Hasta que la COVID-19 frenó en seco nuestras vidas, incluyendo con ello las competiciones de baloncesto, había un equipo al que se le iban acabando los apelativos al permanecer invicto en Liga EBA tras 20 jornadas, un Aquimisa Carbajosa que iba camino de repetir aquella perfecta 17/18 de Marín Ence Peixegalego (ascendió sin conocer la derrota).
Y mucha parte del éxito de la escuadra charra se le puede achacar a su entrenador, un Jesús Gutiérrez (Guadalajara, 1972) al que sus jugadores (en cada entrevista realizada por Saldeporte) atribuyen ser el artífice de la buena marcha y una pieza clave en su mejora. Carbajosa quería aspirar a la zona alta y apostó por un entrenador de amplia experiencia como Jesús, con poso en varios equipos y categorías, y el resultado hasta ahora no podía ser mejor.
Creemos que, a pesar del parón que desembocará seguramente en la finalización de la temporada, estamos en nuestro deber de hablar con el técnico del equipo líder del grupo AB (cuyo resumen de la jornada nos traía cada martes nuestro compañero Luis Sánchez).
Zona de Básquet – Nos remontamos al verano. Cuando recibiste la llamada de Carbajosa, un club con ganas de dar un paso en cuanto a crecer en estructura, organización y resultados, ¿qué fue lo que pensaste? ¿Fue una negociación fácil por lo apetecible que parecía el proyecto?
Jesús Gutiérrez – A finales de mayo tuvimos un primer contacto en persona en Madrid, pasamos una mañana entera hablando y en un fin de semana llegamos a un acuerdo. El club tenía todo el potencial para poder aspirar a hacer una gran temporada y desde entonces empezamos a sentar las bases del proyecto para esta temporada, comenzando a construir desde el tema organizativo y de estructura, que al final es la base sobre la que tienes que ir poniendo a los jugadores y los entrenadores.
ZdB – La pretemporada ya fue muy buena, ganando la Copa CyL EBA y funcionando el equipo (aunque había que refrendarlo en la pista). ¿Cómo se consigue congeniar un bloque nuevo, con tanto extranjero, no crear egoísmos y obtener esos resultados?
JG – Entrenando mucho, más que nadie casi seguro, y poniendo unas normas de comportamiento y tácticas muy claras que había que seguir toda la temporada. Conseguimos hacer creer algo que no es fácil: nadie es más importante que el equipo.
ZdB – Pasan las primeras jornadas, empiezan a caer los equipos invictos y vosotros seguís ganando hasta en vuestros partidos malos. ¿Cómo se crea esa corriente de imbatibilidad?
JG – A base de trabajo en sus diferentes aspectos: la condición física del equipo nos permitía llegar a los finales de partidos siempre con una marcha más que el equipo rival, la disciplina táctica de los jugadores nos llevaba a tomar casi siempre la decisión más acertada por el bien común y, lo más importante, la calidad de la plantilla sacaba adelante los momentos complicados.
ZdB – Vuestro juego interior es de los más brutales de la categoría (nadie ha reboteado ni intimidado como vosotros y sacáis diferencia a los segundos). Sin embargo, la apuesta no era bajo seguro, pues venían dos “rookies” y otro jugador que llegaba desde la inactividad a nivel competitivo. ¿Te han sorprendido o ya esperabas este rendimiento cuando los fichaste?
JG – A pesar de venir de DIII (Ryan) o NAIA (Willis), eran dos apuestas seguras. Ryan era DIII pero hay que saber entender el porqué: hasta su último año de instituto compaginó el baloncesto con el fútbol americano y la decisión por la universidad en la que cursó sus estudios fue académica y por la situación geográfica muy cerca de su familia. Los primeros videos que vi de Willis no me podía creer que un jugador con tanto potencial estuviera en NAIA, pero no es la primera sorpresa así que hemos visto; además, una lesión posiblemente le impidió haber estado en algún transfer durante sus años universitarios. Bola era un poco más incógnita, no por su pasado NCAA jugando en un mid-Major, sino por los dos años de inactividad, pero cuando fue mejorando físicamente se destapó como un jugador muy importante en la liga EBA.
