La historia de Iñaki Merino (Vitoria, 1977) es una más de las de esos entrenadores españoles que se ven obligados a emigrar en pos de continuar su sueño de ser entrenadores profesionales. Tras formarse durante muchos años, crecer desde la base, demostrar su valía en las ligas LEBs, tener el reconocimiento de ser entrenador de selecciones nacionales españolas de formación, y llegar a formar parte del cuerpo técnico de un equipo ACB (Baskonia) con nada menos que Scariolo como entrenador jefe, decidió emprender una nueva aventura en Austria.

Esta campaña dirige, por segundo año consecutivo, a los Dornbirn Lions de la segunda división austriaca, equipo en el que encontramos a dos españoles (Ander Arruti y Toni Vicens) y a la gran promesa austriaca Luka Brajkovic.

Zona de Básquet – ¿Cómo recuerdas tus primeros años, aquellas temporadas de Marianistas dirigiendo diferentes equipos de formación?

Iñaki Merino – Con mucho cariño, cuanto más tiempo pasa, el recuerdo se hace aún más especial. Es donde di mis primeros pasos, y encontré compañeros cuya amistad queda para siempre. Recibí tanto, que nunca podré devolverlo. Allí recibí mi educación como alumno y deportista, y será por siempre mi casa.

ZdB – Ya con los títulos de entrenador en todos los niveles a cuestas, con cargos en la Federación de Baloncesto de Álava, te llega tu primera experiencia en EBA en Ointxe. ¿Cómo fue aquel debut como entrenador de ligas FEB?

IM – Fue mi primera experiencia saliendo de mi ciudad, el primer momento de salir de mi zona de confort. Me encontré un gran grupo humano, con excelentes jugadores veteranos, con la misma hambre de los jóvenes. La plantilla era corta, con la que nos abastecimos de jugadores de cantera, que se comportaron como auténticos veteranos. Fue una gran temporada, con solo dos derrotas, pero fundamentalmente disfrutando de cada día. Un año con recuerdos imborrables.

ZdB – Y luego un cambio que probablemente haya marcado tu carrera. En la 98/99 llegas a Araberri, que estaba en 1ª Nacional vasca, subes a EBA, donde en dos temporadas consigues la clasificación para los playoffs de ascenso a LEB Plata, a la que se logra subir en la 10/11.

IM – Fuimos creciendo hacia límites que ni nos habíamos imaginado, tanto deportivamente como a nivel de club el crecimiento fue brutal y constante. Con el tiempo te das cuenta de que tuvo mucho mérito, y la ambición que todas las partes mostraban por conseguirlo, hizo que aparentara sencillo algo realmente complicado.

ZdB – Primer año en Plata con Araberri (11/12) y… ¡boom!, se gana a domicilio la Copa LEB Plata al todopoderoso Andorra y casi se llega a la final de los playoffs de ascenso a Oro. ¿Cómo consigue un equipo recién ascendido todo eso?

IM – Fue una sorpresa para todos, nosotros los primeros. Nos costó clasificarnos para la Copa, pero lo hicimos tras una gran primera vuelta, en la que jugadores inconformistas, ambiciosos, y con mucha clase, pusieron todo de sí en cada entrenamiento y partido para conseguirlo. En la final de Copa ante un todopoderoso Andorra, sabíamos que era una ocasión única, y se preparó de forma muy especial ese partido. El equipo dio un recital en la primera parte, y se hizo una proeza. Fue una temporada muy exigente, en los playoffs enfrentarnos con Coruña y Ourense era otra pelea contra todopoderosos, a los que el equipo nunca les perdió la cara. Una plantilla con talento y gran mentalidad.

ZdB – El premio a esta buena labor llegó en el verano, siendo elegido como entrenador asistente, junto a Javier Juárez, para Selección U20 española de 2012 que dirigía Luis Guil, y en la que había nombres de jugadores que ahora son estrellas. ¿Cómo fue aquella experiencia?

IM – Un regalo del baloncesto, fue mi primer Europeo, consiguiendo una medalla de bronce, con un triple agónico de Abrines. Pero por detrás de ello, una gran experiencia, poder estar cerca de jugadores de tanta proyección, en un modelo deportivo como el de la Federación Española, y convivir tanto tiempo con grandes profesionales, me hizo dar un salto importante, y empezar a entender cómo funciona el baloncesto de élite.

ZdB – Sin embargo, la temporada 12/13 no es tan brillante, cayendo en cuartos ante Palma, que a la postre sería el campeón de los playoffs. Después, un verano extraño en el que primero se afirma desde el club que continuarás con independencia de la categoría (recordemos que eran momentos de importante crisis económica) y al poco tiempo se prescinde de tus servicios. ¿Cómo viviste esos momentos?

