Cuando habla Gregg Popovich, entrenador de San Antonio Spurs (NBA) y actual seleccionador de Estados Unidos, todo el mundo escucha. Unas declaraciones del Sargento de hierro nos han recordado cierto momento en la LEB.

Os preguntareis qué relación puede tener Popovich con la LEB. Muy sencillo. En su animadversión a ese baloncesto moderno basado en el triple y con pérdida de antiguos valores, Pop decía algo así como “Esto de los triples es como un circo, no es básquet. ¿Por qué no línea de cuatro o cinco puntos? No sabemos a dónde nos llevará esto”.

Vamos a poneros en antecedentes. Enero de 2001. All-Star de la LEB-LEB2. No vamos a debatir sobre lo bien que estaría volver a recuperar este evento, algo que se ha hablado en otras webs y que estaría muy bien para que fuera una fiesta de esta competición, así que vamos al grano. LA LEB en esos inicios era una competición que intentaba destacar y sobresalir introduciendo aspectos novedosos, siempre dentro de los límites que le ponía la FIBA; para el recuerdo queda, por ejemplo, el momento en el que la Liga Española de Baloncesto probó por primera vez los 24 segundos y los cuatro períodos actuales, como contaban en el número 794 de la revista Gigantes del Basket. Ese All-Star (00/01) fue toda una fiesta por la introducción de nuevas ideas como los tiros de cuatro puntos a una distancia de 7.75 metros, los mates con un valor de tres puntos, una zona rectangular al estilo NBA, libertad para elegir el pie de salida antes de botar, la posibilidad de sacar en el campo defensivo sin que los árbitros toquen el balón o, como sucede ahora, solo un salto (el inicial).

El experimento fue un éxito desde el prisma de ver un partido con espectáculo, rápido en el juego, divertido y con muchos puntos. Antes del partido, qué mejor que disfrutar de los concursos de mates y triples. El de mates fue para John Floyd (Guadalajara, LEB2 -la actual Plata-), mientras que el de triples fue para el equipo de LEB2, con Juanma Ruiz como protagonista. Con un diseño diferente, nada de cinco carros ni balones multicolores, solamente era un lanzador y dos compañeros reboteando, con un minuto para tirar todo lo posible. El partido fue lo que se esperaba, con los jugadores aprovechando las nuevas normas. Las dos primeras jugadas fueron dos mates para colocar un 6-0 para el equipo LEB, y fue Jaume Morales quien anotó la primera canasta de cuatro puntos., con un primer cuarto en el que se veía que iba a ser un partido de ritmo alto (32-21). Seguía subiendo el marcador, con transiciones rápidas, lanzamientos lejanos y la búsqueda de mates, llegando casi a 100 puntos con diez minutos por jugar (95-76). El final sería trepidante, con remontada del cuadro de LEB2, que, tras perder por más de 20 puntos, lograba ponerse a tres (117-114 a falta de 36 segundos). Pero Santi Toledo, el mejor de los LEB, robaba el balón al actual entrenador del filial del Gran Canaria, Salva Camps (LEB2) y aseguraba la victoria (125-117).

Como dato anecdótico, la nueva norma hizo que la estadística se retrasara más de media hora, registrándose hasta diecinueve mates y un total de siete canastas de cuatro puntos.