Ben Mbala fue una de las revelaciones del Afrobasket ‘17 con la selección de Camerún. Reciente fichaje del Fuerza Regia, llega a México tras criarse en el baloncesto universitario filipino, y qué mejor que dirigirse a Joaquín Blanco, profundo conocedor del baloncesto africano, para saber más de él.

Behemoth, Titán

Behemoth, titán… son términos que se cuelan a veces en las crónicas de los partidos de De la Salle, en la más importante de las ligas universitarias filipinas (la UAAP), y van siempre referidos al número 23 de los De La Salle Green Archers, Benoit Mbala. Es una forma de visualizar su dominio, de que comprendamos que es un hombre entre niños, una bestia desatada, y que su abuso es sólo la consecuencia lógica de su propia naturaleza.

Pero más allá de metáforas e imágenes grandilocuentes, hay una plasmación patente de esa superioridad, acaba de ganar su segundo MVP en dos temporadas en la UAAP, es este un premio estadístico en el que Mbala ha acabado con 96.56 puntos en el baremo que utiliza la UAAP, aventajando en más de 30 al segundo clasificado, ha sido el máximo anotador de la temporada (26.0 puntos por partido aventajando en más de 5 puntos al segundo clasificado Alvin Pasaol), primero en tiros de campo anotados, segundo en porcentaje de tiros de campo, es el jugador que fuerza más tiros libres y el que más convierte (8.8 / 11.5), quinto porcentaje en lanzamientos libres de toda la competición, segundo máximo reboteador (a una décima del líder, su compatriota camerunés Steve Akomo; 13.1 por 13.2 rebotes por partido), mejor reboteador ofensivo (5.0 por encuentro), sexto en balones robados (1.3) y segundo en tapones (2.5 por 2.7 del líder Issa Gaye). Consiguiendo todo esto en un equipo ganador, que ha acabado la temporada regular en segunda posición con un balance de 12-2 quedándose a tiro de triple de repetir el título de la temporada pasada (88-86 en el tercer y definitivo partido de la final contra Ateneo).

Todas estas cifras podrían ser solamente eso, cifras, y estas podrían relativizarse o ponerse en duda por las peculiaridades del baloncesto filipino y el nivel de competitividad o físico de los rivales a los que Mbala se ha enfrentado, así que intentaremos contextualizar estos números y, de paso, hacer un recorrido por el juego y la historia de un Big Ben para el que suena la hora decisiva.

Nadie juega al baloncesto en Camerún
Thomas Embiid a su hijo Joel

Benoit Mbala Mendzana nació en Yaoundé el 13 de julio de 1995, Paul Biya cumplía su decimotercero año gobernando el país (hoy lleva 37 y subiendo), Juan Pablo II se convertía en el primer papa en pisar suelo camerunés y en fútbol, Camerún ganaba el campeonato juvenil de África y jugaba el mundial de Qatar (el de De la Peña, Raúl, Salgado y Etxeberría como Pichichi), toda la nación enloquece con ese equipo, que acaba primero de su grupo empatando con Alemania y ganando a Costa Rica y Australia, sin embargo Argentina, a la postre campeona del torneo, mandó para casa en el primer cruce a los de Geremi. No había otro deporte en Camerún, entre el asesinato de Engelbert Mvang y la entrada a la Commonwealth sólo había un hilo conductor en las calles de Yaoundé o Duala; fútbol, fútbol con bolsas enrolladas en forma de balón, fútbol con pelotas de plástico, fútbol con balón de cuero, cualquier objeto esférico podía servir, pero sólo fútbol. Ahí, y así, nació Ben Mbala.

Era el hermano menor en una familia de clase media, Ben creció jugando al fútbol, no podía ser de otro modo, era el deporte nacional y el deporte de su familia. Sin embargo, a los trece años un repentino estirón pone al pequeño Ben en los 188 cm y  uno de sus primos le pone en contacto con otro deporte, así empieza a jugar al baloncesto.

Primeras decepciones en un deporte que no conoce, pero aprende rápido, consigue entrar en el equipo de su instituto, Ndi Samba, y su progreso le lleva a ser concentrado con las categorías inferiores del equipo nacional y al campus de Mbah a Moute, invitado dos años seguidos, es en el segundo año cuando es elegido entre los mejores jugadores, hemos llegado a 2011 y Mbala entra en la terna de invitados para el Basketball Without Borders Africa que organiza la NBA en Johannesburgo.