IM – Fue un momento complicado, porque ya en ese momento me dedicaba por completo al baloncesto, y ves que va a iniciar la temporada y estás sin equipo. Había estado ya siete años en el club, y quizás no veía más allá. En cualquier caso, lo pasé mal unos días, pero al poco me dejó indiferente. Me ayudó a abrir las alas, y creo que fue lo mejor que podía pasar.

ZdB – A los 15 días, otra bomba: llegas a ACB de la mano de Baskonia para ser asistente de todo un Sergio Scariolo. ¿Qué funciones realizabas? ¿Cómo era aquello? Imaginamos que muy diferente a todo lo vivido antes, ¿no?

IM – Sí, no tiene nada que ver con todo lo que has hecho anteriormente. Fue una experiencia maravillosa, trabajar con jugadores y un cuerpo técnico de élite, te permite hacer un máster diario. Quien conozca cómo trabaja Sergio sabrá las funciones que podíamos tener cualquier persona en el staff. Trabajar 24 horas diarias, en todo, y controlar cualquier detalle.

ZdB – ¿Cuál fue el mejor momento con Baskonia? ¿Copa, Euroliga o ACB?

IM – Para mi cada segundo en el club fue mi mejor momento. Está claro que verte dentro de unos playoffs, una Copa, o dar la mano a Obradović, a Diamantidis… son momentos que no has imaginado ni en el mejor de tus sueños. Pero los disfruté tanto como estar cada día con mis compañeros, y hasta con el sufrimiento diario de vivir un trabajo de una exigencia máxima.

ZdB – Y de nuevo en verano vuelves a la selección U20, con Ponsarnau de entrenador jefe. ¿Cómo era aquella generación y cómo fue el desarrollo de campeonato?

IM – Fue un Europeo genial, traducido en jugar con merecimiento la final. Grandes nombres en la plantilla como los hermanos Hernángomez, Alberto Díaz, Darío Brizuela, Sebas Saiz, Alberto Abalde… trabajar con Jaume fue muy gratificante, nos hizo sentir a todos una parte importante, y formó un staff con gente muy capacitada, con los que formamos mucho más que una gran familia.

ZdB – Los años posteriores serán un tanto diferentes: te alejas de los focos de la alta competición y te dedicas a equipos de formación, tecnificación de jugadores e incluso campus en Georgia. ¿Cómo vives ese cambio de la alta competición a otro tipo de entrenamientos que, sin embargo, no deja de ser baloncesto?

IM – Como decís, es baloncesto, que es lo que a los entrenadores nos gusta. Llevaba unos años con unas experiencias de muchas revoluciones, y me vino bien para asentar todo lo vivido y aprendido. Fueron unos años para trabajar con algunas de las mejores promesas, con jugadores jóvenes llamados a formar parte de la élite, y es una parte del baloncesto que me atrae mucho. Intenté sacar el máximo rendimiento de la experiencia, y poder estar preparado en el futuro para hacer crecer a jóvenes talentos.

Merino
Dornbirn Lions

ZdB – De nuevo, cambio de registro: vuelves a los banquillos de un equipo profesional y recalas en los Dornbirn Lions de la 2ª división austriaca, un equipo que con anterioridad tuvo representación española. Nunca habías entrenado fuera del País Vasco y, de repente, ya no es que te marches a otra región, sino que te vas al extranjero. ¿Por qué este equipo?

IM – Tenía ganas de salir del país, el mercado en España es reducido, y llevaba tiempo queriendo salir al extranjero, para ver si me podía ampliar el mercado, pero siempre con el vértigo del idioma. Me había estado preparando para hacerlo, pero no es lo mismo un speaking, que tener que hablar con un presidente, dar una charla prepartido, o un tiempo muerto en otro idioma. Quería enfrentarme a esa situación, y ver si era capaz de hacerlo, para estar más preparado en el trato con jugadores extranjeros, y abrirme más las puertas de cara al futuro.

ZdB – ¿No tuviste ofertas en Ligas FEB que te interesaran?

IM – Sí hubo algunas opciones, como también las tuve en diferentes países que no me atraían por lo desconocido, y por no verme capaz de afrontar la situación. Busqué un sitio donde pensaba que podría tener las garantías de desarrollar mi trabajo, y al mismo tiempo, formarme en el idioma y en todo lo que conlleva vivir fuera de tu país.

ZdB – ¿Qué tal fue el primer año en Austria? Para tu nueva aventura te llevas a un jugador que conoces de sobra como Ander Arruti, que se suma al siempre eficiente Mario Tobar (ahora de vuelta en España).