Además de estos aspectos creo que fue fundamental el hablar personalmente con todos los jugadores durante el verano y hacer un trabajo de scouting diferente en los que tuve la oportunidad de pedir referencias a entrenadores y scouts universitarios.
ZdB – Nos gustan mucho los tres interiores claros que tenéis. Empecemos por Ryan Bruns, que era uno de los mejores jugadores de NCAA-DIII. ¿Crees que si consigue consistencia en su tiro exterior estará preparado para niveles superiores?
JG – El tiro exterior, desde mi punto de vista, es uno de sus fuertes y que menos tiene que mejorar. Si consigue ser más consistente cerca de canasta y más duro finalizando (tiene la capacidad de terminar en mate mucho más a menudo), puede tener un recorrido muy largo y metas mucho mayores que la liga EBA.
ZdB – Willis Mackey no lleva mucho tiempo jugando pero ya es internacional absoluto por su país (Bahamas) y le vemos detalles y acciones que demuestran un potencial enorme. ¿Es una joya oculta?
JG – Willis se merece todo lo bueno que le pase. Además de un potencial espectacular destaca por su actitud y lo positivo que es para el equipo en el día a día. Si le respetan las lesiones y sigue con esa línea de mejora también puede tener un recorrido mucho más largo.
ZdB – Para cerrar la terna, Bola Olaniyan. Nos encanta el trabajo que habéis hecho con él y creemos que es uno de los jugadores que más ha progresado estos meses (su rendimiento ha crecido exponencialmente, físico, duro atrás, buen finalizador…) ¿Opinas igual?
JG – Lo primero con Bola fue ponerle al nivel físico al que ha terminado tras dos años sin competir, eso le ha permitido jugar con esa consistencia y esa dureza, lástima del parón porque es un jugador con el que podíamos empezar a tratar de dar un paso más en lo táctico para que hubiera seguido en esa progresión.
ZdB – No nos queremos olvidar del cuarto interior, un clásico en el equipo como Dudu Dieye. En una temporada para olvidar por problemas físicos, hace un trabajo de vestuario fundamental para la buena química grupal, ¿verdad?
JG – Desde la vuelta de Navidades estuvo lesionado (¡qué mala suerte!), pero Dudu es el pegamento del equipo. Sin haber podido aportar entrenando y jugando desde la lesión es una pieza esencial, conoce la realidad de nuestro baloncesto y ha vivido la parte buena, como es la organización de Aquimisa en la que se cuida de los jugadores al 100%, como la de otros clubes en los que ha vivido situaciones de la realidad de nuestro baloncesto que no son fáciles de llevar, con lo que ayuda mucho a explicar lo que hay a los foráneos, que cada vez son más en nuestro baloncesto, y a tratar de adaptarse al club, al equipo y a la ciudad lo antes posible.
ZdB – Cuando vimos la plantilla final nos llamó mucho la atención la apuesta por dos ‘treses’ altos físicos como Iker Barbero y Emil Hjorth, cuando casi todos los EBA tienden a jugar con pequeños. ¿Genera una ventaja clara tener dos ‘treses’ así? ¿Fue una apuesta personal optar por esta opción?
JG – Iker fue al primer jugador al que llamé una vez que llego a un acuerdo con el club y lo hice por varios motivos. Es un jugador de equipo sensacional, otro de los generadores de la buena química del equipo y su nivel baloncestístico es mucho más alto de lo que parece, teniendo una característica que es clave (puede hacer dos posiciones, el 3 y el 4, lo cual, desde mi punto de vista es básico). Al final en todas las temporadas hay lesiones y tener jugadores que doblen posiciones te permite no necesitar traer más jugadores por temas puntuales de bajas médicas.
Emil vino como tirador y defensor. Como tirador ha tenido altibajos, pero no ha dejado de tirar ni en los momentos en los que no ha metido. Como defensor ha sido uno de los mejores de la liga y ha sido suficientemente disciplinado e inteligente para aprovechar su condición física jugando de 3 para conseguir en todos los partidos varios puntos desde el rebote de ataque.