Mutombo, Mourning, Pat Ewing, Jeff Hornacek, Bo Outlaw… son cuatro días intensos, estrellas de la NBA aconsejan y enseñan a los chicos, les entrenan Lionel Hollins o Monty Williams, se sienten el futuro de África. En esos días aprenden y sudan juntos Joel Embiid, Youssoupha Fall, Omer Abada… pero sólo puede haber un MVP, y hay un jugador que destaca por encima del resto, Benoit suma otro trofeo a una colección que va a irse ampliando año a año.

Varios de sus compañeros en ese campus consiguen dar el salto a Estados Unidos, algunos ese mismo año; otros no inmediatamente. Embiid da el salto a jugar en High School en Florida (Montverde HS y The Rock HS) y asombra en Kansas, William Tchiengang juega en Southern Missouri y ahora en Angelo State, Ted Kapita pasa por España para acabar jugando en Noth Carolina State, Youssoupha Kane acabó en Detroit-Mercy tras dos años en un Community College, Bul Bior Ajang reclutado por Tulane (HS en New Jersey), Patsom Siame jugó High School en USA, seleccionado para el Adidas Camp y el Nike Hoop Summit para llegar a la NCAA en Loyola Marymount y después Florida Gulf Coast Univ, Dominic Obunaka como buen keniata en Trevecca Nazarene de NCAA II . Otros vienen a Europa: el ya mencionado Kapita, el actual jugador del COB Abdoulaye Ndoye, que recala en Calais ese mismo 2011, el 2’21 Youssoupha Fall (internacional por Francia en las ventanas FIBA) llega a Le Mans, a Thabo Sithole se le vio en el segundo equipo del Zalgiris Kaunas…

Parecería lógico que el MVP del campus tuviera buenas ofertas, Mbala habla del ofrecimiento de varias becas para ir a Estados Unidos, pero problemas para conseguir el visado acaban por hacer imposible su llegada al baloncesto americano.

El propio jugador habla de la necesidad de tener respaldo para poder acelerar y llevar a buen fin estos trámites, no fue su caso, según el mismo contaba: “Es extraño, para ir a USA necesitas algo como un padrino, alguien apoyándote… desafortunadamente yo no tuve a nadie y lo hice todo por mí mismo. Los hechos no estuvieron de mi parte”. Así pues, teniendo diferentes opciones encima de la mesa para continuar su carrera deportiva y académica en Estados Unidos fueron los trámites burocráticos los que lo impidieron, nunca ha trascendido que universidades podrían haber mostrado interés en incorporar al camerunés.

King Cobra, el rey de Southwestern.

Es su amigo Moustapha Arafat, con el que coincidió en el BWB 2011 y en el campus de Mbah a Moute, ya reclutado en ese momento por UE (University of East) quien le habla de Filipinas y de la posibilidad de jugar allí y es quien mueve los hilos que acaban posibilitando la llegada a Asia. Mbala, sin contactos, sin fama, obviamente sin agente, recala en SWU (Southwestern University), la primera institución que se interesa por él, una universidad que juega la CESAFI, la liga universitaria de Cebu, Mbala arrasa, impresiona, y domina la competición haciendo campeona a SWU por primera vez en su historia y siendo nombrado MVP de la final.

Con esa victoria Southwestern Cobras se clasifican para jugar la PCCL, una competición colegial a imagen del torneo de la NCAA USA en el que se clasifican 16 de los más de 250 equipos colegiales del país,  con mayoría UAAP y NCAA pero con plazas para los mejores equipos de las restantes ligas (CESAFI, BBEAL, BBL, DPSAA, DCIBL, ISSA, LUSCAA, NAASCU, NCAA South, NCRAA, NOPSSCEA, PRISAA, QPSBA, SCUAA, UCAA, UCLAA, ISAA) , Southwestern acaba cuarta, y durante su andadura en el torneo gana a UST (Universidad Santo Tomás, ganadora del campeonato) en la prórroga 93-91, dado el nivel de ambas universidades (y de sus ligas) ese triunfo es considerado una gran hazaña de los cebuanos, Mbala acaba ese partido con 41 puntos y 16 rebotes, sus medias en el torneo son de 27.0 puntos, 10.3 rebotes y 3.7 tapones por partido, su nombre se escucha en todos los despachos, se abre la veda para la caza del león indomable, Ben tiene 17 años.

De los 8 equipos de la UAAP no hay ninguno que no muestre interés por el camerunés, la guerra la acaba ganando no sin polémica De La Salle, una de las universidades históricas de Manila.

La duda y el desafío. UAAP, De la Salle Green Archers.

