Seguimos, un mes más, conversando con entrenadores del Grupo AC de Liga EBA. Turno en esta ocasión para Pablo Abuín (1988, Lugo), un entrenador muy joven pero con cierto recorrido ya en el mundo del baloncesto. En una temporada atípica, Estudiantes Lugo Leyma Natura, un equipo muy joven, ha tenido que hacer frente a ausencias de hombres importantes, no ha podido realizar pretemporada (algo básico para un equipo tan bisoño) y ha parado por el coronavirus. Todo ello unido a un mal inicio que siempre pesa en las cabezas. Para saber más del conjunto lucense, nada mejor que conocer las impresiones de su actual técnico, con el que repasamos también su trayectoria personal.

ZdB – ¡Hola, Pablo! Empezaste tarde a jugar al baloncesto, casi en la adolescencia más que siendo niño. ¿Cómo fue el flechazo con el deporte de la canasta?

PA – Lo primero de todo muchas gracias a Zona de Básquet por dar visibilidad a una categoría como la Liga EBA. Enhorabuena por vuestro trabajo. Efectivamente empecé a jugar tarde, con 15 años. Muchos de mis amigos del instituto jugaban, me invitaron a probar y me enganchó. Tuve la suerte de que mi primer entrenador fuera César Sanmartín (ex alero ACB de, entre otros, Breogán y Joventut), me encantaba ir a entrenar con él y nos transmitía una gran pasión por este deporte.

ZdB – Cuando acabas tu época de formación en Estudiantes Lugo empieza tu verdadera pasión: el banquillo. ¿Cómo fue esa primera experiencia?

Con el paso a sénior recuerdo ese mismo verano que Estudiantes Lugo nos ofreció a varios chicos de la generación del 88 participar en los campamentos del club. Junto a mí estaban dos buenos amigos: Javier Peinó (ex ayudante de Gustavo Soares en EBA) y Fernán Varela (actualmente segundo entrenador del Durán Maquinaria Ensino de Liga Femenina Endesa); aprovechando que al año siguiente los tres nos quedábamos en Lugo a estudiar, nos incorporamos como entrenadores ayudantes en las escuelas del club. Fueron unos años increíbles, de compartir conocimientos, aprender de grandes entrenadores y vivir el basket con mucha pasión.

ZdB – Sigues en la disciplina del Estudiantes Lugo como entrenador y en el verano de 2016 hay una llamada que lo hace cambiar todo: recibes la proposición de Manu Santos y Manu Felpeto para incorporarte como entrenador asistente en el Xuven Cambados. ¿Cómo fue ese giro al “profesionalismo” en una buena temporada?

La experiencia de Cambados la recordaré siempre con un cariño increíble. Sólo tengo palabras de agradecimiento tanto para Manu Felpeto como para Manu Santos (del que aprendí mucho y al que hoy en día considero uno de mis mejores amigos). Recibí la llamada en un momento en el que estaba abierto a vivir nuevas experiencias. Creo que salir de nuestra zona de confort es algo que muchas veces nos cuesta hacer a los entrenadores, pero en ese momento lo vi claro. Es verdad que allí estuve como en casa, ya que Manu Felpeto es lucense y además estaban jugadores de Lugo como Erik Quintela y Adrián Chapela, que me ayudaron también mucho a la adaptación. El trabajo fue enorme por parte de todos, tanto en cantidad como en calidad, y aprendí lo que se necesita hacer para que un equipo profesional compita a su máximo nivel. Fue un año perfecto menos el mes final. Conseguimos ir líderes de LEB Plata con un equipo de un pueblo de 10.000 habitantes, compitiendo contra Fundación Granada, Fundación Lucentum, Iraurgi… Ganamos diez partidos seguidos… Y en el tramo final una serie de desgracias nos impidieron conseguir lo que sería una proeza (un ascenso).

