Un artículo de @m_jordan9

Ya habéis oído la revolución que ha supuesto en el baloncesto europeo la irrupción de las Universidades Americanas con la chequera llena debido a los derechos NIL (Name, Image and Likeness). Algo de lo que ya os escribimos hace un año en el artículo ¿Por qué huyen los talentos FEB a la NCAA? Pero ojo, porque este “robo” de promesas trae implícitas más consecuencias a analizar y es lo que vamos a intentar hacer de forma pormenorizada y en diferentes puntos.

¿QUIÉN EN SU LUGAR NO SE IRÍA?

Os recordamos que fue a partir del 2021 cuando se abrió la veda a que los atletas universitarios pudieran beneficiarse a través de su marca personal, lo que les permite ganar dinero a través de patrocinios, apariciones y redes sociales, sin comprometer su condición de jugadores amateur. Ese dinero que las universidades empezaron a repartir entre los jugadores comenzaba a coger tantos ceros para los principales proyectos que los clubes europeos empezaban a sudar. La realidad es que bastantes jugadores formados en Europa han estado recibiendo pagos anuales de seis cifras, y algunos incluso ganaron más de un millón de dólares.

Lo primero que debemos recordar es que irse a la NCAA es poder compaginar estudios y deporte de forma lícita, algo que es complejo en el baloncesto profesional actual. Pero además como reflexionaba Juancho Hernangómez, estrella del baloncesto europeo y de la selección española, en la web Piratas del Basket sobre la posibilidad de irse a la NCAA, una opinión que cualquier persona con sentido común expresaría en ese sentido. A la pregunta a Juancho sobre “¿Qué piensas de todo este nuevo mercado universitario para los chicos jóvenes, incluso muchos de ellos ya no quieren jugar en ACB, sino que quieren probar en Estados Unidos, seguramente por su bien?” El jugador español, que en anteriores ocasiones ya mostró su crítica por la poca apuesta por los jugadores españoles en ACB, declaraba a Piratas del Basket que “Es una puerta que años antes no había y me parece una gran oportunidad. Si los chavales universitarios en cuatro años pueden ayudar a sus familias y, por así decirlo, tener la vida hecha, ¿por qué no? ¿cómo vas a decirle a un chaval de 19 ó 20 años que no coja un millón y medio o dos millones de dólares? Es muy difícil decirle a eso que no, porque en cuatro años, incluso sin ser profesionales, ayudan a toda su familia, o sea, hay que ponerse en el lugar de ellos, y es una oportunidad que antes no se ha dado y, bueno, al final, sí, es fácil criticarlo, pero al final es un trabajo también. Y chavales, no sé, que vivirán su sueño, también tienen más cerca la NBA… ¿y quién les va a prometer minutos en la ACB?… Dime cuántos chavales están jugando en la ACB. Dime equipos… ¿Cuántos españoles tienen?”

Entrevista completa de Piratas del Basket a Juancho Hernangómez

Las últimas informaciones que llegan desde Estados Unidos apuntan a que la NCAA esta barajando que las Universidades tengan un dinero con tope para poder emplear en reclutar jugadores a través de un salario, sin tener que pasar por el trámite de los NIL, aunque esta idea aún está en fase inicial y parece ser que el dinero de que disponen en la Uni se repartirá entre las diferentes secciones deportivas.

LA REALIDAD DE LOS JÓVENES EN EL MUNDO PROFESIONAL

La reflexión que hacía Juancho es algo que la ABP lleva denunciado hace tiempo, y que ha ido a peor en los años en comparación con las otras principales ligas europeas.

La revista francesa Basket Mag, que tristemente ha cerrado, publicaba un interesante artículo este curso comparando la composición de las plantillas de las principales ligas europeas y como han cambiado en los últimos diez años. La media de jugadores extranjeros de las diez competiciones europeas se situaba en un 53%, pero es que la ACB se iba a la primera posición con un 72% y es que sacaba una gran diferencia a Alemania con un 60% o Italia con 59%. Para más inri, la ACB es la liga que más ha aumentado su cuota de extranjeros en estos últimos diez años con un fuerte porcentaje de +10.7%. Un dato también claro, debido a la norma de solo 2 extracomunitarios, es que la representación americana en la ACB es la menor entre las ligas importantes y por ello en la ACB solo hay un 34.4% de jugadores USA, que dista del 85% de Israel, donde la bandera USA domina en el bando extranjero.

