Sigue Palencia Baloncesto fichando a todo trapo. El último jugador confirmado es un hombre que debutará en Oro: el combo guard Prince Ali (1996 / 193 cm). Se trata de un estadounidense con pasaporte ghanés que llega para ser la sexta pieza del perímetro (¿estará ya completado?).
Prince Ali, cuya historia personal acercaba en los últimos días Baloncesto con P, llegaba a UCLA la 15/16, contando con minutos e incluso realizando un mate ante Kentucky para el recuerdo. Una lesión de rodilla le dejaba en el dique seco la 16/17, volviendo con fuerza la 17/18; sin embargo, no acabó de cuajar entre la prensa a pesar de contar con la confianza del entrenador y de tener minutos en un equipo con prestigio y al que siempre se le exige (9.2 pt). La 18/19 siguió en su línea, aunque en su último año (19/20) bajó un poco sus medias (6.8 pt, 2.3 re), con escaso acierto desde el triple y ciertas dudas sobre su defensa (más allá de su habilidad para robar balones).
Ese verano no le incluimos entre los mejores cotonús porque no pudimos confirmar su pasaporte (de hecho, su anuncia su condición de extracomunitario -EEUU-). Le costó encontrar un hueco en el mundo profesional y al inicio de 2021 llegaba al Bærum noruego, donde solo pudo disputar tres partidos antes de que la BLNO se detuviese debido al coronavirus. En esos tres encuentros sus medias fueron muy buenas (25 mi, 24.7 pt, 4.7 re, 2.0 as, 53% T2, 47% T3, 73% TL).
Hablamos de un combo guard de buen físico, fibroso, veloz, explosivo y con brazos largos. Letal a campo abierto, es poco director para ser un ‘uno’ puro, pudiendo subir el balón sin problemas. Además, puede buscar el 1×1 porque sabe dividir con su físico, estando cómodo levantándose desde cualquier distancia. Irregular en la toma de decisiones por su juventud, puede anotar sin problemas de tres (más de tres triples anotados por partido en Noruega). En defensa es un jugador que aprovecha su planta y sabe meter manos, aportando a nivel grupal en su corta estancia en el país escandinavo.
De Palencia ya conocemos la estructura de su plantel y está claro que Rivero ha apostado por un equipo físico y muy duro atrás para salir en un juego dinámico. A falta de algún complemento, que seguro que puede llegar, podemos pensar que tal vez falte un tirador puro o un desatascador en esos momentos, tal y como le pasó a Coruña el pasado curso. Con dos jugones como Dani Rodríguez y Micah Speight para dividir las defensas, está claro que Juan Rubio, Noah Allen, Chumi Ortega o Prince Ali pueden esperar para anotar desde el exterior sin ser ninguno de ellos especialista. Tampoco el perímetro morado cuenta con jugadores que con balón generen a partir de su P&R, a pesar de que con ventajas de bloqueos pueden ser muy verticales.
Prince Ali viene a completar la idea de equipo físico. Un jugador con ganas que ha jugado en NCAA al alto nivel y que sin ser un verdadero especialista puede cumplir en diversos aspectos: anotar con balón, dividir con el 1×1, correr la transición… En Noruega no tuvo problemas para destacar, con un físico superior a la media y con mucha facilidad. Otra duda es cómo se acoplará a una liga tan táctica como la LEB Oro, porque a pesar de tener condiciones deberá saber leer el juego defensivo. En cierto modo, y con un perímetro “ya muy consolidado”, este exterior cotonú es una apuesta con cierto riesgo, pero que puede salir bien y aportar. Tiene condiciones, aporta en varias facetas, no tiene presión y no se arruga. No hay duda de que si Rivero ha apostado por él es porque entra perfectamente en la idea de plantel que tiene. Incluso puede explotar más de lo esperado en un ambiente sin presión.