ZdB – El buen hacer no pasa desapercibido y la 17/18 vuelves a casa, recalando nada menos que en el Breogán, convirtiéndote en entrenador asistente de Natxo Lezcano en Oro, puesto que compaginas con el de entrenador del Cadete del Estudiantes Lugo. ¿Cómo fue ese año con ascenso a ACB y cómo llevaste esa dualidad de baloncesto formativo y profesional?

PA – En un principio, tras una buena temporada en Cambados, la directiva no consideró renovar al equipo técnico. Mi intención era volver a casa, empezar a preparar las oposiciones (profesor de Matemáticas) y entrenar un equipo en Estudiantes. En esto surge la llamada de Breogán, que quería incorporar un tercer entrenador. Se buscó la posibilidad de compatibilizar para seguir entrenando al Cadete y, aunque a veces me desbordaba el trabajo, conseguí sacarlo adelante. Estuve muy a gusto trabajando tanto con Natxo Lezkano como con Quique Fraga y aprendí a ser mucho mejor profesional, a vivir lo que supone la exigencia de estar en un grande como el Breogán, con Natxo, que quiere siempre lo máximo. Le estoy muy agradecido tanto a él como al club por permitirme formar parte de un equipo que ya será histórico en mi ciudad.

ZdB – Al año siguiente llegas a la ACB. Una 18/19 dura que se cierra con el descenso del equipo breoganista, viviendo en primera línea el cambio de entrenador. ¿Cómo fue ese curso?

PA – Bueno, quizá ese “premio” me llegó demasiado pronto. En tres años hacer Plata- Oro-ACB es complicado de digerir para un entrenador de 30 años. Fue un año complicado a nivel deportivo: muchas lesiones de jugadores importantes, se reaccionó bien para traer a otros y en diciembre el equipo parecía asentarse en la categoría, pero de nuevo todo se torció. Era el primer año que estaba en un equipo en el que las cosas iban mal y fue duro, por ejemplo, ver cómo destituyen a tu entrenador jefe. Luego con la llegada de Tito Díaz y Ray McCallum se hizo el último intento por salvar la categoría, pero no fue posible. Dentro de lo duro que fue, aprendizaje constante, porque estás obligado a dar el 200% cada día.

ZdB – Llega la 19/20 y un buen amigo de esta web como Gustavo Soares se vuelve a Portugal por motivos laborales, ocupando tú el hueco que dejaba en el banco. ¿Cómo fue ese reto de afrontar ser primer entrenador y cambiar el chip?

PA – El cambio de chip viene antes, ya que tras el descenso de Breo me llaman para mi primera sustitución de un mes como profesor. Breogán reestructura su presupuesto y, ya con Tito Díaz como director deportivo, se me ofrece la posibilidad de seguir, aunque no con las condiciones que a mí me gustaría teniendo en cuenta el trabajo realizado en los años anteriores. Es una pena decirlo pero es muy complicado vivir muchos años como entrenador ayudante en categorías FEB. Trabajando esporádicamente en Educación en la Xunta de Galicia tenía y tengo actualmente una situación mucho más estable. Por tanto, muy a mi pesar, volví a mi club de toda la vida, Estudiantes, con otra perspectiva, a trabajar en la formación de jugadores jóvenes.

ZdB – La temporada no iba mal (mitad de la tabla y buena progresión de los jugadores), pero la pandemia mundial lo detiene todo. ¿Qué balance haces del pasado curso, el primero como entrenador principal?

PA – Estoy muy orgulloso de la temporada anterior. La verdad es que comenzamos con muchos problemas, sobre todo en posiciones interiores, con una rotación justa. Pero tras superar el bache inicial y tras incorporar a Pablo Ruiz y Mamadou Diagne el equipo subió el nivel y fuimos capaces de competir casi todos los partidos, pasando del 0-5 al 8-12. Y sobre todo, la mejora individual, que es lo que intentamos siempre conseguir en un EBA de formación como es el nuestro. Ahí está el nivel de los Álex Rivas, Titas Januševičius o Mark Hétor Mensah.

ZdB – Nos situamos en la temporada actual, en la que el inicio no ha sido lo esperado. ¿Hasta qué punto influye el escaso tiempo de rodaje que dispuso el equipo para iniciar la competición y el parón producido en la rutina por los positivos de coronavirus?

