Turno para hablar de unos cuantos jugadores de la LEB Oro 23/24 que comparten unas características muy definidas: jugadores de menos de 26 años (1998 en adelante), que vuelven a una categoría en la que con anterioridad han jugado como mucho una campaña, pero sin lograr grandes medias ni llegar a instaurarse en ella, y que se han formado en las Ligas FEB, disputando la 22/23 en LEB Plata o EBA en algún tramo de la temporada. La lista tal vez se alarga debido a las múltiples renovaciones en Menorca y Clavijo, pero no debemos de perder vista a muchos de estos jugadores que probablemente hayan desembarcado en Oro para no irse ya de este nivel, salvo que sea para ir al siguiente escalón de arriba. 

Aquí tenéis “estos nuevos” gladiadores de Oro que muchos conoceréis y que pronto sonarán en todos los oídos de los seguidores de la liga:

Gonzalo Bressan (2001, Amics Castelló). Un jugador que estuvo en Oro como vinculado del Granada y que tal vez tenía que haber llegado antes, pero se enroló en la disciplina de Valencia. Internacional argentino absoluto, se trata de un 4-5 móvil, muy efectivo cerca del aro y cada día mejor en su rango de tiro. Un jugador capacitado para sorprender perfectamente a quién no lo tenga fichado de cerca.

Álvaro Martínez (2003, Amics Castelló). Genial piedra de toque para el internacional U20 español que se disputará con el valor de la cantera Pedro López ser suplente de Hermanson. Martínez llega avalado de su buen año en Talavera, buen físico, capacidad de anotar de tres, de rebotear o correr la pista y al que ahora llega la prueba de fuego.

Pau Carreño (2001, Cáceres Patrimonio de la Humanidad). Formado en Can Barça y con experiencia sobrada en Plata, donde fue importante para Sant Antoni Ibiza. Ahora llega a Cáceres a sumar: intenso, vertical en su juego, capaz de buscar opciones sin balón y buena lectura del juego. Huele a jugador del “trabajo sucio”, tan valorado por Roberto Blanco.

Gael Bonilla (2003, Cáceres Patrimonio de la Humanidad). Su condición de extracomunitario seguramente le ha pesado para dar antes el salto. El internacional mundialista es un tres alto interesante, un all around que dicen los americanos, que hace de todo, sin tal vez sobresalir en nada. Habrá que ver como asume el paso adelante, pero puede ser de esos jugadores con crecimiento a lo largo de la temporada.

Fallou Niang (2001, Grupo Alega Cantabria). Proyecto que ha ido creciendo tras dominar en EBA, en el Grupo C y, después, con un buen año con Obradoiro, entrenando con el ACB para madurar en su juego. Ala-pívot físico, con recursos y duro en el poste. Ahora tendrá una buena prueba de fuego para buscar minutos en el equipo cántabro, que cuenta con la figura Bulic en sus filas y con otros 3 interiores de calidad ocupando los puestos de 4.5-5.

Gerard Jofresa (2001, Grupo Ureta Tizona). Ojo al catalán que al fin llega a Oro, un jugador que puede adquirir el rol de microondas perfectamente en el equipo, o jugar ampliamente si se precisa y dar intensidad atrás y adelante. Un jugador que probablemente haya venido a quedarse si no le pasa factura el salto, porque a pesar de su talla tiene buenas condiciones.

Emil Stoilov (2002, Hestia Menorca). Buena oportunidad para el internacional búlgaro que la pasada temporada tuvo que salir del Estu para tener más minutos y que repite en Menorca donde competirá cada entrenamiento con Arteaga. 

Pol Molins (1999, Hestia Menorca). Caso curioso el del combo catalán, que no llegó a debutar con COB por lesión, salvo 48 segundos de juego, y que en su anterior paso con Girona no gozó de protagonismo. Sin embargo, la pasada temporada en Menorca se resarció y encontró la confianza, llevó el ritmo de juego, anotó, fue diferencial y un jugador que demostró que tiene mucho baloncesto en sus manos.

