Los viajes a la península, 11 para cada uno de los seis equipos canarios, endurecen la Liga EBA para los equipos del archipiélago, en clara desventaja frente a los peninsulares. De las desventajas y los problemas hablan con Zona de Básquet los entrenadores de los seis equipos canarios -cuatro de Tenerife, uno de Gran Canaria y otro de La Palma- que junto a 22 peninsulares -16 de Madrid y seis de Castilla-La Mancha- compiten en EBA, que coinciden en señalar que la cuestión de los viajes a la península hace la Liga más larga y difícil.
Es “una desventaja competitiva” dice el entrenador de Transportes Gobra Güímar, Aarón Núñez, al tener que hacer once viajes a lo largo de la temporada frente a los tres desplazamientos a Canarias de los equipos peninsulares. Además hay que añadir, dice Aarón, “las complicaciones económicas para los clubes”, si bien es cierto que “tenemos que dar las gracias a las ayudas que se nos dan para que esto se nos haga más llevadero y sostenible”.
El descuento de residente canario “facilita las cosas”, pero al hacer la planificación deportiva y la plantilla “estás limitado, porque el fichaje de jugadores extranjeros eleva casi al doble el presupuesto de cada uno de los viajes”. Se intenta viajar “de la manera más barata para el Club”, dice, pero “sin descuidar la comodidad de los jugadores”, teniendo en cuenta que muchas veces viajan el mismo día del partido y saltan a la cancha horas después de aterrizar en Madrid.
Y “siempre rezando”, señala, para que no ocurra nada que “nos haga perder un vuelo, o una lesión que obligue a un jugador a quedarse en la ciudad donde se disputa el partido, con un acompañante del Club, por supuesto”. Pero a pesar de todo, afirma Aarón, cuando “llegas a la Liga EBA, sabes en mayor o menor medida todos estos inconvenientes” y “nosotros somos los que decidimos disputarla y vivir la experiencia”.
Más allá de lo que supone vivir en una isla y “tener que desplazarnos a Madrid” en el CB La Matanza lo tienen muy organizado, nos dice su entrenador, Susma Rodríguez, quien añade que “por logística en el Club hemos solicitado cambiar algunos partidos a las 13.00h, encontrando siempre buena disposición en los equipos implicados”.
Susma explica que “siempre viajamos en el primer vuelo. Llegamos a Madrid sobre las 10.50 hora peninsular y si jugamos aquí vamos directamente al hotel y nos da tiempo a descansar antes y después del almuerzo, para salir luego hacia el pabellón”.
También “viajamos en el primer vuelo cuando jugamos contra Quintanar o Tobarra”, pero en este caso desde Madrid “vamos por carretera directamente el hotel para comer y después al pabellón”. Si hemos jugado en Madrid “solemos llegar a Tenerife a las 13.30 y si lo hacemos en Castilla-La Mancha salimos en un vuelo después de comer”.
Para Rafa Sanz, entrenador del CB Aridane, lo peor “no son los horarios de juego como visitantes”, porque “la sensibilidad de los clubes rivales y la capacidad de planificación de los nuestros hicieron que en verano se cerrase que los partidos en la península se jugarán el domingo por la mañana”.
Las dificultades y el coste para los equipos canarios son “notables en una competición como ésta”, dice Rafa, pero cree que en verano, ya con el calendario, “se pueden buscar fórmulas para que no sea tan angustioso jugar como visitante” y de hecho “las bases de competición así lo contemplan”.
Según Rafa hay “otras dos soluciones”. La primera, que como en la 2ª RFEF de fútbol “sea obligatorio que los equipos insulares jueguen como visitantes, incluso como locales, el domingo a las 12.00h o a las 11.00h si fuese necesario, para asegurar su regreso en el mismo día”.
La otra, explica, es que “los clubes invirtieran más dinero y se pernoctara dos noches”, pero eso, subraya, “liquidaría a la mayoría de los equipos canarios de esta Liga” porque “sería inviable soportar una doble noche en la península”.
Rafa Sanz aprovecha para hablar de algunos aspectos, que cree “mejorables a corto plazo y que dependen de los clubes y además gratis”. Uno, que como recogen las bases de competición, el equipo visitante “disponga de cuatro balones mínimo para el calentamiento iguales en marca y modelo al balón de juego (Molten B7G4500)”, y dos, que los equipos locales, de forma obligatoria, “suban al canal FEB todos sus partidos”.
Juanki Rivero, entrenador del Inmobiliaria Gálvez Santa Cruz, procura no quejarse mucho de los viajes, nos dice, “no vaya a ser que como estamos ´coqueteando´ con el descenso se nos vayan a esfumar los viajes para la próxima temporada y entonces deje de quejarme”. El técnico afirma que “los que lo tienen más difícil son los amigos de La Palma (CB Aridane), que primero tienen que coger un vuelo regular entre islas, que debe cuadrar con el que después les lleve a la península”.