El informe ahondaba en datos muy preocupantes. La liga francesa en diez años pasó de ser la octava liga con la consideración de jugadores formados localmente (JFL) sub21 a tener la cuota de JFL U21 más alta de las diez ligas comparadas en 2024 con un 24% del total y un crecimiento de +13.4% respecto a sus propios datos del 2014. Una cifra que tristemente contrastaba con los datos de la ACB, última de las diez ligas en cuota, con un raquítico porcentaje de 5.6 % de JFL U21 en 2024 y la única con la Adriática que ha decrecido en porcentaje con un -5.8% en estos últimos diez años. El dato era todavía más terrible cuando la revista francesa afirmaba que la ACB tiene más JFL U21 extranjeros (21) que nacionales (17), un dato que duele al leerlo.

Datos tapados por los éxitos de la selección española y de los obtenidos en categorías formativas, pero que nos recuerda que actualmente en la mejor liga del mundo, la NBA americana, cada vez más globalizada, solo hay un español, Santi Aldama, y que España sigue ganando medallas y sacando talentos, pero cada vez en las canteras están más dirigidas a sacar uno o dos proyectos top, “desapareciendo” la clase media, a la vez que cada vez se internacionalizan más pronto las canteras para que puedan ser cupos tras tres años federados.

Si buscamos más datos, la realidad que sucedía antes de estallar esta burbuja era obvia. Este curso 24-25 la prestigiosa web scoutbasketball.com en una de sus newsletter nos recordaba diferentes datos. Por ejemplo, esta web analizó cuantos jóvenes de 18 a 20 años jugaron en las principales segundas divisiones de España (Primera FEB), Turquía, Francia, Italia o Alemania, excluyendo equipos filiales y que hubieran jugado un mínimo de 10 minutos, se encontró en una caída mayor del 50% de las oportunidades a estos jugadores (de los 38 actuales a los 83 de la 23-24, o los 79 de la 22-23), en estas “recordemos” segundas ligas.

También David Hein nos comentaba la dependencia de Alemania de los jugadores sub-22, con un 4,84% en la BBL (1ª división alemana), fue considerable en comparación con otras ligas importantes. La Serie A italiana solo tuvo el 3,12 % de los minutos jugados por jugadores sub-22; la ACB española, se iba a un pírrico 2,55 % de tiempo para jugadores sub-22; y la ProA francesa tuvo un sólido 8,62 % en toda la liga.

La conclusión es clara la ACB “no es una liga para jóvenes ni para nacionales”.

Os dejamos también un dato dispar, que no es oro todo lo que reluce, pero hay que entender también la idiosincrasia implícita de la NCAA en cuanto a dar minutos u oportunidades, y que es algo con muchos factores a su alrededor. En otoño fue cuando os contamos todos los recruits europeos que se fueron para allí, pues Scoutbasketball.com a mitad de temporada analizaba el impacto de los 108 freshman euroepos, y veía que solo 42 de ellos tenían más de 10 minutos de juego de media, y cuando el corte era de 15 minutos caía hasta un 25% de ellos con protagonismo.

LA NUEVA SITUACIÓN QUE SE AFRONTA

El prestigioso periodista alemán David Hein ha realizado un gran artículo, cuyas ideas pueden ser extrapolables a la realidad de las ligas españolas. En su informe nos hablaba de como en su país, donde la regla 6 + 6 (6 cupos y 6 extranjeros) ha sido considerada para ellos una de las bases del éxito de la selección alemana, pero la llegada de la NCAA provoca que esta norma se vea sometida a presión por la marcha de jóvenes talentos. De hecho, en el país germano, los tres mejores jugadores jóvenes para la BBL se han ido para allá, Fru, Gruenloh y Steinbach, pero es que la marcha ha sido más amplia con jugadores como Kalu, Kharchenkov o Rapieque. 

Esto que ha sucedido en Alemania, ha sucedido por toda Europa, y el expolio ha sido de órdago. En la liga Adriática medio equipo del Mega (Jovic, Petrovic, Jelavic, Malovec, Macura) ha emprendido la ruta NCAA o tiradores como Luka Bogavac, futuras estrellas como David Mirkovic, Andrej Kostic o un viejo conocido FEB como Tomislav Buljan. La liga griega ha visto como Avdalas, Zougris o Mantzoukas se han ido a Unis potentes. Pero es que Omar Mayer (Maccabi), Melih Tunca (Turquía), en Italia el rumano Badalau o Suljanovic se han ido también con jóvenes promesas como Achille Lonati, Luigi Suigo (aún eligiendo Uni), o Maikcol Pérez. En Letonia se han ido sus dos mejores exponentes a Providence, el tirador Vaaks y el cinco Peteris Pinnis. En Francia donde los jóvenes tienen más minutos en las ligas, se han ido ya valores contrastados como Kamardine o Domon, o destacados de su liga sub22 (Espoirs) como Wilson Jaques o Paul Mbiya.

España no ha sido menos: desde talento ACB como Dame Sarr o Rubén Domínguez, a la espera de la confirmación de Mario Saint-Supery o alguna sorpresa más, a perlas de las canteras como Gueye, Grujicic o Platteeuw, o talentos nacionales como Del Pino o Lucas Marí.

