Quería esperar unos días para saber qué se comentaba en diferentes medios y ruedas de prensa sobre cómo quedaba la situación de descendido “nuevo” del Movistar Estudiantes, ya que el GBC en su modestia económica se ha convertido en cierta forma un equipo ascensor. La comparecencia institucional que emitió la directiva hace unos días poco aclaró, pues se habló de lo de siempre: un poco de autocrítica, que los patrocinadores van a seguir, que no se sabe dónde se jugará y que subir a la ACB debe ser el objetivo sí o sí.
También es recomendable leer algún artículo sobre qué piensa la afición de un equipo clásico de la ACB y que siempre había estado ahí. Un espacio para ello es Plaza del Estudiantes, que ha publicado una interesante pieza respondiendo a determinadas incógnitas, con una votación sobre diferentes opiniones que ha registrado más de 1.000 votos.
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Pero seguimos con el tema principal de nuestro artículo: ver qué han hecho otros equipos regresaron a la ACB tras pasar una única temporada en la LEB Oro. A pesar de las deudas que suelen generarse en esos equipos de la zona baja, varios de ellos han usado ese curso en Oro para enjugar dichas esas deudas y consolidar unas bases para crecer. De esta forma, podemos ver como equipos como Bàsquet Manresa, Bilbao Basket y Real Betis Baloncesto pasaron su “año de purgatorio” y ahora han aguantado en la ACB. Pero, ojo, que no es tan fácil como lo pintan.
ICL Manresa (17/18). Le costó lo suyo en una gran temporada del Breogán, que le dejó sin ascenso directo. Fue el curso en el que llegó al banquillo Diego Ocampo para los playoffs, estando cerca de la lona varias veces. El equipo tuvo las ideas claras: apostó por jugadores consolidados para roles principales (Jordi Trias, Álvaro Muñoz o un Nacho Martín que llegaba desde CBCV tras demostrar que estaba recuperado), buscó físico extranjero (Hamilton, Allen y la ahora “estrella europea” Lundberg) y dio al mando desde el ‘uno’ al renovado Lluís Costa y al incorporado Gintvainis (Peñas), además de dar también en espacio a canteranos como Sakho o Jou, ahora ya consolidados en ACB.
Real Betis Energía Plus (18/19). La demostración de que un All-Star puede ascender, aunque la temporada siguiente, con el fiasco de Palma, también quedó patente que tener una plantilla llena de nombres no asegura el objetivo. Jugadores como Samb, Stainbrook, Costa, Dee, Dani Rodríguez, Pablo Almazán y Tunde Olumuyiwa se unían a Enechionyia, Borg o Bropleh. Una plantilla bestial a la que Curro Segura dio forma.
RETAbet Bilbao Basket (18/19). La buena temporada del Betis hizo que Bilbao fuese por la vía larga, jugándoselo todo en una F4 en la que lograría el ansiado ascenso. Una plantilla compensada y larga, con apuestas extranjeras que dominaron la competición (Larsen, Lammers, Brown), con la experiencia ACB de Salgado y Schreiner, que juegan en cualquier categoría, más varios jugadores también con experiencia como Rafa Huertas, Edu Martínez, Matulionis o jugadores en progresión como Cruz o Demetrio. Un equipo de altos vuelos, pero al que le costó sudor y lágrimas el ascenso.
La plantilla del Movistar Estudiantes queda con muchas interrogantes. Hay que ver cómo se resuelven los contratos realmente. Por ejemplo, no me imagino a Edwin Jackson jugando en Oro, pero quién sabe. Más complicado veo lo de Víctor Arteaga, por ser un ‘cinco’ cupo. Sí que encajaría en el equipo un Edgar Vicedo buscando estar físicamente bien y siendo importante en Oro. Otro jugador que debe ser estrella y al que deben darle galones en Oro sí o sí es el lituano Dovy Giedraitis, realmente el “único joven” por el cual ha apostado el club, donde la presencia de otros jugadores ha sido más de boquilla que de minutos. Eso sí, en la tabla de Gerard Solé, los jugadores con contrato (no sé si quedan anulados por el descenso) son Giedraitis (2023), Vicedo (2022), Domínguez (2023) y Arroyo (2023). Adams Sola es otro de los jugadores que en Oro debe tener su espacio si renueva con el equipo. Ha ido contando con más minutos en el tramo final y se le ha visto más seguro en la dirección y en el tiro exterior en las posiciones del backcourt… ¿Pero está preparado para ser combo guard titular en Oro, una competición que no conoce, siendo un jugador que nunca ha contado con ese rol importante todos estos años?
Con el filial ascendiendo a LEB Plata, la palabra cantera se podría llenar en la boca de muchos, pero, ojo, porque la Oro no es la EBA y es una competición más dura de lo que puede parecer. Por ejemplo, que jóvenes dispone de Estudiantes para estas lides. Podemos empezar con los cedidos este curso en Plata:
Alex Tamayo. Lleva dos cesiones: Peñas (ocupó en un equipo humilde de Oro un rol de segunda unidad sin llegar a sobresalir) y La Roda (ha sido importante en los esquemas de Tito Moya, pero tampoco ha conseguido romperla en Plata, siendo clave por su juego físico, pero irregular en sus actuaciones). Dudas sobre qué hacer con él.
