En plena sexta ola del COVID, con las tasas de afectados in crescendo y los hospitales llenándose a pesar del buen porcentaje de vacunación, vemos como de nuevo esta realidad empieza a afectar al mundo del deporte, atacando a sus profesionales como lo hace con cualquier otra persona. La LEB Oro no iba a ser menos, y el lunes saltaba la noticia: el Unicaja Banco Oviedo era el primer equipo afectado por el COVID en forma de brote (dos o más componentes con PCR positiva), lo que daba lugar a la petición de aplazamiento de sus próximos partidos. Luego más equipos han ido sufriendo a lo largo de la semana nuevos brotes, como el caso de HLA Alicante, que ya tenía a Llompart confinado y ha sumado nuevos jugadores positivos. También EasyCharger Palencia informaba de un brote en sus filas con los aplazamientos correspondientes. El último equipo fue el UEMC Real Valladolid, que, tras el positivo de Geks durante la semana, sumaba el viernes un segundo positivo que le obligaba a suspender su partido contra Iraurgi esta jornada. Se llegaba así hasta un total de ocho partidos aplazados a mediodía de ayer.

De todas estas suspensiones, una se veía envuelta en la polémica, la del ICG Força Lleida vs Levitec Huesca La Magia. Peñas es el equipo que jugó contra el OCB el viernes 10, logrando una victoria de mérito tras un inicio complicado. Con el brote del equipo ovetense surgido el sábado, la sombra de un posible contagio durante el partido reinaba en el ambiente. Los oscenses, en plena campaña para recabar ayudas y lograr la subsistencia, bajo el lema “Salva tu baloncesto”, anunciaban el lunes la suspensión de entrenamientos hasta realizar las pruebas PCR correspondientes el martes 14. La siguiente noticia que se conoció, sin saber aún los resultados de las pruebas, era el aplazamiento del partido que ayer viernes 17 deberían jugar en el Barris Nord.

El miércoles desde Huesca se anunciaba que toda su plantilla había dado negativo en las pruebas PCR, aunque cuatro jugadores presentaban síntomas compatibles con el covid y que volverían a pasar una segunda prueba en las próximas horas, retornando el resto de la plantilla a los entrenamientos.

Ese mismo día en Lleida se barruntaba la idea de que sin saber si había positivos, resultaba extraño que se fuera a aplazar el partido, por lo que el propio club emitía un comunicado en el que señalaban que el jefe de sus servicios médicos había pedido a los de la Federación Española de Baloncesto la certificación de los resultados (PCR negativos) para constatar si entraba en el protocolo para suspender el partido. Por otro lado, recalcaban que el club catalán se posicionaba en favor de cumplir con la normativa y que, si esta decisión se habí tomado siguiendo las pautas establecidas, estaría completamente a favor, pero que, en caso de no seguirse el protocolo, el Força Lleida consideraba que el partido que estaba previsto para dos días después debería jugarse.

Con posturas enfrentadas entre un equipo que quería jugar y otro que no, la FEB mantenía silencio y no tomaba una decisión, tal vez esperando por unas nuevas PCR que pudieran dar a la luz algún caso positivo. El jueves, un día antes del partido, Força Lleida informaba que seguía esperando la respuesta desde la FEB. Y ya por la mañana del viernes, comunicaban que mantenían el plan operativo del día del partido, como otro cualquiera. A las 13:23 un tweet del ICG Lleida comunicaba que el presidente del club ilerdense se había reunido con la FEB y que, si los resultados que esperaban de la PCR de los jugadores del Peñas eran negativos, el partido se jugaría.

Por parte oscense, el club emitía un comunicado relatando los hechos, y aportando nuevas informaciones como que ese mismo viernes el servicio aragonés de salud había efectuado, a primera hora de la mañana, 5 pruebas PCR a jugadores de la plantilla, al continuar presentando síntomas compatibles con el COVID-19. Para ellos el partido se encontraba suspendido, aún no se disponían de los resultados de las pruebas matinales y desconocían cúando tendrían listos los resultados las instituciones sanitarias, añadiendo que el CB Peñas acataría cualquier decisión de aplazar o jugar el partido.

