Hablar de Edu Gatell es hablar de un guerrero de la zona, de un jugador que nunca se rinde. Gatell (Terrassa, 1989) repite experiencia en TAU Castelló tras una primera temporada en el que su gran rendimiento se vio truncado en el momento definitivo con una grave lesión que le impidió disputar los playoff de ascenso. Charlamos con él para desgranar en profundidad su trayectoria y cómo afronta su vuelta a las pistas una vez se haya completado su recuperación:

Zona de Básquet – Cuándo, dónde y por qué empieza Edu Gatell a jugar al baloncesto.

Edu Gatell – Pues empecé como muchos, supongo, como actividad extraescolar en el equipo del colegio, en el Sant Miquel, mi colegio de la infancia en Molins de Rei.

ZdB – ¿Qué recuerdos guardas de tu época de formación en el CB Fontajau de Girona?

EG – Fue volver a jugar después de mucho tiempo; dejé el básquet con 7 años y con 13 lo volví a practicar en Fontajau. Guardo muy buenos recuerdos de esa época y aún ahora conservo alguna amistad del grupo que hicimos durante tres años.

ZdB – En tu segundo año de Júnior das el salto al Sant Josep de Girona, cantera del extinto Akasvayu. Un cambio necesario al alza, ¿no?

EG – Principalmente me llamó la atención el que fuese el equipo Júnior de un club ACB como Akasvayu. Fue un año  algo complicado, con nuevos compañeros que llevaban ya varios años juntos y yo el único nuevo, pero era muy ilusionante formar parte de ese equipo y aprendí mucho de mis compañeros y de toda la experiencia.

ZdB – ¿Cómo era ser el Júnior de los Marc Gasol, San Emeterio y compañía?

EG – Coincidimos poco con el primer equipo, ya que Pesic no quería compartir pista. Lo mejor de formar parte de Akasvayu es que podíamos ir a los partidos sin pagar y más de un partidazo vi desde las gradas de Fontajau. También en una ocasión Marc se estaba recuperando de una pequeña molestia y para recuperar poco a poco se puso a entrenar con nosotros; claro está, fue algo que siempre recordaré.

ZdB – ¿Pensabas en aquella época que llegarías a ser un profesional del baloncesto?

EG – La verdad que para nada lo pensaba, ni mi entorno ni yo. Por esa época ya estaba trabajando y mi mente era ir a trabajar y por la noche entrenar con el equipo

ZdB – Saltas a Sénior empezando desde lo más bajo, jugando la Copa Catalunya con el Adepaf Figueres. ¿Cómo es ese debut?

EG – Fue un poco más tarde, primero en el Adepaf hicimos un U21 con el que me lo pasé en grande, era otro equipo nuevo y compañeros diferentes, pero el ambiente ya era más relajado, era más “voy a pasármelo bien y a jugar con los amigos”. Luego, ya los dos años siguientes, debuté en Copa Catalunya y era todo diferente, competición más dura y con los “típicos” veteranos del equipo rival que dejaban caer algún que otro golpe de más [risas].

ZdB – Llega el cambio y sales de tu zona de confort para firmar con el Alcázar balear de Liga EBA, dirigido por Luis Arbalejo (2010/11). ¿Cómo fue ese “cambio de vida”?

EG – Muy diferente, yo tenía mi trabajo, vivía solo pagando un alquiler y, se podría decir, con la vida más o menos encarrilada; después de hablarlo con mi padre, me dijo que no me lo pensara y que viviera la experiencia. Decidí probar suerte y, oye, no me ha salido tan mal, ¿no?

ZdB – El cambio importante se produce con tu vuelta a Girona en la 11/12. Empiezas en el filial en EBA destacando mucho (22 mi, 9.7 pt, 7.5 re, 1.9 ta), pero en pretemporada Žan Tabak, entrenador del Girona, habló contigo de cómo podías ayudar al equipo, y al final cuando se marcha Coleman, subes y juegas 10 partidos (14 mi, 3.3 pt, 4.4 re). ¿Notabas el cambio de EBA a Oro? ¿Cómo fue ese ascenso?