En los dos casos son jugadores cuyo futuro dependerá de si los entrenadores les quieren aprovechar para el rendimiento inmediato metiéndoles de nuevo al 4 o tratan de mirar por el bien de ellos teniendo paciencia y yendo un poco contra corriente aguantándoles al 3.
ZdB – El “backcourt” es muy claro, con Dan Szafman y Arturo Cruz (figura local). Este último es el director de orquesta, ya sea de ‘uno’ o de ‘dos’: pone la pausa, desatasca al equipo, pone los puntos cuando hace falta… Que continuara supuso todo un plus, ¿no? ¿Cómo de importante es en este equipo?
JG – En la primera reunión con Aquimisa una de las cosas que quedó clara fue que tanto si era yo el entrenador, como si no, Arturo tenía que estar en el equipo. A pesar de una temporada complicada para él (ha comenzado su vida laboral fuera del baloncesto), ha sido una de las claves por su experiencia y su conocimiento del juego.
Dan fue una apuesta personal, afortunadamente Campazzo ha hecho que cuando vemos partidos de ACB se nos quiten los prejuicios con los jugadores bajitos y aparentemente más débiles físicamente, que nunca son más débiles, pero a veces miramos sólo la altura y no la talla que pueden dar algunos jugadores.

ZdB – Salamanca es una ciudad donde gusta el baloncesto, con Avenida siendo toda una institución en la ciudad. ¿Notáis el tirón de la ciudad con un proyecto tan sólido como es el del baloncesto femenino con Avenida a vuestro alrededor?
JG – Realmente no estamos en Salamanca, el equipo está en Carbajosa de la Sagrada, apenas a un kilómetro eso es verdad, pero hay que dejarlo claro. Una de las claves del funcionamiento del equipo fue el traer a todos los jugadores de fuera y yo mismo a vivir a Carbajosa y tener una relación más real con la localidad en la que jugamos, además de ayudar enormemente en la logística y en el día a día del equipo. No obstante, está claro que Salamanca es una ciudad de baloncesto y es una alegría tener al Avenida al lado, creo que hay sitio de sobra en la ciudad para un proyecto de baloncesto masculino junto a ellas.
ZdB – Buscando algún pero, hay dos cosas que vemos como puntos débiles: por un lado, la rotación corta que se había ampliado con los últimos fichajes (Mutombo y Rubiera) y debería ser ya suficiente; por otro, en una era donde el baloncesto es todo triple, sois uno de los equipos que menos anotáis desde esa distancia (con uno de los porcentajes más bajos).
JG – Tratamos de ampliar la plantilla hasta en tres ocasiones: primero con Justicia, al que una lesión no le dejó terminar de integrarse en el equipo; luego con Mutombo, el parón por el COVID ya lo nubló todo pero tras el partido de Chantada le dimos la baja (fue otra de mis apuestas y en este caso me equivoqué claramente, no fui capaz de integrarle en el equipo); y por fin con Rubiera, que en las dos semanas que estuvo con nosotros ya dejó claro que sí iba a ser un jugador muy importante en el final de la temporada. Aun así creo que la rotación no era tan corta. Alonso Ruiz ha hecho la mejor temporada de su vida y es de los jugadores con los que al principio no cuenta nadie, ver cómo puede ser muy útil en la liga y sus ganas por mejorar son de las mayores alegrías que te llevas como entrenador; además teníamos a Ángel Hernández, en una situación complicada porque lo compaginaba con su trabajo, pero que siempre que estaba con nosotros aportaba un nivel baloncestístico estratosférico y una alegría que ayudaba siempre al equipo. Aparte, dos chicos jóvenes como Rubén y Natanel, que ayudaban en el día a día de los entrenamientos sin poner nunca un pero ni una mala cara.
