Nuestro protagonista de hoy es un catalán de Ripollet (Vallés Occidental), que poco antes de cumplir los 29 años que ahora tiene decidió «colgar» las botas, al menos en el plano profesional. La decisión la toma tras un último año en Burgos, en el San Pablo Miraflores al que había llegado el pasado verano tras un lustro en CB Prat, club con el que había logrado el ascenso a LEB Oro el año anterior. Ahora nos explica los porqués, que nos sirven para conocer un poco mejor la realidad de las ligas LEB, que ahora abandona para buscar otra salida profesional que compaginará con el baloncesto EBA en Mollet.

Una de las noticias en el inicio del verano fue que Coego y tú os marchabais al Mollet de Liga EBA. En tú caso un jugador con menos de 30 años, sorprende especialmente. ¿Qué motiva esta decisión? Un paso así, con todo el verano por delante, nos da la idea de que era algo que venías madurando desde hacía tiempo.
Es una decisión madurada con tiempo a lo largo de toda la temporada, ya que la situación del baloncesto profesional ya hace tiempo que es la que es y supongo que la mayoría de jugadores de estas ligas se plantea qué va a hacer con su vida la temporada siguiente. En mi caso puse todo en una balanza: la dedicación que tiene que dar y la remuneración que recibe un jugador de mi nivel en esta liga no nos compensaba ni a mí ni a mi entorno familiar más próximo, con lo cuál optamos por otra opción con toda la normalidad del mundo.
Esa dualidad exigencia-remuneración, nos lleva a preguntarnos si se han convertido estas ligas en “semiprofesionales” si nos fijamos en los sueldos y la duración de los contratos.
Si te fijas en sueldos y duración de contratos son claramente semiprofesionales para la mayoría de los jugadores como es mi caso. Seguramente hay jugadores de mayor nivel así como los extranjeros que pueden tener quizás mejores condiciones. Pero si te fijas en la dedicación, exigencia, presión de estas ligas, son totalmente profesionales. Con lo cuál ahí está el problema. ¿Hay dedicación, exigencia y presión deportiva? Tiene que haber sueldos y condiciones de trabajo y contractuales acorde con eso. Por ejemplo, el periodista que te pone por las nubes si juegas bien o te hunde si juegas mal puede ser que gane bastante más que tú. O la afición que te pide victorias. No es fácil entender todo esto, pero se aprende de todo ello.
¿Tanto han empeorado las condiciones laborales en las LEB como para que no sea extraño ver a jugadores que podrían estar más arriba dar un paso atrás para poder compatibilizar con un trabajo?
Antes se cobraba en liga EBA lo que ahora en LEB Oro, para que te hagas a la idea. No digo que estuvieran bien esos sueldos en liga EBA, hay que ponerlo en contexto de que era una época de «vacas gordas» con mucho patrocinador inmobiliario que ponía dinero. Pero lo que no se puede pretender es tener baloncesto profesional si no se es capaz de garantizar eso mismo, que sea profesional, que se den las condiciones para que el jugador lo sea.
Así, nos encontramos con ligas en las que jugadores jóvenes acaban dejándolo (son llamativos los casos de los rookies, como el reciente de Stelzer, pero hay muchos más) y en las que son los jugadores locales y en especial los veteranos los que mantienen el negocio, ¿no?
Hay jugadores que juegan bien, siguen jugando bien, ganan muchos partidos, incluso ascensos, y ven que es muy complicado ir para arriba (la liga ACB ya es otro nivel y otro mundo) y tampoco ven que las ofertas económicas que le lleguen sean mucho mejores. Con lo cuál llega un momento que supongo que lo pones todo en una balanza y si no compensa… lo dejas. No hay otra explicación posible.
Por ejemplo yo mismo. He tenido partidos de jugar 30 minutos y ser importante, y otros de jugar 10 y serlo menos, pero seguramente la mayoría estaríamos de acuerdo que mi sitio top es ser un segundo base en la Leb Oro. Las condiciones económicas que se dan para un segundo base en esta Liga son para que las acepte un jugador joven que quiera ir para arriba o para un jugador, posiblemente extranjero, que quiera hacerse un nombre en el baloncesto español. No es un sitio que compense a un jugador de 28 años, que seguramente ha tocado techo, y que tiene una carrera universitaria y, esperemos, un futuro laboral por delante. Al menos en los equipos de clase media-baja de la liga.
