A veces hay que salir de la zona de confort para dar un paso adelante, tanto a nivel deportivo como personal, y eso es algo que ha hecho Pol Olivier. Un base con la calidad suficiente para haber llegado más lejos, pero al que las lesiones —y quizá también la mala suerte— no le permitieron consolidarse en su momento. Tras pasar los últimos años entre EBA y LEB Plata, a sus 30 años decidió emprender una nueva aventura en Noruega, firmando por Fyllingen, donde acaba de proclamarse campeón ante un Kongsberg que también contaba con representación española, como Lucas Antúnez.
ZdB – Lo primero de todo es preguntarte por qué este verano decides salir de España, algo que no es nuevo para tí, ya que te formaste en el baloncesto universitario americano, pero puede resultar extraño tras varios cursos en Ligas FEB y cómo surge la oportunidad de ir tan lejos.
Pol Olivier – Fue un cúmulo de casualidades que me llevó a tomar una decisión importante en lo personal, pero de esas que sabes que, si no tomas, te arrepentirás en el futuro.
Todo empezó el verano pasado cuando me fui a China a jugar un tour con un grupo de jugadores españoles: Miki Servera, Ángel Comendador, Marc García, Rodri Gómez, entre otros. Nos faltaba algún jugador y decidimos invitar a uno de mis mejores amigos, que también había jugado en España y con quien compartí cuatro años en el college: Bouna N’Diaye.
Ese viaje nos trajo muchos buenos recuerdos y nos planteamos la posibilidad de volver a jugar juntos. Siempre decíamos que sería muy bonito compartir equipo como profesionales, aunque solo fuera una temporada. Él me comentó que tenía la opción de regresar a su ciudad, Bergen, y jugar para Fyllingen Lions, el campeón noruego, que estaba buscando un base con experiencia. Gracias a él, el contacto fue rápido y no pude rechazar una buena oferta para jugar por el campeón de la primera liga del país, además de participar en competición europea.
A nivel anecdótico, Bouna me dijo: «Si tú firmas, yo firmo al 100 % y cumplimos ese sueño del que tanto hemos hablado». Y así fue. A veces, cuando menos lo esperas, es cuando las cosas suceden.
ZdB – La temporada tuvo de todo, porque cuando ya te habías acoplado al cambio de país, sufriste otra lesión que te tuvo en el dique seco 3-4 meses, para luego ir cogiendo ritmo y poder ayudar al equipo como parte de la segunda unidad para lograr ser campeón de Noruega ¿cómo la has vivido tu?
PO – Sí, fue un bajón importante. Venía de uno de mis mejores veranos a nivel de baloncesto: había jugado muchos torneos de 3×3, hecho un muy buen tour en China, me sentía con confianza y en gran forma física. Me notaba muy bien, y a los tres partidos de empezar la liga me rompí el quinto metatarsiano del pie izquierdo (una lesión que ya había sufrido antes, pero en el derecho) y estuve de baja tres meses y medio.
Me dio muchísima rabia porque estaba demostrando el jugador que soy, pero las lesiones forman parte del deporte y hay que saber lidiar con ellas. Soy muy cabezota y traté de pasar página lo antes posible para meterme en modo recuperación, y eso hice. También quiero destacar el gran trato que me ofrecieron tanto el club como los servicios médicos noruegos. A los dos días de lesionarme ya estaba operado e iniciando la recuperación, lo que me permitió volver lo antes posible y ayudar al equipo en el tramo más importante de la temporada.
Obviamente, me hubiera gustado tener un papel más importante, pero, con todo lo que ha pasado, firmaría ahora mismo por haber tenido los minutos y la relevancia que tuve en la segunda parte del curso hasta ganar el campeonato.
ZdB – ¿Que te pidió tu entrenador, Calix N’Diaye, con varios años ya en el equipo, que aportaras? ¿Tuviste buen feeling?
