Además de señalar las consecuencias de la pandemia tanto en lo deportivo como en lo económico, los entrenadores de la Conferencia Centro opinan sobre la Liga EBA y si debería abordarse, como se afirma en muchos estamentos, una reestructuración.

Hay que darle una vuelta para mejorar las condiciones de sus trabajadores”, dice el entrenador ayudante de Zentro Basket Madrid, Dani Molina, quien señala la precariedad de los contratos como el mayor problema. Rejuvenecer como piden muchos esta competición para que fuera “una especie de plataforma formativa para jugadores que aún no tienen nivel para tener contratos que les permitan trabajar solo en esto” es complicado, nos dice Dani, porque hay veteranos, mayores de 26 años que aún “están buscando su sitio en categorías superiores o vivir del baloncesto”. Dani Molina precisa que siempre “se nos llena la boca con la formación del jugador más joven” pero “nos olvidamos del veterano, del sitio que ocupa y de sus necesidades económicas, mayores que las de los jóvenes”. Dani hace un llamamiento a la Federación española (FEB) y también a los clubes para “darle una vuelta” a esta cuestión. Se trataría de “generar estructuras que sean más rentables y poder aumentar un poco los beneficios de la gente que vive de esto”. Según Dani ahí está “el mayor problema, en la precariedad de los contratos”. Con 500 euros “no tienes para pagar alquiler, educación hijos, libros, comida, ropa…”. Cierto que es una cuarta división, concluye, pero “la EBA, sobre todo el Grupo B, tiene un nivel alto” y es una plataforma “para la formación de los jugadores jóvenes, pero también se ocupa de los veteranos”.

El entrenador de Movistar Estudiantes, Sergio Jiménez, dice que son los federativos “los que deben plantearse este asunto” y añade que deben preguntarse si la EBA “cumple las expectativas de todos los estamentos baloncestísticos” y si no es así “cambiar para evolucionar”. En lo que “nos afecta a nosotros, tal y como está diseñado el panorama competitivo a día de hoy, la EBA es una competición adecuada para el desarrollo de talento joven como primera experiencia en competición senior”, afirma el técnico del Estu.

Para Marino Rodríguez, en el banquillo del Lujisa Guadalajara Basket, el principal problema es “la variedad de objetivos que tienen los diversos clubes que componen la EBA”, no solo por la filosofía de formación de jugadores jóvenes que puedan tener los filiales de equipos ACB, sino también “por la situación geográfica que complica a diversos equipos la composición de sus plantillas en una categoría, que recordemos, no es profesional”. La clave en la EBA debe ser “la evolución del jugador nacional” según Marino, quien opina que disminuir el cupo de jugadores extranjeros en las plantillas ha sido “una decisión acertada”. El entrenador del Guada dice que se podría estudiar quizá una reorganización geográfica para reducir los costes en los desplazamientos en alguna de las conferencias, pero “siempre habrá equipos que se vean perjudicados con respecto a otros”.

Juan González Cano, entrenador del Tobarra Club de Baloncesto, cree que se debería dar a la Liga EBA “un poco más de valor” al ser una liga en la que “pueden desarrollarse jóvenes jugadores nacionales” y también “puede servir de escaparate para que vengan otros de fuera”. Opina el técnico que la creación de dos grupos en LEB Plata, con más equipos, ha hecho que la EBA “pierda cierto interés” y si a ello se suma la división de los grupos “creo que también pierde competitividad”. Por eso el Grupo B, al ser solo uno, “parece más fuerte y atractivo con filiales ACB, buenas generaciones y jugadores con experiencia en otras ligas FEB”, concluye.

El entrenador de Isover Basket Azuqueca, Jorge Lorenzo, cree que en todas crisis hay oportunidades “y ésta no lo es menos”. Dice que como consecuencia de los más que probables problemas económicos derivados de la pandemia “y muy presentes en una liga que es semiprofesional”, él se pronunciaría por un formato que redujera costes de desplazamientos, aumentado grupos, y en la línea ya del año pasado, “aumentaría el peso del jugador nacional joven”.

Miguel Ángel Lago, al frente de Distrito Olímpico, opina que la EBA es una liga “estable y bien estructurada”, con un sistema de competición y número de equipos y partidos por temporada muy adecuados, lo que la convierte “en una competición muy atractiva para entrenadores y jugadores”. Igual habría que preguntarse si la EBA debería ser “mejor aprovechada para la formación de nuestros jugadores jóvenes”, dice el técnico, algo que cree “debería primar en una competición que en la gran mayoría de equipos no es profesional”. Miguel Lago piensa que siendo la cuarta Liga del país y amateur en la mayoría de los clubes, “deberíamos idear las fórmulas y el formato adecuado para que sirviera de trampolín a nuestros jugadores en etapas de formación”.

El entrenador de Baloncesto Alcalá, Ángel Díaz, recuerda que como ha sido “el último en llegar” -el club alcalaíno subió a EBA esta temporada- le ha parecido “un formato correcto y todo bien organizado”. El técnico se confiesa “un apasionado de las ligas sin parones por fiestas y demás”, lo que “te mantiene siempre alerta y no te deja ni celebrar victorias que no te llevan a nada, ni hundirte con las derrotas”.

Juan Carlos Navarro, entrenador de Globalcaja Quintanar, opina que los estamentos que rigen el baloncesto en España “deberían plantearse qué quieren hacer con la liga EBA”, ya que no se considera “una categoría profesional para unas cosas, pero sÍ para otras”. Subraya que se debería dar más importancia a una competición que sirve a los jugadores jóvenes “de gran escaparate o escalón intermedio antes de dar el salto a otra categoría”. También para extranjeros “que vienen buscando una oportunidad y dan nivel a la Liga, lo que repercute también en el desarrollo de jóvenes nacionales”. No obstante la reorganización de la competición “no pasa por lo que estamos viendo en los últimos días, -dice Navarro en referencia al aumento del número de equipos de cada uno de los grupos, porque esto- conllevará una disminución del nivel competitivo”.

A Juan José Simón, de Uros de Rivas, la EBA le parece una liga “muy entretenida que está bien como está”, si bien la ampliación del Grupo B a 20 equipos hará que baje el nivel “y eso afectará a la igualdad”.

Fermín Bosa, del CB Agüimes, señala que es una buena liga para el baloncesto, “pero hay que saber con qué cartas se juega”. Decir que solo puede haber un extranjero “y luego que aparezcan equipos con dos americanos… no puede ser”. Es buena para la gente joven, pero hay que tener algún veterano “que ayude a los chicos”. Bosa discrepa de cómo están divididos los grupos porque “debilita las competición” y asegura que se puede mejorar. Cita la EBA y la LEB Plata y dice que “igual sobra una de las dos”, y en este sentido apuesta “por hacer cuatro grupos de 18 equipos en EBA y eliminar la Plata”.

Borja González de Mendoza, de Estudio, cree que siendo la cuarta categoría del baloncesto “hay que replantearse si no debe ser amateur al 100% y si la disposición que existe es la adecuada”.