IM – Estoy muy contento con la experiencia, me está aportando mucho a todos los niveles. Por ser la primera vez que salía, busqué tener cerca a alguien que me pudiera echar una mano tanto dentro como fuera de la pista. No he podido encontrar un mejor aliado, y ha hecho mucho más fácil el día a día.

ZdB – Este es tu segundo año, sin tener ya que adaptarte y conociendo mejor todo lo que rodea la competición, ¿qué esperas de la temporada?

IM – El arranque ha sido más fácil, porque ya conocía el estilo de la liga, los jugadores, árbitros… algo que el año anterior costó un poco de adaptación. Para la temporada espero seguir ayudando a los jugadores a crecer individualmente y como equipo, y personalmente seguir mejorando, y recogiendo lecciones, que me permitan en un futuro poder aspirar a algo más.

ZdB – Ya no está Tobar, pero llega un pívot como Toni Vicens: el balear está claro que en Austria puede marcar diferencias, y sus promedios asustan. ¿Qué tal le ves? ¿Crees que está a gusto en esta primera experiencia en el extranjero?

IM – Es un cambio grande para él, tanto por enfrentarse a una nueva liga, con un estilo muy distinto de lo que estaba habituado, con la barrera del idioma, etc. Pero está esforzándose por adaptarse lo mejor posible, y está demostrando toda la calidad que tiene. Está disfrutando de un rol distinto al que ha podido tener en sus últimas temporadas en España, y lo está aprovechando para destacar.

ZdB – También fue importante asegurarte la continuidad de Ander Arruti. De qué está jugando, ¿de ‘uno’ o de ‘dos’?

IM – La temporada anterior estábamos buscando un base, así que le propuse jugar en esa posición. Creía que estaba capacitado para hacerlo, y él también prefería tomar más responsabilidades en el juego, y asumir más funciones de dirección en el equipo. Al equipo le aporta en todos los aspectos en la pista y fuera. Se ha ganado ya el respeto no solo del equipo, sino de la ciudad, y el país. Es un grandísimo espejo para cualquier jugador, y para mí es un regalo, ya que es el jugador que todo entrenador quisiera tener a su lado.

Dornbirn Lions

ZdB – No podemos pasar por alto a Luka Brakjovic, en la órbita ya de la selección absoluta en la primera ventana FIBA y con la consideración de ser el nuevo Pöltl. ¿Qué nos puedes comentar de él?

IM – He sido afortunado de topar con él. Cuando le conocí, le ofrecí cambiar sus hábitos de trabajo, y ha ido creciendo como jugador cada día. Ha tenido un rendimiento sorprendente, pasando de una temporada en la que apenas jugaba, a ser uno de los jugadores más importantes de la liga. Tiene muchas cualidades para ser un gran jugador. Las comparaciones, la intromisión de agentes y clubs, el entorno,… le están llevando a alterar su concentración. El año anterior dominó en la posición de 5, y ahora está tratando de jugar como 4. Ha ampliado su rango de tiro, y su juego de cara.

ZdB – Una duda más. Se había hablado que se iba a la NCAA esta misma temporada y finalmente se quedó, ¿sigue siendo su objetivo la NCAA o puede ser una perla a fichar por equipos top de Europa?

IM – Todavía no lo tiene decidido, aunque le llama mucho lo de ir a jugar a Estados Unidos, y ya tiene diferentes contactos y propuestas allí.

ZDB – ¿Algún jugador más a destacar? ¿Algún U18 interesante aunque no tenga tanta calidad como Brajkovic?

IM – El trabajo en cantera no está siendo destacado, con lo que es muy complicado que en los próximos años salga algún jugador joven de alto nivel. Es una cuenta pendiente en el club, ya que en numerosas ocasiones debe abastecerse de jugadores de cantera, que deben llegar con un compromiso y un nivel de juego, que no siempre están preparados.

ZdB – Mirando las estadísticas no hay muchos jugadores con presencia de minutos, ¿puede quedarse algo corta la rotación o en Austria es diferente?

IM – Tenemos una plantilla muy corta, rellenada con jugadores jóvenes que no están por el momento preparados para ayudarnos. Hemos sufrido varias lesiones, con lo que está acortando aún más la rotación, lo que no es para nada positivo para el rendimiento del equipo. El desgaste físico en los partidos de todas formas no es tan alto como en España, no hay tanto ritmo, ni se juega a tanta intensidad las defensas, lo que permite que los jugadores puedan estar más tiempo en pista.

ZdB – ¿Es el baloncesto un deporte minoritario en Austria? ¿Está en crecimiento?