EG – Lo de Girona salió porque nos comunican que Alcázar no sale en EBA y que si queríamos irnos teníamos vía libre. Entonces me pongo en contacto con Girona y entro como último jugador en un equipo ya casi cerrado, hice un tramo de la pretemporada con ellos pero cuando llegaron los últimos fichajes ya me dijeron que fuese con el EBA. Como decís, por problemas económicos se fueron dos jugadores (interiores) y nos subieron a Michel Acosta y a mí con el primer equipo. En principio solo entrenábamos y nos sentábamos en el banquillo en los partidos, y si el equipo ganaba de 15 a falta de 1 o 2 minutos, jugaba alguno. Está claro que el cambio era grandísimo: forma de jugar, de ver el básquet, físicamente… muchas cosas. Yo me centraba en intentar no liarla mucho y hacer caso de lo que me decían. Recuerdo que mi debut fue en un derbi catalán contra Lleida en Fontajau. Es algo que recordaré por siempre.

ZdB – ¿Cómo era entrenar todos los días con un jugador de la talla de Darryl Middleton?

EG – Desde que pude compartir vestuario y pista con él, siempre digo que es la persona a quien más admiro y admiraré. Su disciplina, ética de trabajo, forma de entrenar y de entender el baloncesto me dejaban alucinado y más con la edad que tenía ya por aquel entonces. Si tengo que decir qué jugador es mi ídolo, ese es Darryl.

ZdB – La temporada siguiente (2012/13), con la desaparición del Girona, sales hacia A Coruña, pero para el filial de EBA. ¿Por qué no buscaste algo en las LEB?

EG – Mi agente y yo nos decidimos por Coruña ya que firmaba para el EBA pero con la posibilidad de entrenar con el LEB. Hice la pretemporada con ellos pero por decisiones del cuerpo técnico me dijeron que solo iba a estar con el EBA. Fue un poco dura esa decisión pero me lo pasé en grande ese tiempo con los compañeros y amigos del EBA. Cada vez que juego allí ahora, siempre quedo con varios de mis ex compañeros del equipo.

ZdB – De repente, llega uno de esos giros caprichosos del destino, y tras salirte en EBA (29 mi, 15.0 pt, 8.4 re, 1.3 ta), Peñas Huesca apuesta por ti en Navidad, y sin poder casi ni recoger tus cosas te vas hacia tierras aragonesas. ¿Cómo fue esa “locura”?

EG – Estaba pasando las Navidades en casa de mi madre y recibí la llamada de mi agente, Gaspar Roura, diciéndome que Huesca se había interesado por mí y que si aceptábamos tenía que estar el día 30 de diciembre para empezar a entrenar… Era 27 e iba a ser un fin de semana movidito… Mi madre nos pagó un billete a Coruña, a primera hora, a mi hermana y a mí; mi hermana me ayudó a recoger las cosas del piso y a la una de la mañana llegamos en coche a Huesca.

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Edu Gatell, en su etapa en Peñas / CARLOS PASCUAL

ZdB – Ibas para ser pieza de rotación, pero enseguida Quim Costa se enamoró de tu intensidad, dándote bastantes minutos. Incluso la ACB te destacó en un artículo como uno de los 20 futuribles de Oro como candidatos para dar el salto. ¿Esperabas esa repercusión cuando llegaste?

EG – Siempre agradeceré a Quim Costa y a Peñas Huesca esa gran oportunidad, confiaron en mí y yo en ese momento, igual que en Girona, me centraba en hacerlo lo mejor posible y todo lo que me dijese el entrenador. Es cierto que me costaba mucho enterarme de las jugadas y de todo un poco, pero Eric Sánchez me ayudó mucho a integrarme en el equipo y en la liga; en los partidos siempre me decía que si iba perdido que lo mirase a él y le hiciese caso.

ZdB – Un buen año y medio en Peñas y llegas a Melilla, uno de los grandes de la Oro. Como la mayoría de clubes, el Decano no es un club de mantener a sus jugadores año tras año; sin embargo, tú permaneces allí tres temporadas, entras dentro del club de los 100 partidos y estás identificado con el equipo. ¿Cómo es tu estancia allí?