Esa carrera universitaria, en tu caso, es Licenciado en INEF, ¿no? ¿A qué te vas a dedicar?
Estoy en la Bolsa de Profesores de Educación Física sustitutos de la Generalitat, y ya he empezado a hacer alguna sustitución. Además soy el responsable deportivo de la Escuela de Baloncesto de mi ciudad. Mi situación laboral unida a la de mi pareja han hecho que sea mejor opción quedarnos aquí que irnos a algun equipo Leb con sólo un sueldo.
Ya el verano anterior había sorprendido que no siguieras en Prat ¿Quién y cómo toma aquella decisión?
Fue una decisión puramente deportiva que encajé con toda la naturalidad y sin ningún dramatismo. El binomio Prat – Joventut creyó que tenían que apostar por un jugador contrastadísimo y de mucho nivel en la liga como Forcada, y que para acompañarle en la dirección era más conveniente que mi sitio lo ocupara algún jugador joven que subiera de la Penya, y entiendo que un equipo vinculado de estas características puede tomar este tipo de decisiones. Lo que no acabé de encajar tan bien es que no me lo dijeran pronto y llanamente, si sí o si no, lo que acabó alargando mucho la situación. En ese sentido quedé muy disgustado con la directiva porque la relación que teníamos venía de muchos años, era el capitán del ascenso… Hubiese sido tan fácil como comunicarmelo y ya está.
¿Te rondó por la cabeza ya en ese momento la idea de dejar las LEB? ¿En ningún momento te planteas jugar en otras ligas?
De hecho lo tenía prácticamente todo atado con un equipo de EBA. Tengo la suerte de que dejando de lado el baloncesto he ido enfocando mi vida a mi futuro laboral y me planteé tanto bajar de nivel y dedicarme a mi salida al mundo laboral como emigrar a alguna liga extranjera.
A finales de ese verano, con las plantillas casi cerradas, te surge la opción de Miraflores. ¿Cómo sucedió? ¿Te costó decidirte?
Sucedió todo con bastante poco tiempo. La oferta económica no era para cogerlo todo e irte sin pensar, tenía que hablarlo con mi pareja, ver que opciones teníamos y como encajaría con nuestra realidad un año viviendo en Burgos. Ella es funcionaria y quería estudiar un máster, con lo cuál le encajó el coger una excedencia para estudiarlo y venir conmigo. Básicamente esa fue la clave de aceptar la oferta: poder vivir la experiencia de jugar en un equipo ganador en la Leb Oro, poder demostrar que tenía sitio en esta liga, pero además que encajara con mi situación familiar y con la situación laboral de mi pareja.
Si echas la vista atrás a esta última temporada, ¿cómo valoras lo bien que hizo las cosas un equipo que empezó a trabajar tan tarde? ¿No parece que desmitifica un poco los habituales principios de que hay que planificar pronto y todo eso?
Siempre es importante la puesta apunto, tienes más tiempo sobre todo para conocerte con los compañeros, que los nuevos se adapten y asimilar lo que quiere el entrenador. Nosotros no tuvimos tiempo para esto, y también superamos la marcha de Andreu. Pero es que yo creo que teníamos una plantilla muy completa y con mucho talento. Teníamos prácticamente dos quintetos, no creo que muchos equipos tuvieran una segunda unidad como la nuestra, por ejemplo. Extranjeros bien adaptados al baloncesto que se juega aquí, y nacionales experimentados. Muchos anotadores y un buen juego interior. Y además bastante buen feeling entre el equipo fuera de la cancha… Al final nos fueron lastrando los problemas físicos en los playoffs, llegamos muy justitos, pero teníamos potencial para llevarnos el premio grande.
Hemos leído declaraciones tuyas diciendo que para ti Miraflores supuso un gran cambio, ¿cuestión de filosofía de club, salir de tu casa…?
Fue un gran cambio en todos los sentidos. Yo no había salido de mi tierra así que el primer shock fue cultural y de manera de vivir. No digo que se ni mejor ni peor, pero vivimos diferente en un lugar y en otro, y cualquier jugador que llega tiene que adaptarse, se lituano o catalán como yo.