El anuncio del reclutamiento de Mbala lo hace Noli Eala, antiguo comisionado de la PBA (la liga profesional filipina) que al parecer es el interlocutor en las conversaciones que acaban significando la llegada a DLSU, Eala interviene siguiendo instrucciones del principal mecenas de la universidad, Eduardo Cojuangco, uno de los hombres más ricos de Filipinas y propietario de tres equipos de la PBA. Hubo a quien le pareció sospechoso y generó cierta polémica; Eala no era parte del staff técnico de La Salle ni fue enviado por la universidad sino por Cojuangco, por lo que no se sabe hasta qué punto podía negociar u ofrecer una beca en nombre de la institución académica, el hecho es que Mbala acepta jugar para La Salle, SWU se muestra complacida con el transfer de su estrella y son los Green Archers los que acaban ganando la pelea entre universidades de Metro Manila en que se había convertido el reclutamiento del jugador africano. En las competiciones colegiales filipinas, como en las estadounidenses, está prohibido que los jugadores reciban remuneración económica ni contraprestaciones de ningún tipo más allá de las becas. Sin embargo hay voces que denuncian pagos a los jugadores extranjeros y que las direcciones de las ligas no quieren afrontar ese problema y prefieren limitar o prohibir la presencia de los mismos y no encarar el que sería, de ser esto cierto, el problema real.

Las normas de la UAAP para los alumnos extranjeros establecen que, si bien en el caso del transfer de un jugador filipino de una universidad a otra debe pasar un año sin jugar tal y como sucede en la NCAA estadounidense, los extranjeros transferidos estarán dos temporadas sin jugar. Esta norma fue aprobada en marzo de 2013 dentro de la llamada Jerie Pingoy Rule, por tanto, tenemos a un Mbala obligado a pasar dos años en blanco para jugar con los Green Archers de De La Salle, cuando en el momento en que decide su transfer el período de Redshirt era de un año, en esos dos años el jugador sólo podría jugar algunos partidos con el equipo B de la universidad.

Sin embargo, y además de esos partidos, Mbala acude en su segundo año de residencia  junto al ya mencionado Moustapha Arafat y otros jugadores cameruneses (Karim Abdul) a un torneo organizado por Manny Pacquiao (Manny Pacquiao Challenge Cup), Mbala ignora en ese momento las consecuencias que esa participación tiene para su elegibilidad y es sancionado con otra temporada de suspensión, ese año marca profundamente a Benoit, la decisión de ese nuevo año de suspensión fue devastadora para el jugador pero en sus declaraciones y, seguramente, en su actitud hay un profundo cambio a partir de ese momento, vemos a un Mbala más calmado y reflexivo, un Mbala al que la impulsividad y el actuar sin tener en cuenta las consecuencias le ha llevado a cometer el error más importante de su carrera hasta ese momento.

Benoit se siente morir, está completamente destrozado, se sumaba un tercer año en blanco y la confirmación de que lo que en un principio iba a ser una única temporada de residencia se iban a convertir en un total de tres años sin competición oficial, y justo en los años más importantes para el desarrollo de un jugador. La presión era devastadora; era el deseado, el elegido, el jugador que todo el mundo deseaba ver, por el que esperaban los aficionados hace dos años, y por un error, un error no achacable a nadie más que a él, volvía a quedarse sin la posibilidad de jugar.

A posteriori, Mbala reconoce que ese año es el que más le ha marcado y le ha hecho madurar como persona y como deportista, ese año le cambió: “Tenía que entender que tengo que pasar por cosas así para madurar. Soy un hombre y tengo que ser responsable de mis acciones y errores. Y encontré un modo de volver a la pista”. Trabaja, sufre, mejora y, día a día, el año que parecía eterno se va acabando.

Pretemporada, torneo FilOil Flying V Preseason 2016, primeros partidos con los Green Archers: 21.9 puntos por partido, 15.1 rebotes, 2.4 tapones, ganan el torneo con 28 puntos, 26 rebotes y 8 tapones de Mbala en el partido decisivo contra Arellano (NCAA), es elegido MVP, Mejor defensor y Mythical Five (equipo ideal), ha vuelto.

Mbala está listo para disputar la temporada 79 de la UAAP, es 2016 y los Green Archers presentan un equipazo que les hace favoritos a todo. Es, fundamentalmente, el equipo del alero Jeron Teng pero el jugador camerunés es el jugador más esperado, probablemente el que mayor expectación por su debut había levantado en la historia de la UAAP, acaba llevándose la luz de todos los focos y acaba la temporada regular como MVP, el primer MVP extranjero en la liga desde 1981: 20.6 puntos, 16.0 rebotes (6.5 ofensivos), 1.2 asistencias, 1.4 balones robados y 2.5 tapones en 30.2 minutos jugados por partido son las medias de Big Ben en la temporada regular. De la Salle acaba ganando el campeonato con Teng como MVP de la final. Los números de Mbala son buenos: 19.7 puntos, 13.7 rebotes, 2.3 tapones y 1.7 balones robados de media.