En cuanto al triple, los números totales así lo dicen, pero si vamos mirando partido a partido, en todos los partidos importantes (Gijón, Chantada, Porriño, Óbila), estuvimos siempre rondando el 40% o por encima de él, también hubo días desastrosos como el 1/20 ante UVA, pero en los partidos grandes teníamos mucha mejor selección de tiro y mucho más acierto. No obstante creo que a veces no sabemos leer la realidad del baloncesto en el que estamos trabajando. La dinámica de tirar 40 triples por partido es correcta en la NBA cuando tienes a Curry o Klay en tu plantilla. A pesar de que soy fan absoluto de esos Warriors que nos maravillaron durante estos últimos años, creo que nuestros jugadores no son capaces de tirar con tanto acierto, no estamos en la NBA ni en la Euroliga ni en la ACB, y teniendo claro que el triple es cada día más importante, en las categorías menores se sigue dominando cerca de la canasta.
ZdB – Háblanos un poco de tu cuerpo técnico y de sus funciones.
JG – Álex Bellido: entrenador ayudante e indispensable en el día a día. La estructura de la Liga EBA hace que el ayudante tenga que realizar muchas otras funciones de facto que no debería, ojalá en el futuro pueda estar centrado sólo en el baloncesto.
Javier Barrueco: preparador físico. Clave en el funcionamiento y la progresión del equipo realizando un trabajo excepcional teniendo al equipo en una condición física óptima y aportando su experiencia en muchos equipos de muchos deportes en el día a día, ayudando al buen ambiente y poniendo paz en los conflictos del día a día. Tengo el privilegio de poder decir que he trabajado con dos de los mejores preparadores físicos de España como son Javi e Isaac Caseras (ahora en el Casademont Zaragoza de ACB).
José Pana: delegado de equipo. Clave para organizar los partidos como local y los desplazamientos, además de tener la capacidad para solucionar cualquier problema tecnológico, ya sea arreglar el marcador o conseguir los cables que te has olvidado del iPlus.
ZdB – ¿Cómo era el plan de entrenamientos semanal que teníais implantado?
JG – Dos o tres días doblando entrenamientos, con trabajo físico y de mejora individual por las mañanas (con los jugadores al 100% profesionales) y cuatro entrenamientos de tarde de equipo.
ZdB – Además de tu labor como entrenador, formas parte de Synergy (hablabas de ello con Saldeporte). ¿Aplicabas el método que usa Synergy para analizar a tu equipo de la misma forma, para ver puntos fuertes y débiles a mejorar?
JG – Mi puesto en Synergy es Manager de operaciones a nivel global desde hace ya unos años. Lo malo de esta posición es que cada día estoy un poco más alejado del baloncesto y más centrado en temas organizativos, incluso involucrado en desarrollar el sistema para otros deportes, lo que me animó hace unos años a volver a entrenar al alejarme un poco más cada día del baloncesto. Desde que empecé en Synergy (2009), los primeros años que sí que estaba en la primera línea de análisis me ayudó mucho como entrenador, no cambió mi manera de entender el baloncesto pero sí que me abrió los ojos en otras direcciones que antes no había mirado.
ZdB – En una reciente entrevista en El Norte de Castilla, comentabas que lo importante era la salud y el baloncesto pasaba a un segundo plano, que ya intentaríais sacaros la espina en una nueva temporada. Comentarios muy sinceros y que se agradecen de leer a pesar de la posición de privilegio que ocupabais. Hablar de futuro ahora mismo es una quimera, porque es imposible predecir fechas, saber cómo quedarán las categorías, el estado de los equipos (tú mismo hablas de reinvención por el tema económico). ¿Si surgiera la posibilidad de continuar en Carbajosa, lo verías con buenos ojos? ¿Si hubiera posibilidad de jugar LEB ante la aparición de vacantes ves capacitado al club para hacerlo?
JG – Lo primero, sin ninguna duda, es salir de esta situación tan complicada y excepcional que estamos viviendo, después ya hablaremos de baloncesto (no sabemos a ciencia cierta si podrán empezar la pretemporadas en septiembre). El hecho de que nos hayamos quedado sin lo mejor de la temporada, ya estábamos matemáticamente clasificados para la fase final, hace que tengamos un sentimiento de querer desquitarnos, eso es así. En cuanto a la capacidad de Aquimisa no me genera ninguna duda, uno de los motivos de venir aquí es que ambos, tanto Aquimisa (con su gestión muy eficiente y su discreción) como yo, coincidíamos en que este era un proyecto a largo plazo con miras más altas.