EG – Alejandro [Alcoba] apostó por darme un hueco en el equipo y minutos, y lo quería aprovechar para seguir creciendo. En Melilla es donde crecí y maduré, tanto como jugador como persona. Estar en un equipo con tanta historia intimidaba un poco. Durante esos tres años, la unión del equipo era la clave. Hice grandes amistades, tanto en el equipo (Manu, Javi Muñoz, Álex Ríos, Eloy, Pablo, Héctor, Jorge y Marcos), como fuera de la pista (Aitor, Nuri, Irene, Fredy, María, Cris…). Son gente que puedo considerar parte de mi familia, e hicieron que estar en Melilla, lejos de mi familia, fuese más ameno y me sintiera siempre como en casa.

ZdB – Tres años siempre en la lucha y con números similares, pero decides dejar la Ciudad Autónoma y fichar por TAU Castelló el pasado curso (2017/18). ¿Qué te llevó a ese cambio?

EG – La motivación de tener un rol más importante en un equipo nuevo, nuevas experiencias y que, después de tres años, creía que era el momento oportuno de cambiar de aires. Cuando hablé con Toni [Ten] me transmitió un proyecto que me hacía mucha ilusión, al igual que la forma en la que quería jugar Toni. Me atraía mucho.

ZdB – La temporada tuvo de todo. Estuviste a un nivel superlativo, sin duda, tu mejor temporada en Oro en cuanto a números, y te vimos hacer más cosas (rebotear más, tirar triples, mejor porcentaje en TL…). ¿Esto es fruto del trabajo, la confianza a nivel mental o una combinación de ambos?

EG – Una de las claves, creo yo, era el buen ambiente que teníamos dentro del vestuario; éramos una familia y creo que eso se transmitía en la pista. Está claro que el trabajo diario es muy importante, y que Toni me diera tanta confianza como para que hasta pudiera tirar de tres, lo dice todo. Pero, reitero, la clave de todo es el buen rollo que teníamos entre todos.

ZdB – ¿Cuánto tienen que ver en esta evolución de tu juego Toni Ten y Castelló?

EG – Mucha, y quizás mucha más de la que él se piensa. Toni me ha dado esa confianza que nadie me había dado hasta ahora, y eso creo que se ha notado en mi juego. Castelló me ha acogido desde el primer minuto de mi llegada, la ciudad es tranquila, bonita y jugar en el Ciutat de Castelló con esta afición… Me siento muy querido.

ZdB – La temporada se cerró con una nota amarga en forma de lesión. ¿Qué recuerdas de aquel mal trago?

EG – ¿Qué pasó? No lo sé, solo sé que noté algo raro en la rodilla al caer después de saltar, y ya vi la rótula izquierda en un lugar que no era el suyo. Solo pensaba en que no tuviera nada roto; lo primero que hice fue estirar las piernas, y al ver que respondían me quedé tranquilo, pero eso hizo que la rótula volviera a su sitio y después vino el dolor, mucho dolor al darme cuenta de lo que había pasado. De esos minutos solo recuerdo la voz de Miki Feliu dándome ánimos, y la de Chema García, que me abrazaba y me decía que estaba allí y que me tranquilizase, que todo iría bien.

ZdB – Al final, la lesión fue luxación de rodilla y rotura parcial del ligamento colateral externo, pero la FEB sorprendió al club impidiéndole fichar, una decisión extraña que indignó a muchos aficionados, y más ahora a toro pasado cuando todavía falta un trecho de la recuperación.

EG – Fue una decisión que, ni en el momento ni ahora, llegamos a entender. Creo que ya he dado mi opinión por redes sociales, y no hace falta meter más el dedo en la llaga.

ZdB – Os vemos a Fran Cárdenas, a Dani Martínez y a ti colgando material en redes de vuestras respectivas recuperaciones. ¿Tú qué tal estás?

EG – Estoy bien, son muchas las muestras de cariño, tanto por parte de mi pareja, Noemí, como por la de compañeros, amigos, familia y aficionados. Eso hace que tengas una motivación extra para recuperarte bien y volver mejor que antes.