La filosofía de club totalmente distinta. Dejando de banda las remuneraciones, vengo de un club modesto en la Liga, donde la gente estudia, trabaja… y fuí a un club totalmente profesional, donde los jugadores vivíamos por y para el baloncesto. Además venía de un club que compatibiliza la competición con la formación de jugadores, y iba a un club puramente competitivo. La filosofía de juego también era radicalmente opuesta: en Prat hacíamos mucho juego a campo abierto, presionando, corriendo… y iba a un equipo mucho más táctico.
¿Como es tener una peña como la Magic Vilanova pendiente de ti?
Hay que ponerlo todo en contexto. Fue brutal cuando fuimos a jugar al campo del Barça B y parecía que fuera Burgos, pero no es que tenga gruppies ni fans ni nada de eso. Yo he salido de una Escuela de baloncesto pequeñita, donde todos nos conocemos, y luego he tenido la suerte de también trabajar en ella con los pequeños que empiezan como un día empecé yo. Que Ripollet sea una ciudad de baloncesto y que yo sea de allí, trabaje allí y presuma de ser de allí fue la mezcla de la que surgió todo esto, que no era nada más que una manera de mantener el contacto con ellos y de que ellos me dieran su apoyo des de mi ciudad. Les estoy muy agradecido por todo lo que han hecho por mí y aún ahora se lo digo.
Un jugador como tú, que ha compartido vestuario con muchos compañeros que hoy son ACB o importantes en LEB Oro, ¿piensa “vaya cracks con los que he jugado”?
Básicamente me alegro por ellos porque los conozco muy bien y se que se lo merecen. Les he visto entrenar y crecer cada día, y seguramente en ese momento no sabía cuál sería su techo, pero sí que tenían madera del más alto nivel. En su momento siempre intenté ponerles las cosas difíciles, para ayudarles a ellos y para ayudarme a mí, y creo que conseguí ambas cosas. Con la mayoría tengo aún contacto y somos muy buenos amigos, que al final es lo que me llevo de todos estos años en estos niveles.
¿Qué quinteto de ex compañeros harías? ¿Y de jugadores a los que te has enfrentado?
Es complicado porque he jugado con muy buenos pero te voy a hacer un quinteto de jugones para disfrutar (lo siento por los pívots jeje)
Bassas – Vives – Llull – Alex Ros – Todorovic. Cuatro abiertos y Marko a por el rebote jaja
Quintento de rivales ahí se complica mucho… te voy a decir el quinteto de rivales de esta temporada en Leb: Forcada – Kapelan – Suka – Huskic – Barnes
En concreto hay uno por el que lógicamente te queremos preguntar: el ex Oviedo Baloncesto Ferrán Bassas.
Sobre baloncesto lo sabéis todo de él: no para, genera todo el partido para él y para los demás, competitivo y talentoso. Pero lo que yo destaco de él es que cree en sí mismo: creyó en él cuando salió de júnior y muchos decían que no haría nada, creyó en él cuando no le salieron las cosas en el Prat, creyó en sí mismo cuando se le cerraron las puertas en la Penya, cuando empezó la aventura en Oviedo partiendo desde el banquillo, cuando le dieron el timón, cuando aún siendo el mejor en LebOro no le llegó la oportunidad en ACB. Todo eso ha tenido su recompensa, yo como amigo (a parte de que no se olvide de sus colegas de la pompeu farra) sólo le digo que siga creyendo y a ver lo que pasa.
Una preocupación entre los aficionados de Pumarín es que a Ferrán le pueda pasar lo mismo que a Fran Cárdenas, que se encuentre en ACB pero sin casi minutos. ¿Pesa mucho que en ACB suelan triunfar bases más físicos? ¿Es tan grande el cambio de ritmo de juego entre una categoría y otra (en Oviedo vivimos el ejemplo contrario, con Miso señalando que le costaba un ritmo tan alto)?
Todo va a depender de su trabajo y de que tenga un entrenador valiente. Es complicado entrar en dinámica y coger confianza si te castigan a cada primer error, pero ya te he dicho que él confía mucho en sí mismo… así que yo también. Y creo que le va a ir bien. No creo que tardemos mucho en ver alley-hoop de Bassas a Vázquez jeje.