Puede parecer sencillo, pero ser el entrenador del equipo líder en el Grupo AA de la Liga EBA, con apenas 23 años, en el club de tu vida y de donde eres, huele más a responsabilidad y “marrón” que a algarabía y disfrute. Sin embargo, ahí esta Iñigo Núñez (1998) comandando desde el banquillo la nave del CB Santurtzi SK, y con el cual hablamos de este buen momento y también de más aspectos de su trayectoria.
Zona de Básquet – Antes de hablar de la gran temporada que estáis haciendo, quiero comentar un poco cómo, siendo tan joven, llegas a mediados de la temporada 19/20 (la que se paralizó por la pandemia) al banquillo de un club en el que has sido jugador, entrenador de equipos de base, community manager y, ahora mismo, también director deportivo.
Iñigo Núñez – La temporada 19/20 fue increíblemente compleja; cometimos varios errores en la confección de la plantilla, lo que nos condicionó durante el transcurso de todo el año. La pronta salida de Miguel Ángel Fernández alteró todo lo predispuesto, y Jorge Elorduy tomó el mando. Jorge comenzó a trabajar, y al principio no lográbamos sumar victorias, con lo que hicimos varios cambios en el equipo. El resultado de estos fue que, de alguna manera, dimos con la tecla, con la llegada de Bingen Pérez y la vuelta de nuestro capitán Jon Betolaza como movimientos principales. Cuando el equipo entró en dinámica ganadora y cogió una racha importante de victorias, llegó el varapalo para el equipo que supuso la salida lógica de Jorge. En aquel momento, yo únicamente podía ejercer como delegado, porque estaba aún sacándome los cursos de entrenador, y en el Club pensamos que lo más adecuado era buscar otra persona que se hiciese cargo del equipo. Todas las respuestas que recibimos fueron negativas, así que ya no quedó más remedio… [risas]. Me ayudó José Ángel Múgica, entrenador del Club que se comprometió. Fue muy complicado no poder dirigir y coger al equipo en esa situación, pero afortunadamente logramos sacar las victorias suficientes para dejar al equipo salvado cuando llegó la pandemia. Ahora, cuando miramos hacia atrás, siempre pienso que haber salido “vivos” de aquel año es lo que más mérito ha tenido de los últimos años. Todo se alineó para tener un mal final y no lográbamos solucionar los problemas, pero al final revertimos la situación. Para mí personalmente fue una temporada muy dura y de gran aprendizaje. Afronté el reto con responsabilidad y un poco de agobio por la posición clasificatoria y porque no quería descender con el Club de mi vida que tantos años llevaba en EBA, pero por suerte salió bien.
ZdB – La temporada siguiente fue ya muy distinta…
IN – El año pasado, aún con muchas situaciones que alteraron la marcha normal de un equipo, fue bastante bueno. Era mi primer año como entrenador desde el principio y disfruté mucho de todo. Además, comenzamos ganando la Euskal Kopa, que fue un subidón. No obstante, empezamos mal la liga y tuvimos dudas con los primeros partidos, pero los jugadores estuvieron muy bien. Tuvieron una actitud y una predisposición al trabajo encomiable. En septiembre nuestros tres capitanes tuvieron que dejar el equipo por incompatibilidad laboral con la cuestión pandémica, y fuimos haciendo cambios. No logramos sacarle el máximo rendimiento posible a la plantilla pero creo que fuimos competitivos y le lavamos la cara al equipo, dejando abierto un gran futuro. El final de la temporada pasada fue el inicio de esta.
ZdB – Ya en pretemporada, con la Euskal Copa EBA que perdisteis contra Ointxe, fue un toque de atención, y a partir de ahí, ¡vaya inicio! Solo dos derrotas en 17 partidos: en la pista precisamente de Ointxe y otra en casa, ante el equipo revelación, Getxo. ¿Esperabas este rendimiento en un grupo con tanta igualdad competitiva?