La federación camerunesa le cursa una invitación para disputar la clasificación para el Afrobasket pero Mbala, al que las experiencias le han enseñado prudencia y cautela, la rechaza al no tener la seguridad de que no afecte a su elegibilidad. Afortunadamente, no va a ser el último contacto con los leones indomables.

Afrobasket ’17. Un león frente a un continente.

Entra en la preselección para el Afrobasket sin que se le dé demasiada importancia, a las ausencias previsibles de Joel Embiid o Pascal Siakam se unen otras menos esperadas y, por tanto, más decepcionantes; Jeremy Nzeulie, Luc Mbah a Moute, Frank Tchoubaye… El roster de Camerún no se parece mucho al que sería el mejor equipo disponible, el equipo se concentra en Brasil entre las dudas sobre quién va a dirigir finalmente al equipo en el campeonato ¿Adingono, Ntep? y la ilusión de contar con un muy buen nacionalizado como DJ Strawberry manejando el timón del equipo. Un equipo con más jugadores locales de lo esperado inicialmente y con la base del equipo que en marzo jugó la clasificación.

Se juegan los primeros amistosos en Brasil con Jean Claude Ntep dirigiendo al equipo y se incorpora Mbala cuando el grupo lleva ya un par de semanas de entrenamientos, su camino se cruza con el de Strawberry que abandona la selección camerunesa reclamado por el Besiktas, desde fuera no parece que el equipo cree grandes esperanzas, Adala Moto, recién graduado en Towson y actual jugador del Clavijo de LEB Oro, Nguijol Songolo, que ha hecho lo propio en 2016 en NCAA II, Seidou Njoya, el de más caché pero un distribuidor, no un jugador que pueda asumir el liderazgo de un equipo, Francois Affia (jugador marginal en Eslovenia) o Kamen (suplente en la República Checa) son los foreign based del equipo, Mbala es una incógnita, lleva seis años sin jugar fuera de Filipinas, Felix Bogmis, Pierre Essome, Arnaud Kone, Kevin Ngwese… Se cuelan más jugadores de la liga camerunesa de lo esperado, en principio eso no suele ser buena señal.

Finalmente se produce la sorpresa, se contrata como entrenador sobre la marcha y en la misma concentración al ex seleccionador brasileño Antonio Carlos Barbosa y se empieza a vislumbrar que hay un líder en el equipo, un jugador que puede asumir la responsabilidad anotadora, un león indomable venido del sudeste asiático que puede llevar a Camerún en su lomo.

El equipo juega sus tres partidos de la fase de grupos en Radés, derrota en el primer partido ante Túnez con 15 puntos, 6 rebotes y un 2 de 4 en triples de Mbala ante Ben Rondhame y Mohamed Hadidane, y victorias ante Guinea-Conakry (24 puntos y 6 rebotes) y Ruanda (doble doble con 16 puntos y 15 rebotes). Son segundos de grupo por detrás del anfitrión Túnez.

Camerún se cruza en cuartos de final con una de las favoritas, Nigeria, frente a frente Mbala y Ike Diogu, un jugador con 225 partidos en la NBA y el mejor durante el torneo.

Los dos equipos brindan un partido espectacular, quizá el mejor del campeonato, Mbala domina en la pintura, avasalla, anota, rebotea, lucha, pero está muy solo ante los interiores nigerianos; Diogu, el jugador de Washington Wizards Echefu o Deji Akindele. Ni Kamen ni Affia ni Yangue pueden mantener el ritmo ni acompañarle.

Mbala aguanta tres cuartos, en el último le puede el cansancio y baja su acierto, y Camerún baja con él. El partido acaba 106-91, victoria de los DTigers.

Múltiples saltos, múltiples esfuerzos, sacrificio de enforced y producción de estrella durante todo el partido, Ben ha metido 32 puntos y cogido 10 rebotes, su rival Diogu 28 y 9, Felix Bogmis juega su mejor partido del campeonato (25 puntos y 7 triples).

Camerún vuelve a casa y Mbala a Filipinas, los Green Archers ya han jugado dos partidos de liga sin él, dos victorias, sigue habiendo equipo.

En el cinco ideal del Afrobasket su nombre aparece junto al MVP Diogu, a Ike Iroegbu, los campeones El Mabrouk y Hadidane y todo un NBA como Gorgui Sy Dieng.  Pero lo más importante es lo que ha demostrado, puede jugar fuera de Filipinas, ante rivales más fuertes, más altos, más experimentados, y puede seguir dominando.

