Los entrenadores del Grupo B de la Liga EBA afirman que el baloncesto es su vida o una forma de vida que suma pasión y trabajo. Todos mencionan palabras como amistad, compañerismo, compromiso, valores, respeto, disciplina, sacrificio, lucha, alegrías, decepciones… y confiesan a Zona de Básquet que disfrutan con lo que hacen.

Es “mi vida” dice el entrenador del CB Aridane, Rafa Sanz, que afirma ser “feliz trabajando cada día” con los jugadores y que ver como el equipo va cogiendo forma es “un proceso gratificante”.

Para Ángel Díaz, entrenador de Baloncesto Alcalá, es una vía más de la vida “en la que poder ayudar a los demás a ser mejores personas y a disfrutar de lo que hacen”, y que “los demás me ayuden a mí a ser mejor persona y a disfrutar de lo que hago”.

El baloncesto es «un aliciente importante en mi vida” dice el entrenador de Transportes Gobra Güímar, Aarón Núñez, que señala la oportunidad de llevar un equipo de Liga EBA con 25 años y recuerda que empezó a jugar con ocho y ya entonces “le decía a mis padres que quería ser entrenador”.

Para Juan Norat, entrenador del Baloncesto Torrelodonoes, es “MI VIDA, siendo el baloncesto lo más importante de lo menos importante”.

El baloncesto es una parte fundamental de la vida de Nacho Frade, entrenador del Jofemesa ADC Boadilla. Una forma de vida ya que “llevó jugando desde los ocho años y entrenando desde los 16”. Es “amistad, compañerismo, sacrificio, alegrías, decepciones, lucha… es como la vida misma”, que “te enseña valores y te da amistades para toda la vida”.

Andrés Sánchez, entrenador de Autocares Rodríguez Daimiel, reconoce que él y todos los que “nos apasiona este deporte de una manera casi obsesiva podríamos dedicarle un número infinito de horas explicando los valores que el baloncesto nos demuestra cada día”.

Para Nico Fernández de Córdoba, al frente del banquillo de Estudio, es su pasión, en la que lleva 36 años”. Ha sido “jugador, entrenador, ayudante, seleccionador, delegado, director técnico, directivo, presidente… y ahora padre aficionado” y confiesa que “no me imagino mi vida sin él”.

“Uno de los lugares donde yo soy” es la frase con la que José Luis Pichel, entrenador del filial del CB Fuenlabrada, resume qué es el baloncesto para él.

Para el entrenador del CB Getafe, Andrés Miso, 11 temporadas en ACB, cuatro en LEB Oro y una en Plata, el baloncesto ha sido “mi vida desde que tengo uso de razón”. Evoca el momento “complicado” de su retirada como jugador, pero por suerte “sigo disfrutando de él, ahora desde otra perspectiva, y compitiendo que es lo que me gusta”.

El baloncesto es una pasión para Román Peinado, entrenador del Lujisa Guadalajara Basket, que por suerte “puedo llevar a cabo en un club que crece cada año y rodeado de grandes entrenadores y amigos”.

El baloncesto es vida, crea valores”, dice Susma Rodríguez, entrenador del CB La Matanza, al que le gusta fomentar la unidad, la palabra equipo por encima de todo”.

Para Mica Tolosa, entrenador de Doña Ramoncita CB La Solana, el baloncesto es un modo de vida, “una escuela que durante toda mi vida me ha enseñado valores tan importantes como el sacrificio, el respeto, el trabajo en equipo, la solidaridad…”.

También es su vida para el entrenador de Majadahonda, Juan Manuel Ruiz, que lleva toda la vida “dedicándome a ello” con la suerte de que también es mi trabajo.

El baloncesto para Sergio Jiménez, al frente del banquillo del filial de Movistar Estudiantes y entrenador ayudante del primer equipo, es “lo más importante de las cosas menos importantes que hay en la vida. Señala que compatibilizar dos equipos “siempre es difícil y requiere mucha capacidad de organización (que espero tener)”.

Para José Antonio Ramírez, entrenador del NCS Alcobendas, es “mi pasión”, a la que dedico “muchas horas fuera de mis obligaciones en el trabajo y familia”, y casi “no me permite tener otra afición”.

Pedro José Miota, entrenador de Pintobasket, dice que “como para muchos de nosotros es una forma de vida”. Añade que tiene la “suerte” de que el baloncesto “no ea mi profesión y tener que depender así de la vorágine de los banquillos” y no considera un mejor hobby en el mundo que “ser entrenador”.

Para alguien que lleva tanto tiempo vinculado al baloncesto “no tendría una contestación breve” dice el entrenador de Pozuelo, Ignacio Refoyo, que lo resume “en algo divertido que nos emociona cada día”.

Breve y escueto es el entrenador de Basket Globalcaja Quintanar, Juan Carlos Navarro, para quien el baloncesto es “una ilusión”.

A José Pérez Báez, todavía técnico del Inmobiliaria Gálvez Santa Cruz cuando se preparaba esta pieza, el baloncesto le “ha dado mucho y quitado tiempo”. Hijo de entrenador y jugador también antes que entrenador “desde que tengo memoria me acuerdo de partidos, entrenamientos y situaciones relacionadas con el baloncesto”. Sus amigos, sus grupos, todo su desarrollo personal “comenzó con este deporte y su ambiente, que suele llenar cada hueco de una vida si no pone límites”. Ahora, subraya, “lo vivo menos pero lo disfruto más”.

Para Manuel Jiménez “Júnior”, entrenador del Cabezuelo CB Socuéllamos, el baloncesto es “mi trabajo, mis relaciones personales, una forma de entender la vida”. En definitiva, “un deporte que influye en muchas dimensiones de mi día a día”.

Para Jorge Lorenzo, entrenador del Sun Chlorella Dragons, el baloncesto es su trabajo. Desde hace unos años “tengo la posibilidad de ser entrenador profesional” y “soy un privilegiado por dedicarme a lo que me gusta”.

El entrenador del Tobarra Gasóleos Sánchez y Murcia, Juan González Cano, dice que es la forma de vida que he elegido y “con la que disfruto, aunque en ocasiones tenga también momentos difíciles”.

Durante muchos años el baloncesto ha sido la profesión de Jesús Sala, entrenador de Uros de Rivas, que ha estado en “todas las categorías masculinas desde minibasket a ACB, pasando por EBA, LEB Plata y Oro, y en casi todas las femeninas” y ha formado parte de selecciones nacionales. Experiencias que “forman parte de mí y me han hecho crecer y madurar”. Ahora vuelve al baloncesto “para disfrutar intentando ayudar a un grupo de jugadores con talento e ilusión a sacar lo mejor de sí mismos”.

A Tony Esparragón, entrenador del CB Valsequillo, el baloncesto le da “una felicidad que pocas cosas me dan”. Una pasión que “me trasladó mi padre desde niño y que de momento sigo viviendo con una pasión que ojalá dure muchos años”.

“El baloncesto es mi vida, absolutamente todo lo que hago en mi día a día gira en torno al balón naranja”, dice rotundo Dani Molina, entrenador de Zentro Basket Madrid.