Diego Alderete (2000, Hestia Menorca). Otro valor nacional y uno de los puntales isleños al fin llega a Oro full time tras su debut esporádico con su equipo formador que fue el Estudiantes. Hay ganas de ver de qué es capaz en Oro el pequeño de los Alderete: versátil, inteligente, fiero reboteador, sombra defensiva y siempre sumando, otro jugador de los que llegan para quedarse.

Joshua Tomaic (1998, Hestia Menorca). El exNCAA llega a Oro: buen físico, capaz de abrir la pista con su tiro, envergadura y móvil. Sube de nivel y habrá que ver si su indeterminación entre dos posiciones no le pasa factura. Con pocos interiores nacionales, Tomaic puede tener una buena oportunidad y venir para quedarse.

Álex Tamayo (2000, Hestia Menorca). Ha tardado tres cursos en volver a Oro, tras aquella experiencia en Peñas, y tal vez han sido demasiados para un jugador que por perfil físico puede estar en Oro de sobra y que ha ido a más en su toma de decisiones, sin perder un ápice de sus movimientos, sabiendo convertirse en un escudero de lujo. Otro que no debe fallar y tiene que quedarse en la categoría.

Álvaro Sanz (1998, Hestia Menorca). Jugó ya en la lejana 16-17 en Oro con Peñas; desde entonces una larga maduración en Plata con una temporada ascendente hace dos cursos en La Roda. El curso pasado rol de segunda unidad, al que aspira repetir esta temporada.

Pablo Suárez (1999, Hestia Menorca). Oportunidad de Oro para el sueco, que buscará hacer bloque, aprovechar sus minutos y su rol de especialista en el triple para robar presencia en pista.

Héctor Figueroa (2001, Melilla). Fichaje sorpresa que llega desde Liga EBA, donde rindió a buen nivel en Zentro. Base director con capacidad de anotar desde tres que buscará ayudar en entrenamientos y robar minutos.

Miguel Serrano (2001, HLA Alicante). De los últimos en llegar, potencia pura sin control, buenos muelles, letal sin balón o a campo abierto, ha ido mejorando su lectura del juego y su tiro. Su polivalencia y su intensidad le acabarán dando minutos en un plantel donde los minutos están carpos pero donde no hay un tres alto como él.

Adrià Rodríguez (2003, HLA Alicante) Irrupción positiva tras su paso por Navarra en Plata y su buen Europeo U20; al joven base catalán le llega ahora esta oportunidad, donde compartirá dirección de juego novel con el rookie Tyler Harris. Maduro para su edad, buena planta, muy listo en defensa, buen manejo de balón y habilidad de pase, puede sorprender y es un jugador que viene para quedarse y que huele a futuro más arriba.

Dan Duscak (2002, Alimerka Oviedo). Un base formado en la cantera del Real Madrid, tras dos años fuera volvió a España para destacar en el filial de GranCa. Firmado dos años, hablamos de un base pequeño, muy talentoso, buen manejador de balón, visión de juego, tiro de tres y que sabe sacar muchas faltas. Otro base para quedarse.

Raúl Lobaco (2000, Alimerka Oviedo). Reválida en el mismo sitio para el maño. Lobaco estuvo una temporada en Pumarín sin minutos e inseguro, pero tras un curso en Navarra vuelve un jugador más hecho. Un dos de buen físico, capaz de defender atrás, correr la pista o anotar desde lejos, gozará de más oportunidades en el perímetro asturiano y buscará demostrar que no le queda grande la competición porque capacitado está para ello. 

Nacho Arroyo (2000, ICG Força Lleida). Ya jugó en Oro como segundo base de un equipo top como Estudiantes dejando destellos. Una buena temporada como motor de Menorca en Plata tras la que ha dado un giro hacia Lleida, donde Gerard Encuentra le marcará los puntos a seguir para tomar el mismo camino hacia la ACB que Juani Marcos. Base de alto ritmo, P&R y dominio de juego, de su rendimiento dependerán los designios del interesante proyecto ilerdense.

