El protagonista de hoy escribe desde Manchester. Una bonita historia de superación de un jugador que se hace a sí mismo, va avanzando en el camino llegando a Competiciones FEB (primero, EBA; luego, Plata) y decide salir de su zona de confort para seguir progresando. Su primera parada en el extranjero es Alemania, donde también fue escalando categorías, y este curso recala en la BBL británica, siendo uno de los jugadores más destacados de su equipo y saliendo en alguna ocasión en la sección de jugadas más espectaculares de la competición. Hablamos de Edu Arqués (1994 / 202 cm)…
Inicios y salto al profesionalismo
La razón por la cual empiezo en este magnífico deporte es por mis padres. Vengo de familia de baloncesto, así que desde bien pequeño tenía muy claro hacia que deporte me quería enfocar. Por lo que siempre me han contado, desde muy temprana edad me pasaba todo el día con el balón de un lado para otro de la casa, así que a la edad de 3 años decidieron apuntarme en la escuela del SESE, club en el que prácticamente toda mi familia ha jugado. Después de la escuela pasé a las categorías inferiores hasta los 11 años. Hasta que FC Barcelona y Joventut de Badalona vinieron a buscarme. Recuerdo que fue una decisión muy difícil de tomar, son dos de las mejores canteras que hay en España, así que recuerdo que estuve en un mar de dudas. Finalmente nos decidimos por el FC Barcelona, donde estuve un año. Después estuve dos años en Joventut de Badalona y después volví al SESE, donde jugué Cadete A y mi primer año de júnior, que lo jugué con los de un año más siendo el único del año 94 (o sea, que jugué dos años la categoría Júnior A). Mi último año de formación (Júnior A) fui al Sant Josep de Badalona, de la mano de Oscar de Paula, donde sin duda pasé dos años que nunca olvidaré. El primer año (Júnior A) fue tremendo tanto dentro como fuera de la pista. El grupo humano era bestial, recuerdo que disfrutamos muchísimo. Además, yo ya estaba en dinámica con el Copa Catalunya. El año siguiente (primer año de sénior) yo lo que quería era jugar y experimentar cómo me iba a desenvolver en mi primera temporada como sénior, por lo que tomé la decisión de quedarme en el Sénior B pero eso sí, seguir en dinámica con el Copa Catalunya. Para mi sorpresa, fue la mejor decisión que pude tomar. El entrenador del Sénior B, Víctor Carrasco, siempre digo que es mi descubridor. El vio el potencial que tenía y me dio la confianza necesaria para dar lo mejor de mí como jugador. Evolucioné muchísimo con él y conseguí adaptarme a la categoría mucho más rápido de lo que me hubiera imaginado. Logré jugar a un gran nivel y además conseguimos el objetivo del club después de una segunda vuelta para enmarcar. Al año siguiente y después del gran trabajo que Víctor hizo con nosotros, le llega la opción de entrenar al Sant Andreu de Natzaret en Copa Catalunya. Una vez más me demostró su confianza y me propuso fichar allí cuando nadie me conocía. Ni me lo pensé. Me sentía más que preparado para dar el salto a Copa Catalunya; primeramente, por él, porque sabía cómo trabajaba y que seguiría creciendo como jugador, y segundo porque ya llevaba dos años en dinámica Copa con el Sant Josep. Así que así fue, nos aventuramos y fichamos los dos en Natzaret. Era un equipo muy hecho, con muy buenos jugadores y de mucha experiencia, y recuerdo que cuando yo llegué allí con mis 19 años miraban a Víctor como diciendo “¿a quién nos ha traído?”. Los primeros partidos me costó adaptarme un poco, pero enseguida todos y cada uno de ellos me acogieron como uno más y empezamos a jugar un muy buen baloncesto. Nos convertimos en la sensación de la temporada, quedando primeros en la Liga Regular. Fue increíble. Al quedar primeros fuimos a playoffs para subir a liga EBA, pero por sorpresa nuestra con todo lo bien que jugamos durante todo el año no fuimos capaces de demostrarlo en esa serie, no fuimos nosotros mismos y perdimos. A pesar de ese final tengo un gran recuerdo de ese año, sobre todo del grupo de jugadores y staff que formamos ese equipo. Fue muy especial. Al año siguiente mi deseo era quedarme en Natzaret con el gran grupo que habíamos formado y la gran temporada que habíamos hecho, pero tuve varias ofertas para jugar en Liga EBA, cosa que me hizo replantearme la situación. Así que después de darle muchas vueltas decidí, con lástima, abandonar ese gran equipo y fichar por el CB Cornellà. Fue un año complicado, éramos un equipo muy joven y nos costó coger el ritmo, tanto que al final acabamos descendiendo. Sin embargo, a nivel individual creo que me sirvió muchísimo, sobre