Dice que “nosotros lo tenemos un poco más cómodo”, si bien “cuando hay que hacer un trayecto en coche (tres horas de avión más tres en coche), al tener que levantarnos muy temprano al partido no se llega igual” y “jugamos muchos con ese hándicap”. Pero “no es tan grave como parece” dice Juanki y explica que los jugadores cuando acaban la jornada “suelen ir al hotel a descansar, y al día siguiente solemos tener un viaje temprano para intentar llegar pronto a la isla. Son dos noches que se duerme quizás un poquito menos”.
Evidentemente, es “una dificultad añadida el hecho de tener que viajar a Madrid, a la península, cada dos semanas”, indica, pero “una bendita dificultad, porque eso significa que estamos jugando competiciones nacionales y ojalá cada vez los trayectos sean mas complicados, porque querrá decir que nuestra extensión competitiva es cada vez mas grande”.
Juanki trabajó en Madrid “muchísimos años, en el Club Estudiantes y en el colegio San Agustín” y venir a la capital le permite después de los partidos “ver a mucha gente que aprecio, a mucha gente que quiero, y eso es un regalo” dice el técnico, y añade que “por estar un ratito con la gente del básquet que quiero, me vale la pena tantas horas de coche, de avión y de lo que haga falta”.
Para Náutico de Tenerife, “al estar en Tenerife es fácil, un avión de ida y vuelta”, nos dice su entrenador, Jorge Montané, aunque haya que pasar una noche en la península. “Solemos salir a las 07,00h del sábado y regresar el domingo entre las 11.00 y las 13.00 horas”. Pero jugar con los equipos de Castilla-La Mancha “supone -afirma- un cansancio extra por las dos horas de trayecto en coche o en bus”.
Según Montané cuando “tocan esas jornadas, los viernes finalizamos el entrenamiento a mediodía para que tengan (los jugadores) la tarde libre y sobre todo para que puedan descansar y llegar al aeropuerto al día siguiente temprano, sobre las 06.00h”. Jorge Montané destaca el “grandísimo trabajo” que hace Náutico, junto con la agencia encargada de los viajes. “Estamos muy contentos con las compañías aéreas, los horarios, también con el transporte, incluso con el hotel” y es que el hotel donde “nos quedamos en Madrid está a cerca del aeropuerto, lo que significa mucho. Llegar, almorzar, descansar e ir al partido”.
Y cuando “tenemos que jugar contra equipos de Castilla-La Mancha, la agencia se vuelca en conseguir un hotel lo mas cercano a donde tenemos que jugar”, y aún sabiendo las dificultades que hay, “intentamos bajar la dificultad y llegar a pleno rendimiento a los partidos”.
En el CB Valsequillo como “novatos en la categoría hemos ido aprendiendo poco a poco sobre el tema de viajar, que es un hándicap para los equipos canarios” nos dice su entrenador, Tony Esparragón, aunque “nosotros estamos acostumbrados”, y es que la gente de aquí “está acostumbrada a coger un vuelo de tres horas para poder moverse por España”.
Pero jugar contra equipos de Castilla-La Mancha es duro, porque a las tres horas de avión hay que sumar “otras tres en ´guagua´ o coche” y “ninguno de nosotros, mi equipo, puede viajar los viernes, porque trabajamos”.
No tenemos posibilidad de viajar los viernes ni de regresar el lunes, precisa, sino que “tenemos que ir el sábado y volver el domingo”, aunque a medida que avanza la competición “hemos intentado adaptarnos y pidiendo favores conseguir ir y volver en el día”.
Cuenta Tony que “son seis horas de avión en un día, tres para allá y tres para acá, con el partido en medio, pero conseguimos dormir en casa, descansar y amanecer los domingos en casa para poder descansar y empezar el lunes la jornada de trabajo, más los entrenamientos”. Porque si “vuelves el domingo -dice- pierdes el fin de semana, y ya es suficientemente duro como para que la gente pierda los fines de semana tiempo de ocio y de estar con la familia”.
Tony cuenta algunos problemas que han tenido. Por ejemplo el fin de semana que “jugamos contra Estudiantes, justo después de Navidades, tuvimos un problema de overbooking con Air Europa, que no se portó nada bien y nos dejó al pívot en tierra, en la puerta de embarque. Y ni siquiera nos dejaron elegir que por ejemplo el delegado o algún jugador lesionado que iba a viajar se quedara en tierra” y eso que los billetes eran de grupo. Tony está seguro de que con un equipo profesional “no lo hubieran hecho”. Pero son “las cosas que tocan y las novatadas que estamos pagando”.