Diego Alderete. Temporada extraña: empezó en Clavijo, fue repescado por el primer equipo (para tenerle en la grada) y finalmente acabó en Carbajosa, donde Yeyo Vicente le hizo jugar casi todos los minutos. Es un ‘tres’ que necesita trabajar su lanzamiento y su lectura del juego, pero que aporta defensa, rebote, situaciones de tiro en spot up o juego sin balón. Con un buen ‘tres’ titular puede tener su papel.
¿Y quién puede subir del filial? Algunos jugadores ya han participado con el primer equipo, pero lo que se debe tener claro es que más que los nombres son los roles del equipo. Es verdad que el filial ha subido a LEB Plata, pero en una temporada muy irregular, quedando el Júnior apeado de la F4 del Campeonato de Madrid.
Nacho Arroyo. Llegó para ser decisivo en el tramo final de EBA e incluso el último partido en ACB ofreció maneras, pero al final es un U22 sin minutos en la élite y con un año de ostracismo. En una competición llena de bases experimentados y que se las saben todas (rivales, árbitros, pabellones…), una pareja Sola-Arroyo en el ‘uno’ puede ser una verdadera apuesta de riesgo si no la acompañas de conocimiento, dirección y rigor. Otro de los condicionantes del chileno es si obtendría el pasaporte comunitario pronto para dejar de ocupar plaza de extracomunitario.
Rubén Domínguez. Si no emigra a equipos de más enjundia debe estar sí o sí en el primer equipo. Viendo como otros equipos han usado a júniors, cuesta creer que Estudiantes no apostara abiertamente por él. Rubén es un jugador hecho ya, aunque le falta esa madurez de los años. Con una competitividad y una calidad excelsas, debe ser junto a Dovy una de las piezas básicas del backcourt.
Emil Stoilov. El búlgaro ha estado un año prácticamente fuera entre problemas de salud, no jugar con el EBA y no contar con oportunidades en ACB, más allá de los entrenos. Nos hemos quedado sin ver su talento, su evolución al ‘cuatro’ y a dónde puede llegar. De todas formas, una segunda unidad con Stoilov y Levy se antoja “muy justa” para mí.
Héctor Alderete. Tras dos años parados, la calidad sigue ahí, pero desde mi punto de vista no se debe tener prisa, para que esa rodilla no se sobrecargue. Ettore va a ser muy importante en el Estudiantes, si nada más se tuerce, pero su momento ya llegará y tal vez ahora mismo Stoilov debe ser la apuesta en el ‘cuatro’.
Gilad Levy. Un verdadero muro en EBA. Ha crecido físicamente (quizás hasta en centímetros) y hace bien las cosas que debe hacer, pero aquí hay un claro interrogante: ¿está preparado para recibir los clínics rivales cuando juegue contra los Arteaga, Fall, Larsen…? Para mí la respuesta es un no. ¿Es mejor tenerlo de quinto pívot jugando 10 minutos por partido o es más fructífera una cesión en Plata o en la propia Oro donde le aseguren 20-25 minutos por choque? Pues esta son las preguntas que deben hacerse los que mandan, porque Levy aún es un jugador en proceso de formación.
Hay otros jugadores que han tenido su sitio con EBA, aunque no les veo con hueco en este Estudiantes de Oro que buscará regresar a la ACB por la vía rápida. Pablo Suárez debería buscar su espacio. Y ojo a Pablo González Longarela, cuya opción en Oro (en otro perfil de equipo) sí vería factible, y quién sabe si puede haber sorpresas en las figuras de Ángel Comendador o un Hugo López que acaba en categoría junior.
Con dudas sobre quién ocupará el banquillo (incertidumbre sobre la continuidad o no de Cuspinera, según se lee en las redes sociales), lo que sí que está claro es que el entrenador debe tener un espíritu formador, saber gestionar roles y contar con experiencia en un proyecto de ascenso. Será otra pieza vital. La posible plantilla que manejaría podría ser algo como lo siguiente:
BASES | ESCOLTAS / ALEROS | ALA-PÍVOTS / PÍVOTS |
¿? Adams Sola Nacho Arroyo | Dovydas Giedraitis Rubén Domínguez Edgar Vicedo Diego Alderete | ¿? Emil Stoilov ¿? ¿? Gilad Levy |
Con solo ¿cuatro? refuerzos importantes, ¿sería suficiente esta plantilla para el ascenso? ¿Traeríais tops de Oro estilo Larsen/Borovnjak o jugadores sin experiencia en la competición? ¿Se acertaría con las apuestas de fuera? ¿Sacrificaríais huecos de cantera por un base más experto, un exterior todoterreno o una pintura con más sobriedad, u os la jugaríais a formar y que ellos tengan su oportunidad tras tantos años con la filosofía de cantera?
Viviendo ahora mismo unos playoffs espectaculares, lo que está claro para los que seguimos la actualidad de LEB Oro es que subir no es fácil y necesitas jugadores que sepan de qué va el tema, al igual que el conformar una plantilla de ensueño no te asegura el ascenso (vistas experiencias anteriores).