todo para coger confianza y darme cuenta que podía jugar en la categoría. Dejando los resultados a un lado, tengo muy buen recuerdo de la gente del club y del año que pasé allí. Al año siguiente de nuevo tuve diferentes ofertas de continuar en la categoría, pero la que más me llamó la atención fue la del CB L’Hospitalet, un equipo que acababa de perder las fases para subir a LEB Plata pero que se quedó con ganas de más. Equipo con un gran bloque de jugadores, de hecho ese año solo llegamos dos jugadores, José Cabrera y yo. El año fue espectacular, diría que el mejor de mi carrera deportiva por todo lo que conseguimos dentro de la cancha pero sobre todo también por la familia que formamos fuera de ella. Ese equipo fue único e irrepetible. No hay nada mejor que conseguir éxitos en un equipo donde todos nos considerábamos hermanos. Éramos un equipazo, daba gusto vernos jugar. Teníamos de todo y bueno. Todo el mundo sabía su rol y qué podía aportar al equipo, lo tuvimos muy claro desde el inicio y creo firmemente que eso es lo que nos dio el éxito. Si no recuerdo mal solamente perdimos dos partidos en todo el año, fuimos muy superiores. Acabamos como primeros, lo que nos dio la oportunidad de hacer las fases de ascenso en casa. La gente se volcó con nosotros y el ambiente fue increíble. Pudimos conseguir el ascenso delante de nuestra gente y de nuestras familias y amigos. Un fin de semana inolvidable. Al año siguiente jugamos en LEB Plata y fue una experiencia muy bonita, aunque los resultados no fueron los esperados y acabamos descendiendo.
Oportunidad de jugar en el extranjero
Al final de esa temporada yo acabé mis estudios y por diferentes motivos el bloque no iba a seguir. Desde siempre había tenido la curiosidad de probar fuera del país y vivir la experiencia, y justamente dio la casualidad que un ex compañero nuestro, Jordi Saltó, la temporada anterior se marchó a Alemania. Nos habló muy bien de las condiciones y del club, y Michael Acosta y yo decidimos aventurarnos. La verdad es que era el momento perfecto para probarlo, no tenía nada que me atara y además para mí que nunca había salido de casa antes. El hecho de que me iba con mis amigos me facilitó mucho la decisión. La convivencia fue genial y nos ayudamos mucho entre todos. La verdad que fue un año muy bueno e hicimos muy buena temporada. Solamente perdimos dos partidos, pero lamentablemente en esa categoría solamente subía un equipo, así que nos quedamos sin el premio del ascenso. Al año siguiente me ofrecieron quedarme pero tuve ofertas de equipos que estaban una categoría más arriba, así que decidí aceptar y fiché por VFL Bochum y aventurarme por mi cuenta. Era mi segundo año fuera de casa y esta vez me aventuraba solo. La temporada empezó mal, con una lesión en el codo que al principio no parecía grave pero finalmente tuve que pasar por quirófano, lo que supuso que me perdiera casi toda la pretemporada y parte del inicio de la temporada. Después de la operación me dijeron que tenía que estar unas ocho semanas de baja, pero por suerte la recuperación fue más rápido de lo esperado y a la quinta semana ya estaba listo para jugar. Recuerdo ese día con muchos nervios, ya que jugábamos en casa contra el equipo que iba líder. Fue un partido de locos y acabamos ganando en la prórroga. En general hicimos una muy buena temporada, pero una mala racha en la segunda vuelta (perdimos 5-6 partidos) complicó las cosas. Conseguimos levantarnos y estábamos a un partido de conseguir el objetivo de meternos en playoffs. Ganamos ese partido y nos metimos, pero por mala suerte me lesioné, así que me quedé sin poder jugarlos.
La vida en Gran Bretaña
Equipo
Manchester Giants.
Liga
British Basketball League (BBL). Lleva cuatro años a muy buen nivel y está en crecimiento, cada año mejora y va a ir a más. Yo, la verdad, me sorprendí, sobre todo por lo física que es. Es parecida a la LEB Oro. Hay muy buenos americanos (casi todos de NCAA-DI) y europeos que vienen de buenas ligas.
Situación en liga
Este club viene de llegar el año pasado a dos semifinales (copa y trofeo) y se quedaron a un partido de entrar a playoffs. En principio, la idea y las expectativas eran continuar el mismo camino. Sin embargo, el tema del Brexit dificultó las cosas y la llegada de los americanos. A esto hay que sumarle la mala suerte que hemos tenido con el tema lesiones, todas muy seguidas y de periodos largos. Ahora mismo nos encontramos, después de siete partidos, en la última posición, sin haber ganado aún. Lo cierto es que estamos en buena dinámica y en cuatro ocasiones se nos han escapado por muy poco.