Pablo Marín (2002, Real Betis). El base andaluz ha recibido la oportunidad que otros canteranos no han tenido: poder estar en el primer equipo. Tras unos cursos de madurez en Plata, le llega una buena opción: debe empaparse bien de todo su alrededor y demostrar sus cualidades, cómodo a juego abierto y capacidad de desborde su 1×1, tiene una oportunidad de Oro, nunca mejor dicho.

Alberto Cabrera (1998, Rioverde Clavijo). Extrañamente, a uno de los mejores bases de la LEB Plata año tras año se le negaba la oportunidad en Oro, pero Jenaro Díaz lo tuvo claro en cuanto se hizo efectivo el ascenso. Un base que destila magia en sus acciones, capacidad de desborde, pases increíbles o llegadas al aro. Otro jugador que ha llegado a quedarse si no sucede nada raro.

Pau Treviño (2002, Rioverde Clavijo). Hay ganas de ver al ilerdense en su primera aparición en Oro, un todoterreno versátil, capaz de distribuir, rebotear, lanzar de tres o defender. Si se adapta, y no sufre el cambio físico, Treviño puede ser un jugador que otros equipos miren el próximo verano sin dudas. 

Juan Coffi (1998, Rioverde Clavijo). Tras su periplo americano solo jugó un curso en Oro, en Prat en la segunda unidad, pero el año pasado fue básico para el buen año de los riojanos. Una pantera física, letal a campo abierto y vertical en su juego, que vuelve a Oro para seguramente quedarse.

Ismael Tamba (2001, Rioverde Clavijo). Buena piedra de toque para el cordobés, una mole física que cubre las dos posiciones interiores y es efectivo cerca del aro. Un jugador que puede dar relevos y que busca su oportunidad tras varios años curtiéndose en Plata.

Miguel de Pablo (2000, Rioverde Clavijo). El base riojano pondrá el sabor local, se dejará el alma en cada minuto de juego y abrirá muñeca desde el triple. Habrá que ver como le va en el plano físico, pero el corazón suple muchos factores.

Hugo Arbosa (2003, Rioverde Clavijo). El alero vitoriano tiene una planta envidiable con buena muñeca, le ha costado ser importante en Plata y tal vez la LEB Oro le llegue pronto, pero ojo que no nos sorprenda porque tiene calidad.

Kevin Torres (2003, Rioverde Clavijo). El menor de los hermanos Torres debuta en Oro, combo guard al que aún le queda camino en el baloncesto, pero tiene unas condiciones innatas y un juego eléctrico que seguro deja buenas acciones los minutos que disponga.

Serigne Diakhate (2004, Rioverde Clavijo). Muy joven y con poca experiencia, el senegalés reforzará más los entrenamientos con dos cincos en el equipo por delante a priori.

Además de todos ellos, hay otros jugadores que llegan desde LEB Plata o Liga EBA y que queremos destacar aunque no cumplen los requisitos señalados al inicio:

Aitor Etxeguren bajó un peldaño por estar en doble dinámica con el filial del GranCa, pero en una competición con tan pocos hombres altos nacionales hay que cuidar a valores como él. Buen físico, trabajador, siempre serio, con recursos, volverá a disfrutar de Oro, de donde no debió salir.

En Tizona hay dos nacionales que ya han jugado en Oro con sus minutos y ahora vuelven más hechos y con ganas de ser importantes como Dídac Cuevas, que se cobrará el bronce con Ayoze y Campara, y un Rodrigo Seoane que exhibirá muñeca.

Otro tirador como Djedovic, tras lucir desde el perímetro en Morón y Prat, vuelve a Oro de la mano del Real Betis. También lo hace Josep Pérez con su magia tras sus meses en L’Horta Godella. A Alberto Moreno le ha llegado una buena oportunidad de demostrar su buen físico y posibilidad de crear impacto desde la defensa en Clavijo. Otro jugador que se pasa de edad que hemos marcado al principio, al ser de 1997, es Javi Nicolau, el pívot de los riojanos que sorprenderá a más de uno tras su progresión en Plata.