IM – Sí, hay otros deportes por delante, como los de invierno o el fútbol. Todavía se está muy lejos de poder competir contra ellos, y la Federación necesita un empujón muy importante para ponerse al nivel medio Europeo. Es un país extraordinario, con una calidad muy alta de vida, pero el baloncesto no cuenta con importantes apoyos. Además, está todo demasiado concentrado en la zona de Viena, dificultando una liga de calidad en todas las regiones del país. Nosotros debemos desplazarnos allí cada quince días, lo que supone que cada partido fuera de casa, tenemos siete horas de viaje.

ZdB – ¿Cómo es el sistema de ligas? ¿Se puede subir a 1ª división? ¿Hay requisitos económicos? ¿Puedes fichar extranjeros según tu potencial económico?

IM – En 1ª división no hay muchos equipos, nueve, y están tratando de ampliarla, pero las últimas dos temporadas no hubo ascensos. Es un país sin problemas económicos, pero están destinados a otros intereses. Los jugadores extranjeros que vienen suelen ser de alto nivel, y por aquí han jugado algunos míticos, además del local Pöltl, otros como Nemanja Bjelica.

ZdB – Nos llama la atención que el ex LEB Joey Vickery siga jugando, ¿algún nombre, como Kolaric, que nos deba llamar la atención?

IM – Lo de Vickery es un caso excepcional, incluso a nivel de cualquier liga europea. Se mantiene en buena forma, y por la calidad que atesora, aún es capaz de anotar muchos puntos. Kolaric fue el MVP de la pasada temporada, pero hay otros jugadores destacados, algunos de ellos que ya pasaron por la primera división, que no resulta tan atractiva para reclutar a todos los mejores jugadores. Ya en la Copa son diferentes ocasiones en las que un equipo de segunda elimina a uno de primera. Timberwolves tiene una academia de jugadores, y allí se encuentran algunos de los mejores talentos. En St Polten hay jugadores de calidad como Speiser, en Mistelbach los extranjeros son de gran nivel destacando Sismilich o Dygryn. Están saliendo cada vez más jugadores a jugar fuera de Austria, y con la selección han tenido algún éxito reciente, como la victoria ante Alemania este año en el preeuropeo.

ZdB – Y pensando en el futuro a medio plazo, ¿te gustaría volver a España?

IM – Siempre te gustaría acercarte de nuevo a tu zona, por tener mayor dominio cultural, deportivo, de jugadores, además de tener más cerca a tu familia. Termino este verano contrato, y me planteo volver con un mayor bagaje a España. Pero estoy abierto a cualquier posibilidad, la experiencia me ha parecido tan enriquecedora y positiva, que no tendría ningún problema en estar las próximas temporadas en cualquier otro país.

ZdB – Cuéntanos un poco cómo te gusta que jueguen tus equipos, qué filosofía te gusta imponer y quiénes son tus referentes.

IM – Me gusta tratar el baloncesto como un deporte individual, que se juega en equipo. En ese sentido, me gusta valorar a cada jugador como una parte y atender a las necesidades personales de cada uno, así como tratar de hacerles crecer en sus mejores virtudes. Como equipo, estamos tratando de hacer un juego alegre, de posesiones cortas, dejando libertad y un campo abierto a la toma de decisiones. Todo ello, alrededor de una defensa lo más consistente y dura posible, sin lo que creo que es muy complicado ser un equipo destacado. Me gusta seguir todas las ligas, y recoger detalles de los jugadores y entrenadores, principalmente de las ligas FEB, ACB y Euroliga.

ZdB – ¿Cómo llevas la vida en Dornbirn? A pesar de ser un pueblo pequeño, ¿ayuda que sea cercano a otros países?

IM – No me queda demasiado tiempo libre tras planificar, entrenamientos dobles, actividades de club… pero lo que he podido salir, lo he disfrutado mucho. Toda la zona es preciosa, con grandes paisajes, ciudadanía muy educada… un lugar perfecto para vivir. Limítrofe en menos de 30’ con Suiza, Alemania, muy cercana a otros países como Italia… la verdad es que para las visitas es un lugar extraordinario, con muchas opciones de movimiento.

ZdB – No queremos acabar esta charla sin hablar de la Summer League de Zona Rookie, donde llevas dos años asistiendo como entrenador. ¿Qué te parece este gran campus para jóvenes jugadores?

IM – Me parece un lujo tanto para los jugadores, como para los entrenadores. En mi opinión, tiene el formato perfecto que todos los apasionados al baloncesto quieren encontrar. El nivel técnico y humano es muy alto, tanto de jugadores como todo el staff, lo que provoca que pasar unos días allí sea muy didáctico y te aporte grandes cosas a nivel personal. Una actividad que, sin duda, recomiendo.

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Walter Zaponig