Localidad
Manchester. La ciudad es espectacular. Engaña mucho porque no es una ciudad para venir de turista un fin de semana; quiero decir, no hay nada turístico que visitar o algo especial que sea imprescindible para venir. Sin embargo, es una ciudad para vivir. En total, son casi 3 millones de habitantes. Hay absolutamente de todo. Tres universidades, gente de todos los orígenes, muy buenos restaurantes, ambiente súper joven, casi todas las semanas ponen mercados en la calle, conciertos, tienes dos equipos de fútbol de primer nivel… De verdad he de decir que es una ciudad que vale mucho la pena. Yo estuve en Londres en 2011 y me gustó mucho en cuanto a lo turístico, pero es una ciudad que estresa. La gente siempre va corriendo arriba y abajo, es como que todo el mundo está en su burbuja, nadie te saluda, van a su rollo. Aquí es todo lo contrario, la gente es súper abierta, si tienes cualquier duda o problema son los primeros en ayudar… En general, una ciudad en la que no te aburres.
Acogida de la gente
Desde el primer día que llegué me sentí como en casa. Nada más llegar, dos de mis compañeros y el entrenador vinieron a visitarme a casa y estuvimos hablando de la temporada y un poco de todo. Después me llevaron a tomar algo y visitar la ciudad. Es un gesto que les agradecí mucho, ya que cuando llegas te sientes un poco perdido y sin saber muy bien qué hacer.
Residencia y adaptación
La adaptación ha sido muy muy buena. Comparto piso con un compañero de equipo y la verdad es que he tenido mucha suerte. Es un tipo súper abierto, siempre dispuesto a hacer planes y quieras que no esto hace mi experiencia mucho más enriquecedora. Aparte, él está haciendo un máster aquí en la universidad y siempre que tiene planes con la gente de la universidad me invitan. Estoy disfrutando mucho de la experiencia, aunque lo deportivo no esté yendo de la manera que me gustaría.
Morriña
Lo que más echo de menos de España es la comida, pero, por otro lado, me considero un tipo muy de mi gente y hacer mil planes con ellos, así que quizás eso es lo peor de vivir fuera.
Lo mejor de Gran Bretaña (y de Alemania)
En primer lugar, me quedo con la gente y las experiencias y momentos que hemos vivido. Es una de las cosas más bonitas que nos da este deporte y eso para mí es lo más importante y con lo que me quedo. Y en segundo lugar, aprender idiomas. Es algo que te llevas y que puede abrirte muchas puertas en un futuro.
Desde que me fui de casa a los 23 años mi vida ha cambiado de manera radical. Al final lo que esto te aporta es un crecimiento personal muy grande y sin duda la decisión que tomé la volvería a tomar una y mil veces. Hay mucha gente que contacta conmigo para preguntarme qué tal la experiencia y que tienen oportunidad de irse pero dudan y no saben qué hacer; yo siempre les digo lo mismo: si no hay nada que te ate, ni te lo pienses. Vaya bien o vaya mal, ves mundo, aprendes idiomas, conoces a gente…
Seguimiento de ligas españolas
La ACB la sigo mucho y siempre que puedo miro partidos, creo que tenemos la suerte de tener una de las mejores ligas en Europa y se aprende mucho viéndola. Además, hoy en día con internet es muy fácil seguir lo que pasa en el mundo del baloncesto. Las Ligas LEB intento ir siguiéndolas lo máximo que puedo, sobre todo a amigos y ex compañeros.
Futuro
La verdad es que no tengo nada en mente en particular. Soy partidario de dejar todas las puertas abiertas y, una vez vea qué opciones hay, tomar la decisión que crea mejor para mi carrera deportiva.
Tengo varias cosas en mente pero no me rompo la cabeza pensando en que va a pasar después del baloncesto. Puedes tener mil planes pero la experiencia me dice que la vida da muchas vueltas y cambia en cuestión de segundos, así que creo que es algo que no está del todo en nuestras manos. Si os soy sincero, no pienso en nada más que en disfrutar del presente. Llevo desde niño apostando por esto y estoy convencido de que van a ser los mejores años de mi vida, así que no cometeré el error de no disfrutar al 100% cada segundo de mi experiencia. Me siento un privilegiado de poder levantarme cada mañana a hacer lo que más me gusta, así que pienso en el futuro lo justo. Creo que muchas veces la gente se agobia y se obsesiona pensando en que va a pasar en 5-10 años y no disfrutan del presente cuando están pasando cosas maravillosas. ¿Quién me iba a decir a mí que estaría en Manchester viviendo del baloncesto? Nadie. El día que se acabe ya valoraré en qué momento de la vida me encuentro y las opciones que tengo, pero todo puede cambiar muy rápido, de verme en Manchester jugando a baloncesto al máximo nivel a tener una lesión grave como tuve la temporada pasada. Así que hay que tener los pies en el suelo y como bien dijo David Guardia, ni somos superestrellas ni millonarios, somos currantes del baloncesto.