Entre los fichajes realizados para esta temporada por el ULE Fundación Baloncesto León, aparte de los americanos Hinnenkamp y Wilson, destacaba la llegada de José Antonio López (Navia, 1996) procedente del Estudiantes Lugo, un jugador muy joven con experiencia en el grupo A-B y que buscaba en León un lugar en el que continuar su progresión, a la vez que comenzar sus estudios universitarios. Pero no fue esa la única causa de su llegada, ya que además, algo que poca gente sabe es que es familia del técnico Julio González, ambos son primos y procedentes de la misma localidad asturiana, y precisamente su presencia también fue clave para desestimar alguna oferta llegada desde la LEB Plata e incorporarse al Fundación Baloncesto León, acoplándose a la perfección en un grupo joven que está rindiendo a gran nivel, manteniéndose en la pelea para liderar el grupo y poder así disputar el playoff por el ascenso.
Con él hablamos esta semana para conocerle un poco más y ver cómo afronta lo que resta de temporada y cómo ve su trayectoria hasta ahora, así como el futuro que aún tiene por delante en el mundo de la canasta, ya que a sus 21 años recién cumplidos, promete seguir la estirpe familiar y hacerse con un nombre en las ligas LEB.
El primer tema que tratamos durante la conversación con José Antonio López, fue acerca de la buena trayectoria que está manteniendo el equipo, que tras vencer el pasado fin de semana en Gijón, ha vuelto a ascender a la segunda plaza, situándose a solo una victoria de Chantada, algo que valora de forma muy positiva, ya que «vamos segundos y está bastante bien, sobre todo después de haber perdido algunos partidos seguidos, alguno con mala suerte al final del partido», tras eso les quedaba «volver a coger confianza y ganar partidos, esperando que los de arriba fallasen», algo que se ha dado estas semanas, volviendo a apretar al máximo la clasificación.
El Fundación Baloncesto León parece haber superado ya su mala racha entre final del pasado año e inicios de este, algo que coincidía con el periodo de exámenes universitarios para muchos de los componentes de la plantilla. Así lo explica José Antonio López que valora que «la mayoría estudiamos, y en los meses de exámenes estuvimos muy liados, dejando a lo mejor un poco de lado el baloncesto», algo que por suerte ya ha pasado, volviendo a coger un mejor ritmo el equipo debido a que «volvemos a estar centrados» al completo en la competición. En este tema de los estudios, agradece que «desde el club no te ponen ninguna pega si necesitas faltar a algún entrenamiento» por compromisos en la Universidad, lo que facilita las cosas y hace que «se compagine bien».
Desde la plantilla, miran con ambición lo que resta de temporada en la que «el objetivo principal es quedar lo más arriba posible», pero siempre teniendo en cuenta que «hay que ir poco a poco» para poder así «ganar el máximo número de partidos». Para lograr ese objetivo de acabar en puesto de playoff, deberán luchar con equipos como Chantada, que es un equipo con gran experiencia ante el que «podemos pecar a lo mejor un poco de inexpertos en momentos difíciles», pero también hay en la pelea otros como Estudiantes Lugo o el filial de Ourense, equipos jóvenes como el Fundación en el que «está todo más igualado», sin olvidarse mucho de un Mieres que va hacia arriba «después de haber cambiado mucho el equipo», lo que les hace ser un poco más imprevisibes.
Inicios en el baloncesto y expectativas de futuro
Hablamos con José Antonio López también acerca de cómo se inicio en el mundo del baloncesto, en el que se inició «muy pequeño, tendría unos 9 años», teniendo muy presente a un familiar como Julio González que «algo marcó para que empezara», aunque también influyera que «no me gustaba mucho el fútbol y no me llamaba la atención, así que me apunté a baloncesto», un deporte que «poco a poco me fue gustando más, y aquí sigo».
Sobre la relación con Julio González, admite que «para mí es un ejemplo a seguir», teniendo una relación profesional, además de familiar, ahora que ejercen como entrenador y jugador en el mismo club, aunque en la dinámica del equipo esos lazos familiares no se dejan notar, haciendo que en el día a día en la pista «yo sea como cualquier otro jugador».
Pero antes de llegar a León, José Antonio López tuvo un paso por Estudiantes Lugo, su primer equipo después de salir de su Navia natal, en donde pasó dos años. «Tuve claro ir a Lugo, era un sitio que me gustaba y lo vi claro», teniendo una experiencia «bastante buena» en un equipo que «trabaja mucho el tema individual, la mejora técnica de cada jugador», logrando en su caso hacerse un hombre importante en la rotación de los lucenses durante la pasada temporada en Liga EBA, algo que provocó que «no tenía muy claro si marcharme», tomando la decisión «al final del verano, para venir aquí a León».
Para esa decisión, contó el poder «seguir jugando al baloncesto y seguir estudiando, y aquí tenía la oportunidad», desechando alguna oferta de categorías superiores, con contactos por ejemplo desde Agustinos Eras para formar parte de su plantilla en LEB Plata, pero «decidí seguir en EBA y mejorando poco a poco», algo que le posibilita «tener más minutos de importancia» para continuar su progresión como jugador».
Ahora, vuelve a ser importante en Liga EBA, mejorando sus números de la temporada pasada, y siendo el principal referente de este Fundación Baloncesto León junto a Ted Hinnenkamp. «La verdad es que somos un equipo en el que todos aportan», destacando la calidad de Hinnenkamp «como jugador y compañero», aunque sobre todo se refiere al bloque a la hora de definir a su equipo. Su rol está siendo principalmente jugando como alero, aunque también ha ocupado el puesto de escolta, e incluso ha ayudado en el interior. «Intento jugar de lo que el entrenador me pide», explicando que «me gusta jugar de dos o tres, e incluso si tengo que ayudar en el cuatro, no tengo ninguna pega», marcándose siempre «dar el máximo posible».
Por último, de cara al futuro, José Antonio López tampoco se plantea por el momento grandes retos, «pienso en acabar la temporada bien y seguir con los estudios», y ya a partir de ahí «lo que tenga que venir, pues ya vendrá».