Además el joven que no se va parece que es más por problemas de elegibilidad, o que cumpla algún criterio que la organización NCAA requiera, que a renunciar a la oferta económica que se les realiza.

Hein entrevista a diversos pesos pesados de la liga alemana como Himar Ojeda, director deportivo del equipo de Euroliga Alba Berlín, sobre este cambio entre otras personas y la verdad es que las apreciaciones que se realizan pueden ser aplicables a España perfectamente.

Hablan sobre que la regla 6-6, que se instauró en 2012, puede ponerse en duda con tanta fuga de talento. Ojeda comentaba que con el tiempo, los clubes alemanes han dado minutos y cuota de participación a los jóvenes y se ven ahora huérfanos de este talento. Leibenath, DIDE del Ulm, comenta que esta ausencia provocará una disminución de la calidad general de los jugadores alemanes, al mismo tiempo que los jugadores que permanecerán en el país verán como sus salarios aumentarán debido a la mayor competencia entre ellos.

De hecho, David Hein comenta en su informe que la búsqueda de esos jugadores alemanes para cubrir el 6+6, puede suponer una merma para la segunda alemana (ProA) que tiene como norma tener dos jugadores germanos siempre en pista.

MEDIDAS DE CONFRONTACIÓN

Siguiendo la estela germana, Hein comenta que la FIBA, máxima institución del baloncesto mundial, es consciente del problema y esta mentalizada. Su esperanza, utópica desde nuestro punto de vista, parece ser que pasa por convencer de alguna manera a la NCAA para que se una a su jurisdicción en el sistema de la FIBA. Pero, en primer lugar, la FIBA no tiene influencia para obligar a la NCAA a hacerlo; por lo que sería una cuestión de fe. En segundo lugar, desde un punto de vista legal parece complicado que la NCAA pudiera hacerlo ya que los acuerdos no son contratos basados en rendimiento sino que son por los NIL y sus patrocinios. Tal vez haya un punto a favor, podía establecerse legalmente mediante las cartas de autorización.

Otra medida “protectora” que se comenta es que estos clubes formativos y que realizan una inversión económica importante en ello pueden incluir cláusulas de rescisión universitaria en los contratos de los jugadores jóvenes y esperar que las universidades las paguen. O que los clubes reciban un porcentaje fijo del dinero sin intereses del jugador. En este caso, desde mi opinión personal, y con desconocimiento a nivel jurídico, me parece complejo que una cláusula abusiva a un menor de 18 años, pueda no ser tumbada en un juzgado.

Otra opción es que los clubes también podrían colaborar más estrechamente con los jugadores para establecer vínculos cuando vuelvan de USA, como han hecho varios clubes.

Por último otro punto importante que Hein destaca, al que se da importancia en Europa y que se ha comentado poco en las RRSS, es como estos jugadores de 18-20 años pueden mantener la cabeza fría, al verse con tanto dinero y popularidad, y que suponga un riesgo como manejar este dineral, o esa presión, que recordemos, a veces es superior a lo que reciben los jugadores de Euroliga. Sin duda, la NBA tiene programas educacionales, pero vemos que a veces fracasa y puede darse el caso que estos jugadores se conviertan en juguetes rotos, en un mundo tan complejo hoy en día y con facilidad para desviarse.

LAS GRANDES CANTERAS EN ESPAÑA

La realidad en España es dura, la Penya ve como se han marchado promesas como Prey o Platteeuw, que siempre tendrían un sitio en su roster, el Barcelona ha visto como Jakucionis o Sarr han volado, y el Real Madrid, donde a los jóvenes les suele costar encontrar un hueco, experimenta también como jugadores como Diagne o Gueye emigran. Si ya no era poca la amenaza del draft de la NBA, este expolio se ha visto multiplicado.

Un pensamiento claro era el que David Carro, un agente de jugadores español de los más potentes de Europa, hacía para la prestigiosa Sports Illustrated donde decía que con el ecosistema actual, un Luka Doncic nunca hubiera podido desarrollar su carrera en el Real Madrid como hizo. En ese mismo artículo afirmaba que muchos equipos se estaban replanteando la viabilidad de los programas juveniles. El informe señalaba que algunos clubes españoles de la ACB gastan aproximadamente 500.000 dólares anuales en la gestión de sus programas juveniles. La marcha prematura ha provocado que no haya un retorno en la inversión realizada y surjan dudas al ser un sistema económicamente inviable.