PA – Seguramente influye todo eso que decís, pero al final es un cúmulo de circunstancias. Al final el año pasado estaba en nuestras manos, de jugadores y cuerpo técnico, hacerlo mejor. Este año hay otros muchos factores que influyen en la planificación de la temporada (temas médicos, grupos burbuja, instalaciones, trabajo físico…). Respecto a los positivos, es algo que puede ocurrir, que le ha ocurrido a numerosos equipos. Nosotros tuvimos la mala suerte que fue al principio, pero ahora ya llevamos nueve jornadas seguidas jugando. Aunque las condiciones no son las idóneas, nuestro objetivo debe ser luchar hasta el final por conseguir las máximas victorias posibles y luego ver dónde la clasificación nos acaba dejando.

ZdB – ¿Siendo un equipo tan joven puede pesar en la cabeza de los chicos este mal inicio? Tampoco has podido contar con jugadores en dinámica Oro e importantes como Álex Rivas y Mateo Díaz (además, Mateo Sánchez solo lleva cinco partidos con vosotros). ¿Esto puede pesarle al equipo también?

PA – Es evidente que teniendo en tu plantilla a jugadores que están disponiendo de minutos (y buenos) en LEB Oro y no poder utilizarlos es clave. Eso ha obligado a que otros jugadores tengan que asumir roles que no les correspondían y no es un proceso sencillo ni corto. Así que hay que tener paciencia, trabajar con los que tenemos, que tienen potencial, e ir intentando competir cada día mejor. Si sacas a Andrés Corral y Javi Beltrán, nuestra plantilla tiene una media de 18 años y no es fácil para ellos. Tenemos que pensar en lo bueno que trae esa situación y no en lo malo. Esto les hará mejores. Respecto a Mateo Sánchez, está en fase de adaptarse al equipo y de coger ritmo. Lleva un año y medio sin jugar, que no ha sido fácil para él, y necesita tiempo para volver a estar a su máximo nivel. Nuestro objetivo es ayudarle a recuperarlo.

ZdB – El equipo sigue teniendo a Andrés Corral como faro en la dirección. Además, ha vuelto desde Plata Javi Beltrán. ¿Son ellos los que marcan el ejemplo a los jóvenes?

PA – ¡Qué remedio les queda! La verdad es que todo lo que tengo que decir de ambos son cosas buenas. Son dos trabajadores incansables y a pesar de las derrotas jamás se vienen abajo y dejan de mostrar el camino a los demás. Una pena no contar, también por motivos sanitarios, con nuestro capitán Javi Prieto, que también era un referente en ese aspecto. Se necesita gente del estilo de Andrés, Beltrán y Javi en los equipos de formación.

ZdB – La falta de referentes ha hecho crecer en minutos a otros jugadores, y con ellos ha llegado su progresión. ¿La aparición de Álex Hermida o el rendimiento del fichaje Modou Thiaw son buena señal?

PA – Sin duda, como os decía anteriormente, queremos sacar lo positivo de esta situación. Álex Hermida ha dado un paso adelante y tiene mucho mérito porque lo ha hecho pese a los problemas físicos que está teniendo. Es un chico de club, joven, con mucho corazón y talento, que todavía tiene muchos detalles por pulir. Está muy implicado en el equipo. Respecto a Modou, es un jugador que hay que tener mucha paciencia con él: 18 años, con poco bagaje en el básquet español (apenas un año en Tenerife) y que está todavía muy lejos de su mejor nivel técnico táctico y competitivo. Está siendo un año de gran aprendizaje para él.

ZdB – También está la ayuda de los júniors. Papa Njie y Pedro Fernández tienen minutos y siempre es una noticia positiva ver a estos jugadores en estas lides.