Su juego en el Afrobasket no es el mismo que en DLSU, se abre hasta más allá de la línea que delimita la frontera con el territorio del triple, prueba suerte con él (7/22 en 4 partidos, un 31,8 % con un gran volumen: 5,5 tiros por encuentro, no es un gran porcentaje pero hablamos de alguien que no ha tirado un solo triple en juego durante la temporada), penetra, tira desde la media distancia, se prueba a sí mismo y prueba a los demás que puede hacer otras cosas, para el que albergara dudas demuestra que no es sólo un físico devastador que arrasa a rivales más débiles.

21.8 puntos, 9.3 rebotes, 0.8 asistencias, 2.0 balones robados y 0.5 tapones por partido en 31,3 minutos jugados, esos son sus números en la contienda africana, 2º en puntos, 2º en rebotes, 4º en balones robados, 6º en porcentaje de tiros de dos (57.9%), 9º en porcentaje de tiros libres (71.0) y segundo en eficiencia (22.0). Es el segundo jugador que más puntos anota por posesión de entre los que usan más de 14 por partido (1.04 puntos por posesión), a una centésima del top ten total si no utilizamos la discriminación por volumen.

Referencia de su equipo y gran atracción del Afrobasket, los ojeadores toman nota.

La tiranía. Segunda temporada en la UAAP, el cambio de rol, aprendiendo a tirar, creando con la bola.

Mbala vuelve del Afrobasket para disputar el tercer partido de la temporada 80 y para batir su récord anotador en la competición (32 puntos, lo volvió a superar a lo largo de la temporada para dejarlo en 39). No se cansa de repetir que el Afrobasket le ha servido para ganar confianza en sí mismo y para atreverse a hacer otras cosas en la cancha.

Hay una evolución palpable en el juego del camerunés, una incorporación de recursos que nos pone en la pista de la ética de trabajo y el esfuerzo diario, así, de ser un jugador prácticamente circunscrito a las inmediaciones del aro y al trabajo en el poste bajo y de espaldas a canasta en la temporada 79 de la UAAP hemos visto a un jugador, tanto en el Afrobasket como en esta temporada 80 que acaba de finalizar, que es capaz de asumir un rol diferente y que cuenta con las armas para desempeñarlo convincentemente.  El principal cambio ha sido el uso del tiro exterior como herramienta habitual, sin convertirse en un tirador excelso sÍ que ha incorporado a su repertorio esa posibilidad que antes era inexistente, en la temporada pasada ni un solo intento triple, en los cuatro partidos del Afrobasket un 7 de 22 que, sin darnos unos porcentajes de especialista (ni de buen tirador, para que engañarnos), indica que puede anotar  triples con regularidad y que no es un extraño en la distancia, en la presente temporada de la UAAP, su tabla de tiro desde el 6.75 es de 9/31  en los doce partidos que ha jugado de temporada regular, un 29.0 %, prácticamente en la media de la competición (29.8%).

Los datos no engañan, Mbala no es un  triplista, sin embargo se puede apreciar un esfuerzo en incorporar ese arma en su repertorio, un arma que sería vital para un futuro profesional fuera del baloncesto filipino; en 2016 su juego era, en la práctica, el de un center, un pívot poderoso en las inmediaciones del aro, finalizador, aunque sin problemas para devolver el balón en buenas condiciones al perímetro ante dobles marcajes, sin embargo, a pesar de su poderío físico los centers de 2,03 no son el artículo de moda del baloncesto contemporáneo y las dudas que esto hacia suscitar de cara a su futuro profesional eran grandes.

No obstante, sus actuaciones en el Afrobasket pudiendo compartir pista con jugadores que desempeñaban la posición de 5 a su lado (Yangue, Affia), jugando (y atacando al defensor) de cara y lanzando desde fuera sin que esto inhibiera su poderío reboteador y su intensidad cerca del aro, despejaron en gran medida esas sombras sobre su posible evolución.

Preguntado sobre el jugador y su mejoría en el lanzamiento exterior su entrenador Aldon Ayo especulaba sobre la posibilidad de hacerle jugar de 3, “a lo LeBron”, evidentemente esto no ha acabado siendo así, pero nos da una pista de hacia dónde planteaban sus técnicos y el propio Mbala los pasos que había que avanzar en su evolución; mayor contacto con el balón, penetraciones (sobre todo desde el lado derecho del ataque) y, puntualmente, tiro exterior han sido algunas de las mejoras de Big Ben.

Y, sobre todo, la expansión de su radio de acción en la cancha y esa diversificación de sus habilidades nos pone en la pista de un jugador con una buena ética de trabajo, entrenable y dispuesto a trabajar duro y mejorar, lo cuál es la mejor señal posible para un jugador que colecciona MVPs y reconocimientos individuales (y también títulos colectivos, no olvidemos) temporada tras temporada.