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Pasito a pasito…🚶🏻‍♂️

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ZdB – Una parte muy importante son los encargados de llevar tu recuperación. Cuéntanos un poco cómo es el proceso.

EG – Cada mañana voy a la Clínica Granell (Borriana), y allí trabajo con Vicente, que es el fisioterapeuta que tenemos durante la temporada. Masajes, corriente, magnetoterapia, diatermia… durante hora y media. Ya a primera hora de la tarde voy al Ciutat, donde trabajo con Juanjo, el preparador físico del club; una hora de gimnasio para fortalecer la pierna y tren superior, y después variamos entre 20 minutos de tiro estático sin saltar o hacer ejercicios en la playa dentro del agua.

ZdB – Por naturaleza, eres un tío muy optimista, ¿pero estás a tope en este sentido o hay días más bajos?

EG – Es cierto que me lo intento tomar siempre con optimismo y ser positivo, pero es inevitable, sobre todo en esta etapa, donde la mejoría se nota poco a poco, llegar a pensar que la cosa no avanza. He de reconocer que mi pareja en eso debe estar hasta la coronilla de mí, me está ayudando y apoyando mucho cuando estoy de bajón, intentando que sea positivo y que piense que volveré mucho mejor.

ZdB – Hemos visto casos de jugadores que tras tener lesiones han readaptado su juego. Sabemos que la brega y la lucha no se pierden, pero tal vez este es el momento de empezar a abrir rango de tiro, algo que creemos que eres capaz de hacer.

EG – Lo que más me interesa es recuperarme y estar al 100%. Está claro que quiero mejorar en el tiro y, poco a poco, abrir mi juego, pero lo primero es lo primero, y eso es recuperarse.

ZdB – Para los hombres altos es muy importante coger el ritmo. ¿Estás preocupado por no llegar al inicio de la temporada al 100%?

EG – La planificación es que llegue a un 70-80% en pretemporada, para así ya en la temporada estar el 100%, pero todo puede variar, depende todo de la evolución de la rodilla.

ZdB – Este verano, con la colaboración de Carlos Mirás, te proponíamos como un candidato nacional para ACB, a pesar de estar bajo contrato con Amics. ¿Es un objetivo personal tuyo llegar a la élite? ¿Qué crees que te falta para dar ese paso?

EG – Creo que es un objetivo conjunto, como cada jugador que juegue en la LEB o a baloncesto en general. No sé qué me puede faltar para dar el paso, pero seguiré trabajando para que algún día pueda dar ese salto.

ZdB – ¿Cuál crees que debe ser el objetivo de TAU Castelló esta temporada?

EG – A mí me gustaría, mínimo, volver a clasificarnos para los Playoffs; me los perdí la temporada pasada y quiero vivir esa experiencia aquí en Castelló. Pero creo que clasificarnos para los Playoffs es un objetivo que tenemos que tener.

ZdB – Esta temporada, por fin, en la LEB Oro, los resultados deportivos se respetan en los 18 equipos.

EG – Los ascensos/descensos hacen que la liga sea más atractiva para el aficionado, porque se ve que si consigues el ascenso deportivo, realmente puedes ascender, y que los equipos de la ACB descienden de verdad.

ZdB – Desde dentro, ¿cómo ves la competición desde el tema promoción, gestión de recursos, comunicación…?

EG – No tenemos mucha repercusión mediática. Por desgracia, los medios para poder ver los partidos son más bien escasos y da la sensación que no invierten para mejorar mucho sobre ello, con un Canal FEB que es difícil poder ver un partido entero, sin cortes o simplemente que se llegue a ver. Recuerdo una época donde se retransmitían por Teledeporte y había buena audiencia. Siempre podré decir que mis padres me vieron por la tele jugando a básquet en LEB Oro. Mejorable… varias cosas, mejores calendarios y sin jornadas intersemanales, mejores retransmisiones, que pierdan un poco de tiempo en escuchar a los jugadores, en fin son cosas que no haya dicho ya por redes sociales…