PA – Ambos estaban ya el año pasado con EBA y este año han subido su nivel de protagonismo. Creo que es otra de las señas de identidad de nuestro club: ofrecer la posibilidad de jugar a los júniors que están preparados para ello (y estos dos lo están). Les queda mucho recorrido, cometen errores, pero eso forma parte de su proceso de formación. Con 17 años también los cometían ex jugadores nuestros que ahora están en Oro o Plata. Lo importante es que entiendan que esto es un camino largo y que hay que estar cada día.

ZdB – ¿Qué estilo de juego quieres proponer y desarrollar?

PA – Esta pregunta no es fácil de responder porque cada día se me pasan cosas nuevas por la cabeza. Creo que debemos ser los entrenadores los que nos adaptemos a los jugadores y no al revés, máxime cuando no puedes fichar exactamente lo que te gustaría. A mí me gusta el estilo rápido de juego, el poder dominar el rebote y correr, pero no siempre se puede hacer. Este año no tenemos los jugadores para ello y tenemos que buscar otras alternativas. Tenemos que optar por bajar un poco el ritmo, identificar las ventajas, leer situaciones. Creo que muchas veces en equipos de formación se corre demasiado y se abusa del 1×1 y se enseña poco a comprender el juego. Esta temporada estamos buscando más objetivos de ese estilo. Hoy en día un equipo profesional tiene muchísimo bagaje táctico y para poder llegar a entrenar en un equipo de ese estilo hay que estar preparado. El resto de cosas van llegando con el tiempo.

ZdB – Una pregunta típica. ¿Qué influencias y entrenadores a seguir tienes?

PA – Pues creo que de todos se puede aprender algo. Te puede gustar más el estilo de unos que de otros. Hay entrenadores en ACB con los que me siento identificado como son Joan Peñarroya o Ibon Navarro, porque imprimen un ritmo muy alto de juego y son capaces de sacar lo máximo de sus jugadores. Pero también disfruto y aprendo viendo equipos que juegan a posesiones largas y buscan leer ventajas constantemente.

ZdB – ¿Quién completa tu cuerpo técnico y te ayuda en las labores diarias?

PA – Pues la verdad es que tanto el año pasado con Julia Pena, que hizo un fantástico trabajo, como este año con Nicolás Fernández como ayudante, estoy encantado. Nico ya lleva conmigo varios años (coincidimos en Cadete, en Júnior y ahora en EBA); es un apasionado del básquet que ha dado un paso adelante en su formación en todos los aspectos. Alejandro Martín hace las labores de preparador físico y delegado; es un chico catalán que lleva dos años con nosotros y que, si bien está todavía en proceso de formación, trabaja duro para que el equipo esté en las mejores condiciones cada día. Completa el equipo Paula García, la enfermera, puesto obligado este año por los motivos sanitarios que desgraciadamente nos acompañan; está haciendo un gran trabajo encargándose de los test y de todo el trabajo de papeleo que de ellos se deriva.

ZdB – Con los cambios continuos de restricciones y normas, ¿cómo tenéis la distribución semanal de entrenamientos? ¿Hay tiempo para realizar sesiones de tecnificación y trabajo individual?

PA – Pues la verdad estamos entrenando menos que otros años y mucho menos de lo que nos gustaría. Va un poco en función de esos cambios que mencionáis. Ahora, por ejemplo, que se ha suspendido la competición en formación, dispondremos de más horas de pista para realizar esas sesiones. Es un trabajo muy necesario, como también lo es el apartado físico, y la verdad este año en ese sentido no estamos satisfechos, pero no se puede controlar.

ZdB – La última es referente a los equipos base. ¿En un año tan complejo podéis haber hecho entrenos? ¿Habéis notado una disminución de licencias o en el número de equipos?

PA – Pues nos ha pasado como a muchos clubs, seguramente. La incertidumbre sanitaria ha provocado dudas en muchos padres y niños. Algunos sólo entrenan, otros han empezado hace poco y algunos ya directamente no han aparecido por el pabellón. Son decisiones totalmente respetables y es un año para tener mucha paciencia. Lo primero es la salud y ojalá esta situación se solucione muy pronto y podamos hablar de competir de manera totalmente normal de nuevo.