En su primera temporada como jugador útil en DLSU Mbala llegó al equipo de Jeron Teng, el alero filipino estaba en su último año y llevaba varios siendo la estrella del equipo, en las finales el protagonismo de Benoit bajó, se le pidió esfuerzo, rebotes, defensa, bloqueos, pero había menos balones interiores, las defensas se cerraban más sobre él y el uno contra uno de Teng se hacía necesario, el usage de Teng en los playoffs de la temporada 79 fue 35,5% (acabó como MVP de la final, con 22,3 ptos de media).

En su segunda temporada, esta temporada 80 de la UAAP que acaba de terminar, con Jeron Teng graduado, es Big Ben quien tiene todos los galones con Ricci Rivero como segundo de a bordo, y se encuentra con aclarados no sólo para que resuelva en el poste bajo, si no para que juegue uno contra uno desde la línea de tres o desde 6 metros echando el balón al suelo y penetrando.

En defensa también ha dejado claro la existencia de un trabajo específico para mejorar más su rapidez de cara a defender jugadores más pequeños, como reconocía en declaraciones a la prensa, esa ha sido una de las peticiones del entrenador Aldin Ayo y una de las áreas de mejora en las que han concentrado esfuerzo y planes de trabajo. Aunque su físico siempre ha estado ahí, es un jugador corpulento y fuerte, que también puede correr, rápido, ágil, con gran capacidad de repetición de salto, astuto y duro mentalmente y con buena actitud.

Es sin duda el mejor jugador colegial en Filipinas y un talento de los que es difícil ver en aquellas tierras.

Así, la temporada 80 transcurre entre exhibiciones del camerunés, pero no se puede olvidar que el equipo es más débil que el año pasado, un monstruo bicéfalo encabezado por dos estrellas: Teng y Mbala, ha dado paso a un conjunto con un equipo sólido pero con una única estrella de gran nivel.

Al final de la temporada regular el balance es de 12 victorias y dos derrotas, segundos por detrás de Ateneo que pierde su único partido del año en la última jornada, ante DLSU (76-79).

Después del trámite de semifinales se vuelven a encontrar en la final, y La Salle no puede revalidar el título de 2016. 76-70 para lo Blue Eagles en el primer partido, 92-83 para DLSU remontando una diferencia de 21 puntos en el segundo encuentro y 88-86 en el tercero y definitivo para teñir el título del azul de Ateneo.

“Esto ha sido una experiencia de aprendizaje para mí. No solo puedes aprender de ganar, también puedes aprender de la derrota”. 15.7 puntos, 14.0 rebotes, 1.7 balones robados, 2.7 tapones y un 52.8% sus números en la final, lastrados por un primer partido con su peor anotación en Filipinas, tan solo 8 puntos.

Ateneo impuso su ritmo y llevó el control del partido durante toda la final, a excepción de los minutos de épica remontada del segundo partido. Un paisaje muy diferente al del último partido de temporada regular, con victoria de DLSU y una monstruosa actuación de Mbala; 28 puntos, 19 rebotes, 6 tapones, 6 robos. Tab Baldwin, entrenador de Ateneo y ex seleccionador neozelandés lo tiene claro, hay que parar a Mbala, ese es el objetivo, dobles y triples marcajes cuando recibe la bola, Ikeh dedicado en exclusiva a defenderle… Mbala sólo tira 7 veces a canasta en el primer partido. Ateneo ganó ese partido para iniciar el camino que le llevaría a ganar la final.

La UAAP y el baloncesto colegial en Filipinas (UAAP y NCAA)

La UAAP (University Athletic Association of the Phillipines) es sólo una de las asociaciones deportivas universitarias que hay en Filipinas, como su principal competidora la NCAA o, en un nivel inferior, la CESAFI o NAASCU entre otras. En lo que nos ocupa, que es el baloncesto, el  campeonato de la UAAP es actualmente el más fuerte del país pero no siempre fue así, hasta principios de este siglo la NCAA era la competición principal, y sobre todo hasta principios de los 80 era “la competición” con mayúsculas mientras que la UAAP era “esa otra liga”, precisamente el paso de Ateneo y De la Salle de la NCAA a la UAAP, con cuya rivalidad se ha cimentado buena parte del éxito de esta última es un punto claro de inflexión en la década de los 80.

No pensemos en diferencias abismales o de primeras y segundas categorías entre UAAP y NCAA, el campeón NCAA San Beda sería seguramente aspirante al título en la competición rival.