PO – A Calix lo conozco desde hace años, es el hermano de Bouna y un líder nato. Ha conseguido que un club como Fyllingen, que estaba en la zona media-baja de la liga, haya ganado dos campeonatos consecutivos, juegue competición europea (algo que no se lograba desde hacía mucho) y se convierta en el equipo más visible y seguido de Noruega.
Desde el principio, el feeling con él fue muy bueno. Me pidió que aportara experiencia, actitud, lucha, que ayudara en cada entrenamiento y que me ganara los minutos como todos. No soy un base puro director, pero hago lo que sea por el equipo, sobre todo si es para ganar títulos. Mi papel ha sido ordenar al equipo, hacer jugar a los compañeros, buscar a los anotadores y, sobre todo, defender y aportar intensidad.
Calix estuvo a mi lado durante la lesión y, a pesar de estar fuera tres meses y medio, una vez recuperado, confió en mí y me dio responsabilidad. Eso se lo agradezco mucho.
ZdB – Además el equipo jugaba competición europea (ENBL) lo que siempre es un buen escaparate ¿cómo fue la experiencia?
Ha sido una experiencia muy bonita. Aunque me perdí la mitad de los partidos, pude jugar en pistas como las del Legia Warzawa o el Brno, y enfrentarme a grandes equipos como Brose Bamberg o Inter Bratislava.
Vivir algo así es único, porque en España sería imposible salvo que estés en ACB. Además, te das cuenta de que no estamos tan lejos de ese nivel; el talento individual está ahí.
Eso sí, hay que ser realistas: a nivel de resultados no fue nuestra mejor temporada. Muchos partidos estuvieron muy ajustados, los competimos bien, pero éramos todos “rookies” en este tipo de competición y eso nos pasó factura. Es una gran experiencia para aprender de cara al futuro.
ZdB – Finalmente el equipo logró su objetivo que ha sido el título de liga, la verdad es que el equipo está lleno de ex ligas FEB como Karamo Jawara, Skouen, Haji Jawara, Bouna N’Diaye… jugadores de valor como el base noruego Espe o jugadores que llevaban el peso como Deshawn Davis (del que ya hablamos) o el interior suizo Fongue ¿Con ellos todo es más fácil? ¿Nos puedes hablar un poco más de los pesos pesados que no nos conocemos?
PO – Ganamos la liga regular con bastante solvencia, pero los playoffs son otra historia. La serie final fue durísima contra Kongsberg, que nos lo puso muy complicado. Para los aficionados fueron partidos espectaculares, muy igualados, en los que los pequeños detalles marcaron la diferencia. Estamos muy contentos y satisfechos por el trabajo realizado, creo que eso lo hace aún más especial.
Además de Bouna, a quien ya conocía, ha sido un placer compartir vestuario con tantos jugadorazos, muchos con pasado en España y con mucha experiencia. Reencontrarme con Karamo también fue especial, tras tantas batallas en LEB Oro, compartir pista con una leyenda noruega fue muy bonito.
Bouna y Rams fueron nuestros líderes anotadores, con altísimos porcentajes; nos sacaron de muchos apuros, muchos puntos en sus manos. Eric y Niko son tiradores puros, peligrosísimos en estático; mi radar siempre estaba en buscarlos, asistencia asegurada. Hadj y Joe aportaron mucha potencia física e intensidad. Lars, base de la selección noruega y mi “pareja de baile”, tiene gran visión de juego; nos hicimos mejores mutuamente en cada entrenamiento. Ha sido un placer compartir cancha con todos ellos.
ZdB – ¿Cómo ha sido el cambio de país, cómo has llevado el frío, el entorno o los propios noruegos que Sergio Vicente nos definía en su vida como personas tímidas pero muy respetuosos? ¿Cómo ha sido esa parte que no se ve, la adaptación, la lejanía, el trato con la cantera y patrocinadores, el alojamiento y tema de comidas, etc?
