Sin duda, llevar el sello NBA en el currículum es algo que impresiona. Aunque haya sido hace años, en algún momento has jugado en la mejor liga del mundo, algo que no todos pueden decir y menos en una LEB Oro en la que pocos casos ha habido de ex NBA (en la última década, tan solo cinco, como señalaba MueveteBasket).

Esta 20/21 volveremos a tener dos: Duje Dukan (Tau Castelló) y el protagonista de hoy, Kris Joseph (UBU Tizona). El refuerzo estrella del cuadro burgalés es un canadiense con pasaporte cotonú (Trinidad y Tobago) nacido en 1988 y que mide 201 centímetros. Un aterrizaje de un jugador que, por su condición de ex NBA, da empaque a la liga. A lo mejor ya queda lejos su carrera universitaria en una universidad de primer nivel como Syracuse, donde brilló durante cuatro temporadas (08-12) y donde, por ejemplo, promedió el último año (Sénior) 13.4 puntos y 4.7 rebotes. Sus buenas actuaciones y su pedigrí le hicieron ser elegido nada menos que en el Draft de la NBA por los Boston Celtics (número 51, 2ª ronda).

Su buen rendimiento en las ligas de verano de la NBA hizo que firmase un contrato con los Celtics, pero no tuvo muchas oportunidades (6 pa, 4 mi, 1.2 pt), jugando la mayor parte del tiempo en G-League, destacando con los Maine Red Claws hasta ser despedido en enero de 2013 por los Celtics. Sigue en Maine entonces, pero al poco es traspasado a Springfield Armor (de la misma liga), donde sigue destacando y se gana en abril un contrato de diez días en Brooklyn Nets, el cual fue ampliado y le llevó a acabar la temporada con los neoyorquinos (4 pa, 8 mi, 0.5 pt). Azares del destino, un megatraspaso le llevó de nuevo a Boston, que rápidamente le volvió a despedir. En el verano de 2013 se cuela en el training camp de Orlando Magic, pero no consigue hacerse un hueco en la plantilla definitiva.

Desembarca en Europa la 13/14 (Francia), cogiendo un caché en el país vecino con buenas temporadas durante tres años en equipos de JEEP Elite: Chalon-Sur-Saône (13/14, 13.4 pt), Dijon (14/15, 6.7 pt) y Orléans (15/16, 9.5 pt). La 16/17 se marcha a Italia para fichar por Brindisi, con lesión de por medio (7.8 pt, 3.1 re).

Tras su año en el país transalpino regresa a Francia la 17/18, pero con la temporada iniciada para cubrir una lesión en Chalon-Sur-Saône, teniendo poca presencia y no ganándose la continuidad (es cortado y el equipo ficha a un pívot). Tras unos meses sin jugar vuelve a casa para jugar en la NBL canadiense con Niagara River Lions (16.2 pt, 5.0 re), aunque cierra la temporada en Francia, ahora en ProB para defender a Le Havre (equipo de la zona baja) ante la lesión de un titular (en su debut fue MVP de la jornada, con 28 puntos anotados y 8/8 T3).

La 18/19 daba un nuevo giro e iniciaba una nueva aventura al fichar por el Benfica entrenado por Arturo Álvarez, actual entrenador de Palencia. Sin embargo, de nuevo las lesiones se encontraron en su camino y tras más de un mes, equipo y jugador separaban sus caminos. Ya recuperado esa temporada, recalaba más tarde en París, abriéndole de nuevo un hueco la ProB; aunque su rendimiento no fue espectacular (8.3 pt, 2.2 re), permanecería en el equipo hasta el final de la campaña.

El pasado curso 19/20 la ProB miraría de nuevo hacia él y en septiembre era Blois quien se hacía con sus servicios (tras no convencer Travis Munnings). Cumpliendo en el rol asignado en un equipo de la zona alta (21 mi, 6.5 pt, 4.2 re), de nuevo una lesión de dos meses le cortaba la progresión y el equipo terminaba prescindiendo de él. El COVID provocó que no jugara más ya hasta que apareció en casa de nuevo para jugar la minifase que fue la CEBL, donde demostró estar plenamente recuperado (Saskatchewan Rattlers, 4 pa, 19 mi, 10.5 pt, 1.8 re, 1.0 as).

Para saber más sobre su juego hablamos con Adolfo Romero, actual entrenador asistente del CB Marbella (LEB Plata) y reconocido scout de ligas europeas.

Kris Joseph es un jugador que debe imponer ritmo físico para poder destacar en esta LEB Oro tan competitiva. Con un tiro exterior muy irregular, suma sobre todo en la zona. Es eficaz en transición y en «catch and drive», sobre todo en posiciones muy interiores. Sin embargo, abusa de recibir y tirar, sobre todo cuando es un jugador que no ha presentado buenos números en este apartado, menos aún si echamos un vistazo a sus números más allá de la línea.

Sí puede ser muy interesante su aportación al rebote, donde carga con fuerza, y puede ser decisivo en Oro en este aspecto. Defensivamente puede aportar gracias a su envergadura (210 cm). De hecho, sus primeros análisis lo enmarcaban como posible especialista defensivo en NBA, de donde salió por la puerta de atrás.

Joseph debe ser un referente, pero para ello debe ser constante defensivamente, donde cuenta con habilidades físicas para ello, y, lo más importante, tomar buenas decisiones ofensivas, lo que más dudas ofrece visto su rendimiento en las dos últimas campañas, con una mala selección de tiro por su parte.

Sin duda, el juego que llevó a Kris Joseph a ser elegido en el Draft ha cambiado en parte. Su carrera, mayoritariamente en Francia (donde goza de cierto caché), se ha ido orientando al rol de especialista en el tiro. Habrá que ver cómo se adapta en un país en el que no ha jugado previamente y sobre todo si puede mantener el ritmo competitivo de la liga libre de lesiones, algo que siempre ha sido una tónica generalizada cada temporada. Un jugador de gran técnica individual, con mucho peligro desde el triple y capaz de llevar a rivales físicamente inferiores al poste bajo para producir. Las continuas lesiones le pasaron factura en términos de rapidez y explosividad para ser agresivo con balón. Además, habrá que ver su impacto defensivamente, aunque siempre se presta a ayudar en el rebote. Con unos últimos años con un rol de especialista y secundario, Tizona ha apostado por él como referente y deberá dar un paso adelante como hacía antaño mientras el club lo mima físicamente para que no tenga recaídas.