Desde Zona de Básquet intentamos siempre buscar otros aspectos del baloncesto que complementen los contenidos de nuestra web. En esta ocasión nos ponemos en contacto con Javier Hernández, jugador de Fundación Globalcaja La Roda (LEB Plata), que tiene la titulación de Psicólogo Deportivo, y le pedimos que nos hable sobre cómo los profesionales pueden afrontar una situación tan común como es tener un protagonismo menor de lo esperado dentro de una plantilla.
Así lo ve Javier Hernández
Desde que el deporte colectivo en general existe, y más concretamente su faceta profesional, siempre han existido jugadores que carecían de una gran cantidad de minutos o que, directamente ni jugaban, de hecho, es imposible concebir dicha variedad deportiva sin estos casos. Sin embargo, también existe un porcentaje dentro de los mismos que consigue revertir este tipo de situaciones a su favor, obteniendo un papel protagonista dentro del equipo o una oportunidad en alguna otra plantilla para hacerse valer en la liga en cuestión.
Obviamente el factor puramente deportivo (técnica, táctica, físico, calidad, talento…) es muy importante, pero es en el APARTADO MENTAL donde encontramos al determinante de que estas situaciones sean manejadas correctamente (y de que haya posibilidades de un buen ‘final’) o, por el contrario, las llevemos sin ningún tipo de control, derivando en situaciones indeseadas (estancamiento, pérdida de motivación, empeorar, frustración…) Esta parte mental es ENTRENABLE, así que vamos a describir varios factores que influyen en que el rendimiento mental sea óptimo y constante o que fluctúe constantemente sin estabilidad ninguna.
¿QUÉ DEPENDE DE MÍ?
Ante situaciones adversas, buscar un lugar tranquilo y hacerse preguntas es una buena manera de empezar a manejar este tipo de escenarios, ya que nos centra en el AQUÍ Y EN EL AHORA de cara a buscar explicaciones o soluciones. Estas cuestiones deberán ir encaminadas, sobre todo, a evaluar la situación (Factores Internos y Externos, su grado de influencia, la manera en la que los afronto actualmente y cómo me gustaría afrontarlos…) en la que nos encontramos y, lo más importante, a SABER DIFERENCIAR entre lo que está en mi mano hacer así como en lo que no se puede intervenir. Por ejemplo, un jugador no puede hacer nada si el entrenador le echa la bronca solo a él después de cometer un fallo en defensa, aunque otros dos compañeros también se hayan equivocado, pero sí está en su mano asumir el fallo mirándole a los ojos en lugar de cabrearse e intentar justificarse (el clásico sí, pero…) provocando un mayor enfado del coach.
Al fin y al cabo tenemos la suerte de poder decidir cómo nos afectan las cosas que nos ocurren y eso es lo único totalmente dependiente de cada uno. Este afrontamiento de las situaciones va a provocar que tengamos un LOCUS DE CONTROL cada vez más interno, es decir, que nos percibamos como protagonistas principales de lo que nos ocurre en la vida, se potencie la motivación intrínseca, valorando de manera justa nuestro esfuerzo, sacrificio y habilidad. Un locus de control interno derivará en que cada vez seamos personas más resilientes. La RESILIENCIA es otro conocido término psicológico que nos permite, no solo encarar las situaciones negativas con filosofía, sino además, vernos positivamente reforzados, convirtiéndose en una fuente de aprendizaje.
Por el otro lado, las quejas, las ‘caritas’ y las excusas forman parte de un locus de control externo, así como de la ausencia de autocontrol, aspecto que también es entrenable.
Estos dos conceptos son sumamente importantes a la hora de afrontar situaciones comprometidas que necesitan de nuestro cien por cien diariamente.
AMBICIÓN, SIEMPRE, PERO CON PACIENCIA
Después de la teoría, siempre se necesita poner las cosas en práctica y para ello la paciencia es clave. Pongamos un ejemplo, nuestro rendimiento óptimo para poder conseguir el objetivo planteado consta de 4 pasos, los cuales, uno detrás de otro, nos permitirán dar nuestra mejor versión, independientemente de los factores externos que aparezcan. En estos casos, son muchas las veces que nuestro EXCESO DE AMBICIÓN no nos permite ver los pequeños avances, ya que cuando estamos en el paso 2, por ejemplo, vamos más pendientes de llegar al paso 4 que de fijar la mente en ese momento y disfrutar del mismo.
Este ejemplo sirve también para los partidos, que, al fin y al cabo, son exámenes que se pasan semanalmente. Si disponemos de pocos minutos o, consideramos que son menos de los que tocaban, que ese ‘fracaso’ no ensombrezca todo el trabajo que hay detrás y, sobre todo, conocer y ser consciente de lo que se te pide en la pista. Más de una vez hemos visto al típico jugador que no suele jugar mucho, que durante la semana se ‘parte la cara’ y trabaja como el que más, pero que a la hora del partido tiene tanta ambición que intenta hacerlo todo a la vez para jugar bien, casi siempre sobreexcitado y ansioso, desembocando esto en algún error que, por pequeño que sea, minará su confianza y la que el entrenador tiene puesta en él. Imaginad que vamos a un examen muy importante en el que nos sabemos todo el temario perfectamente, pero las ‘ganas de más’ provocan que escribamos todo lo que sabemos sin importar lo que nos estaban preguntando… ahí lo tenéis.
LA CLÁSICA ZONA DE CONFORT
El que más y el que menos habrá oído hablar de este término que cada vez está más en la boca de la psicología y del deporte. Pues bien, como hemos comentado antes, el dar todo lo que tenemos de manera correcta, es la gasolina necesaria para hacer todas esas cosas que no nos apetecen, pero que tanta diferencia marca en el camino a nuestro objetivo (ir a entrenar el lunes al 200% después de haber jugado poco o nada, ir al gimnasio a primera hora para empezar la semana a tope, llegar al entrenamiento media hora antes para trabajar cosas que no puedas hacer durante las prácticas con el equipo, preguntar al entrenador que espera de nosotros si algo no está funcionando…). Cada vez que damos ‘ese paso más’ estamos saliendo de la zona de confort y por lo tanto incrementando exponencialmente nuestra satisfacción, motivación y aprendizaje.
BUSCAR TU MARCA PERSONAL
Caer en el error de imitar a la competencia (como mi compañero de puesto mete muchos triples, voy a tirar más a ver si consigo meter más que él – obsesión) suele ocurrir en muchas plantillas y realmente la utilidad de este pensamiento es bastante cuestionable (otra cosa muy diferente es entrenar tus puntos débiles para seguir mejorando como jugador)
Buscar algo que te haga prácticamente ÚNICO es algo muy preciado en el mundo del deporte profesional, ya que hay cosas imprescindibles en un equipo que no solo se tratan de lo clásico (meter 20 por partido, pegar unos mates de escándalo o enchufarlas de 7 metros como si fueran bandejas), por suerte el baloncesto es muy variado y hay muchas aspectos que se pueden explotar, ya sean tanto táctico-técnicos como de la propia personalidad y manera de ser, así que el diferenciarte de los demás (siempre en la medida de las posibilidades de cada uno, dependiendo de su puesto, características…) y poder crecer a partir de ahí siempre será un punto a favor.
Por último, os quiero dejar un vídeo de una charla TED de Fabricio Oberto que explica muy bien lo último de lo que he hablado, 100% recomendado:
