Seguro que muchas veces habréis hecho quintetos ideales: mejores jugadores europeos de la historia, europeos en la NBA, estadounidenses en Europa, españoles en equipos europeos…

Os propongo este:

Jaime Heras-Austin Freeman-Adam Morrison-Gary Forbes-Chris Dudley. Y un banquillo con Alper Saruhan, Deon Jones y Jordy Kuiper. Todos ellos tienen Diabetes tipo 1 (DM1).

A Jaime Heras seguro que lo conocéis todos, casi toda la vida en Tenerife tras formarse en las categorías inferiores del Valencia Basket, jugador sobrio, de esos que llamamos “de club”, de los que hace un trabajo poco reconocido pero efectivo. La temporada pasada reforzó al Lleida en el último tramo de la liga LEB Oro.

Austin Freeman, actualmente en la liga de desarrollo con los Long Island Nets, ha pasado por varios clubes italianos de la serie A y B… si algo destaca de él es su etapa universitaria en GeorgeTown. Un swingman en toda regla, buen anotador.

Y ya que hablamos de la NCAA, tampoco hará falta presentar a Adam Morrison: Gonzaga, Charlotte Bobcats, Lakers, Estrella Roja y Besiktas. Anotador compulsivo…a veces me recordaba al mítico Brian Jackson. Casi más noticia por cosas fuera de la cancha que por las que hacía dentro: de si era seguidor del Che, de sus ideas comunistas, de su peculiar imagen con el pelo largo, compañeros que le acusaban de no ducharse tras los entrenos… Tras destrozarse la rodilla, ya no fue el mismo y su juego no alcanzó los niveles que debería, quizás su motivación tampoco era la necesaria. Acabó volviendo a su Gonzaga como entrenador ayudante.

Quizás haya pasado más desapercibido para el gran público Gary Forbes. Es el tercer panameño que juega en la NBA, tras Rolando Blackman y Stuart Gray. Tras pasar por la Universidad de Massachusetts y varios equipos de la NBDL, disputó dos temporadas en la NBA enrolado en Denver y Toronto, más algunos contratos temporales en otros equipos. Posteriormente ha ido saltando por diferentes ligas menores en Latinoamérica y China hasta volver a la Liga de Desarrollo, compartiendo equipo con Austin Freeman en la temporada 16-17 Forbes es un alero fuerte, forward americano típicamente agresivo cara al aro pero poco consistente en el tiro exterior y algo renqueante en la defensa.

Chris Dudley es el más conocido de todos, pívot blanco que desarrolló su carrera entre 5 equipos de la NBA, destacando sobremanera en los Nets (jugó con Petrovic) Portland y en los Knicks (era el suplente de Pat Ewing). Le recuerdo como el clásico pívot tronco y leñero, típico de los años 80-90, defensor muy duro y excelente taponador. Horrendo tirador de tiros libres y con bastante mala mano para casi cualquier tiro más allá de 2 metros. Su apodo era Scudley por los misiles a canasta que lanzaba. Si buceáis un poco por youtube os aparecerá un video suyo donde Shaq O’Neal le posteriza y acaban enzarzados.

Alper Saruhan es un jugador turco que ha pasado por muchos equipos de su país: Fenerbace, Galatasaray, Banvit, Trabzonspor y esta temporada 16-17 lidera la segunda división turca en el Sakarya BSB. Sólo he podido verlo unas cuantas veces en video y me recordaba un poco al valenciano Víctor Luengo. Desde luego poco tiro exterior, pero gran intensidad e implicación con su equipo.

Deon Jones en un alero típicamente universitario, potente físicamente, pero que en basket profesional de alto nivel quizás le cueste destacar. Formado en la modesta universidad de Monmouth, la temporada 16-17 ha sido su primera como profesional y ha ido a parar a nada menos que a Japón

Jordy Kuiper es un holandés de 2.06cm surgido de la academia canaria CBA, donde se formó antes de hacer el periplo universitario en los Spartans de Greensboro, donde comparte vestuario con Francis Alonso (ex Unicaja). Por lo que se ve en su twitter y en las redes sociales de su universidad parece popular y activo en su comunidad. En su cuarta temporada es donde le están llegando las oportunidades de jugar con cierta regularidad. En anteriores campañas sus apariciones fueron esporádicas.

Por supuesto no me iba a olvidar del basket femenino:

Jannon Otto proviene de la prestigiosa academia Oak Hill, de reconocida trayectoria académica y deportiva. Tras hacer un cambio de universidad en la temporada 15-16 (de Nuevo México a Riverside) con el consiguiente parón (ya sabéis… las reglas universitarias). Es una escolta que debe coger experiencia porque prácticamente es su primer año de basket universitario.

Lauren Cox posiblemente sea uno de los mejores prospects de la NCAA femenina. Juega en la posición de 4 aunque mide 1.95cm. En la Universidad de Baylor, a pesar de ser freshman, está en la rotación principal del equipo aportando 7 puntos por partido en apenas 11 minutos de media. Ha pasado por todas las selecciones norteamericanas en categorías de formación, destacando en campeonatos del mundo y americanos.

Y finalizo hablando de Silvia Serrat jugadora del mítico Siglo XXI. Con apenas 17 años, ya está aportando en la LF2 y en las diferentes selecciones nacionales sub16 y sub17.
Claramente es una jugadora exterior aunque por su altura y su lucha en el rebote quizás se defina hacia la posición de alero.

¿Qué supone jugar con DM1 a basket profesional?

Si jugar a nivel profesional ya es algo al alcance de muy pocos, hacerlo con DM1 es algo fuera de serie. Y esto es así porque la DM1 obliga a rutinas extras, control de la alimentación, de valores glucémicos diarios y continuos… Si por algo destacan todos los jugadores y jugadores que os he mencionado es por una voluntad de hierro, por ser constantes y disciplinados (sí, incluso Morrison).

Para que os hagáis una idea, una persona con DM1, bomba de insulina (es una forma de tratamiento, en lugar de pinchazos suministra insulina de forma continua) y un medidor continuo de glucemia (un sistema que monitoriza la glucemia de forma continua) puede llegar a tomar más de 30 decisiones diarias exclusivamente relacionadas con la diabetes. Eso son once mil decisiones al año, once mil conductas relacionadas sólo con laDM1.

Por eso, lo más importante para una persona con diabetes -de cualquier tipo de diabetes- es ser constante, ser resiliente, aprender cómo se comporta su cuerpo y aprender todo lo necesario para autocontrolar su enfermedad.

Tipos de diabetes

Es necesario mencionar que hay diferentes tipos de diabetes, porque hay diferencias fundamentales y que nos ayudan a entender muchas de las cosas que hablamos en este post.

Diabetes tipo 1

Se suele diagnosticar en personas muy jóvenes (normalmente en niños o adolescentes, pero también hay muchos casos en personas con 30 o 40 años). Origen autoinmune, no existe prevención y su tratamiento obligatoriamente es la insulina (inyectada, porque no hay otra fórmula para administrarla).

Todos los jugadores mencionados en el artículo tienen este tipo de diabetes

Diabetes tipo 2

Se suele diagnosticar a partir de los 40 años (aunque puede haber casos incluso en niños). Su origen está muy relacionado con el estilo de vida sedentario y la obesidad, pero también con los genes. Su tratamiento suele ir desde la dieta y ejercicio (al momento del diagnóstico) hasta la insulina (con tiempo de evolución). Ha habido jugadores que al dejar la competición han sido diagnosticados con diabetes tipo 2: Dominique Wilkins, Ray Williams, Earl The Pearl Monroe.

Hay otros tipos como diabetes LADA (mezcla de tipo 1 y tipo 2), gestacional (aparece en mujeres embarazadas) y MODY.

La vida de un deportista con DM1

Una persona con DM1, debe vigilar y evaluar su glucemia unas 6 veces al día de media. Un deportista con DM1 no debe bajar de 10-12 al día. Esta vigilancia es lo más trascendental en el control de una persona con DM1, un valor bajo o un valor muy alto te impiden hacer ejercicio. Y sin saber el valor glucémico es imposible controlar la DM1
Si tienes un valor fuera de rango en un entrenamiento, “no pasa nada”, puedes esperar y entrenas cuando recuperes los valores normales… pero si es un partido, directamente te lo puedes perder.

Difícilmente ningún jugador va a poder jugar un partido de basket de alto nivel con valores por debajo de 70mg/dl. El ejercicio físico consume glucosa -ya lo sabéis todos- y si tienes un valor bajo al iniciar, es seguro que en breve período (cuestión de minutos) la persona con DM1 va a tener problemas para rendir. Normalmente no recuperas antes de 15-30 minutos y no es seguro que en el tiempo posterior rindas a buen nivel.

También es complicado rendir cuando los valores de glucemia superan los 250mg/dl. A partir de esa cifra puede existir riesgo de cetonemia (algo así como combustión tóxica del organismo) que con el ejercicio se puede acelerar aún más. Los valores muy altos de glucemia suelen tardar mínimo una hora o dos en volver a ser normales, así que con un partido por delante estar fuera de rango te puede hacer perderte el partido. Sí, se puede jugar con valores fuera de rango…pero ya os digo que no se rinde bien.

Lo maravilloso de esto que os cuento es que cada persona es un mundo y sus valores de glucemia antes de afrontar un partido de basket son absolutamente individuales e imposibles de exportar a otro deportista. Por tanto, nos encontramos que un jugador de basket con DM1 debe entrenar dos veces: el basket y la diabetes.

Para un deportista con DM1 es prioritario situar sus valores de glucemia en sus rangos óptimos para desarrollar ejercicio. Esos rangos los ha fijado a través de su experiencia, del análisis de sus glucemias y la ayuda del equipo médico (usualmente un endocrino y una enfermera educadora en diabetes).

Para conseguir llegar a esos rangos de glucemia hay que vigilar:

  • Dosis de insulina basal
  • Dosis de insulina en cada comida
  • Alimentación
  • Y variables como el estrés, otros fármacos u otras enfermedades

Un ejemplo: Dos galletas normales suben la glucemia alrededor de 50mg/dl, más o menos como dos dedos de pan, unos 40 gr de arroz cocido, 50 gr de pasta cocida o 50 gr de patata cocida.

Los que tenemos DM1 tenemos que contar las raciones de HC y grasas que ingerimos en cada comida para poder calcular las dosis de insulina que nos tenemos que poner. Y eso es en cada comida que se realice. Especialmente importante es en los días de entrenamiento y de partido. Por eso se tiende a comer exactamente lo mismo, con las mismas cantidades, la misma elaboración y las mismas dosis de insulina… y aún así hay veces que los resultados glucémicos no son los deseados.

Se decía que Adam Morrison siempre comía un filete con el mismo número de patatas hervidas antes de los partidos. Chris Dudley jugaba hace casi 30 años. En aquellos tiempos los tratamientos (la insulina) y la forma de administrarlo (hervir agujas, porque eran de cristal…) hacen que el norteamericano se haya convertido en una persona muy respetada. Aguantar 13 años en la élite es algo tremendo incluso para los tiempos actuales, donde tenemos mucho más conocimiento de la enfermedad, disfrutamos de mejores fármacos y de tecnología sanitaria.

Con todo, el basket no es una excepción, ha habido importantes deportistas olímpicos con diabetes tipo 1 y medallas de oro: los remeros Steve Redgrave y Michael Jelinski, el nadador Gary Hall (6 medallas olímpicas con diabetes), los jugadores de voleyball Bas Van der Goor y Kevin Hansen, el lanzador de disco David Casinos o el haltera Mathias Steiner.

La diabetes no es un impedimento para practicar deporte al más alto nivel.


Autor: Dani Royo

Imagen: Jaime Heras con Actel Força Lleida (www.baloncestoconp.es)