PO – Sinceramente, me está encantando este país, sobre todo por su calidad de vida. Bergen es una ciudad muy bonita, costera, con un puerto muy activo y rodeada de montañas y naturaleza, algo que me fascina. Tiene mucha vida social a pesar del clima (llueve mucho), pero está muy bien preparada para ello.
Es cierto que los noruegos son personas reservadas y tímidas al principio, pero una vez entras en su círculo son muy acogedores, respetuosos y leales.
Mi adaptación fue muy fácil desde el inicio. Soy una persona que se adapta rápido, estoy acostumbrado a viajar y cambiar de entorno, y si además llegas a un lugar donde te sientes valorado y querido, es aún más sencillo.
El club me proporcionó todas las comodidades: vivo en un piso cerca del centro, lo que ha facilitado las visitas de familiares y amigos, y también me dieron un coche, que fue fundamental durante la etapa de muletas tras la lesión. A nivel de comida, quizá es donde más flojea el país: cuesta encontrar productos frescos y la carne es muy cara… aunque el salmón es exquisito.
Además, durante mi tiempo libre, me gusta involucrarme con el club y su cantera. Este año entrené al equipo femenino sub-9 y también al júnior sub-19, con el que por primera vez nos clasificamos para el campeonato nacional y llegamos a cuartos. Me siento muy orgulloso. Puede que esto de entrenar me esté enganchando…
ZdB – Otra pregunta, a parte ya de tu experiencia noruega, sabemos que tú eres una persona con mucha vitalidad ¿pero cómo afronta un jugador profesional el tema de lesiones cuando le pasa más de una o dos veces? ¿Y, más que en temas de recuperación, me refiero al estado de ánimo, no dejarse caer, etc?
PO – Nunca es fácil lesionarse de gravedad durante la temporada y luego volver como si nada y jugar minutos… Este año ha sido una montaña rusa de emociones, difícil de explicar. Por desgracia, las lesiones me han perseguido a lo largo de mi carrera, sobre todo en los pies. Pero, como tú dices, soy una persona con gran vitalidad, estoy haciendo lo que más me gusta y siempre intento dar lo mejor de mí. Siempre he dicho que no voy a dejar de hacer eso que tanto amo hasta sentirme realizado, hasta que mi mente diga «basta». Y, de momento, sigo pensando que aún tengo mucho que ofrecer al baloncesto, y que seguramente el baloncesto todavía me debe alguna. Cuando menos te lo esperas, sucede algo bueno que hace que todo el trabajo y el esfuerzo de tanto tiempo valgan la pena.
¿Quién me hubiera dicho el verano pasado que acabaría siendo campeón en Noruega y jugando competición europea? Las cosas pasan por algo, y yo siempre voy a estar preparado para lo que venga. Al final, lo importante es persistir, creer en el trabajo bien hecho y sobreponerse a cualquier adversidad. No voy a decir que siempre vas a lograr lo que te propongas, pero sí te vas a sentir pleno y realizado, vas a disfrutar del camino y, lo más importante, vas a ser feliz.
ZdB – Por último con la temporada ya terminada ¿dónde esperas jugar el próximo curso o es pronto para elegir?
PO – Espero poder seguir en este proyecto. Fyllingen Lions no es solo baloncesto, también es cultura. Lo que se está generando en Bergen y en Noruega a través del baloncesto es algo impresionante, así que espero poder seguir aportando mi granito de arena para continuar disfrutando, no solo como jugador, sino también como entrenador, divulgador y modelo a seguir.
También me gustaría daros las GRACIAS por el gran trabajo que realizáis cada año, no solamente haciendo seguimiento de los jugadores que estamos fuera de nuestro país sino también por los miles de artículos que semana tras semana colgáis en la web y en las redes y toda la divulgación y contenido de baloncesto que realizas, es muy TOP para nuestra comunidad poder contar con vosotros, sois muy grandes!!!