Hoy volvemos a Irlanda, un país que ya hemos visitado en alguna ocasión anteriormente, para hablar con un joven jugador español como es Enrique Melini (Carballo, 2000 / 198 cm), que esta temporada ha dejado las Ligas FEB para firmar por el Griffith College Templeogue de Irlanda, desde donde nos atiende para hablar de sus inicios, su paso por EBA y sobre qué le ha llevado a irse al extranjero.
Zona de Básquet – ¿Cómo son tus inicios en el baloncesto?
Enrique Melini – Pues empecé bastante jovencito, a los 6 años. En casa siempre se nos ha dicho que teníamos que practicar algún deporte; mi padre jugó al baloncesto también y es muy fan, así que sumando esas dos cosas con el hecho de que siempre he sido bastante alto pues mi madre me apuntó y así empecé a entrenar.
Y bueno, si no me equivoco, creo que estuve yendo durante varios meses solo a entrenar porque no quería ir a jugar los partidos, ya que me daba vergüenza [risas]. Era un niño muy tímido, pero todo comenzó en el momento en el que mi madre me dijo que o empezaba a ir a los partidos o me quitaba del baloncesto.
ZdB – Ya de muy pequeño, la FEB pone la lupa sobre ti y te lleva a su concentración de detección de talentos, pero la cosa va más allá y vas con la U14 y la U15 a pesar de no ser pertenecer a un club ACB. ¿Cómo recuerdas esa experiencia?
EM – Especialmente al principio es muy impactante. No conoces a mucha gente, gente que viene de los clubs top… y yo que venía de mi pueblo y sin entender muy bien ni que era eso de selecciones ni nada. Con los años fue convirtiéndose en algo un poco más “normal” dentro de lo surrealista que sigue siendo estar competiendo con lo mejor de tu generación, pero al fin y al cabo seguíamos siendo todos unos niños con una afición muy grande por el baloncesto.
Fue una etapa muy satisfactoria y muy bonita. Sigo manteniendo relación con algunos desde las primeras concentraciones y ver a unos pocos competir en ACB e incluso con la selección absoluta es algo muy muy chulo.
ZdB – Jugabas en cadete en Xiria y doblabas incluso con el Júnior de Artai, destacando en la selección gallega, en Campeonatos de España… Lo normal en estos casos es dar el salto hacia una estructura de cantera más potente como Valencia, Madrid, Barça o incluso a alguna academia de baloncesto. ¿Tuviste ofertas?
EM – Pues si no me equivoco la primera vez que tuve una oferta seria, más allá de los clubes cerca de Carballo, fue en cadete, cuando hubo acercamiento por parte de Sevilla y fue como la primera vez que dije “oh, guau, se empieza a poner serio de verdad esto” [risas].
A partir de ahí, apareció el Obra, el año antes de irme, y decidí quedarme e intentar ganar otra liga e ir a un Campeonato de España con mis amigos de siempre. Y lo logramos. Así que muy contento de haber tomado esa decisión.
Ese verano sí ya hubo conversaciones con varios clubs gallegos, e incluso con CBA, pero el Obra me pareció la mejor opción; tenía amigos allí y sin duda era la mejor oferta, personal, académica y deportiva.
ZdB – Finalmente, como dices, saltas al Obradoiro en júnior. ¿Cómo fue salir de Xiria y recalar en un equipo ACB?
EM – Llegar al Obra fue empezar a conocer cómo trabaja un club profesional y cómo es el baloncesto sénior, estando los dos primeros años en Peleteiro, alternando júnior y EBA, y a partir de mi segundo año empezando a entrenar con el ACB, conociendo cómo funciona el nivel más alto de baloncesto en España. Pasé de entrenar en pabellones de colegio y pequeños a entrenar en un Multiusos donde se juega ACB; es probablemente la mejor forma de explicarlo [risas].
ZdB – Pasas cuatro temporadas en las filas del Obradoiro (2016-20). En ellas, pasó de todo: desde jugar en júnior (incluso en dinámica EBA) a realizar pretemporadas y entrenamientos con el ACB, pasando por una temporada perdida por lesión y el afianzamiento en EBA. ¿Con qué te quedas de esas cuatro temporadas?
EM – Pues deportivamente hubo como dos etapas muy muy diferentes, antes y después de la lesión, que coincidió con mi salto a sénior. Los dos primeros años fueron probablemente dos de los mejores años de mi vida; demostramos que podíamos competir con cualquiera y casi le damos un susto a todo un Joventut en el Campeonato de España. A partir de la lesión, pues todo lo contrario; un par de años muy muy complicados y difíciles. Encima, con el coronavirus al poco de haber vuelto a las pistas.
Si me tengo que quedar con algo es, sin duda, con la gente que he conocido. Desde amigos, entrenadores, preparadores físicos, fisios, médicos, profesores… He tenido la suerte de encontrar personas maravillosas en esos cuatro años y la mayoría de las personas muy importantes en mi vida han salido de Santiago, y amistades que creo que se quedarán toda la vida. Eso es lo mejor que me llevo.
ZdB – La pasada 20/21 regresas a casa con el Basket Xiria. ¿Cómo fue la temporada?
EM – El principal objetivo para mí era tener un año sano y, quitando alguna molestia o lesión menor, así fue. Objetivo cumplido. Ya a nivel baloncesto fue un poco complicado, queríamos evitar el descenso y lo tuvimos cerca, pero no lo conseguimos; para mí creo que fue de menos a más, siendo la primera temporada sénior entera que tuve, no acabé muy contento con mi rendimiento, pero sirvió para recuperar un poco de confianza, así que muy agradecido al Xiria por darme la oportunidad de volver y recibirme con los brazos abiertos. Un verdadero placer.
