Hace un tiempo, cuando estábamos más liberados en nuestro tiempo libre y podíamos hacer entradas casi todos los días a la web, una de nuestras zonas de acción era el baloncesto latino, donde nos hacíamos eco de jugadores emergentes que en algunos casos y con el paso de tiempo recalaron por nuestras latitudes como Caio Pacheco o Joaquín Rodríguez por poner unos ejemplos.

Hoy vamos a hablar de tres prospects que no tienen nacionalidad argentina, pero se han formado en esa liga en su plenitud y que ocupan un puesto tan determinante y difícil de encontrar como es el de pívot. En definitiva, vamos a hacernos eco de tres interiores, aun imberbes en aspectos de su juego pero con potencial y con la idea clara de, lejos de ser un scout, simplemente poneros sobre la pista de cincos de buen tamaño que han crecido en su juego y que pueden dar el salto para seguir su progresión.

Pedro Bombino (2000). El cubano de 206 cm empezó su formación en su país natal a los 12 años y cuando cumplió los 18 años, en vez de quedar integrado en el ejército de su país, saltó hacia Argentina para integrarse en el Comodoro, donde sus primeros pasos los dio en la Liga de Desarrollo donde fue un jugador destacado hasta que da el salto a Colón, que confió plenamente en él para la liga de mayores. De ahí se fue a Unión Santa Fe, donde hace su tercer curso consecutivo, mejorando temporada tras temporada como en esta, donde se fue a 20 mi, 9.8 pt, 5.5 re, 0.7 ta, 62% T2, 71% TL. En los recesos, además de jugar con la selección cubana (su partido vs USA está grabado en la retina) ha disputado las ligas de El Salvador y Venezuela.

El cubano es un jugador aún en formación en varios aspectos, pero con unas condiciones que impresionan. Su juego necesita ganar en regularidad y tal vez le falten algunos kilos para ligas de nivel,  pero ojo a su juego por encima del aro, muy buen roller, muelles de impresión y valiente para bajar el balón y encarar; aunque su liviano físico aún sufre en los contactos, es un jugador que visita frecuencia la línea de los tiros libres con buen porcentaje de acierto, pese a que no es un generador en el poste. Atrás es un jugador elástico, que llega a las ayudas y con buena movilidad, que puede mejorar tanto su timing para taponar como las faltas innecesarias.

Bryan Carabalí (1999). Dista ya de aquel chaval alargado pero liviano que daba sus primeros pasos en Ecuador, su país natal, con paso por Brasil. Data de la 19-20 cuando llego a Quimsa, donde repartió su presencia entre el primer equipo y el del filial de la liga de Desarrollo. Allí estuvo cuatro temporadas con un rol de protector del aro, hasta que en enero de 2023 se fue a Chile donde destacó. Este curso regresó a Argentina, a San Martín Corrientes, donde tuvo minutos y brilló con unos promedios de 27 mi, 9.1 pt, 6.6 re, 2.6 ta, 62% T2, 58% TL como protector del aro, acabando la temporada con sus 214 cm de nuevo en Chile.

Ha ido trabajando duro estos años, esculpiendo su físico y a sus 214 cm y a su envergadura une su capacidad para volar. Atrás es un verdadero muro, de brazos largos, siempre atento al rebote, su habilidad para el tapón hace que rompa cualquier registro de este apartado en la competición que dispute. En ataque es un jugador con buena movilidad, pero que aún no resulta decisivo, teniendo que mejorar su finalización bajo el aro, pero estando muy cómodo en situaciones donde solo tiene que volar o puede ejecutar su tamaño. Debe seguir sumando kilos, y mejorar sus movimientos, si bien su alto potencial defensivo y su progresión hasta ahora hacen de él un siete pies a tener vigilado.

Pedro Ianguas (1998). Cinco brasileño de 210 cm que empezó su formación en el país carioca y de ahí saltó muy joven a la academia de baloncesto de Bahía Basket la 18-19, donde tenía minutos residuales en el primer equipo, mientras destacaba en la liga de Desarrollo. Tras dos temporadas volvía a Brasil sin protagonismo para recalar la 21-22 en Uruguay con buenos números, lo que le hizo volver a Argentina en la recta final de curso, repitiendo esa 22-23 en San Martín de Corrientes. El verano pasado jugó el Metro uruguayo y en la actual firmó por Platense argentino, donde han confiado en él de tal forma que el pivot ha dado un salto cualitativo, como titular y destacando merced a sus 23 mi, 8 pt, 6.5 re, 0.7 ta, 68% T2, 56% TL siendo nominado al jugador con mayor progresión, distinción que se llevó el último fichaje del OCB Valinotti.

Se trata de un cinco no excesivamente virtuoso, pero que tiene buen tamaño y ha evolucionado muy bien, aprovechando a tope sus puntos fuertes. Sorprende su movilidad y como corre por el carril central en transición, teniendo muy mecanizado sus movimientos como finalizador en el P&R o el juego sin balón, buen trabajo también en el rebote ofensivo, debe seguir mejorando en el juego en el poste y no es un jugador muy explosivo lo que a veces con contacto no saca tanto provecho, pero sabe usar su tamaño para sacar faltas. Atrás, se siente cómodo en su radio de acción, protege el aro y debe segur madurando la lectura del juego.