Tras un curso anterior donde se apostó poco por los rookies NCAA, que, además, no cuajaron, salvo Demetric Horton, el pasado verano los equipos se atrevieron y volvieron a mirar al mundo rookie, buscando apuestas en forma de jugadores contrastados en el mundo NCAA. La verdad es que los jugadores que se graduaron la primavera pasada en el baloncesto universitario americano han cuajado buenas actuaciones y, a pesar de ocupar plaza de extracomunitarios y sufrir el peaje de la adaptación, se puede dar como satisfactorio su nivel. Os contamos el rendimiento de los rookies NCAA de Primera FEB, como ya habíamos hecho con ligas europeas y Segunda FEB:
Jalen Cone (Hestia Menorca, 26 mi, 16.3 pt, 1.8 as). Combo pequeño que llegó con la temporada iniciada pero que contó con la confianza de su coach Zamora. Un jugador con capacidad para crearse sus propios tiros, muy peligroso desde el triple, y capaz de cambiar un partido con sus rachas anotadoras. Ahora mismo, el básquet moderno busca mucho los generadores, y Cone, que ha ido a más desde que llegó en lectura, sin duda lo es.
Lance Jones (Grupo Ureta Tizona: 22 mi, 15.1 pt, 2 as). Una verdadera máquina anotadora, su futuro en Europa está asegurado, aunque su temporada ha sido de altos y bajos. Empezó muy fuerte, con explosiones anotadoras y acabó con menos minutos y menores tanteos. Combo poderoso en el 1×1, controla bien su cuerpo, es letal a campo abierto y muy peligroso saliendo de indirectos tanto para triples como para buscar el aro. Sin embargo, Jones necesita mejorar su toma de decisiones, muchas veces fuerza las situaciones o la mala lectura le hace realizar tiros forzados; si lo logra, su rol unidimensional puede cuajar.
Jordan King (HLA Alicante, 28 mi, 13.6 pt, 2.8 as). El año de King ha sido una doble vertiente, pasando de ser un base americano del montón al que le costaba llevar el control del juego y fallón, a florecer como su equipo, siendo un anotador compulsivo, imposible de parar, acomodado al puesto de dos con Larsen y sus base repartiendo. Uno de esos jugones generadores que siempre producen, su 1×1 es desequilibrante, con cambio de ritmo veloz, peligroso en la transición, su control del cuerpo en sus fintas es muy bueno, siendo muy peligroso desde el triple por su alta capacidad para anotar.
AJ Moody (Aircargobooking Ourense, 21 mi, 13.2 pt, 2.8 re). Llegaba con fama de artillero, y en cierta medida lo ha logrado, con partidos a un alto nivel anotador. De estructura liviana, Moody siempre está dispuesto a levantarse y ser una amenaza desde el triple incluido. Como cualquier rookie, sufrió el peaje táctico, pero en cuanto empezó a pillarlo, era una bestia verlo salir de los bloqueos y lanzar con el defensor encima a un nivel top. Para avanzar más necesita mejorar en su juego como generador, donde ahora tiene más perdidas que asistencias, y ser más eficiente atrás, desde lectura hasta un punto de vista físico. A ese nivel de shooter, su futuro parece asegurado.
Steven Verplacken (Alimerka Oviedo, 24 mi, 11.2 pt, 1.6 as). Probó en Islandia, donde no lo hizo mal como ya vimos, pero cuando le llegó la oportunidad de los ovetenses no se lo pensó y dio el cambio. Soplo de aire fresco el combo, más cómodo de dos que de uno, es un jugador sin mucha altura pero muy potente de movimientos, buen 1×1 con su dribbling, cómodo en el ritmo de Javi Rodríguez, capaz de meter de fuera y que además atrás intenta acompañar. Sorpresa agradable.
Ben Krikke (Aircargobooking Ourense, 26 mi, 11.5 pt, 4 re). El canadiense fue una pieza importante y cuando no estuvo a tope su equipo lo notó. Capaz de alternar las dos posiciones interiores, tiene buena movilidad, capaz de producir en el short roll o sacar ventajas por velocidad en 1×1 ante cincos más grandes, siendo un jugador inteligente en el cinco, pero que con la llegada de Ogunsipe se fue al cuatro donde sufrió un peaje porque sin tiro exterior buscaba el bote. Sin tamaño para el 5, sin tiro para el 4, como 4.5 en estas ligas puede ser productivo sin dudas.
Shemar Wilson (UEMC Real Valladolid: 28 mi, 10.1 pt, 7 re). Llegaba como segundo cinco y se hizo con el puesto de 4 titular, y siendo indispensable para los diferentes entrenadores que han pasado por el equipo. De aspecto liviano, buenos muelles, con mucha actividad, buen roller, agresivo en los putbacks, es efectivo cerca del aro (67% T2), activo en el rebote y en defensa, y poco a poco se ha ido atreviendo a lanzar desde lejos. Wilson ha demostrado que si sigue trabajando, progresando su tiro y mejora la lectura del juego, irá a más.
Xavier Johnson (Inveready Gipuzkoa: 28 mi, 11 pt, 3.1 as). A lo mejor las expectativas eran altas, pero Johnson ha sido básico en los esquemas de Odriozola en el backcourt y sumando en muchos intangibles que no se ven tanto. La llegada de Daishon Smith le ha hecho crecer, más liberado de ser el puntal ofensivo, ha podido rendir mejor, tanto atrás donde sus manos rápidas le hacen destacar, como adelante donde es muy buen manejador, potente en sus acciones de P&R sacando provecho y pudiendo anotar desde lejos. Si vigila sus pérdidas y coge consistencia desde el triple, carrera asegurada.
Leslie Nkereuwem (Súper Agropal Palencia: 13 mi, 7 pt, 3.2 re). Llegó a un Palencia que necesitaba rotación, y con su nivel de energía, muelles y juego por encima del aro se hizo sitio y encandiló. Pero una importante lesión de rodilla le tendrá apartado de las pistas de juego durante meses.
Golden Dike (Hestia Menorca, 8 mi, 1.1 pt, 2.5 re). Ya debutó la pasada temporada en algún partido cuando acabó en NCAA, pero esta es su primera como profesional. Ha cumplido con un rol de ayudar y dar relevos interiores, buen físico, capaz de dar un plus atrás, pero con camino por recorrer aún.
Jaden Bediako (Grupo Alega Cantabria: 14 mi, 4.5 pt, 4.6 re). Llegó en la recta final para dar descansos por dentro y ejercer su rol de protector del aro, no llamó la atención en demasía, pero tampoco deslució. Con la falta de cincos que hay, ¿volverá a España?
Mathias M’Madi (Naturavia Morón: 17 mi, 7.4 pt, 1.5 re). En edad sub22, llegó tras jugar en Junior College y a pesar de su juventud se adaptó bien, aguantando los diferentes cambios en la estructura de la Alameda. Un jugador desequilibrante, veloz en las transiciones y un dribbling complicado de detener cuando encara.
Hubo más rookies, pero no acabaron la temporada:
Ken West (Alimerka Oviedo), duró 7 partidos, con apenas 12′ de media, escasa relevancia y sin poder ser ese 4 abierto peligroso; le vino grande la oportunidad.
BJ Mack (Naturavia Morón). Duró 8 partidos con medias de 8 puntos y 4 rebotes, tal vez la configuración inicial le pasó factura, un jugador que se debería orientar más al 4 y que no pudo ser el líder en una competición que no espera a nadie, tendrá más oportunidades en ligas medias europeas si él quiere.