Hay varios torneos de pretemporada interligas, el más importante es el Filoil Flying V Preseason Cup cuyas últimas cuatro ediciones se las han repartido San Beda y La Salle alternativamente y con un balance 9-3 en títulos para equipos de la UAAP en sus doce años de existencia.

Aunque por encima de esto, para entender la importancia de estas ligas en el país y el seguimiento de la afición por sus alma mater, sólo hay que ver el seguimiento, la pasión del público, la cobertura mediática de los partidos, con finales disputadas en el Mall of Asia o en Araneta con impresionantes cifras de asistencia, sin ir más lejos el tercer partido de esta final de la UAAP lo han visto más de 22.000 en las gradas del pabellón.

Hasta 2014 la presencia de jugadores extranjeros en la UAAP se limitaba normativamente a dos jugadores por equipo que no podían estar en pista al mismo tiempo, se hablaba (y se habla) de estos jugadores como imports, utilizando el mismo término que se usa para los jugadores no filipinos que compiten en las ligas profesionales y, como recordaban los críticos con la norma, olvidando que se trata de estudiantes, estudiantes-atletas, pero estudiantes no profesionales al fin y al cabo. Precisamente la duda sobre el amateurismo, y sobre la posible contraprestación que sospechan puedan estar recibiendo los jugadores africanos que disputan los campeonatos colegiales, es una sombra que planea constantemente sobre ellos y sobre las medidas destinadas a minimizar su número, importancia e impacto. Como decíamos, después de un intenso debate en el que no faltaron voces que hablaban de no permitir la presencia de extranjeros en la liga,  la norma se modificó reduciéndose finalmente a un jugador foráneo por plantilla a partir de la temporada 79 (2016).

En la NCAA está aprobada la prohibición de contar con jugadores extranjeros, estos podrán formar parte de las plantillas solo hasta 2021.

Antecedentes y prehistoria, africanos en Filipinas.

El primer y más claro precedente de dominador africano en el basket universitario pinoy es Sam Ekwe, el pívot nigeriano fue reclutado por San Beda (NCAA) a mediados de la primera década del siglo después de estudiar concienzudamente la legislación de la competición y asegurarse de que no había ningún problema de elegibilidad, Ekwe (2,06) se encontró con una batería de postes filipinos a los que sacaba una cabeza y con unos físicos que no resistían el cuerpo a cuerpo con él, se convirtió un elemento desestabilizador en la competición que con su sola presencia propició el threepeat para San Beda (2006, 2007 y 2008) después de 28 años sin ganar el título e inaugurando un dominio del equipo que se prolonga hasta hoy (10 de 21 de los últimos campeonatos han sido ganados por ellos, incluyendo el último, con Donald Tankoua, camerunés, como MVP de la final). Ekwe fue MVP, mejor defensor y rookie del año en 2006 y MVP de la temporada regular y de las finales en 2008.

Sin embargo, después de esta carrera triunfal en el baloncesto colegial, no ha habido una carrera demasiado exitosa en el baloncesto profesional para el jugador nigeriano.

Las reglas del draft de la PBA son claras, los jugadores sin sangre filipina no pueden ser seleccionados sin una nacionalización y participación con el equipo nacional, no era el caso.

Extranjero para la PBA, para conseguir plaza en un roster debería competir con los imports americanos de los equipos, jugadores en muchos casos con pasado NBA con un nivel difícil de alcanzar para él, lo que le hacía imposible ese acceso.

Ekwe acabó siendo drafteado por los Laguna Trace Stallions de la Liga Pilipinas, una liga profesional cuya aventura duró 7 años. Sam ha desarrollado su carrera en ligas menores y circuitos Pro-am de la costa oeste de Estados Unidos (Drew Summer League, WCBL…), sin llegar a tener la oportunidad de jugar ni siquiera en la liga de desarrollo.

Es Ekwe un antecesor preocupante, su dominio devastador en Filipinas no se traduce en el ámbito profesional en una carrera que pueda ni siquiera ser considerada como tal, cuando se acaba esa supremacía física no existen los recursos suficientes para sobrevivir en entornos competitivos de nivel.

