una liga débil como la luxemburguesa, donde los dos extranjeros tienen carta blanca para lanzárselas todas, salvo determinados casos de jugadores locales. Su salida hacia Países Bajos, a un equipo joven, le ha venido como anillo al dedo. Una competición más estructurada que la de su país y con rivales que le puedan exigir.

Ya la temporada pasada me gustó y en esta ha seguido su progresión hacia arriba, aunque aún le queda camino. Ya en posiciones exteriores a tiempo completo, cuando de joven disputaba algún minuto por dentro, sigue manteniendo su físico (buen tren superior). En la época de cantera ese físico le hacía destacar, pero ahora sigue manteniendo esas condiciones de explosividad, velocidad y muelles, consolidando su lanzamiento cada curso. Actualmente tiene varias vías de anotación: por un lado, ha conseguido estabilizar su tiro de tres, muy cómodo en el catch and shoot, no duda en lanzar nada más recibir (aunque el defensor esté encima); por el otro, sale muy cómodo a campo abierto, donde exhibe toda su potencia. Además, sabe jugar sin balón en estático y aprovecha muy bien los cortes sin balón, beneficiándose con un base asistente.

No es un jugador cuyo fuerte sea el P&R, pero sabe entrar como un toro cuando recibe con ventaja y no duda en ir hacia el aro, aunque su definición no siempre es la correcta, pues se adorna a veces de más en sus fade away y step back. También es capaz de asistir a sus compañeros, dando continuidad a la circulación de balón de su equipo. Atrás, tiene físico, sabe estar atento a las líneas de pase y al robo; sin embargo, le cuesta mantener la concentración todo el tiempo y a veces falla en su orientación, sufriendo ante jugadores rápidos. Otro tema que me generaba dudas de joven era su toma de decisiones, aspecto en el que creo que ha mejorado, pero sus ansias de liderazgo le pasan factura y a veces fuerza las opciones, algo que en un equipo o liga “más competitiva” no se le puede permitir.

Instaurado ya en su equipo nacional y como uno de los jugadores más representativos de su país, declaraba su sueño de jugar la Euroliga o emigrar a una liga fuerte como la BBL alemana. Sigue conservando sus cualidades de juventud y ha trabajado en sus puntos débiles, logrando afianzarse sin llegar a perderse en el camino, algo que no logra todo el mundo. A pesar de esos aspectos, necesita seguir trabajando el manejo de balón, la selección del tiro de tres y la constancia defensiva. Ben Kovac tiene las ganas y la mentalidad, así que por qué no.