Ibiza compite por primera vez en liga estatal

Sant Antoni de Portmany es uno de los 5 municipios que componen la isla de Ibiza. Municipio de más de 25 mil habitantes que alberga entre otros al Club Bàsquet Sant Antoni, que esta temporada debuta por primera vez en su historia en la Liga EBA, en concreto en el grupo C (Catalunya – Aragón – Balears).

Desde Zona de Básquet hemos podido hablar con Jordi Grimau, actual director deportivo del club e integrante de la plantilla de su primer equipo. Jordi Grimau, el pequeño de una saga de hermanos baloncestistas, se formó primero en la cantera de JAC Sants de Barcelona y de allí pasó a jugar en los equipos inferiores del Barça. Con los azulgranas fue campeón de España Infantil, Cadete y Júnior y llegó a debutar en la temporada 2001/02 en ACB. De ahí hasta hoy, un largo periplo de casi 20 años por las categorías FEB con importantes hitos: jugó con Lleida, Baskonia (con el que consiguió la Copa del Rey 2005/06) y Manresa en ACB y jugó en EBA, LEB Oro y Plata en equipos como Monzón, Gijón, Tarragona, Murcia, Gipuzkoa Basket o Palencia, antes de recalar en la isla pitiusa en esta temporada histórica.

Jordi nos explica cómo es su nuevo club: “somos un club de origen y tradición formativa, fundado en 1998 y heredero del club histórico en el baloncesto ibicenco: el Ca Nostra. Si bien no tenemos una relación directa entre los dos clubs, sí que los precursores del nuestro, Marcos Páez y Vicente Costa, fueron jugadores y entrenadores de aquel club que, una vez extinguido, quisieron continuar con el baloncesto en Sant Antoni de Portmany”. El club de Sant Antoni ha creado en los últimos años una cantera con más de 100 niños, desde la escuela de baloncesto (escoleta) hasta júnior y pretende, con el ascenso a Liga EBA, “dar salida a los chicos tanto del club como de la isla una vez acaban el proceso formativo, evitando al máximo la fuga de talento que hemos sufrido en la isla o bien la desmotivación por no tener continuidad una vez superada esta etapa formativa”. Su plan es que debuten en el primer equipo chicos de la cantera y reclutar tantos jugadores de la isla como sea posible, siempre que el nivel deportivo lo permita. De hecho, en el primer partido ya debutaron dos jóvenes formados en el club y un jugador ibicenco formado en la isla.

El ascenso histórico, para el club y la isla, a la categoría EBA es “el resultado de algo muy pensado y soñado durante años” y fruto de su magnífica trayectoria en la principal liga balear en la que en la última temporada sólo perdió un partido de los 10 disputados en el Grupo A. Jordi explica que “en este primer año estamos a la expectativa de ver qué somos capaces de hacer en todos los aspectos, desde el más puramente deportivo hasta el de gestión administrativa, siendo la experiencia de esta temporada vital para la proyección futura del club”. El club ha realizado un gran esfuerzo para reforzar el equipo y poder competir en condiciones en una categoría más potente a nivel deportivo.

En este primer año en la competición estatal, han puesto en marcha también iniciativas en el ámbito social. Lanzaron una campaña de captación de socios por primera en su historia ofreciendo un carné de abonado y una sudadera de supporter de regalo que ha supuesto que 300 personas se apunten al carro. Pero como afirma Grimau “la masa social real del proyecto la veremos con el paso del tiempo, tenemos que luchar para construir una cultura de baloncesto que no existe en la isla y que es uno de los mayores retos que tenemos. Hoy por hoy, lo estamos consiguiendo, dando a conocer el proyecto, mostrando la seriedad del mismo y haciendo todo el ruido posible para darnos a conocer”.

Por ahora, el club tiene el respaldo de todas las instituciones baleares y un tejido de pequeños y medianos colaboradores, especialmente de su propia ciudad y de la isla que les permite poder hacer frente a los requerimientos presupuestarios.

El club ante la temporada 2020/21

De cara a esta temporada el club ha apostado por una mezcla de jugadores venidos de fuera de la isla, para conseguir el nivel adecuado para competir en Liga EBA, y la continuidad de jugadores que ya jugaban en el club y que tienen suficiente nivel, capacidad y predisposición para continuar con el proyecto deportivo. Grimau, como director deportivo, “era consciente que el nivel de la competición nos obligaba a reforzar el equipo para dar viabilidad al proyecto. En ningún caso se nos pasó por la cabeza salir sólo a probar o a ver qué pasaba. Este es un proyecto pensado y trabajado para perdurar tanto tiempo como sea posible y con las miras puestas en construir una estructura de club que nos permita dar el paso hacia arriba cuando las circunstancias deportivas y económicas lo permitan”. En todo caso, ya tienen el club muy estructurado y “la humildad y ambición para competir tan bien como les sea posible, sin fijarnos ningún objetivo en concreto, pero con la mentalidad de ser más grandes y mejores en todos los sentidos posibles”.

Ante la situación actual de la competición EBA el club dice ser consciente de las dificultades que supone para todo el mundo seguir con la competición en esta temporada, también para las federaciones autonómicas y española. El club entiende que tiene más riesgos ante la pandemia, por sus circunstancias geográficas (insularidad y viajes), y por ese motivo tiene que manejar un mayor presupuesto que otros equipos de su categoría, pero aun así afirma que hay que jugar, cumpliendo todos los requisitos sanitarios, y convivir con la nueva situación si lo permiten las diferentes administraciones. Asimismo, ponen énfasis en el hecho que la Federación Balear siempre ha defendido la voluntad de todos sus equipos de querer jugar y también la solución final de reducir los grupos para abaratar costes y ayudar a financiar los test anti-covid. “Tenemos que luchar con lo que tenemos, todos teníamos que ceder en algo, clubes y federaciones, para el bien de todos y del propio deporte y creemos acertado seguir con la competición siempre que las medidas sanitarias lo permitan”.

Autor: @Xavier_Boix