No hubo sorpresa en la Copa España y este sábado Silbö San Pablo se llevó el título cuando era el gran favorito y lo hizo de forma clara, sin paliativos y demostrando que por algo ha sido el campeón de la primera vuelta. En una F4 sin Fuenlabrada ni Estudiantes (al cual los burgaleses se habían cargado en cuartos) parecía complicado que les sorprendieran y más jugando en casa, tras anunciar la FEB que serían la sede que en un inicio los medios decían que nadie quería organizar.

La final empezó con nervios, un triple de Davison estrenó el casillero, la actividad de Quintela con una de esas rachas anotadoras ponía el 13-6, pero San Pablo no se ponía nervioso, empezaban sus rotaciones y desde el tiro libre apretaban el marcador hasta el 18-16. Dos buenas acciones de Goloman ponían la primera ventaja burgalesa, pero Balvin mostraba su poderío cerca del aro y Savignani lo paraba. Fue efectivo y en el intercambio dos triples de los anfitriones ponían el 31-38; ahora era Félix Alonso quien lo paraba. Con una renta de 8 puntos, Obra tenía dos buenas acciones para llegar al descanso vivo perdiendo por 37-41.

Se volvía de los vestuarios y Corbalán tocaba la corneta, pero el Obra, con la experiencia de Muñoz, aguantaba aún el partido. Cuando quedaban cuatro minutos para acabar el tercer cuarto, los gallegos hicieron agua, empezó Goloman por dentro haciendo lo que quería, los triples gallegos no entraban y San Pablo no se detenía, del 50-52 se pasaba a un 50-69 que se demostraba que era un jaque mate, y en apenas dos minutos. No se detenían, no fallaban desde el tiro libre y seguían con la misma intensidad, un robo y canasta cerraban el tercer cuarto para un 52-78. El último cuarto no tuvo historia, la profundidad de banquillo burgalesa con Wembi y Cuevas a la cabeza hacía mucho daño y Monbús estaba KO, cerrándose el partido con el 69-97 final, con el MVP recayendo en Gonzalo Corbalán con 32 de valoración, y mostrando una vez más por qué es uno de los jugadores más destacados de Primera FEB como la semana pasada os contábamos.

Antes se habían jugado las semis: la primera, en un pabellón casi vacío y con un ambiente descafeinado en un viernes a las 17:30, Monbus Obradoiro se impuso de forma clara a un Real Betis que no apareció en la primera parte, totalmente invisibles en defensa, que es su fuerte, y a pesar de tirar de sus jugadores claves, no pudieron lograr la heroica tras el descanso, pues cualquier conato de remontada era detenido por los gallegos, que se impusieron por 86-71. En la semifinal posterior, David no pudo con Goliat y el Odilo Cartagena vio como Silbö San Pablo no se iba a relajar desde el minuto uno y al descanso los anfitriones ya tenían el partido sentenciado. Los 20 minutos posteriores fueron un intercambio, que finalmente dictó el 79-101 favorable para San Pablo.

Decía el director general de la FEB el viernes que la Copa España FEB había sido un éxito en todos los sentidos, que tal vez habría que realizar unos ajustes. La verdad es que la superioridad de San Pablo ha dejado algo descafeinada esta F4 desde el nivel competitivo. Otra verdad es que la intrascendencia de varios partidos, la sobrecarga de un calendario donde la competición real es ya exigente por si sola, la diferencia de nivel o la “escasez” del premio deben ser alguno de los puntos a tratar; también escuchar a los propios clubes, los “más modestos” incluidos, en busca de mejorar un concepto que es bueno y que ha vivido una primera edición donde el mejor equipo en este momento de las Ligas FEB, Silbö San Pablo Burgos, se ha llevado la Copa España FEB.