A las pocas horas, Peñas informaba que a pesar de no tener los resultados de la PCR, a las 18:30 horas la FEB les comunicó verbalmente que el partido se iba a disputar, tras lo cual recibieron comunicación escrita 15 minutos después.

Como es lógico, recibir la notificación de que tienes que jugar un partido apenas dos horas antes de hacerlo, levantó estupor y enfado. Los jugadores no daban crédito, llegando al Barris Nord a cuentagotas en coches particulares, iniciándose el partido con retraso porque no daba tiempo a que llegase todo el equipo oscense. El presidente de Peñas, declaraba a Cope Huesca «que la Federación no entra si el partido tiene que jugarse hoy, mañana o pasado». «Nuestra postura y así lo hemos trasladado a la Federación, es que no tenemos los resultados de la PCR, ni hemos entrenado esta semana, pero que estamos dispuestos a acatar cualquier situación. Si la Federación considera que hay que jugar el partido queremos que asuma el riesgo de que pueda haber otro brote o pueda pasar algo».

Como informaba Sport Aragón, Peñas propuso hacer una prueba de antígenos a toda su plantilla (que fue negativa) y que los médicos de la FEB, bajo su responsabilidad, dijeran si se podía jugar.

Finalmente, la FEB decidió que sí se debía jugar el partido, donde para más inri, Levitec Huesca La Magia no contó con su último fichaje estrella, Xavi Rey, que había acabado tocado en su debut contra el OCB, ni con su primer entrenador, Sergio Lamúa, ausente por temas personales. Los oscenses aguantaron bien la primer parte, tras un mal inicio de partido, e incluso consiguieron ponerse por delante en el marcador, llegando al descansos igualados. El tercer cuarto es donde ICG Lleida puso la directa, sacando diferencia e imponiendo su buena dinámica, abriendo una brecha que mantuvo el último cuarto para llevarse la victoria finalmente.

Como todo es susceptible de empeorar, esta misma mañana Peñas Huesca ha hecho público que el resultado de la PCR de uno de sus jugadores es positivo en COVID, mientras que la de otro lo es en Gripe A. Está claro que cada equipo, y sus seguidores, defienden sus posturas, pero aquí lo que ha fallado son los modos del organizador, la FEB, una vez más. En una temporada donde deberían haber aprovechado el tirón del Estudiantes y la llegada de Marc Gasol, la FEB vuelve a chocar una vez más con la imprecisión y los fallos. Ya no solo es recordar como el proveedor externo falló en la transmisión de la imagen en el debut de Marc Gasol, algo inaudito, sino que en esta ocasión han aplazado y recuperado la disputa del partido a su antojo. Tal vez los nervios iniciales por el primer brote del OCB les hicieron precipitarse, pero está claro que la segunda competición nacional del baloncesto del país no puede tratar a sus equipos así, avísandoles dos horas antes que deben jugar. Las decisiones, para bien o mal, hay que tomarlas desde el respeto a los profesionales: o bien obligas a unas nuevas PCR con tiempo suficiente para asegurarte de que sean negativas en los casos sintomáticos, o retrasas el partido 24 horas, para dar tiempo a las pruebas y a que no se vea el esperpento tercermundista que se ha vivido en un Barris Nord que ya sufrió la temporada pasada en sus carnes la chapuza de la FEB haciéndoles jugar partidos día sí y día no recién salidos de la enfermería y aún convalecientes. Creemos que la FEB debe pensar y hacer una introspección, entendemos que puede haber muchas aspectos que como público general desconocemos, y que los intereses en forma de tiras y aflojas existen, pero lo que se ve es el resultado, y la verdad es que dista de ser una forma correcta de gestionar la competición.