Pero abro aquí un discurso de abogado del diablo, parece que la marcha de talentos a la NCAA es la que ha provocado que la ACB no tenga jóvenes. En un baloncesto cada día más globalizado, las canteras se han convertido un vivero de múltiples países, algo lícito, pero que arrincona al jugador español salvo proyectos top. Tampoco debemos darnos de bruces, porque estos jóvenes salen hacia otros equipos de la zona, o la creación de academias de baloncesto, pueden cubrir ese hueco formativo. El tema viene en el salto de la categoría junior, donde hay pocos jugadores que lo logran, la imposibilidad de compatibilizar estudios, primar otros aspectos extradeportivos y la alta exigencia de la Primera FEB, hace que ni siquiera los campeones del mundo junior sub19 hace dos años se hayan consolidado en ACB jugando solo regularmente Villar y de Larrea, mientras que en el caso de Moreno es anecdótica su ficha ACB. Si miras la convocatoria de la selección sub20 de este verano, de los 17 jugadores hay 4 ya en NCAA, pero es que de Primera FEB solo hay un jugador (Lucas Langarita) siendo los restantes de Segunda o Tercera FEB. Por lo que no nos echemos ahora las manos a la cabeza, porque la falta de oportunidades y la poca presencia es algo que viene tiene de tiempo atrás.

LA LIGA SUB22 ACB

Informaba de la noticia el Diario Sur y parece que la idea, tras unas dudas iniciales, se reafirma en su objetivo de salir hacia adelante tras las reuniones mantenidas la semana pasada. Nos referimos a una vieja aspiración como es la creación de la liga sub22 ACB bajo el nombre de Liga U. La marcha hacia la NCAA de jugadores ACB ha provocado que esta quiera implementar medidas, auspiciado por el CSD y la FEB. A semejanza de la liga francesa de Espoirs, y con un run-run tras años o ideas que no fructificaron como aquella liga Universitaria de Aíto, serían los 18 equipos ACB los que la disputasen, siendo la ACB quien la gestionaría, tras impulsarlo la FEB como declaran en el diario Sur. A pesar de las dudas iniciales, parece que la idea va a salir adelante y se iniciaría en octubre en caso de que empezase. Como declara el periódico, parece ser que para el tema de financiación el Consejo Superior de Deportes aportaría cinco millones de euros para lanzar el proyecto, vinculado a universidades locales o a distancia, en las que los jugadores podrían compaginar el baloncesto con los estudios, buscando que estos fueran financiados para buscar que el binomio baloncesto y formación estuviera garantizado. Se buscaría con ese aporte económico del CSD que fuera un soporte para los desplazamientos.

Como relataba Diario Sur, la idea inicial planteada es que los equipos sub22 jueguen un día antes o después de cada partido de la liga para que, si fuese necesario, sus jugadores estuviesen disponibles para el equipo ACB en caso de requerir sus servicios. En el mismo diario manifiestan que la idea de esta liga es para jugadores que han acabado su ciclo formativo en categoría junior y se encuentran en una situación de indefinición deportiva.

La idea fue transmitida a los equipos ACB y, de llevarse a cabo, habría que ver como afecta a las Ligas FEB. En Francia hay varios jóvenes que juegan en 1ª o 2ª y no lo hacen en Espoirs, que tienen plantillas variadas. Si esta idea se lleva a cabo habrá que ver como afecta a equipos como Gran Canaria o L’Horta Godella en Segunda FEB, por no hablar de todos los filiales que hay en Tercera FEB, ya que parece improbable que puedan jugar liga sub22 o Liga U y Tercera FEB, además de la competición junior en la mayoría de los equipos. Con pocos días para ver solicitudes, avales, etc, parece importante este tema, si no ha quedado en stand by o como una idea que ya pasó.

Otro tema es la posición de los jugadores: ¿está preparada la Universidad y la competición para esa dualidad en materia de tiempos, horarios de entrenos, no duplicar o triplicar sesiones, respetar fechas de exámenes, etc?. Otra consideración es cómo serán los salarios, contratos independientes o si será como equipos universitarios, donde recibes la matrícula y alguna dieta. ¿será suficiente esto para retener a valores ante ofertas tentadoras?

La ya palpable falta de nacionales y cupos puede hacer que la repatriación de valores extranjeros considerados JFL encarezca un mercado, donde el flujo hacia la ACB puede existir, y algo similar sucederá en Primera FEB. Si esta sufre, la Segunda también lo hará, y ojo porque aquí está el verdadero banco de pruebas de los jóvenes y se encuentran bastante repartidos por las plantillas por lo que pueden sufrir para formar sus roster si escogieran el camino de la Liga U22 en vez de la Segunda FEB.

Finalizamos así el artículo, donde hemos intentado recoger varias ideas que se han publicado de forma reciente, hemos intentado crear una estructura de conceptos y dotar de orden, a la vez que realizábamos preguntas al aire que cualquier lector se podría hacer perfectamente.