IN – Aquello nos vino bien. Estábamos entrenando muy bien y encajando las piezas, con muy buenas sensaciones y mucha ilusión, pero esa derrota fue un sopapo de realidad. Nos dimos cuenta de que teníamos que apretar más si queríamos estar arriba, y que aún apretando y entrenando bien podíamos perder. Subimos el listón y nos ha servido para realizar un gran inicio. No me esperaba ese balance, pero tengo mucha confianza en mi equipo. Vamos a todos los campos sin ningún complejo y con nuestras armas. Las dos derrotas han sido dolorosas y en ambas hemos dilapidado ventajas, pero creo en aquello de que las derrotas dolorosas forjan el carácter de un gran equipo. Las hemos usado para crecer y para aprender.
ZdB – ¿Cuál crees que es la clave?
IN – Realmente creo que el carácter del equipo. Somos reconocibles, tratamos de hacer un buen baloncesto y correr desde la solidez defensiva, pero siempre hay días en los que no existe la fluidez ni el acierto y toca sufrir. Este equipo no tiene problema en bajar al barro y colocarse el mono de trabajo para sacar partidos complejos y lo ha demostrado en varias ocasiones. Además, tienen una gran química entre ellos y el ambiente es excepcional.
ZdB – A principio de temporada comentabas que el objetivo era competir en todas las pistas e igualar al menos el puesto del curso pasado (terceros). ¿Se puede, sin variar el discurso de ir partido a partido, este momento pensar en el primer puesto y en jugar las fases de ascenso a LEB Plata?
IN – No hay que mirar la clasificación, pero es inevitable tener la ambición de conseguir lo máximo. Nosotros vamos a ir partido a partido, pensando que podemos ganar en cada campo. Estamos en la línea de poder mejorar lo hecho el año pasado, que era francamente complicado por el grupo en el que se juega, que no perdona nada. Pensar en algo que no sea el siguiente entrenamiento o el siguiente partido supondría distracción, así que toda nuestra energía ha de estar ahí. El baloncesto nos colocará donde merezcamos estar.
ZdB – Como eres el Director Deportivo, esta pregunta se te puede hacer a ti directamente: en caso de ascenso, ¿podría Santurtzi recabar los apoyos económicos y estructurales para dar el salto de categoría como ya ocurrió en las temporadas 09/10 y 10/11?
IN – Discurso cholista. Partido a partido. No podemos pensar aún en nada relacionado con eso, de verdad. Nos distraería y ni me lo planteo.
ZdB – Vuestra amplitud de rotación y el físico de tus jugadores hace que seáis la mejor defensa del grupo y a partir de ahí podáis correr ¿Dirías que es vuestra principal fortaleza?
IN – Sí, probablemente pueda serlo. Creo que nuestra mayor fortaleza es la fuerza del grupo. Todos pelean por sus compañeros y están dispuestos a sacrificarse para el equipo, lo que es una consecuencia del buen ambiente y la buena química que hay. En cuanto a lo baloncestístico, hemos encontrado cierta solidez defensiva, aunque siempre quedan aspectos por mejorar. Lógicamente, poder estar bien atrás da lugar a correr, y creo que tenemos que ser más efectivos en esas situaciones. Pero sí, es el ADN de este equipo y también la identidad de siempre de este Club. Trabajar, esforzarse en defensa para poder disfrutar corriendo y atacando con ritmo.
ZdB – Hace nada hicisteis una proeza de esas que solo suelen verse en baloncesto. Perdíais de 11 a falta de dos minutos, tú ya no estabas en el banquillo y aún así os llevasteis el partido con un triple final, ante un rival directo como el filial de Baskonia, que estaba con los mismas victorias que vosotros. ¿Puede ser ese partido una señal de que siempre hay que remar y que algo grande puede tocar esta temporada?
IN – Fue verdaderamente increíble. Fue una victoria de garra, coraje y carácter. No encontramos continuidad ni nuestro baloncesto durante los cuarenta minutos, porque Baskonia hizo 38 minutos impecables. Nos dominó defensiva y físicamente y además tuvieron acierto en puntos que quizás no esperábamos. Pero el equipo no dejó de creer en ningún momento y se agarró el partido sin cesar. Solo ellos creyeron en poder ganar y cuando Bingen la metió explotamos todos. Todo el reconocimiento es para ellos.