Sin embargo, hay que recalcar que la competencia que se encuentra Ekwe en Asia no es comparable a la oposición, sobre todo en términos físicos, que sufre cada noche Benoit. La UAAP tiene 8 equipos, los principales jugadores interiores de cada equipo son estos: Papi Sarr (198 cm / Camerún / 13.9 pt, 12.7 re), Chibueze Ikeh (206 cm / Nigeria / 7.4 pt, 8.5 re), Prince Orizu (208 cm / Nigeria / 7.7 pt, 8.6 re, 1.3 ta), Issa Gaye (208 cm / Senegal / 14.3 pt, 9.2 re 2.7 ta), Ibrahim Ouattara (206 cm / Mali / 7.4 pt, 10.6 re, 1.5 ta), Alvin Pasaol (193 cm / Filipinas / 20.6 pt, 7.1 re) y Steve Akomo (Camerún / 11.8 pt, 13.2 re, 2.4 ta). Es decir, prácticamente en cada partido hay un duelo con un jugador africano de atleticismo o físico poderosos y, en la mayoría de los casos, con un papel eminentemente defensivo (la excepción es Pasaol).

Aún así, con precedentes como el de Sam Ekwe, o como otro jugadores africanos que han sido muy importantes en tiempos más recientes como Karim Abdul, Chris Mammie o Alfred Aroga en la UAAP o, Bright Akhuetie y Olaide Adeogun en la NCAA se podría dudar del futuro profesional de Mbala, sin embargo en su caso hay razones que invitan al optimismo y que le diferencian de esa otra pléyade de jugadores africanos; por un lado el dominio de Mbala no es sólo un dominio defensivo, es decir, la mayoría de estos jugadores son dominantes principalmente en rebote, tapones, intimidación, exuberancia física en definitiva, pero con unas vías de anotación más delimitadas que las de el camerunés y por otro está el motivo principal por el que Big Ben ocupa un lugar en las libretas de muchos scouts; el Afrobasket 2017.

Por tanto, es cierto que el jugar en Filipinas puede generar dudas razonables acerca del nivel competitivo y, sobre todo, físico, en el que está destacando, es decir, es obvio que Mbala domina la competición pero, ¿podría seguir siendo importante en un entorno diferente?  ¿Podría jugar, ya no solo al mismo nivel sino de la misma manera? Siendo este un pensamiento en principio razonable obvia el hecho de la abundante presencia de africanos en la UAAP que explicitamos más arriba, todos ellos juegan contra Mbala, le atacan y le defienden en cada partido, es una oposición respetable. Sin embargo todos esos jugadores hacen buenos números pero ninguno se acerca al nivel de juego y de ascendencia en el mismo de Big Ben.

Expectativas. Futuro. Ámerica en el horizonte.

Hace unos días se hizo oficial el fichaje de Mbala por el Fuerza Regia (Monterrey, México). Big Ben todavía tenía la posibilidad de jugar un año más en DLSU (aunque podría haberse aplicado una norma que impide jugar a alguien 7 años después de acabar su periplo en High School, La Salle defendía que no era de aplicación es este caso).

La posibilidad de presentarse al draft de la PBA estaba vetada para él, solo son elegibles los jugadores con sangre filipina (tanto los nacidos allí como en el extranjero) y los nacionalizados que hayan jugado con los Smart Gilas, el combinado nacional.

Habiendo trascendido el interés de scouts internacionales, incluso NBA, la posibilidad de pasar ya al profesionalismo y no agotar el periplo colegial en Filipinas se planteaba como una alternativa lógica que ha acabado por plasmarse con su reciente fichaje en México.

Ningún jugador formado en la UAAP (o en cualquier otra liga universitaria filipina) ha acabado jugando en la NBA ni en las ligas europeas pero esta opción, en su caso, no es una quimera imposible. El primer paso, el profesionalismo, está dado, y ya es, en sí mismo, un éxito.

El único caso relevante de un jugador formado en la UAAP que haya jugado profesionalmente en una liga de primer nivel fuera de Asia es el del doble MVP de la liga colegial en 2011 y 2012 Bobby Ray Parks Jr. en Texas Legends (D-League) en su intento de llegar a la NBA, la aventura duró una temporada (4.6 puntos en 13.3 minutos por partido, jugó 32). Parks, hijo de del número 58 del draft  NBA de 1984 y leyenda de la PBA Bobby Parks, ya está de vuelta en Asia jugando en la ASEAN league, la liga del sudeste asiático.

Mbala, que ocupará una de las plazas de extranjero, llega al vigente campeón y actual líder de la LNBP mexicana para sustituir a Kenny Adeleke, y participará en la competición doméstica y en la edición 2018 de la Liga de las Américas. El equipo regio, que fue semifinalista en la anterior edición del torneo continental, está entrenado por el español Paco Olmos (con Javier Muñoz como entrenador asistente) y cuenta con jugadores como el ilustre Andy Panko, el boricua Denis Clemente, Jordan Glynn o el ex Marquette Juan Toscano.

Veremos hasta dónde llega y hacia dónde va. El chico de Camerún está acostumbrado a crearse su propio camino. Permanezcan atentos.