ZdB – En esta campaña te vas a Irlanda y firmas por Griffith College Templeogue. ¿Qué motivó ese cambio?
EM – Yo tenía ganas de salir de España desde hace tiempo, y con el descenso del Xiria no tenía muy claro qué hacer, porque no quería jugar en una categoría inferior que la EBA. No habíamos recibido nada muy interesante y hablando con una amiga mía que está aquí en Dublin, también por baloncesto, me dijo que por qué no me venía. Y así fue [risas].
Creo que es una experiencia muy buena, siendo la primera realmente lejos de casa para mí, estudiando en una buena universidad, en uno de los mejores equipos del país… No le di muchas vueltas y ha sido genial hasta ahora.
ZdB – ¿Qué tal con tu entrenador Mark Keenan?
EM – Pues es un entrenador que respeta mucho a los veteranos y confía mucho en ellos, así que a veces ha sido complicado encontrar un rol muy marcado para mí. Pero bueno, si no me equivoco soy el tercer anotador del equipo e intento aportar en muchas facetas diferentes (defensa, rebote…), creo que mi aportación en cuanto a mis minutos está siendo realmente buena.
ZdB – Templeogue es un equipo con cierto caché en Irlanda, con varios triunfos en la National Cup. ¿Cuál es el objetivo esta temporada?
EM – Sí, tenemos dos competiciones aquí: la liga como tal y la National Cup (a la que se le da más importancia incluso que a la liga). En los últimos cinco años Templeogue ha ganado uno de los dos títulos cada año. Para este año solo nos queda la liga, ya que estamos eliminados de la copa. Nos quedan dos partidos que tenemos que ganar para conseguir puesto en los playoffs y a partir de ahí son partidos a vida o muerte, así que confiamos en que podemos llevarnos la liga.
ZdB – Dos irlandeses míticos llevan el peso del equipo: hablamos del base Lorcan Murphy y del veterano interior Jason Killeen.
EM – Ambos son, sin duda, dos de los mejores jugadores del país. Jason, siendo más veterano, sigue siendo probablemente el jugador más determinante de la competición, aunque por desgracia ha tenido alguna lesión en momentos importantes. Y Lorcan es físicamente el mejor jugador que he visto en mi vida y no hay nadie relativamente cerca, incluso en ACB no he visto a nadie con su capacidad física; una locura.
ZdB – Cuéntanos un poco sobre el plan semanal del equipo y la estructura del club.
EM – Como equipo entrenamos dos días todos juntos, martes y jueves. Los lunes hago entreno individual y los miércoles tenemos o bien entreno, o partido con el equipo de la universidad, ya que hay una liga universitaria también. La preparación física corre a cargo de cada uno para estar en buena forma para competir. La estructura se podría decir que es similar a un EBA, no son clubes muy muy grandes y tienen un ambiente bastante familiar, todo el mundo se conoce.
ZdB – Dublin es una ciudad en cierto modo cara. ¿Cómo es tu vida ahí?
EM – Los que estamos becados tenemos la universidad y el apartamento en el campus cubierto. La comida ya nos la cubrimos nosotros. Sí es caro el comer fuera y la vida en general, pero lo que viene a ser ir al supermercado (tanto Tesco como Lidl) no es una diferencia muy exagerada con España. Además, es bastante sencillo conseguir trabajo aquí y el salario es muy bueno.
ZdB – ¿Te ha dado tiempo a disfrutar de Irlanda?
EM – La verdad es que tengo poco tiempo libre entre baloncesto, estudiar y trabajar, pero Dublin es una ciudad muy guay, muy buen ambiente siempre por las calles, gran cantidad de pubs de todo tipo, zonas de compras, la zona del puerto es mucho más moderna, Phoenix Park, si no me equivoco es uno de los parques mas grandes de Europa y hay ciervos paseando por allí siempre, tienen un zoo allí también bastante grande, varios museos de arte muy recomendables… Y la cantidad de cosas que aún me quedan por descubrir solo en Dublin. Además, del resto del país la zona del interior es muy bonita y todas las zonas de acantilados son paisajes increíbles, pero aun me quedan por ver.
ZdB – ¿Cómo vive el país la pandemia? ¿Hay protocolo sanitario en el baloncesto?
EM – Pues siempre han sido muy estrictos, según me han comentado. Al principio establecieron un montón de restricciones en cuanto empezó a aparecer algún caso, e incluso este año hemos tenido bastantes restricciones en cuanto a horarios, capacidad de locales… Por suerte parece que ahora se empieza a relajar bastante y se parece más a la vida “normal”. En cuanto al baloncesto no hemos tenido que hacer test ni nada en ningún momento, solo en caso de que hubiese algún contacto con positivos.
ZdB – Has vivido un poco de todo: desde “niño prodigio”, paso por equipo ACB, los sinsabores de la dureza de las lesiones, ahora experiencia nueva en el extranjero… ¿Qué le gustaría que le deparara el futuro a Enrique Melini?
EM – Pues por el momento estaré tres años aquí con Templeogue, así que tranquilo un tiempo. A partir de ahí pues habrá que verlo. Vivir fuera me está gustando mucho, aunque a veces se haga duro estar lejos de casa, así que no me importa seguir jugando en el extranjero siempre que sea en ciudades grandes, pero no descarto nada.
ZdB – Muchas gracias por tu tiempo, y a disfrutar de la experiencia.
EM – Muchas gracias a vosotros por el interés. Cualquier duda o consulta que alguien tenga sobre el país o jugar aquí, ¡encantado de responderlas!