ZdB – ¿Cómo conseguisteis que vuestros dos jugadores estrella, Orellano y Artiñano, desoyeran ofertas de otros lados y de más categoría y continuarán con vosotros?
IN – Son dos jugadores clave, dos de los más valorados en las últimas dos temporadas en el grupo AA de la Liga EBA. Ambos, a día de hoy, tienen otras inquietudes a nivel personal que les hacen poder estar con nosotros. Juanchi ha sido profesional durante muchos años e Imanol ha rozado la posibilidad con unos años de gran formación en NCAA y Murcia. Es un placer poder contar con ellos en nuestro equipo y Club, ya que son dos grandes jugadores y personas que podrían jugar más arriba. Este capítulo daría para abrir las condiciones de “profesionalidad” de nuestro baloncesto, pero seguramente no es el momento…
ZdB – Seguimos entonces con el resto… La continuidad del bloque y cómo se conocen puede ser otra de las claves de la buena marcha, pero los fichajes se han integrado a la perfección: el retorno de un hombre de la casa como Albisu, los centímetros de Ander Pérez, la pujanza de Barandalla, pero sobre todo Miguel Zamora y todo lo que te ofrece en ataque.
IN – Poder renovar a nueve jugadores del año pasado nos ha hecho no partir de cero. Hay muchos automatismos que ya existen y hábitos que nos ha costado menos recordar. Además de la cuestión personal y de cohesión grupal, porque los que se han quedado forman el núcleo duro del vestuario y vienen de una campaña de éxito. Ellos marcan la pauta. Precisamente Pablo Albisu es otro de las personas imprescindibles en un vestuario; ha mejorado su lectura y comprensión del juego, y es una persona que siempre me llevaría a la guerra. Ander Pérez es otro chico excepcional, que nos da cosas que no teníamos en intimidación y unas características muy especiales que dan lugar a alternar situaciones tácticas. Unai Barandalla tiene una gran ambición, y su cualidad principal es lo entrenable que es. Otro jugador que no va a parar de creer y que es una gran noticia. Y Miguel es un acierto: una gran persona que nos da un giro más al equipo. Su capacidad para anotar de fuera está generando que el campo se abra mucho más y tengamos otros espacios. Estos últimos dos también son personas espectaculares, y esto es lo más importante.
ZdB – En Zona de Básquet siempre miramos con un especial interés a los jóvenes y en tu equipo hay varios U22 que además cuentan con minutos. Entre ellos, el propio Barandalla, que siempre aporta intangibles, Diego Rodríguez, Markel Calvo, Niang y un Bingen Pérez cada vez más maduro.
IN – Moha no para de hacerse grande y crecer. Tiene una pasión por el juego increíble y no para de entrenar para mejorar. Tuve la suerte de poder entrenarle en junior, porque es de la casa, y no puedo estar más contento por él. Creo que se está dando cuenta de lo importante que es para el equipo y de todo lo que puede llegar a hacer. Bingen es talento y le está sumando cada vez más lectura del juego y comprensión del mismo. No se le puede encorsetar, es espectacular cuando se suelta y estoy muy contento con él, porque genera un ambiente muy chulo al ser un tío muy gracioso. ‘Baran’ es un trabajador con un gran futuro que pronto será un referente, y siempre está al pie del cañón. Tres cuartas partes de lo mismo pasa con Diego, al que un problema cardiaco le ha frenado. Es un jugador con un gran carácter y competitividad que tiene gran capacidad de crecimiento. Con Markel tenemos el futuro asegurado: este año no está disfrutando de minutos por la competencia, pero se está comportando como un jugador y una persona con gran madurez. Aprovecha sus oportunidades y aprende en los entrenamientos, sin bajar el listón.
ZdB – ¿Cómo es la estructura semanal de entrenamientos?
IN – Fácil: tres sesiones a la semana. Nos juntamos los lunes, miércoles y viernes. Todos los días hacemos un trabajo físico previo a la cancha. Prácticamente entrenamos en horario nocturno, acabando a las 22:30. También hacemos trabajo de vídeo (postpartido los lunes y scouting los viernes).
ZdB – ¿Quién conforma tu cuerpo técnico y qué funciones realiza cada uno?
IN – Tengo la suerte de contar con un staff que trabaja sin cesar. Asier Bilbao es el segundo entrenador, además del que escucha mis quejas y mis dudas… Es una persona muy importante para mí, porque compartimos el día a día, así como lo hacemos con Lukas Bárbara, el otro entrenador asistente del equipo. Asier se ocupa del scouting colectivo y Lukas del individual, mientras que en el día a día van trabajando en distintas posiciones. Ander Aguirre es otra persona de gran confianza que ejerce de preparador físico y también de delegado en los encuentros. Y este año se ha incorporado Eider Iglesias a la preparación física, con el objetivo de poder individualizar y mejorar la calidad del trabajo. Cuatro personas insustituibles y a las que les agradezco infinitamente su trabajo y actitud, siempre con una sonrisa.
ZdB – ¿Crees que la reaparición de los brotes de COVID19, con los aplazamiento de partidos que se van acumulando, puede tener incidencia para que la clasificación varíe o simplemente es otro factor más al cual hay que amoldarse?
IN – Creo que ambas opciones son compatibles. Es un factor al que nos vamos a tener que amoldar y que va a tener incidencia, seguro. Los equipos tendrán bajas, que pueden ser muy sensibles con el nuevo protocolo según el que no se suspendería un partido ni contando con prácticamente la mitad de la plantilla confinada. En realidad, esto es un aburrimiento. Creo que todos echamos de menos ahora la normalidad que hemos vivido al inicio de la presente temporada y esperemos volver pronto a ello.
ZdB – Además de toda tu labor en el club, tienes muchas más facetas: periodismo, estás estudiando Derecho, colaboras con varios programas de radio, tienes tiempo para otros deportes (como tu labor en Footters)… ¿Cómo haces para compaginarlo todo? ¿Tienen 30 horas tus días?
IN – Veo que me has hecho un buen scouting individual… [risas]. Estudié Periodismo porque era mi pasión, realmente, pero en el confinamiento me di cuenta de que creía que debía buscar una alternativa o una segunda opción laboral, y me decidí por el Derecho y por hacer el Máster en Dirección Deportiva de SportCoach. He seguido trabajando en medios y colaborando porque me encanta y no quiero cerrar esta vía. He hecho distintas cosas, sí, como narrar partidos de fútbol en Footters o contar una temporada de regatas de la Sotera, nuestra trainera, con lo que también me lo pasé muy bien. Hace poco José Luis Blanco en Radio Popular me dio la oportunidad de comentar el Bilbao Basket – Breogán, una gran experiencia que espero repetir. Trato de organizarme al máximo para no hacer valer ese dicho de “el que mucho abarca, poco aprieta”. Y además tengo la suerte de tener una familia genial al lado y una novia y unos amigos que saben de mis circunstancias y a los que les doy mucho las gracias. Son lo mejor y lo que realmente vale la pena.
ZdB – A pesar de tu juventud, sigues formándote, con inquietudes en el día a día… ¿Cuáles son tus referentes o tus modelos a seguir? ¿Hay algún entrenador en el que te fijes?
IN – No tiene sentido querer ser el mejor posible y alcanzar tu techo si paras de formarte. Además, en cuanto paras te adelantan. Yo quiero ser el mejor y trato de poner toda la carne en el asador para ello. Tengo varios referentes en el plano cercano: Imanol Martínez me entrenó en categorías inferiores, junto con Alberto Cea. También Ibai Mugarza me entrenó y después pude ser su asistente. De todos ellos he aprendido mucho, así como de Jorge Elorduy.
En la Liga EBA hay un montón de grandes entrenadores. Ha sido mediático que acabe de aterrizar Fabián Téllez, un gran entrenador del que se puede aprender mucho. Ya lo he dicho varias veces, pero el caso de Gotzon Arrieta en Easo me parece digno de elogio, aunque hay muchos otros, como Juancho Ferreira en Ardoi, Joaquín Romano… En realidad y sinceramente todo el mundo tiene un nivelazo y te plantea problemas.
Y a nivel élite hay que aprender de todos porque son buenísimos. Me fijo especialmente y aunque parezca una perogrullada en los nombres que todos conocemos: Obradović, Laso, Jasikevičius, Scariolo, Peñarroya, Pedro Martínez, Xavi Pascual, Trinchieri, Messina, Itoudis, Vidorreta, Moncho… El básquet europeo es muy rico y se puede aprender muchísimo. Veo todo lo que puedo.
ZdB – ¿Cómo ha sido volver a tener público en las gradas? ¿Lo nota el equipo?
ÍN – Increíble. Nuestra grada se está comportando de una manera excepcional. Borja Martín, un gran amigo mío, se encarga de gestionar la ‘Santurtzi Herri Harmaila’, y esa grada joven es una de las cosas que más orgullo nos produce. Sobre todo cuando cantan el Bella Ciao… “Santurtziarra ni jaio nintzen, ta santurtziarra hilko naiz…” (nací santurtziarra y moriré santurtziarra).
ZdB – Santurtzi lleva años siendo un club muy consolidado. ¿Actualmente cuántos equipos base y niños tendréis en vuestra estructura?
IN – La pandemia, como a todos, nos ha hecho daño. Pero seguimos teniendo un Club con gran salud. Actualmente contamos con catorce equipos y la escuela de baloncesto. Entre todos ellos tenemos más de doscientos jugadores. Creemos que estamos haciendo un gran trabajo y queremos crecer y darle a todos los santurtziarras un espacio de calidad donde disfrutar del básquet. Todo el que quiera jugar a básquet en Santurtzi podrá hacerlo y además tenemos equipos de rendimiento, como los cadetes y juveniles de liga vasca. La vinculación con Barrena Berri también es un punto importante, así como los acuerdos con Oribeltza y Salleko. Hay mucho baloncesto en Santurtzi y en la margen izquierda.
ZdB – Hemos visto como, con la sexta ola del Covid19, en Euskadi se ha decidido detener el deporte escolar. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
IN – Estoy en absoluto desacuerdo. No he encontrado aún una motivación jurídica ni sanitaria para tomar semejante decisión. Pero el resultado final es que es una pena para los niños. Tendremos que hacer otro esfuerzo en mantener con vida su ilusión. Es lo que hay y hay que adaptarse.
ZdB – Llevas tiempo en la Liga EBA. ¿Alguna idea, sugerencia o simplemente aporte, aunque sea irrealizable, sobre esta competición?
IN – Uno simple: que no desciendan seis equipos en un grupo de dieciséis. Es una barbaridad. Y después, toda la seriedad que podamos aportar a la competición nos vendrá bien para ponerla en valor, en todos los sentidos. Mejorar el nivel de jugadores, entrenadores, árbitros y todos los actores que participan nos vendrá muy bien a todos. Creo que además en este momento se necesita flexibilidad y adaptación desde todos los estamentos, porque está siendo complicado para todos.
ZdB – Para terminar, ¿un anhelo que tengas a medio-largo plazo a pesar de tu juventud?
IN – Llevar al Santurtzi a lo más alto posible. Es mi Club y aquí está la gente que conozco desde hace mucho tiempo. El Club es una de las cosas más importantes de mi vida, porque me ha permitido conocer a varios de mis mejores amigos, y aquí se me ha dado la oportunidad de hacer cosas relacionadas con el periodismo, jugar, entrenar, llevar a cabo un proyecto y formar parte de la directiva. La gente que lleva tantos años se merece que apretemos a muerte por dejar al Club donde merece, que es en lo más alto.
Y personalmente, llegar lo más arriba posible y disfrutar más del camino. Me siento identificado con esa frase de Messina de que cada partido es un examen y no lo pasa bien, porque es como someterse a un control o poner en duda su trabajo. Así que tengo que aprender a controlar más y gestionar mejor esas situaciones. Todos hemos soñado en algún momento con poder vivir del deporte, aunque actualmente es francamente complicado. Conservo la ilusión de poder vivir algún día una experiencia de ese calibre, porque los que tenemos este veneno no paramos de pensar en baloncesto, aunque no me obsesiona actualmente. De todas maneras, lo verdaderamente importante es poder estar al lado de las personas que más queremos y que tengan salud, sobre todo en este momento.